POV. Profeta Ayub
Había caminado durante horas, no había sido fácil salir del imperio neutro, ya que el acceso a la cueva donde nos encontrábamos estaba altamente custodiado por bestias feroces.
Nuestra conversación con Jano se había prolongado por un día entero. Era necesario tener toda la información posible para que nuestra misión fuera un éxito.
Asteria y yo tuvimos que caminar por caminos separados. Ella se dirigió hacia el reino de los elfos, mientras que yo tuve que viajar al reino de los dragones.
El objetivo de mi misión era una de las familias más impórtate de este reino, sabía que no podía fallarle a mi Dios. No después de mostrar su confianza en nosotros.
Jano había detallado minuciosamente nuestra misión. Debido a que habíamos pasado ciento veinte años incomunicados con el mundo.
La misión que se me encomendó tenía como objetivo a una mujer de nombre Beatriz, quien estaba embarazada de uno de los miembros de las cinco oposiciones. Su embarazo estaba teniendo complicaciones y no había ninguna solución para su problema.
Jano había depositado parte de su poder en nosotros. Él sabía muy bien que esta misión no sería sencilla, así que nos dotó con parte de sus Artes Divinas.
Tenía que estabilizar la concentración de Maná, lo cual era imposible para mi yo actual, ya que mis Artes se basan en Qí, además nunca antes había tenido afinidad por las Artes de Maná.
Estaba muy sorprendido cuando escuchó los detalles de la misión, pero no entre en pánico, pues sabía que la persona que me estaba enviando tenía que tener todo bajo control y tal como suponía mi Dios ya tenía todos los hechos preparativos.
Mi objetivo no era solo solucionar el problema de esta familia, sino que también debía abrir uno de los libros más importantes de este reino.
El testamento del dragón este era el nombre del libro que debía abrir. Durante años habían intentado quitar el sello que impedía leerlo, pero todos los esfuerzos habían terminado en fracaso.
Me sentí frustrado, ya que no encontraba una forma de tener acceso al Testamento del Dragón. Hasta donde sabía, la familia Bálagos no era la que reinaba actualmente, por lo tanto, tenía que pedir su ayuda para que me concedieran una cita con la familia real.
Estaba con muchas dudas, no sabía si la familia Bálagos estaría dispuesta a colaborar conmigo, así que mi mente estudiaba la mejor forma de obtener su ayuda.
"Necesito su ayuda para que la familia real me deje abrir el testamento del dragón"
'Maldición, esto no es suficiente para obtener su ayuda'
"Pueden ayudarme a ingresar a escondidas al palacio real y dejarme abrir el testamento del dragón"
'Esta sin duda es la idea más tonta que he tenido hasta ahora'
"Los dioses que ustedes adoran son escoria y la verdad del mundo está dentro del testamento del dragón, así que necesito que me ayudes a ingresar al palacio real para poder abrirles el libro y que ustedes sepan la verdad"
'¡¡Maldición!! Si digo esto estará prácticamente muerto'
Mi mente trabajaba como loca en busca de la mejor forma de completar ambos objetivos, sin tener que morir en el intento.
Los dragones poseían un carácter poco pasible, es decir que la más mínima provocación podría desencadenar una batalla a muerte, es por esto que la misión era extremadamente peligrosa.
Si fallaba en estabilizar la saturación de Maná, es posible que no regresara con vida y si no completaba el primer objetivo de la misión, el segundo básicamente estaba totalmente perdido.
Una idea vino a mi mente manteniendo mis pasos momentáneamente y haciendo que una sonrisa se formara en mi rostro.
El plan perfecto se había formado en mi mente, haciendo que mi cara pareciera la de un tonto.
Si la familia Bálagos accedía a mi solicitud, yo sanaría a su esposa y toda la misión sería un éxito.
No sabía si ellos serían capaces de seguir la corriente del plan cuando se dieran cuenta de la verdad y esto me ponía muy ansioso.
"La solución es solo será temporal, no sabemos si serán capaces de guardar el secreto hasta que el día final llegue"
El camino hacia el reino de los dragones era demasiado montañoso. Mis pasos se sintieron pesados. Lo que para nosotros como humanos era complicado para los dragones no sería más que un paseo por el parque.
Cualquier persona habría renunciado a este tipo de misiones, pero no yo, sabía muy bien a quien servía y el precio que estaba pagando, no era nada, comparado con lo que mi Dios estaba sufriendo en este momento.
Había escalado alrededor de 3 montañas en línea recta y finalmente estaba en la cima de la llanura que separaba el territorio de los dragones.
Mis ojos vislumbraron a lo lejos las cuatro grandes ciudades que componían el reinado de los dragones. El palacio iluminado en el centro del reino era uno de mis objetivos, así que solo suspiré con cansancio cuando fije mi mirada en él.
"Uff…~"
La noche estaba por caer y un bosque era lo único que se interponía entre yo y mi destino.
"Solo un poco más y podré descansar"
Había sido un viaje agotador, necesitaba descansar, bañarme y alimentarme con urgencia.
Me dirigí hacia el bosque y después de dos horas de incesante caminata había logrado salir de él.
Estaba a solo unos pasos de la entrada al reino de los dragones, reforcé mi determinación y caminé hacia los dragones que hacían guardia en forma humanoide. Ellos me miraban con una clara desconfianza.
Los dragones debían usar su forma humanoide en todo momento, ya que fue uno de los acuerdos establecidos para ser parte de la alianza de las razas. Solo se les permitía transformarse cuando estaban en guerra o cuando eran sometidos a casos de vida o muerte.
"Identificación y propósito de su visita, por favor"
El guardia fue cortante en sus palabras, pero no era algo que me extrañara, ya que era muy conocido que los dragones menospreciaban a todas las razas y solo tenían respeto por su gente.
"Mi nombre es Ayub Human Devoto, vengo a visitar a la familia Bálagos" – dije con tono serio entregando mi identificación.
El guardia se sorprendió un poco por mis palabras, pero rápidamente tomo mi identificación.
Los guardias se alejaron un poco de mí y comenzaron a charlar entre ellos mientras yo daban miradas de reojo.
Después de unos minutos, uno de los guardias se alejó del grupo en dirección de la ciudad, mientras que el guardia que me había pedido los papeles se acercó una vez más a mí.
"Hemos enviado un mensajero a la familia Bálagos, esperandoemos un momento mientras recibimos a un representante de la familia para que apruebe su ingreso"
Me sentí un poco incomodo, no esperaba este tipo de recibimiento, pero al final todo salió bien, ya que si Venía alguien de la familia Bálagos me ahorraría las molestias de preguntar por su ubicación.
"Está bien" – respondí con cansancio mientras me acomodaba en la silla de espera.
El tiempo pasó y después de cuarenta minutos escuché el sonido de un carruaje que se acercaba.
Cuando mis ojos alcanzaron a ver el carruaje, me sorprendí por lo hermosamente decorado que estaba, se notaba que esta familia no escatimaba los recursos para adornar sus posesiones.
El carruaje se detuvo frente a la entrada y una mujer muy hermosa salió de él, su cabello rubio, su mirada llena de orgullo y sus impecables curvas, la hacían parecer extremadamente hermosa.
La mujer se acercó a mí y pude notar que su estado de ánimo no era el mejor.
"Mi nombre es Persia Drogoníx Bálagos, ¿Quién eres tú?" – dijo ella liberando un poco de presión con sus palabras.
Sentí que esta misión comenzaba con el pie izquierdo, pero no me desanime.
"Mi nombre es Ayub Human Devoto, estoy acá para solucionar el problema de tu madre" – respondí sin dejarme intimidar, sabía muy bien que esta era la hija primogénita de la familia Bálagos.
La mujer abrió mucho los ojos con sorpresa, podía notar que estaba conmocionada por mis palabras.
Cuando creí que todo había salido bien, sentí que todo el ambiente cambiaba. Una intensa presión de muerte se dirigió hacia mí alertándome del peligro.
La mujer desenvainó su espada mientras cantaba su arte.
"Arte de Maná: Paso del rayo", "Arte de la Espada: Corte Oblicuo"
La mujer cantó dos artes a la vez y su imagen se volvió borrosa, lo que note al segundo siguiente fue una espada envuelta en rayos que era dirigida hacia mi cabeza a una velocidad asombrosa.
Mi mente se aceleró de inmediato y contraataqué con mis Artes Especiales de Profeta.
"Arte de Qí Devoto: Voto de anulación"
Ambos nos impulsamos, hacia adelante, y una capa de polvo se levantó en el lugar donde ambos chocamos.
Cuando la visión de los espectadores alcanzó a ver nuestras figuras notaron que mi mano derecha sostenía la garganta de Persia mientras mi mano izquierda había detenido la hoja de la espada.
Los rayos de la espada fueron anulados y la presión había desaparecido como si nunca hubiera existido.
La mirada de la mujer era incrédula, podía ver que este no era el escenario que ella esperaba.
"Cálmate, he venido acá con el propósito de solucionar el problema de tu madre, no deseo pelear"
El cuerpo de la mujer temblaba incontrolablemente, mientras sus ojos amenazaban con liberar las lágrimas que estaban acumulando.
"¿Cómo sabes acerca de su problema? Hemos sido muy cuidadosos al ocultar su estado de salud, es imposible que la información se haya filtrado" – dijo la mujer mientras comenzaba a derramar lágrimas.
Finalmente, entendía por qué esta mujer se había alterado tanto, cuando escucho mis palabras. La saturación de Maná era un problema muy serio y si el reino se enterara de la situación, les ordenaría que la ejecutaran.
El reino no iba a poner en peligro a su gente, arriesgándola a un posible contagio, así su postura estaba clara.
"Tranquila, la información no se ha filtrado, yo he venido acá por una revelación divina"
Trate de calmarla mientras soltaba mi agarre de su garganta y me alejaba a una distancia moderada.
La mujer envainó su espada y se limpió las lágrimas que había derramado, mostrando una vez más su rostro orgulloso.
"Sígueme" – dijo ella, caminando hacia el carruaje donde sus sirvientes la esperaban.
Camine detrás de ella mientras mi estado de adrenalina disminuye. Yo no era una persona que peleara frente a frente, pero esta vez me había visto obligado a hacerlo.
'Espero que las cosas no empeoren' – comenté en mi mente mientras seguía a la mujer.