El anciano terminó de dibujar el pentagrama e introdujo sus Artes Divinas en él.
Cuando el anciano termino de introducir sus Artes Divinas volvió una vez más a su postura de loto esperando recuperar las fuerzas que había gastado.
El tiempo pasó y el anciano continuaba meditando. En su mente repasaba los acontecimientos de los últimos dos años. El mundo entero se había vuelto un caos. Las últimas palabras de su Monarca Primogénito seguían repitiéndose en su mente. Él había cumplido su palabra y habían vuelto muy fuertes, tan fuertes que incluso amenazaban su existencia.
Los monarcas deseaban que Jano sufriera el mismo destino que ellos habían sufrido.
Jano se preguntaba ¿Qué tanto habían sufrido para que llegaran a tales extremos? Si de verdad estaban sufriendo ¿Por qué no lo dijeron? Él los habría escuchado.
¿Por qué callar? ¿Por qué rebelarse?
Su tristeza no se debía a su rebelión. Jano estaba triste por un motivo diferente. Su tristeza se debía al caos que generaron en el mundo.
Quienes no los aceptaron como dioses fueron eliminados y puestos como ejemplo para los demás. Cometieron genocidios en masas. Cada vez que Jano quería intervenir y detenerlos, ellos se teletransportaban a una dimensión separada.
Crearon traiciones entre las razas. Muchas familias se aliaron a ellos por sus promesas, pero otros lo hicieron por miedo a perder la vida.
Irónicamente, a pesar de su poder, hubo una fuerte oposición.
¿Quién sería tan tonto como para oponerse a una fuerza equivalente a la de un dios?
Esa era la pregunta que muchos tenían en sus cabezas, incluso el dios Jano no era ajeno a ella.
La respuesta a esta pregunta pronto fue conocida. Jano estaba tan sorprendido que se tomó unos minutos para procesar la realidad que estaba ante sus ojos.
Cinco jóvenes se levantaron y generaron oposición. No tenían estatus, ya que eran plebeyos que lograron ser reconocidos debido a su talento, pero incluso con su gran talento no tenían el poder para igualar a los monarcas.
— Elizabeth, una mujer que utilizaba las artes de Qí como utilizar Artes espirituales. No tenía lógica alguna, pero el talento era real y logro realizar una de las hazañas más grandes al convertir sus Artes de Qí en Artes Espirituales, de tal manera que sus Artes rivalizaban con las Artes espirituales Originales.
— Cannon, un tipo arrogante que se enojaba por nada y por todo a la vez. Él tenía un lema que decía "Si no lo hablaste, lo pensaste". Poseía un alto grado de control en las Artes de Maná, aunque su cuerpo no podía soportar la carga que generaba, esto no le impidió ser uno de los más fuertes.
— Freya, una mujer hermosa que estudio desde pequeña las Artes de Hechicería. Aunque ella no logro una hazaña como la de Elizabeth, su esfuerzo y dedicación rindieron sus frutos al convertirse en la única humana aprendiz de las brujas, dominando casi todas las artes de hechicería en el proceso.
— Jason, un tipo que fue un mujeriego de principio a fin. No había mujer que él no conociera. Juro que ninguna mujer que él quisiera tener debía rechazarlo. Él creía que podía conquistar cualquier mujer sin importar el tiempo que le llevara. Solo había dos mujeres que eran excepciones a su regla. Elizabeth y Freya, mujeres a las que él consideraba demonios con pieles de mujer y enemigas de su pequeño Jason.
Jason amaba las Artes Místicas de los enanos. Su amor por ellas era tanto que busco día y noche la oportunidad de ser discípulo de los enanos. Sus esfuerzos dieron resultado cuando logro ser aceptado por ellos y se convirtió así en el mejor portador de las Artes Místicas.
— Harold, un joven que era un prodigio de aquellos que se nacen una vez cada mil años. Tenía un perfecto control del Qí y sabía cómo distribuir las Artes en su cuerpo. Él conocía bien sus limitaciones y ejecutaba el mejor curso de acción en caso de una batalla prolongada. Su cuerpo era el único recipiente que no lograba albergar su gran talento, pero su espíritu inquebrantable fue el que lo coloco como líder de este grupo conocido como: "Las Cinco Oposiciones"
Elizabeth recibió el nombre de "La reina espiritual", Freya recibió el nombre de "Hechicera Suprema", Cannon fue nombrado "Príncipe del Maná", Jason recibió el nombre de "Forjador Rúnico" y finalmente Harold, quien recibió el nombre de "Heredero del Qí".
Ninguno de ellos estaba orgulloso de sus nombramientos. Ellos se opusieron a los Monarcas, pero cada que los enfrentaban debían huir para salvar sus vidas.
¿¡Cómo puedes estar orgulloso de tu nombre, cuando lo único que haces es huir!?
El mundo los idolatraba y albergaban la esperanza de vencer a los monarcas con su ayuda, pero ellos conocían muy bien la realidad. No eran ni capaces de estar de pie frente a ellos, mucho menos serían capaces de darles una buena pelea.
¿Cómo los iban a vencer?
Los monarcas querían eliminarlos, ya que estaban retrasando su conquista y no solo eso, sino que impulsaban a las masas a seguir su ejemplo al no rendirse.
Debido a sus acciones, los Monarcas los habían nombrado como: "Los Cinco dolores de cabeza".
Las cinco oposiciones habían estado huyendo constantemente hasta que finalmente encontraron una esperanza.
Jano se acercó a ellos y crearon una alianza. Juntos comenzaron a planear una forma de contraatacar las acciones de los monarcas y durante un año entero se libró una de las guerras más grandes que podían registrarse en la historia de World of Arts.
La balanza se inclinaba cada vez más a su favor hasta que surgió la emboscada de los monarcas.
Nunca habían atacado los cinco a la vez. Siempre iban por caminos separados, pero todo cambio este día.
El anciano suspiro mientras esperaba que sus aliados informaran de la presencia sus enemigos. Aunque sus fuerzas aún eran incompletas y la herida en su pecho debilitaba sus Artes Divinas, sabía que aún quedaba un último enfrentamiento.
El tiempo pasó y finalmente se escuchó la voz de una mujer
"¡Están aquí!"