Después de un tiempo desconocido, Reynarth finalmente recobró la conciencia. Sin embargo, para su sorpresa, no se encontraba atado a una camilla ni estaba siendo sometido a torturas, como había temido.
En cambio, se encontraba de cuclillas dentro de uno de los contenedores ya destrozados que albergaban la esencia vital. El sótano era un caos absoluto, con cristales rotos esparcidos por el suelo y camillas destrozadas. Los cuerpos yacían esparcidos, la mayoría con extremidades faltantes, y la sangre, oh la sangre, estaba por todas partes, inundando el sótano con su distintivo olor metálico.
Reynarth se incorporó lentamente, sintiendo que el mundo daba vueltas. "Pero... qué fue lo que paso, yo solo recuerdo, ese extraño símbolo y luego Boom todo fue luz y después todo oscuridad."
Mientras Reynarth trataba de recordar lo que había sucedido, de repente escucho un sonido de notificación y se quedo atónito, preguntas porque tanto alboroto por un simple sonido, bueno el caso es que ese sonido lo escucho en su cerebro y de repente se desplego una pantalla de sistema ante él.
Reynarth se encontraba sumido en un mar de confusión, tratando de recordar los eventos que habían llevado a su actual situación. En medio de su intento por recordar , un sonido inesperado resonó, dejándolo atónito. ¿Por qué tanto alboroto por un simple sonido, te preguntarás? Bueno, la peculiaridad radicaba en que ese sonido no provenía de su entorno, sino que parecía surgir directamente de su cerebro. Como si fuera una escena sacada de una novela de ciencia ficción, una pantalla de sistema se desplegó ante él.
¡DING!
[Felicitaciones, anfitrión. Has cumplido con éxito los requisitos para despertar el "Sistema Devorador Ápex". Continúa esforzándote y devora todo a tu paso para alcanzar la cima.]
La voz robótica parecía resonar en su cabeza. Reynarth parpadeó, tratando de procesar la información.
¡DING!
[Esencia de sangre consumida]
Raza: Humano común
Estado: Debilitado
Recompensa: Ninguna
[El Depredador Ápex solo consume presas dignas]La pantalla parpadeó, y una nueva notificación apareció.
¡DING!
[La cacería de eliminación sin asignar ha concluido]
Objetivo: Arlen Stronkoll
Estado: Eliminado
Recompensa: Pendiente
[Completa el paquete de cacería para reclamar tu recompensa]
1/4
1.A̶r̶l̶e̶n̶ ̶S̶t̶r̶o̶n̶k̶o̶l̶l̶
2.???
3.???
4.???
Reynarth se quedó absorto, su mirada fija en la pantalla, su mente girando en un torbellino de confusión. ¿Un sistema? ¿Cacería? ¿Depredador Ápex? Las palabras flotaban en su mente como hojas en el viento, sin encontrar un lugar donde aterrizar.
"¿¡Qué demonios está pasando ahora!?", exclamó, su voz resonando en el sótano. "Primero, casi muero, luego el cambio, ahora estoy en un maldito sótano rodeado de sangre y cadáveres, y para rematar, tengo un maldito sistema implantado en mi cerebro. ¿Qué sigue, una lluvia de ranas?"
"Tranquilo, Reynarth, un paso a la vez", se dijo a sí mismo respirando hondo, tratando de calmar su mente en caos. "Si esto es como esas novelas que leí en la Tierra, entonces..."
"Estado"
[ESTADO]
Nombre: Reynarth Zephyr
Raza: ???
Edad: 17
Despertar: 1/4
Cultivo: N/A
Habilidades: [Garras Retráctiles] [Devorar] [Control de Sangre]
"¿Qué significa '???' en la raza? ¿Ni siquiera tú sabes lo que soy? Y ¿Qué es eso de 1 de 4 en despertar? ¿Tendré que pasar por esa mierda otras tres veces? ¿¡Estás bromeando!? Y... ¿cultivo? ¿Existe el cultivo en este mundo?." Después de guardar silencio durante un momento Reynarth soltó una carcajada que resonó en el sótano "¡JAJAJAJA! Al fin una buena noticia."
En la Tierra, el concepto de cultivo era una mera fantasía, un sueño inalcanzable que solo existía en las páginas de las novelas y en las pantallas de los cines. Pero aquí, en este nuevo mundo, ¡era una realidad tangible! ¿Cómo podría no sentir un torrente de emoción ante tal revelación?
A menudo, en las noches solitarias de su antigua vida, Reynarth se encontraba sumergido en sueños vívidos donde él era un cultivador poderoso. En esos sueños, se enfrentaba a su despiadado padre, lo derrotaba con una fuerza y habilidad inimaginables, y luego se elevaba hacia los cielos, listo para desafiar a los inmortales.
Esos sueños, que antes parecían tan lejanos e inalcanzables, ahora parecían estar al alcance de su mano. La emoción que sentía era indescriptible. Era como si todas las posibilidades del universo se hubieran abierto ante él, esperando a que las explorara.
"¿Quién hubiera pensado que un día podría convertirme en un cultivador?", murmuró para sí mismo, una sonrisa de incredulidad jugando en sus labios. "Si esto es un sueño, espero nunca despertar."
Pero sabía que no era un sueño. La sangre en sus manos, el olor metálico en el aire, la sensación de poder que fluía a través de sus venas... todo era demasiado real para ser un sueño.
"En cuanto a las habilidades, 'Garras Retráctiles' es bastante obvio, pero ¿'Devorar'? ¿Y 'Control de Sangre'?" Como si el sistema hubiera escuchado sus dudas, la pantalla cambió y mostró la información de las habilidades.
Reynarth se quedó mirando la pantalla, sus ojos recorriendo las palabras una y otra vez. "Devorar... Control de Sangre... ¿Qué tipo de habilidades son esas? ¿Y cómo se supone que las use?"
Se quedó en silencio por un momento, su mente trabajando a toda velocidad. "Bueno, supongo que no hay nada más que hacer que probarlas. Pero primero, necesito salir de este sótano. No puedo quedarme aquí para siempre."
Con un suspiro, Reynarth se puso de pie, sus ojos recorriendo el sótano una vez más. La sangre y los cadáveres le hacían reflexionar sobre lo que había sucedido, pero no podía quedarse aquí para averiguar lo que había sucedido, tenia que salir de aquí y rápido antes de que algún curioso viniera aquí.
"¿Mmh? ¿Eso es...?" Reynarth murmuró para sí mismo. Mientras se acercaba a la puerta para salir, su mirada se desvió hacia un objeto a un lado de la puerta. Un objeto que, a pesar de su estado, reconocía muy bien.
Era un cadáver. Pero no cualquier cadáver. Era Arlen, o al menos, lo que quedaba de él. Su cuerpo estaba destrozado, mutilado de una manera que hacía que el estómago de Reynarth se revolviera. Los antebrazos de Arlen habían desaparecido, y su pecho estaba abierto de una manera grotesca, como si algo, o alguien, le hubiera arrancado el corazón.
Reynarth se quedó mirando el cadáver, una mezcla de emociones revoloteando en su pecho. Había una sensación de satisfacción, sí, pero también había una sensación de repulsión, de horror ante la brutalidad de la escena.
"¿Fui yo quien hizo esto?" se preguntó, su voz apenas un susurro. "¿Fui yo quien lo mató?"
No recordaba haberlo hecho. Pero sabía que debía haber sido él. Después de todo, ¿Quién más podría haberlo hecho? además estaba esa notificación de "cacería de eliminación completada".
Reynarth exhaló un suspiro pesado, lleno de una mezcla de alivio y repulsión. Se alejó del cadáver de Arlen, su mirada fija en la puerta que conducía al exterior. No podía quedarse aquí, no con el cadáver de Arlen y los otros esparcidos por el lugar. El aire estaba cargado con el olor metálico de la sangre y la muerte, y cada vez que parpadeaba, las imágenes de los cuerpos mutilados se grababan más profundamente en su mente.
Si se hubiera quedado un poco más, si hubiera tenido el estómago para inspeccionar los cuerpos más de cerca, se habría dado cuenta de una singularidad escalofriante. Todos los cadáveres compartían una característica común: sus pechos estaban destrozados, abiertos de una manera grotesca, y sus corazones... sus corazones faltaban.
El aire fresco golpeó su rostro, y por un instante, Reynarth cerró los ojos, permitiendo que el viento limpiara su mente. Con una renovada sensación de claridad, comenzó a caminar por la ciudad, no sin antes deshacerse de su chaqueta manchada de sangre y con las mangas desgarradas.
"Si sigo así, terminaré sin ropa", murmuró para sí mismo, una nota de humor seca en su voz. "No es que me quede mucho de mi antiguo guardarropa. Haaa, otra tarea que añadir a la lista. Como si ya no fuera lo suficientemente larga. Primero llegaré a casa, y luego pensaré en ello."
Con ese pensamiento en mente, Reynarth continuó su camino a casa. A medida que avanzaba, no pudo evitar admirar la belleza de la ciudad. El sol comenzaba a ponerse, y sus rayos se reflejaban en los edificios de cristal, bañándolos en una luz dorada. La pequeña colina a lo lejos se teñía de un hermoso tono rojizo, como si estuviera ardiendo.
Era una vista que siempre le había gustado, incluso antes de todo esto. Y ahora, a pesar de todo lo que había pasado, no podía evitar encontrar un poco de consuelo en ella.
"Al menos algunas cosas no han cambiado", murmuró para sí mismo, una pequeña sonrisa jugando en sus labios. "Al menos todavía puedo disfrutar de esto."
***
La noche había descendido sobre la ciudad, cubriendo el cielo con un manto de estrellas brillantes. Bajo la luz de las estrellas, dos figuras oscuras se movían con rapidez por la ciudad.
"¡Ew! ¿Por qué tenían que enviarnos a una ciudad de tan bajo nivel? Además, ¿era necesario que fuéramos los dos?" exclamó una de las figuras oscuras, su voz sonaba joven y llena de desdén.
"Ya conoces las reglas, Hawk. Los cazadores de 1 a 5 estrellas deben ser acompañados por otro cazador del mismo o mayor rango cuando salen de misión. Solo después de sobrevivir a la infusión eres libre de salir en solitario en las misiones", respondió la otra figura oscura, su voz era calmada y firme.
"Sí, sí, ya lo sé. Dios, a veces eres insoportable, siempre hablando de las reglas y siendo tan recto. Solo digo que es una pérdida de tiempo enviarnos a este lugar tan insignificante", replicó Hawk con un tono de frustración en su voz. Tras un breve silencio, continuó: "Pero recuérdame, Falconer, ¿por qué estamos aquí?"
Falconer soltó un suspiro cansado. "En verdad no prestaste atención, un día de estos esa costumbre tuya te costará la vida", dijo, y tras un momento de silencio, continuó: "Se ha detectado que la señal de una colmena de bajo nivel ha desaparecido. Si hubiera sido una falla mecánica, se habría reanudado en cuestión de minutos, pero no lo hizo después de dos horas. Así que los altos mandos sospechan que fue atacada y destruida."
"¿Atacada y destruida? ¿Pero no se supone que hay un acuerdo de no atacar a las ciudades de bajo nivel? Después de todo, solo son civiles", preguntó Hawk, su voz tensa.
"Por favor, ¿en serio esperas que esas abominaciones respeten un tratado así?" respondió Falconer con un tono de desdén. "Prepárate, ya casi llegamos al lugar."
En el corazón de un complejo de departamentos desgastado por el tiempo, dos figuras sombrías emergieron de la penumbra, como si fueran espectros surgidos de la nada. Una de ellas se alzaba con una estatura imponente sobre la otra, ambas envueltas en capas negras que ondeaban suavemente con el viento nocturno, sus capuchas levantadas ocultando sus rostros en la oscuridad.
"Este es el lugar," anunció Falconer, su voz resonando en el silencio de la noche. Sus ojos estaban fijos en la pantalla holográfica que flotaba sobre un dispositivo en forma de muñequera en su mano izquierda. "Según la información que tenemos, la colmena está en un sótano de uno de estos edificios."
Hizo una pausa, su mirada se desvió hacia los edificios en ruinas que se alzaban como gigantes dormidos bajo el cielo estrellado. "Pero antes, necesitamos hacer un reconocimiento de la zona."
Con un movimiento fluido, sacó unas pequeñas esferas de metal negro de su bolsillo. Las lanzó al aire con un gesto casual, y mientras ascendían, de sus lados surgieron alas diminutas equipadas con mini propulsores. Una especie de lente emergió de su parte inferior, reflejando la luz de la luna. Con un zumbido suave, las esferas comenzaron a volar alrededor del complejo, sus lentes escaneando la zona en busca de signos de vida.
Las figuras permanecieron en silencio, observando cómo sus ojos mecánicos exploraban el terreno. La tensión se cernía en el aire, la anticipación de lo que estaba por venir se mezclaba con la quietud de la noche.
Después de unos minutos, las esferas volvieron a Falconer como abejas regresando a su colmena, enviando la información recopilada a su dispositivo de muñequera. "No hay signos de vida aparte de nosotros dos," comenzó, su voz tan fría y metálica como las esferas que acababan de regresar. "Pero no bajes la guardia. Recuerda, existen formas de engañar a estos dispositivos. Si ves..."
No había terminado de hablar cuando fue interrumpido por Hawk, su compañero impaciente. "¡Sí, ya sé! Si veo algo sospechoso, no avanzo solo, te aviso, siempre la guardia en alto y blah blah blah. Dejemos las formalidades y busquemos." Sin esperar una respuesta, Hawk se lanzó hacia uno de los edificios, su figura se desvaneció en la oscuridad.
¡SUSPIRO!
Falconer soltó un suspiro exasperado, su aliento visible en el aire frío de la noche. "Realmente no entiendo por qué insisten en emparejarme con un idiota así," murmuró para sí mismo, su voz apenas un susurro en el viento. "Bueno, no hay más remedio, continuemos."
Con eso, Falconer se dirigió hacia un edificio diferente, su figura se fundió con la oscuridad, dejando atrás solo el eco de sus palabras y la quietud de la noche.