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Chapter 3 - Capítulo 3: "Plan perfecto, riesgos ilusorios"

Mis ojos estaban fijos en la hoguera enfrente de mí, estando sentado de piernas cruzadas mientras me inclinaba hacia el fuego.

El gran calor recibido por mi piel mandaba alertas a mi cerebro, pero estas caían en oídos sordos, pues no me alejaba en lo más mínimo.

Extendí ligeramente mi dedo índice y, tras unos segundos de concentración, unos brillos salieron desde este y comenzaron a entrar en el fuego.

En un principio nada parecía cambiar, sin embargo, tras continuar expulsando mi maná hacia la llama, poco a poco, esta comenzó a aumentar su tamaño e intensidad.

Retiré mi mano y di un leve suspiro…

Estos eran mis límites actuales, no había montañas de fuego ni océanos de agua.

Hum… De momento, solo soy un estudiante de magia, no tengo ni siquiera el título de mago.

Ser un estudiante de magia es igual a ser un lienzo en blanco, es el primer paso, ya sea para resultar en una obra maestra, un gran desastre o la mediocridad, pero, en cualquiera de los casos, el camino hasta alcanzarlo aún es largo.

Con mi nivel actual, lo único que puedo hacer es expulsar mi maná y afectar a fenómenos ya existentes. Después de todo, el maná no es más que un tipo más de energía, y esta energía es capaz de transformarse en cualquier otra con facilidad.

A mis ojos el maná es la base de este mundo, una base versátil que puede alimentar, apoyar e influir cada proceso.

Para convertirme en un mago en toda regla, el primer requisito es poder convertir mi maná en cualquier otra energía a voluntad y sin perder el control de esta o, lo que es lo mismo, hacer un hechizo.

En este mundo, las personas se dividen mágicamente en diferentes rangos.

Primero están las personas normales, son aquellas con una aptitud Ōmega o menores de 14 años que aún no han madurado su circuito mágico y, por lo tanto, es inestable. Estos siguen teniendo un circuito mágico, pero este es incapaz de manifestarse.

Después vienen los estudiantes de magia principiantes, son aquellos que han empezado su camino y, en consecuencia, solo pueden expulsar el maná acumulado en sus reservas mágicas, este será absorbido por la fuente energética más cercana o de mayor tamaño, ya que tendrá una mayor fuerza de atracción. Además de esto, tienen facilidad para notar grandes acumulaciones o fluctuaciones de energía en el ambiente.

El siguiente paso, a partir de aquí, es poder manipular la energía elemental con tu maná. Por ejemplo, si en esta situación fuese un estudiante de magia intermedio, podría modificar la intensidad o tamaño del fuego al poder redistribuir la energía elemental de este, o incluso, al dispersar la energía, podría apagar el fuego. Por supuesto que, cuando el maná que haya absorbido el fuego se gaste, perderás el control sobre este.

Desde este punto, para avanzar a un estudiante de magia avanzado, deberás de atraer la energía elemental del ambiente hacia tu maná, justo lo contrario a lo que hacen los rangos inferiores a este. Este acto tiene una gran ventaja, puesto que permite elegir el elemento a controlar, aunque la desventaja es que el poder de este cuasi-hechizo dependerá completamente de cuánta energía haya en el ambiente y cuanta de esta puedas controlar.

Aunque este es un gran avance, no deja de ser un cuasi-hechizo, su poder es limitado y el efecto es siempre el mismo. Si usas la energía de una llama, el cuasi-hechizo resultante no podrá ser diferente a esta llama, únicamente los estudiantes de magia con maestría, que son los que están en la cima de este rango, pueden hacer que varíe ligeramente.

Tras ello, el siguiente paso es dejar de ser un estudiante y convertirse en un mago oficial. Como ya mencioné, el requisito es poder realizar un hechizo.

Suena simple, pero la realidad suele superar las expectativas, puesto que hacer un hechizo significa crear algo con tu maná que no requiera el uso de energía externa, de esta forma tu propio poder y habilidades únicamente dependerán de ti mismo.

En palabras más específicas, tienes que conseguir descifrar los patrones de sucesos naturales y tener suficiente control sobre tu maná como para adaptarlo a estos, convirtiendo la energía base, el maná, en una energía elemental.

En cuanto a niveles posteriores, no tengo ninguna información sobre ello, mis padres no me permiten acceder a esa información, ya que podría hacer que deje de concentrarme en el presente para estudiar cosas que no voy a poder entender completamente.

Me dejé caer sobre el césped, miré el estrellado cielo nocturno sin pensar en nada, simplemente sintiendo la brisa y el calor de la hoguera.

Ah… Realmente se siente bien…

Tras el tiempo que pasé como un feto, valoraba mucho más la vida. Era algo bastante interesante, el simple hecho de sentir algo sobre tu piel y poder ver el cielo, cosa que para mí era algo muy simple anteriormente, es un placer en sí mismo…

Pero… Realmente, ¿por qué me gusta mirar al cielo? ¿Por qué siempre estoy mirando hacia arriba?

Hum… Desde que renací en este mundo he sido ambicioso, he querido llegar lo más lejos posible, pero, ¿por qué? ¿Acaso es mala esta vida?

Jeh… Solo estoy siendo ignorante, ya sé la respuesta a esas preguntas… Hay algo que nunca cambiará, no importa en qué ciudad, país, mundo, universo o dimensión, la gente creará conflictos por beneficios o sentimientos.

Si estallara una guerra en los próximos años, ¿qué podría hacer yo además de morir? ¿Qué le sucedería a mi familia? ¿Y toda la gente común de este reino?

En mi anterior mundo también existían esos riesgos, pero la diferencia es que este me permite hacer algo para detenerlo.

Seguramente otros reinos son conscientes de mi aptitud e, incluso si no saben los detalles exactos, cuando mi hermana alcance los 14, todos sabrán cuáles son nuestras dos Mortalidades.

Solo es natural que un reino acabe atacándonos para evitar que mi hermana y yo nos desarrollemos, después de todo este es un mundo en el que los individuos pueden influenciar guerras y, en este caso, hay dos de ellos.

Por lo tanto, para agradecer y cuidar a mi familia, seguiré este camino… Hasta entonces, debo de seguir practicando mi control del maná…

"… ¿Estás seguro de que este es el camino correcto?", cuestioné con mi tono indiferente.

Hermano, el cual guiaba el camino, respondió con una sonrisa: "Nunca dije que fuera el correcto, ¡solo que nos llevaría al objetivo!"

No pude evitar suspirar ante la respuesta… A hermano siempre le ha encantado molestarme y esta es otra de esas situaciones.

No le respondí y seguí caminando detrás de él. El camino estaba lleno de subidas y bajadas, además de que las rocas molestaban bastante al caminar.

Esta era la montaña donde se encontraba la capital del reino, donde vivíamos nosotros.

Hermano, quien ya era oficialmente un caballero, había aceptado una misión de acabar con una manada de lobos que se había asentado en esta montaña. De momento no representaban ningún peligro pero, si se dejan estar, podrían reproducirse y afectar el paso de algunas caravanas mercantes con un poco de tiempo.

Tras aceptar la misión, hermano me pidió que fuera con él, pues me ayudaría a ganar experiencia.

La misión era simple y no tenía mucho peligro real, eso sin contar que teníamos guardas que actuarían si algo extraño ocurría, por lo tanto, acepté su propuesta.

Aunque, la verdad… ¡Se siente como un infierno! Tanto caminar me está cansando demasiado, ¡y eso sin hablar de cuánto me duelen los pies!

Aun así, me hice el fuerte y seguí caminando tras hermano. Estábamos los dos solos, ya que los guardas estaban escondidos. Habíamos pedido que nos dejaran hacerlo por nosotros mismos, solo aparecerán en casos extremos.

El guía era hermano, el mapa estaba en sus manos, después de todo él era el que tenía más experiencia.

"Hum… Oye, hermano, ¿por dónde deberíamos de ir ahora?", cuestionó mientras extendía el mapa hacia mí.

Cada cierto tiempo, hermano se detendría y haría cosas de este estilo. Cada vez que lo hacía, yo no podía evitar sonreír mentalmente, después de todo era obvio que él sabía por donde era, él solo quería que aprendiera a como guiarme mediante un mapa.

Tras agarrar el mapa, lo observé por unos segundos antes de señalar hacia la derecha y darle el mapa de vuelta a hermano.

Él solo asintió antes de seguir caminando junto a mí.

Minutos pasaron antes de que finalmente llegáramos a la entrada de una cueva. Esta, según los informes, era pequeña e, incluso en su fondo, todavía se podía ver con la luz natural.

Hermano se detuvo y, girándose hacia mí, dijo: "¡Finalmente llegamos! Ahora empieza lo bueno, hermano, espero que estés preparado, ¡porque no pienso hacer todo el trabajo!"

Asentí con la cabeza mientras desenvainaba la espada en mi cintura. Inicialmente, mi idea era aprender a usar la lanza, pero, al ver que no era capaz de usar una correctamente debido a mi debilidad, elegí usar la espada, un arma más compleja de aprender, pero muy versátil.

Hermano también desenvainó su espada: "Entonces, ¿cómo continuamos a partir de aquí, hermano? ¡Tú estás al mando!", dijo mientras una leve sonrisa se formaba en su rostro.

"Hum… Seguramente atraer un pequeño grupo de la manada no va a funcionar, ya que la cueva es pequeña, así que el resto no tardará en llegar, lo que quitaría todo valor a esta táctica…", no dije nada más por unos segundos, pensando en una estrategia que pudiera funcionar.

Fruncí ligeramente el ceño, no se me ocurría ninguna forma de hacer este trabajo más fácil. Podría gastar algo de tiempo en recoger madera seca y otras plantas, colocarlas en la entrada de la cueva y prenderles fuego, el humo acabará intoxicándolos. Sin embargo, esto no funcionaría, dudo que el humo sea suficiente para llenar toda la cueva, además de que este ascendería al techo, mientras que las bestias se quedarían a salvo, puesto que están más cerca del suelo.

Usar cebo para hacer salir a los lobos tampoco parecía una buena idea, este ambiente les daría más libertad de movimiento, en ese caso podrán usar su ventaja numérica y velocidad superior con mayor facilidad.

Supongo que… No queda más opción que hacerlo al estilo clásico.

El número de lobos, según el informe, rondaba los 4, sin incluir al líder de la manada. Este bajo número probablemente se deba a que hayan sido expulsados de su anterior territorio en una batalla contra otro grupo de bestias. Si esto es cierto, entonces estos lobos tendrán heridas, su fuerza será menor de lo normal.

"Vamos a entrar a la cueva, ve delante y vigila por cualquier ataque furtivo, no parece haber ningún atajo", dije de forma simple.

"¡Je, je! ¿Así que hermano no teme ir de frente ante el peligro? ¡Tu valor hace honor a tu nombre!", hermano dijo con su característica sonrisa radiante.

Era obvió que se refería a la etimología de mi nombre, Társalo, puesto que este provenía de «Thársos», que significa valor y audacia, y «Kalós», el cual significa belleza física, nobleza y excelencia en general. Según lo que me contaron, madre me nombró así debido a que no lloré al nacer. En cuanto a la segunda parte del nombre, es obvia, puesto que soy un miembro de la realeza.

Sin esperar una respuesta, hermano caminó hacia la cueva, yo me adentré mientras caminaba a sus espaldas.

Mi agarre se apretó alrededor del mango de mi espada, me preparé mentalmente para lo que sea que ocurriese en la cueva.

El interior de la cueva estaba lleno de estalagmitas, estalactitas y columnas. Estas formaciones tenían un nombre específico, pero no podía recordar cuál era, ni mucho menos pensaba gastar energía en ello.

La luz se desvanecía lentamente, me centré en mis pies, mirando donde pisaba para no caer, pero me mantuve alerta de mis alrededores. Podía ver dentro de la cueva, pero la claridad definitivamente no era la deseada por la falta de luz.

Nuestros pasos resonaban a pesar de que tratábamos de ser sigilosos. Nuestra armadura no era un problema en este sentido, pues era de cuero, no producía mucho ruido al caminar, aun así, se había vuelto algo incómoda, pues estaba empapada de sudor debido al largo camino anterior.

No pude evitar fruncir el ceño, llevábamos casi un minuto caminando, pero aún no había signos de los lobos, podía notar marcas de garras en algunas rocas, pero nada más… En este punto ya deberían haber aparecido, ¿qué está pasando?

Mientras seguíamos adentrándonos en la cueva, hermano repentinamente se giró, su expresión era muy extraña.

Su rostro estaba fruncido, sus ojos mostraban rabia y su mandíbula parecía estar cerrada con fuerza.

El tiempo pareció ralentizarse.

Para cuando me quise dar cuenta, un reflejo llegó a mis ojos, la punta de su espada se acercaba hacia mí y entonces…

"¡Ah!" Exclamé mientras mi cuerpo había saltado del suelo, estando ahora sentado.

¡¿Qué ha pasado?!

Mi cuerpo dolía como un infierno, mis sentidos estaban adormecidos y el olor a sangre llenaba mi mente, me levanté como pude y casi caí al suelo como un borracho sin estabilidad.

Miré alrededor y encontré varios cadáveres de bestias, incluyendo una que estaba junto a mí, todas tenían largos cortes en ellas.

Entonces escuché el sonido de metal resonando, miré hacia esa dirección y encontré a hermano, quien había retrocedido unos pasos ante un golpe.

En frente suya, un lobo que tenía cerca del doble de tamaño que los demás estaba gruñendo.

"¡No dejaré que toques a hermano, sucia bestia!", gritó hermano mientras su brazo izquierdo sostenía su espada en posición de guardia.

Mirando al lobo detenidamente, podía notar como estaba lleno de cortes recientes de los cuales sangre fluía, además de viejas cicatrices. ¡Eso no es un lobo normal!

Al mirar a hermano manteniéndose de pie con gran valor, pensaba que estaba en perfecto estado, sin embargo, finalmente vi varias marcas de garras y mordiscos sobre su armadura, algunas de ellas sangraban, pero no podía adivinar si la sangre pertenecía a los lobos o a él.

Hermano… ¡Él me había estado defendiendo todo este tiempo! Había estado inconsciente mientras él luchaba, quedado en este estado por mí…

En este instante sentí una gran culpa, quería que la tierra me tragara y que no se volviera a oír de mí nunca más, pero… eso no serviría para nada.

Un gran brillo iluminó la cueva, una llama salió desde la mano derecha de hermano y se dirigió hacia el lobo, pero este lo esquivó rápidamente mientras se abalanzaba hacia él.

La llama cayó sobre una estalagmita, creando una explosión que la destruyó en pedazos.

¡Este es el poder de un mago!

Quería exclamar en admiración, pero no pude emitir ningún sonido al ver a hermano en peligro.

Sin embargo, hermano no se mantuvo quieto ante el ataque del lobo, aprovechando que este no tenía control de dirección al haber saltado hacia él, esquivó hacia la derecha mientras su espada dio un gran corte hacia el pecho del lobo.

La sangre comenzaba a llenar el suelo de la cueva, incluyendo el brazo de hermano, pero mientras la espada profundizaba en el corte, rebotó con un gran sonido como si hubiera golpeado una roca.

El lobo cayó al suelo, rodando miserablemente por unos segundos antes de ponerse nuevamente de pie, ahora teniendo una gran herida abierta bajo el cuello.

"¡Agh! Mi mano se está entumeciendo… ¡Se ve que tus costillas son tan duras como tu cabeza, bestia!", dijo hermano mientras caminaba hacia atrás, tratando de crear más distancia entre el lobo y él, a su vez, el lobo se mantuvo en su posición, agazapado y preparado ante cualquier movimiento de hermano.

Sacudí mi cabeza ante tal vista, ¡no podía quedarme aquí sin hacer nada!

No puedo usar hechizos como hermano y usar mi espada está fuera de discusión, puesto que solo acabaría siendo un estorbo…

Entonces miré al techo y mi respuesta llegó, este estaba lleno de estalactitas de gran tamaño.

El gran cuerpo del lobo hacía que estuviera al alcance de muchas de estas.

Sin perder el tiempo, extendí mi mano mientras leves brillos azules comenzaban a salir de esta, alcanzando el techo y avanzando entre las estalactitas hasta alcanzar las que estaban encima del lobo.

Concentrándome en estas, comencé a mover la energía desde el inicio de las estalactitas hasta la punta, esto causó que la roca que las unía con el techo se debilitará hasta que no pudo soportar su propio peso.

¡Lo conseguí a tiempo!

Los ojos del lobo estaban fijos en hermano, al escuchar el sonido de roca romperse pareció mirar un poco a los alrededores, pero, antes de que pudiera notar lo que estaba mal, grandes rocas cayeron sobre su cuerpo con un ruido atronador.

Una gran cortina de polvo se levantó en la cueva, no pude evitar toser, pero aun así, agarré mi espada del suelo y corrí hacia esta.

No podía ver nada dentro de la cortina de polvo, pero no me importó, salté con mi espada en alto, agarrando el mango con las dos manos y apuñalé una y otra vez.

A veces se escuchaba carne siendo cortada y otras solo se escuchaba roca siendo golpeada, pero de cualquier forma cada puñalada que daba entumecía mis manos y brazos, ¡los huesos del lobo eran casi tan duros como la roca que le había caído encima!

Poco a poco, el polvo se asentó y, cuando vi el estado patético del lobo, finalmente me detuve.

La bestia estaba enterrada en rocas, lo poco de su cuerpo que se podía ver estaba lleno de heridas y recubierto de sangre y suciedad. Dos de sus patas visibles estaban claramente rotas, un ojo del lobo estaba claramente destruido por mi espada, mientras que el otro mostraba una débil señal de vida.

Mis piernas temblaron hasta que caí de rodillas, no me había dado cuenta de que mi respiración era tan agitada.

Una sensación extraña llegó una vez más a mi estómago y, antes de que pudiera reaccionar, vómito salió de mi boca y cayó en el suelo, mezclándose con la sangre de los alrededores.

Sentía que ya no me quedaban fuerzas en el cuerpo, pero, entonces, algo me levantó, manteniéndome sobre mis pies. Dirigí mi mirada y era exactamente quien yo esperaba.

Hermano mostró una gran sonrisa, la cual parecía brillar entre la oscuridad de la cueva: "Has hecho un gran trabajo, hermano. ¡Eres increíble! Acabando con un líder de la manada siendo solo un aprendiz avanzado, ¡eso es algo con lo que solo podría soñar! ¡Ja, ja, ja! ¡La palabra genio se te queda muy corta!". Su voz estaba llena de alegría, aunque podía notar que estaba reprimiendo un quejido de dolor por sus heridas.

Me dejé caer sobre hermano, y este me mantuvo sin problemas.

Tras asegurarse de mi estado, hermano envainó su espada y acercó su brazo derecho a la cabeza del lobo.

Al no tener resistencia de parte de la bestia, una capa de piedra se formó sobre su hocico, provocando que el lobo se estremeciera, pero debido a las rocas y al estado de su cuerpo no podía hacer más.

Tras ello, hermano solo asintió mientras caminó hacia fuera de la cueva, llevándome a mí a su lado.

"Los huesos de esa bestia eran demasiado duros, no podía matarlo con una espada. Podría haber usado fuego, pero me parecía una mala forma de acabar con un enemigo que no puede atacar de vuelta… Sin embargo, había que rematarlo, ya que este tipo de bestias son muy tenaces, así que decidí bloquear su nariz y boca con roca, así morirá de asfixia… Es algo mejor que ser prendido en llamas", dijo hermano, dando una ligera sonrisa.

Asentí ante lo que dijo, tiene sentido. Es difícil usar hechizos en combate, muchos de ellos requieren tiempo de preparación, como este, y no se pueden usar en objetivos móviles por su dificultad, además de que el gasto de las reservas de maná es algo a tener en cuenta.

En mi caso, a pesar de ser un estudiante de magia avanzado, no pude usar un cuasi-hechizo, en esta situación era más eficiente y fácil usar lo que aprendí siendo un intermedio, aunque ser avanzado me permitió hacerlo más rápido, ya que estoy mucho más acostumbrado.

"… Esto fue algo gracioso… Los lobos no estaban en la cueva, habían salido a cazar. Esto fue algo que no habíamos tenido en cuenta", dijo hermano, dando un suspiro.

Levanté mi cabeza con dificultad para mirarle: "¿A cazar? Entonces… ¿Cómo supieron que estábamos aquí?"

Hermano me devolvió la mirada: "Pues… El líder de la manada no es un lobo cualquiera. Con el tiempo, las bestias serán nutridas por su maná, poco a poco irán creciendo y haciéndose más fuertes, hasta que alcancen un cambio importante como el de este caso… Esas bestias suelen ser los líderes de manada. Además de eso, pueden llegar a usar algunas habilidades instintivamente, muchas de ellas pueden dejar su maná en su guarida, lo cual les alerta de si hay algún intruso…".

Hermano dio otro suspiro. "Por desgracia solo lo noté cuando ya era demasiado tarde, para aquel entonces ya había escuchado sus pasos y uno de los lobos estaba saltando hacia ti, pero logré quitarte de en medio con mi brazo y di una estocada con mi espada, acabando con el lobo en mitad del aire. Impresionante, ¿no crees?"

Bajé la mirada cuando él terminó de contar la historia. Así que… quedé inconsciente debido a la tensión, miedo y la caída contra el suelo… Eso es simplemente vergonzoso.

"… Hum… Hermano, creo que hemos dejado mi espada en la cueva", dije lentamente.

Hermano comenzó a reírse: "¡Ja, ja, ja! ¿Tu espada? ¡Dudo que la quieras de vuelta! Tras usarla de esa forma contra las rocas y la bestia, acabó torcida, ¡como las ramas de un árbol!"

Claro… eso tiene mucho sentido…

Cuando caminamos fuera de la cueva y la luz natural iluminaba nuestros rostros, dos figuras bajaron de dos árboles, arrodillándose sobre una pierna.

"Príncipes, espero que nos permitan estabilizar sus heridas y traerlos a la capital, donde recibirán el tratamiento médico adecuado", dijo la figura a mi izquierda.

Ambos estaban vestidos con armadura de placas, el metal reflejando claramente la luz.

Hermano asintió, entonces el guarda a mi derecha se levantó, caminó hacia mí y puso su mano sobre mi hombro.

Un brillo verde emanó del contacto, mi cuerpo pareció estar menos entumecido y el dolor se estaba desvaneciendo como si fuera una mera ilusión. Pero, a cambio de esto, un gran cansancio inundó mi mente.

Sin poder resistirme, mis ojos comenzaron a cerrarse y caí dormido…

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