—Pero ellos son... imposible, ¿cómo llegaron a este piso? —pensó Nadia con asombro—. ¿Qué están haciendo aquí? —gritó, sin entender la situación.
—Pasábamos por aquí y notamos que necesitaban ayuda... eso es todo —respondió Ash, caminando hacia el esqueleto.
—¿Mmh? ¿Eh? —dijo Nina, limpiándose las lágrimas.
—Vimos a tu grupo correr, notamos algo raro cuando los vimos incompletos. Aric se despidió sin más, así que decidimos venir rápido, y las encontramos en esta situación. No hay que agradecer, jaja. Primero necesitamos avanzar —dijo Kai, matando a todos los enemigos a su alrededor.
El esqueleto se levantó lanzando un grito, se acercó a su espada y la retiró del suelo. De la nada, todo su cuerpo comenzó a arder en llamas negras. Ash también lanzó un grito, haciendo que su espada ardiera en llamas, mientras su aura brillaba de color azul con pequeños rayos alrededor. Un minotauro saltó detrás de él para atacarlo, pero Ash, con solo la mirada y abriendo mucho los ojos, hizo que el minotauro volara muy lejos. Ash activó tres elementos a la vez: fuego, rayo y viento, y brincó sobre los hombros de los minotauros, tratando de acercarse al esqueleto.
—¡Levántense y peleen! No es momento de quedarse en shock, ¡son ellos o nosotros! —exclamó Ash.
Ambas se levantaron gritando "¡Sí!", y comenzaron a correr para recoger sus respectivas armas: el libro y el báculo. Cuando estaban a punto de recogerlos, apareció una araña tratando de atacarlas. En ese momento, Kai apareció detrás y la cortó por la mitad.
El esqueleto gritó y saltó muy alto. Ash solo lo miró mientras se acercaba tratando de cortarlo. Ash detuvo el golpe agarrando la espada con las dos manos, pero el esqueleto, ganando por fuerza, lo mandó a volar por el impacto. De la nada, una bola de fuego se dirigió hacia el esqueleto, que no pudo esquivar el ataque y recibió el impacto, desarmando todos sus huesos.
—¡Lo logramos! —gritó Kai.
El esqueleto comenzó a armarse de nuevo, agarró la espada y saltó nuevamente hacia Ash. Ash vio cómo una hacha de uno de los minotauros se dirigía hacia él a toda velocidad. Sin poder hacer nada por el choque de espadas con el esqueleto, vio cómo a su espalda se creó un escudo. Sorprendido, supo que se trataba de ellas ayudándolo, y solo dijo: "¡Muchas gracias!". Kai supo que el primer ataque de fuego en forma de esfera al suelo había funcionado, así que lo volvió a hacer tres veces. Vio a lo alto cómo venían más minotauros, pero esta vez de color rojizo, y arañas más grandes. Sin preocupaciones, Kai corrió hacia los minotauros para cortarlos, pero fue sorprendido porque los minotauros rojos pudieron esquivar sus ataques.
—¿Cómo... pudieron esquivarlos? A la velocidad que estoy atacando es imposible que hagan eso —pensó Kai, retrocediendo con un salto.
En su espada combinó el fuego y rayo para potenciarla, mientras que el aura del elemento agua se activaba en todo su cuerpo. Peleando primero con seis minotauros rojos y arañas evolucionadas, solo intercambiaban golpes entre ellos, esquivando. Ash comenzó a ponerse en aprietos, sin entender cómo eran tan fuertes. Por otro lado, Nina y Nadia se cubrieron con un escudo mágico, potenciado por Nina para ser más resistente, viendo cómo los minotauros lo golpeaban con sus hachas y las arañas lanzaban telarañas con ácido.
Ash y el esqueleto intercambiaban golpes. Ambos lograron conectar uno: Ash cortándole el brazo al esqueleto, y el esqueleto haciéndole un rasguño en la mitad de los ojos y la mejilla. Eran demasiado rápidos, casi no se podía observar nada. De repente, en la parte del corazón del esqueleto comenzó a formarse una bola de energía, haciendo que sus ojos brillaran con fuego oscuro. Golpeó a Ash con una fuerza increíble, cortándolo solo con el impacto.
—¿Qué está sucediendo...? —dijo Ash, notando que su curación se había vuelto demasiado lenta.
Todos podían observar cómo al esqueleto le comenzaban a salir nervios por todo el cuerpo. Con una risa inexplicable, empezó a golpearse el pecho como el simio que era.
—No puede ser, poco a poco está regenerando todo su cuerpo —dijo Nadia con asombro.
—¡Kai, tenemos que salir de aquí! —gritó Ash, preocupado por la situación.
Ambos estaban rodeados, entendiendo que los pisos de la dungeon eran muy peligrosos.
Nina, al darse cuenta de la situación de ambos, optó por usar su libro para potenciarlos en todo lo que podía, gastando mucha energía y tratando de curar a Ash. Kai, ante la situación y notando la mejora gracias a Nina, decidió usar una habilidad que gastaba mucha energía. Se concentró, confiado en la barrera que Nadia había creado en ese instante, y creó un arco y flechas artificiales con su elemento fuego. Apuntando al cielo y potenciándolas con su elemento agua, procedió a lanzarlas, rompiendo el escudo de Nadia como si nada. Ella, sorprendida, exclamó nerviosa: "Eso es imposible... tiene un arco creado por su elemento...".
Kai brincó muy alto, y estando en el aire, apuntó con el arco a la entrada de regreso para poder escapar. Disparó otra flecha, aprovechando para apuntar al esqueleto al ver que Ash estaba en aprietos porque no podía contra él. Luego bajó para gritarle a Ash que corrieran hacia la puerta.
Ash notaba que el esqueleto mejoraba su aspecto con cada momento. Ya no era solo un esqueleto en forma de simio; ahora tenía carne por todo el cuerpo y también los órganos que se podían notar. Con el impacto de la flecha de Kai, el esqueleto esquivó fácilmente, pero Ash vio una oportunidad para escapar. Corriendo, agarró a Nina y Nadia y se dirigió a la puerta, mientras Kai los cubría lanzando más flechas que impactaban y creaban llamas.
—¡Corre, Kai! ¡Vámonos de aquí, no podemos! —dijo Ash, corriendo y sosteniendo de la mano a Nina y Nadia.
De la nada, el esqueleto apareció detrás de los tres justo antes de llegar a la puerta. Con una velocidad increíble, trató de cortarlos con enojo, sin notar que Kai estaba a su costado apuntándolo con su arco. En medio de la tensión, el esqueleto vio cómo la flecha de Kai impactó en todo su cuerpo, creando una explosión y haciéndolo pedazos. Kai también corrió, viendo cómo venían más minotauros y arañas.
—¡Ahora! ¡Corramos! —gritó Kai, sudando y cansado.
A lo lejos, vieron cómo el esqueleto se volvía a armar, pero esta vez con toda la carne, faltando solo la piel del simio. Sonriendo, murmuró: "Haha, volverán... siempre lo hacen".
La diferencia entre los pisos era muy abismal a ojos de Ash y Kai. En los túneles, los enemigos no eran tan fuertes como los que habían enfrentado minutos antes. Tras una larga caminata, llegaron al piso tres, donde Nina y Nadia preguntaron a los hermanos cómo habían podido pasar si en ese piso existía un enemigo muy fuerte y rápido. Ellos mencionaron que no, que cuando ellos vinieron no había absolutamente nada y pudieron pasar con facilidad a los demás pisos. Sin imaginarlo, al querer pasar al pasadizo para llegar al piso dos, vieron cómo los grupos que anteriormente habían abandonado a Nina y Nadia estaban peleando con una lagartija con espinas en la espalda, como si se tratara de un dinosaurio con una lengua muy larga y delgada, garras para cortar y despellejar a sus presas, y una piel demasiado dura.
Peleando y tratando de sobrevivir, el grupo de Ash les pedía ayuda, suplicando por sus vidas y rogando para que los ayudaran porque no podían escapar, ya que la lagartija estaba jugando con sus presas. Kai quiso hablar al igual que ellas, pero Ash solo levantó el dedo índice y comenzaron a caminar directo hacia la salida con una mirada seria. Ellos solo los miraron y los siguieron sin decir nada más.
Luego de tanto caminar exhaustos, pudieron salir de la dungeon. Cansados, se acostaron en el suelo. Ambas chicas lloraban y agradecían por todo. Ellas contaron todo lo que había sucedido: fueron usadas como carnada para los enemigos de la dungeon, permitiendo a los otros recoger el botín con menor dificultad. Los otros grupos, que también se repartieron la mitad, fueron engañados por Aric. Los hermanos vieron que ese grupo no era bueno, escondiendo sus malas acciones tras una sonrisa y amabilidad. Kai también mencionó el porqué vinieron rápido a la dungeon: querían conocer el lugar, ver si los enemigos eran tan fuertes, y encontrar dos objetivos en ese lugar, la biblioteca y los aventureros perdidos. Nadia dijo que podrían estar muertos, mencionando que los enemigos eran temibles. Kai respondió que, si fuera cierto, los cadáveres estarían ahí, ya que notaron en todo el recorrido que esos monstruos no consumían carne humana, simplemente los asesinaban. Ambas chicas, impresionadas por lo que les dijo, notaron que había cadáveres y huesos humanos por todos los túneles y recientes muertos tirados por los pisos.
—Son muy fuertes y les agradezco que nos ayudaran a salir. Traten de mejorar, háganse más fuertes —dijo Kai, levantando el pulgar con unas carcajadas.
—Muchas gracias —respondió Nadia, llorando.
—¡Sí! —dijo Nina.
—Si algún día necesitamos su ayuda, iremos a buscarlas. Por ahora, lo dejaremos aquí. ¡Kai! Mañana regresaremos, gasté mucha energía —dijo Ash sudando—. Mis heridas aún no han sanado. No entiendo, ¿qué eran esas llamas negras? Pareciera que en toda la batalla me robaban energía —pensó Kai, mirando sus palmas con heridas sin sanar.
—Por cierto, ya nos presentamos, pero me llamo Kai Starwind y él es mi hermano Ash Starwind —dijo Kai, queriendo estrechar las manos.
—Mmmh... —dijo Nadia con una gran sonrisa—. Yo soy Nadia Tsuki y ella es Nina Kimura. Un placer y agradecidas de nuestra parte por salvarnos —dijo Nadia, estrechando la mano de Kai.
—Muchas gracias, nunca lo olvidaremos —dijo Nina, también queriendo estrechar la mano de Ash.
Al día siguiente, Ash y Kai bajaron las escaleras del gremio luego de descansar. Hablando sobre ser más precavidos en la misión, vieron a lo lejos a Nina y Nadia con la recepcionista. Se dirigieron a saludarlas.
—Buenos días, ¿alguna misión para nosotros antes de retirarnos? —dijo Ash.
—No, pero estamos preparadas para volver a la dungeon. Los estábamos esperando —dijo Nadia con una sonrisa.
—¿Eh? ¿Qué? —dijo Ash, sin entender.
—Bueno... decidimos unirnos a ustedes, así que la misión de rescatar a los aventureros está pendiente —dijo Nina, sonriendo.
—Espera, espera, espera... un momento, ¿y eso por qué no lo discutieron con nosotros? —mencionó Ash, enojado.
—Bueno... hablamos con Kai anoche cuando estabas dormido y él accedió sin más, ja, ja —dijo Nadia.
—¡KAIIIIIIIIIIIIIIIIII! —gritó Ash, enojado por tomar decisiones sin incluirlo.
Por otro lado, Kai y la recepcionista:
—Sabes, hermosa, he estado ahorrando mucho y tal vez podríamos salir juntos a comer algo... —dijo Kai con una mirada coqueta.
—Ja, ja, no gracias —dijo la recepcionista con una sonrisa fingida.
—Vamos, no seas tímida, tal vez podamos conectarnos —dijo Kai, dando besos al aire.
—¿Qué tal si te pierdes? —dijo la recepcionista, malinterpretando la palabra "conectarnos".
Ella le dio una cachetada muy fuerte, gritándole "¡Piérdete!" Kai escuchó los gritos de Ash, y optó por salirse del gremio asustado, gritando: "¡Ya basta! ¡Déjame tranquilo!".