Los hermanos se dirigieron a la biblioteca para aprender más sobre los elementos. Aunque es cierto que ellos dominaban todos los elementos a excepción de los espirituales, nunca se habían tomado la molestia de aprender qué hacían, cómo se usaban o cómo podrían usarlos ellos.
Cuando tenían cinco años, un día fueron solos al bosque que estaba prohibido debido a los tipos de bestias que habitaban en él. Guiados por la curiosidad y las risas, se toparon con un monstruo en forma de oso con dos cabezas. El miedo que sintieron los hizo salir corriendo y gritando por ayuda mientras el oso los seguía. Kai tropezó con una raíz de un árbol y pidió ayuda a Ash. Entre pensamientos y miedo, viendo cómo el oso se acercaba a Kai, por reflejo activó el aura del elemento tierra. Gritando y levantando el brazo hacia su hermano, creó una jaula de tierra que atrapó al oso. Dentro de la jaula, el suelo se convirtió en arena movediza. El oso, luchando por salir de ese lugar, gruñó con mucha fuerza, espantando a todas las aves. Mientras Kai, en el suelo, pudo observar a una enorme serpiente arriba de Ash.
—¡Cuidado, hermano!—gritó Kai señalando a la serpiente.
—¿Demonios, volveré a morir otra vez? No puedo... me niego a hacerlo—dijo Ash con una mirada asustada, enfocado en la serpiente sin poder moverse.
Por instinto, Ash activó el elemento rayo y sintió toda esa energía electrizante recorrer por todo su cuerpo. Dio un salto hacia atrás para no ser tragado por la serpiente.
—Increíble, veo todo mi entorno demasiado lento—dijo Ash asombrado.
Cuando Kai se levantó, fue golpeado por la tierra de la jaula que había sido destruida por el oso.
—¡Auch!—dijo Kai, sobándose la cabeza—. Debemos escapar de aquí, hermano—gritó.
—Corre hacia esa dirección, yo los distraeré—dijo Ash, en la cima del árbol, esquivando a la serpiente.
—Ey bestias, ¿quieren carne? ¡Síganme!—dijo Ash, mirando a Kai correr hacia el lado contrario.
El oso no hizo caso y persiguió a Kai. Ash cayó al suelo, agarró piedras y comenzó a tirárselas al oso para atraer su atención. Sin que su plan funcionara, persiguió al oso que seguía a Kai.
—¡Corre más rápido, más rápido!—dijo Kai, escuchando los gruñidos del oso detrás de él.
Entonces, también sintió cómo podía correr más rápido y sin cansarse. Sentía energía electrizante por todo el cuerpo, al igual que Ash.
—¡Genial!—dijo Kai, saltando muy alto.
—Vámonos de aquí o estas cosas nos comerán—dijo Ash, saltando a lo alto de los árboles entre las ramas.
Lograron escapar y perder de vista a las bestias, felices de haber adquirido poderes nuevos siendo solo unos niños. Aunque es cierto que por nacimiento un usuario adquiere un elemento, ellos, en un acto de casi ser devorados por un oso y una serpiente, lograron activar más de un elemento. Con el tiempo, trataron de dominar todos los elementos, pero por la falta de maestros, se enfocaron en el fuego, donde pudieron ver que eran más hábiles usando ese elemento.
Una vez en la biblioteca, quedaron asombrados por su inmensidad y la abundancia de libros. Se acercaron a la encargada de la biblioteca para preguntarle sobre libros específicos.
—Eh... disculpe, ¿dónde está la sección de libros que hablan sobre los elementos?—dijo Ash en voz baja.
—Hola, sí, suban esos escalones, a la mano derecha está esa sección—respondió la bibliotecaria.
—Muchas gracias, bella mujer, mi nombre es Ash Starwind, mucho gusto—dijo con una sonrisa coqueta mientras se inclinaba para saludar.
—Mi nombre es Kai Starwind, estoy aquí para servirle, oh hermosa joven—añadió Kai, también con una sonrisa coqueta mientras apoyaba el codo en el hombro de Ash.
—Eh...—dijo la bibliotecaria con una expresión de rechazo—Mi nombre es Nix Corvus. No se preocupen, pueden avanzar porque más tarde vendrá otro grupo que reservó esa sección de libros—dijo Nix.
—¿En serio? Bueno, es hora de apresurarnos, Kai, y de nuevo muchas gracias. Si algún día necesitas algo, solo dímelo—dijo Ash, sosteniendo las manos de Nix y tratando de besarlas.
—Entonces, ¿qué tal si te invito a salir hoy?—dijo Kai, empujando a Ash e impidiendo que besara la mano de Nix.
—Bueno, es hora de irnos. ¡Adiós!—dijo Ash, jalando a Kai por los brazos.
—¿Qué? Espera, aún no tengo respuesta de ella... ¡Un momento, por favor!—gritó Kai mientras lo jalaban.
—Adiós, ¡ja, ja!—dijo Nix con una risa sarcástica y despidiéndose con la mano.
La biblioteca mantenía un ambiente acogedor y tranquilo, perfecto para el estudio. Al entrar, se encontraba un espacio circular en el centro, bajando unos escalones, con mesas y sillas dispuestas para estudiar en silencio. A la derecha de la entrada, se encontraba la recepcionista, lista para ayudar con cualquier consulta sobre libros, reservas o préstamos. Si se seguía derecho desde la entrada, se encontraban unas escaleras que llevaban al segundo piso, donde se ubicaban las diversas secciones de libros. Esta disposición permitía un fácil acceso a una gran variedad de recursos, proporcionando un entorno ideal para el estudio y la investigación.
Una vez estando en la sección de los libros de elementos
— A ver... qué libros tomaré —dijo Kai mientras buscaba con los dedos— ¡Oh! este, me llevaré este y este libro —mencionó mientras sostenía dos libros juntos.
— Déjame ver qué dice. Vaya, "El dominio del fuego", interesante título —dijo Ash mientras leía el título del libro—. Kai, adelántate y consíguenos un asiento para leer los libros, que estaban en la entrada de la biblioteca —dijo señalando la ruta por donde habían venido.
— Está bien, hermano, yo me ocupo de eso. Mientras tanto, intentaré conseguir una cita con Nix —respondió Kai pensativo, con corazones girando alrededor de su cabeza.
Kai se dirigió a conseguir un lugar donde pudieran leer los libros, mientras que Ash se fue a buscar otros libros en las secciones de historia de ese mundo. Encontró variedad de libros, lo cual uno llamó su atención. El libro se llamaba "El Nuevo Mundo?". Cuando quiso abrirlo, sintió una presencia que lo miraba fijamente, aunque Ash trató de identificar dónde estaba.
— ¿Quién anda ahí? —preguntó Ash, moviendo los ojos y la cabeza de un lado a otro—. Vamos —suspiró—. Debo estar loco —dijo Ash mientras sostenía el libro con fuerza.
Ash dejó pasar lo sucedido y se devolvió para ir con Kai, quien lo estaba esperando. En el camino, volvió a saludar a Nix con un gesto coqueto, moviendo las cejas mientras se reía. Sin embargo, se percató de que Kai no estaba solo; Aurora, Freya y Lili estaban sentadas juntas con él. Ash caminó hacia ellos.
—Hola chicas, qué bueno verlas por aquí —saludó Ash.
—Hola Ash, vinimos por unos libros y nos encontramos con Kai, así que decidimos juntar las sillas para seguir conversando —explicó Aurora.
—Y ¿ya encontraron los libros que buscaban? —preguntó Freya.
—Aquí está el libro que necesito —respondió Ash mientras tomaba asiento.
—No entiendo nada de este libro —mencionó Kai.
—No te preocupes, nosotras te explicaremos. Solo pregunta —respondió Lili.
Mientras Lili les leía a todos el libro "El dominio del fuego", Aurora y Freya explicaban a detalle todo. Poco a poco, Ash dejó de escucharlas, concentrado en sus propios pensamientos sobre los detalles que decían.
— No tuve el tiempo de analizar las cosas todo este tiempo, tratando de vivir esta nueva vida, y querer dejar de lado mi anterior vida —Dijo Ash en su mente—. ¿Qué diablos? Sé que tenía la intención de asustarme, pero no a tal punto de olvidarme de todo este acontecimiento —Reflexionando—. Siempre lo pensé, aunque no quería admitirlo, estos elementos son como los mangas que leía, cada uno con sus substats —Ash imaginando en un escenario sobre el elemento fuego—. Todo el aura que emana del cuerpo se convierte en el color del elemento que poseas. Veo que en este mundo no nacen con todos los talentos, o simplemente practican solo un estilo de combate. ¡Claro! Por eso en esta academia puedo ver cómo hay estudiantes que entrenan con la espada, otros usan la magia y la acumulan en una varita, un bastón o un libro. También otros optan por luchar cuerpo a cuerpo sin la necesidad de un arma —Decía Ash en sus pensamientos.
—Ash... ¡Ashhh! ¡Despierta! —decía Aurora en los oídos de Ash.
—Auch! —Ash volviendo a la realidad —Disculpa, no me siento bien. Iré a descansar un rato. Tú sigue estudiando, Kai. Es bueno tener unas grandes amigas que puedan ayudarnos en lo que no sabemos —Mencionó Ash.
—Mmm... Está bien, hermano. Nos vemos más tarde —Respondió Kai.
—Hasta luego, nos vemos más rato —Dijeron las chicas.
Ash regresó a su habitación mareado, sin entender qué estaba sucediendo.
—Tal vez... debería dormir un rato... —Dijo, antes de desplomarse en la cama.