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Geese Nukadia, el comandante de Hitogami

Cuando era pequeño, quería conquistar el mundo. Quería ser como mi héroe Kalman II, respetado por demonios y humanos, y el mejor aventurero de todos los tiempos, sus hazañas son legendarias y yo quería ser como el . Así que un día decidí huir de mi aldea. Yo era el hijo del jefe y, de hecho, estaba comprometido con una chica que se había elegido para mí.

Nunca tuve entrenamiento ni en magia ni en esgrima, pero pensaba que, entrenando, me volvería un aventurero famoso a nivel mundial. Sin embargo, las cosas no salen como lo piensas, ¿sabes?

Un día, arruinado y sin trabajo, estaba pensando en regresar a la aldea Nuka, pedirle perdón a mis padres y retomar mis labores como hijo del jefe. Mi vida como aventurero fue un fracaso; apenas me alcanzaba para comer y casi morí varias veces. No tenía talento con una espada y con la magia era un soquete. Solo mi talento para dibujar mapas o escabullirme me mantuvo con vida.

Esa noche, antes de regresar a casa, él apareció.

—¿Quién eres?

—Hola, Geese, amigo. Yo soy el hombre dios.

—¿Qué? ¿Como uno de los seis dioses antiguos?

—Así es. Jejejejeje.

—Y, ¿qué quieres de mí? ¿Por qué te apareces ante un don nadie como yo ?

—Mmmm, ¿quieres ser un aventurero de fama mundial, cierto?

—Sí, pero fracasé. Regresaré a mi aldea.

—Antes de que lo hagas, te recomiendo ir a la montaña del este; ahí, en la cima, hay un templo resguardado por dragones negros. Pero no te preocupes, lleva semillas del árbol trend de nueces rojas y el humo los ahuyentará. Al final de ese palacio, bajo el altar, encontrarás una ánfora, pero no la habrás. Regresa al gremio y te darán 2 monedas de oro. Véndesela a un tipo con armadura verde; él la comprará. Adiós, amiguito.

—Espera, hombre dios.

Y así desperté. No sé qué fue, si fue curiosidad, aunque ahora sé que fue estupidez. Seguí las palabras de este hombre dios y me dirigí a ese lugar. Efectivamente, los dragones salieron huyendo con el humo y encontré esa ánfora. Seguí sus instrucciones al pie de la letra y le vendí la ánfora a ese tipo en armadura verde que estaba en el gremio .

Me sentí en las nubes; bebí un mes completo gastando lo que yo creía que era una fortuna.

Y cuando me vi sin un centavo, decidí regresar a la aldea, donde solo encontré muerte. Toda mi familia y mi tribu fueron devastadas. Niños, mujeres, nadie se salvó. No podía creerlo, era una masacre, los Nuka salvo por mi estaban extintos. Esa noche, mientras dormía, él apareció.

—Jajajaja, qué imbécil eres, cara de mono.

—¿Por qué te burlas de mí? .

—Jajajajajaja, eres un idiota, todo esto es tu culpa.

—¿Mi culpa, por qué? .

—Jajajaja, esa ánfora traía instrucciones de cómo asesinar al rey demonio que gobernaba esta región. Él mismo la había escondido ahí ya que esas tablilla no se podían destruir. Cuando averigüaba quién la había robado, le dijeron que alguien de la tribu Nuka había sido y mató a todos, jajajajaja, incluidos tus padres, hermanos y tus pequeños sobrinos. Ooooh, qué lástima, jajajajaja, les reventó la cabeza como si fueran globos. Jajajaja, debiste ver cómo salpicaba la sangre y los sesos, jajajajajaja.

Y lo más gracioso es que fue tu culpa, jajajajaja. Ese rey demonio ni siquiera era violento, jajajajaja, pero le robaste lo único que lo mantenía con vida. Aun así, el tipo de armadura verde lo asesinó, así que no hay ni rey demonio, ni tribu Nuka, jajajajajaja. Esto es muy gracioso.

—¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué? .

Jajajaja, porque eres un idiota que siguió mis instrucciones sin siquiera pensarlo, jajajajaja. Dios, que bien resultó todo. Jajaja, ese rey demonio fue de los pocos que se enfrentó a Laplace; ni siquiera él mismísimo Dios demonio pudo matarlo y terminó muerto por culpa de un insignificante mono como tú, jajajajajaja. Nos vemos, Gesse, jajajajaja.

Cuando desperté, lloré por mi estupidez, pero aun así no le guardé rencor. No sé por qué, pero por alguna razón no lo odié por burlarse de mí. Al final, fue mi culpa; yo fui el imbécil por confiar en un desconocido, pero si bien amaba a mis padres nunca sentí apego por mi tribu .

Pasaron varios años y viajé hasta el continente central. De vez en cuando, el hombre dios aparecía para burlarse, pero al ver que me daba lo mismo, dejó de burlarse y dejó de aparecer por mucho tiempo.

Un día, mientras estaba en el reino del rey dragón , conocí a un tipo llamado Paul, que tenía de compañero a un enano llamado Tallhand y a una elfa llamada Elinalise, si tuviera que describirla solo había una palabra, puta.

El tipo me ofreció unirme a su grupo, y así integré los Colmillos del Lobo Negro. Pronto reclutamos a Ghislaine. Estuvimos unos años viajando; mi misión era la de ladrón y cocinero. Puedo hacer lo que sea, salvo lanzar hechizos o combatir con una espada. Para todo lo demás, existe Mastercard. Quiero decir, puedo hacer lo que sea.

Unos años después, conocimos a una noble llamada Zenith Latreia. Le tomé cariño a la chica; por alguna razón, era como mi hermanita pequeña. Hasta le enseñé a cocinar, todo iba bien hasta llegamos al rango S, éramos el grupo más famoso de aventureros , pero pronto llegó la debacle: Zenith estaba embarazada y Paul renunció al grupo para casarse con ella, fue una gran discusión, Elinalise estaba furiosa y yo me sentía como si perdiera a mi familia por segunda vez, pero esta vez si me dolió la separación .

El grupo continuó un poco más, pero no pasó mucho tiempo hasta que nos separamos. El hombre-dios me visitaba regularmente y me daba consejos: "Aquí puedes conseguir esto, habla con este otro", y así, hasta que, muchos años después, mientras estaba en el continente Milis, se me apareció.

—¿Qué hay, Geese?

—¿Qué quieres, hombre dios, me traes algún consejo?

—¿Aún molesto por cómo se extinguieron los Nuka?.

—Sí, pero ya pasó. ¿Qué quieres, vienes a burlarte de mí?, porque ya no me importa.

—No, de hecho, necesito un favor.

—¿Qué cosa?

—¿Recuerdas a tus amigos Paul y Zenith?.

—¿Qué hay con ellos, están bien? .

—Pues Paul está en Millishion en estos momentos y busca a su hijos a su esposa Mia y Zenith qué desaparecieron en el incidente de maná de Fitoa, ella era como tu hermanita ¿no? . Te recomiendo ir al gran bosque y encontrarás al chico. Luego ve con él, guíalo hasta Millishion y que se encuentre con su padre. Debes ganarte la confianza del chico.

—¿Y por qué no hablas tú con él? .

—Lo he hecho, pero el chico no confía en mí. Ya varias veces ha desobedecido mis consejos.

—Pues hace bien, eres un hijo de la gran puta, amigo. Seguro quieres cargarle la vida; siempre haces eso.

—Cállate, vamos, hazme este favor y te seguiré ayudando. Guíalo con Paul y luego quiero que vayas a Begarit, a la ciudad laberinto de Lapam.

—¿Y eso, por qué? .

—Zenith está encerrada en el laberinto de teletransportación, en un gran Cristal en el último piso de ese laberinto.

—¿Y por qué no le digo a Paul y al chico ahora? .

—Aún no, cuando llegues a Lapam, ahí enviale una carta a Paul y dile que Zenith fue vista en el Laberinto de teletransportación, el vendrá con una demonio Migurd ella es necesaria para rescatarla .

—Ya veo, espero que no sea una trampa. Zenith es una buena amiga.

—Tranquilo, cuando llegues a Lapam, te veré de nuevo para guiarte sin peligros.

Y así desperté, seguí sus órdenes y ahí encontré al jefe. El chico es idéntico a Paul cuando lo conocí y es más talentoso en esgrima, con el añadido de que usa magia. El maldito niño de 11 años se cargó a un santo del norte, y también con él estaba Ruidjerd el Superd errante , quien me salvó de morir una vez cuando era niño.

Los doldia, los cuidaron por la temporada de lluvias y luego el chico partió a Millishion. Tal como dijo el hombre dios, le dije que debería ir al gremio de aventureros, donde le dijeron donde encontraría a Paul con quien se reunión y estuvieron juntos unas semanas antes de partir al continente central, poco después le dije a Paul, que buscaría a Zenith en Begarit. El hombre dios se me aparecía casi todas las noches dándome indicaciones de cómo llegar, hasta que finalmente después de casi 2 años de viaje llegué a Lapam, donde rápidamente me dediqué a hacer dinero vendiendo mapas y le mandé la carta a Paul de que Zenith estaba aquí.

Unos años después, Paul llegó acompañado de una de sus esposas, Tallhand, dos chicas y la demonio Migurd. Rápidamente le dije lo que me informó Hitogami, mintiéndole al decirle que yo lo había averiguado.

Rápidamente entramos al laberinto, pero teníamos problemas, así que le envié una carta a Elinalise y al jefe de La Sharia, donde Paul me dijo que estaban. Esa misma noche me visitó el hombre dios.

—Imbécil, ¿por qué llamaste a ese niño? —dijo.

—Tenemos problemas, necesitamos ayuda, no podemos pasar del segundo nivel.

—Tonto, él no necesita venir, imbécil. Como sea, trataré de convencerlo de quedarse, pero ese maldito chico no confía en mí.

—Bien, como sea, ¿podrías decirme cómo llegar a Zenith?

—Averigüenlo —me dijo y no volví a soñar con él en muchos años.

Tiempo después, perdimos a Roxy en una trampa. Cuando ya no teníamos esperanzas, llegó Elinalise con el jefe, quien traía un libro que nos hizo avanzar muy rápido, aunque me sorprendía lo poco que tardaron el llegar, solo 6 meses desde que envié la carta .

El jefe salvó a Roxy y rápidamente, entre esos dos surgió el amor; era algo muy evidente. Finamente, salvamos a Zenith, aunque ella había perdido la cordura. Además, el jefe y Paul quedaron lisiados; de hecho, Paul casi muere en el combate con esa maldita hidra.

Pero no todo fue malo: ganamos una gran suma de dinero y regresamos asquerosamente ricos a Ranoa, gracias a un círculo de teletransportación. Aunque el jefe dijo que deberíamos guardar silencio, ya que el dios dragón podría matarnos. Una vez vi a ese tipo y decidí cerrar el pico; ese Dios dragon me hizo mearme en los pantalones. Además, nunca supe en qué lugar estaba ese círculo , ya que cuando regresé no había nada; la maldita cosa debe estar oculta por algún hechizo.

Como sea, dejamos al jefe y a Paul en la Sharia y nos despedimos. Me dirigí con Tallhand, Vierra y Sierra a Ars, donde vendimos la cristalería y nos separamos.

Un par de años después, había perdido toda mi fortuna, y Tallhand me ayudó. Ahí volví a soñar con el hombre dios y me aconsejó vender un guantelete que Tallhand me dio a un cocinero del reino del rey dragón, un tipo cadavérico que me dio mala espina, pero me pagó bien por él.

Mientras estábamos Ahí escuchamos lo que pasó en Asura: Ariel había derrotado a Grabel por el trono y el ministro había sido asesinado por un tal general Greyrat, del que se dice que es amante de la reina, un hombre muy joven, casado con una demonio de pelo azul, una elfa de pelo blanco y una furiosa espadachina de pelo rojo.

—¿Será el muchacho de Paul? —preguntó Tallhand.

—Jajajaja, claro que es el jefe. Sabía que el chico sería alguien en esta vida, jajajaja.

—Jajajaja ese maldito niño lindo, es idéntico al idiota de Paul—dijo el enano poniéndose de pie— Bien, Geese, aquí nos separamos. Regreso al gran bosque, a mi aldea.

—Gracias, Tallhand, por todo. Cuídate, amigo.

—Sí, no hagas que te maten, Geese y pasa a visitarme si es que quieres, estaré feliz de volver a beber contigo amigo.

Y así como así, me separé de él. Si hubiese sabido que era la última vez que lo vería le habría dicho algo más profundo que el simple adiós que le dije.

Me quedé bebiendo hasta que me dormí en la barra, y ahí soñé con el hombre dios, pero esta vez no sonreía; se veía asustado y enojado.

—¿Qué pasa? Nunca estás con esa cara y siempre sonríes.

—¿Esto es tu culpa, imbécil? .

—¿Qué cosa? .

—Mandarle la carta a Rudeus. Él no debía ir a Lapam, maldita sea, se casó con esa demonio y tuvieron una hija, se supone que la maldita Migurd debía morir ahí.

—¿Qué, porque? ¿qué hay con ella? .

—Maldita sea, desde que nació su bebé, mi futuro se ve negro. No puedo verlo como antes. Traté de matar a Roxy, con el. Síndrome de petrificacion , pero fallé. No sé qué pasó esa noche, no pude verlo , así que lo amenacé y le ordene matar al Dios Dragón para que este último los matara, pero el maldito se salió con Orsted y ahora quieren matarme. Pusieron a Ariel en el trono y están protegidos por la bestia sagrada Doldia.

—¿Y qué esperabas? Él no es como yo, es poderoso, no te tiene miedo.

—Maldita sea, maldita sea, ayúdame, Geese, me la debes.

—Yo no podría matar al jefe, él me aniquilaría con un dedo.

—Escucha, tonto, no puedo ver a ese maldito chico y a cada apóstol que he enviado, ha sido asesinado por ese chico su padre y esa maldita chica Boreas , incluyendo al anterior Dios del Filo y varios emperadores en esgrima y reyes en magia, pero lo golpearemos donde más le duele.

—Jajaja.

—¿Qué es tan gracioso? ¿Geese? .

—Nunca te vi tan asustado por un humano.

—Ese maldito humano es el padre de la maldita niña que hace que vea mi futuro negro, y pronto llegará a ser tan poderoso como lo era Reidar Reí, si no lo detenemos ¿entiendes de lo que hablo, idiota?.

Además, no puedo verlo; está bajo la protección de Orsted, y sus movimientos solo hacen que mi futuro se vea más y más negro. Si me matan, significará el fin del mundo.

—Jajaja, no te creo, pero tranquilo, te ayudaré.

—¿En serio? .

—Le debo mucho al jefe, pero tú me has salvado la vida cientos de veces . ¿Qué debo hacer? .

—Bien, primero que nada, dirígete al reino de Milis y espera instrucciones. Debemos ver cuáles son sus capacidades y serás mis ojos y mis oídos, ¿entiendes? .

—Cuenta conmigo.

—Bien, te veo pronto, Geese.

Y así desperté. Miré a un camarero que me miraba con temor, dejé unas monedas de cobre en la mesa y, a la mañana siguiente, tomé un barco rumbo al continente Milis. Esto será divertido: enfrentarme al jefe y al mismísimo Dios dragón, pensaba mientras veía la costa de Milis desde el barco .