Vanet se detuvo y volteo hacia la puerta. Unos segundos después, Elías salió del cuarto y camino hacia ellas. Tuvo que usar todo su control para que su piel no cambiara de color y chillara como una gran fanática. Ver al mismísimo Héroe vestir la ropa de su tribu era un gran honor y le daba puntos extras en atractivo, en lo que respecta a su criterio.
La ropa que el Héroe vestía constada de: un chaleco y un pantalón largo de seda de arcoíris y piel de Lagarto Volcánico, una túnica sin mangas, un collar con un cuenco y dos plumas de Fénix a los extremos, un par de botas de Lagarto Volcánico y una pulsera con diez perlas obsidiana. Un rasgo distintivo entre las vestimentas es que la túnica de las Chameleon poseía el diseño de algunos monstruos y él de Elías estaba vacío.
—¡Vaya, nada mal!—dijo Orelia. Le dio una vuelta a Elías y asintió satisfecha.—¡Tendré que aplaudirle a Clotos por el buen trabajo! Le llevare un postre un día de estos.
—Dime el día y te daré un regalo para ella. Este traje es muy cómodo y resistente para el cuerpo y uso de encantamientos en ella. Tuvo que tardar un tiempo para ajustar cada parámetro y anular un evento de caos conceptual u entropía—hablo Elías. Exploro la ropa en el baño y se sorprendió del trabajo de calidad, para el poco tiempo que tuvo para elaborar la vestimenta. Pocos en el continente llegaban a este nivel de trabajo.—Espero que no te moleste mi encargo.
—Para nada. Igual iba a visitarla—desestimo con la mano. Luego sonrió con perversidad, corrió hacia su amiga y la acerco a Elías.—Por cierto, Vanet, ¿no crees que se ve atractivo con nuestras vestimentas?
—¡¿Eh?!—exclamo aturdida. El sorpresivo movimiento de Orelia y la mirada interrogativa de Elías genero un nerviosismos que se hizo notar con el cambio de su piel. Tartamudearte, comento:—Bu...Bueno, no te vez tan mal. ¡No lo digo en el mal sentido! Dentro de mis estandartes, estas muy alto. Digo: antes estabas bien, pero ahora estas mejor. No, trato...
Mientras Vanet buscaba la forma de salir de esa situación, Elías intercambiaba la mirada entre las Chameleon. Había acortado el alcance de su Autoridad para recuperarse del sobreesfuerzo que hizo al explorar el mundo de los sueños, por ello, no estaba al tanto de las acciones de ambas chicas. E incluso si estuvieran dentro del radio, Zillah lo entretuvo al indicarle la mejor forma de vestirse y logro salir al cumplir sus criterios hace unos segundos.
>>Lo que trato de decir es...
—Lo sé, no te mortifiques más—calmo Elías.—Entiendo que Orelia te metió ideas en la cabeza. En serio, ¿por que tienes que ser tan incorregible?
—Es una parte esencial de mi, acostúmbrate.
—Compadezco a todos los habitantes de esta aldea.
—¡¿Como que compadecerlos?!Para tu información, soy el alma de esta aldea. Sin mi, seria un lugar monótono y sin diversión—bufo molesta. Alzo el pecho orgullosa y sonrió arrogante.—Te llevaras una sorprenderá el día que tengamos nuestra batalla. Experimentaras de primera mano a Orelia, el alma de la fiesta.
—¿Como pasaste de nuestra conversación a un encuentro?—pregunto confundido. No envió nada que pudiera guiarla hacia ese tema.—¿Sera que tú...?Lo entiendo, tienes miedo que te quite tu puesto. Estate tranquila, no hay algún interés de mi parte por ese puesto.
—¡Tú!¡Ven aquí!
Vanet observo como Orelia se tiro hacia Elías y comenzó a atacarlo. Soltó unas pequeñas risas por ver como forcejeaban entre si hasta no controlarse mas y echarse a reír. Caer de nuevo en el juego de Orelia no le hizo ver que complicarse con Elías no servía para nada. Alguien como él, debía ser tratado como una persona normal, como hacia Orelia en estos momentos.
Mientras tanto, Orelia y Elías se detuvieron por las risas y se separaron. Uno al ver que su objetivo se cumplió y el otro al comprender el por que de las acciones del otro. Ambos estaban de acuerdo que Vanet se comportaban muy formal, casi como Elías, pero la razón era muy distinta. La mayoría de la responsabilidad sobre Elías caía en ella, por parte de ser su vigilante, guía, Maestra y admiradora, por ello, se esforzaba por darle una cálida estadía y apaciguar esa primer impresión que obtuvo.
—¡Tienes razón, Elías, Orelia es un caso perdido!—rio. Trató de calmarse y miro a su compañera molesta con burla.—Acéptalo, perdiste en tu juego. Faram es mas el centro de la aldea que tú. Tardé o temprano Elías se enteraría y perderías la cara. Ríndete.
—Tu también, Vanet. Bien, ¡te arrepentirás un día de estos!—bufo Orelia. Salto hacia unas tablas del techo y salió al exterior.—Vámonos a la fiesta. Ya perdimos demasiado tiempo. ¡Verán de primera mano por que soy el eje de la aldea!
Elías y Vanet se vieron un momento y empezaron a reírse por el enojo de Orelia. Ambos habían sufrido de las jugadas de la chica. Ver como su mayor enemigo se retiraba en derrotaba alivio sus almas sufrientes y les dio una felicidad comparable a la primera victoria al conquistar una mazmorra o abatir a un formidable monstruo. Una dicha que el otro indico con una mirada y sonrisa feliz.
—Bien. Es hora que nosotros también vayamos. No queremos que Orelia llegue primero y planee una venganza contra nosotros.
—Lidera el camino.
Ambos brincaron hacia el techo y salieron del árbol con velocidad. En medio de aquel mar de luciérnagas de color azul, saltaron entre los arboles para alcanzar a la problemática Chameleon; lo cual no tardo tanto, ya que la chica los esperaba con una risa burlona afuera de la residencia. Luego de reunirse y soportar las burlas de Orelia, retomaron su camino en un silencio que se rompía con el sonido de los insectos nocturnos que inundaban la granja.
—Elías, ¿ me puedes contar las costumbres que aprendiste de nuestra contraparte en el continente?—rompió el silencio Vanet. Dentro de cinco minutos llegarían al sitio de la fiesta y necesitaba prepararlo lo suficiente para dar una buena impresión.—Por tu forma de ponerte nuestra ropa de celebración y saber sobre la recolección de sus materiales, puedo suponer que hay leves diferencia entre ellos y nosotros.
Elías asintió y empezó a dar un resumen de todas las costumbres y tradiciones que aprendió de los Panther Chameleon del continente. Se encargo de trasmitir lo principal para no perderse en complejidades y ahorrar tiempo, su Autoridad y el paso en que caminaban señalaban la poca distancia entre ellos y la fiesta. Para cuando termino, el grupo apenas salía de la granja y tomaban rumbo al centro de la aldea.
—Interesante, el cambio es...
—¡¿Como es que ustedes redujeron su fe en el Creador?!—interrumpió Orelia anonadada. Abrió sus ojos en incrédula y detuvo su caminar.—¡¿Como pudo suceder esto?!Génesis...¡¿Por que permitió que ocurriera en primer lugar?! ¿Acaso ella se revelo y cayo?