Durante uno de sus viajes entre el mundo demoníaco y el terrestre, el Emperador Demoníaco Oriental, Li Chen, experimentó una transformación sorprendente. Cuando llegó a otro mundo, se encontró en el cuerpo de un niño.
Confundido y desorientado, Li Chen comprendió que su esencia y sus recuerdos seguían siendo los de un poderoso líder demoníaco, pero ahora estaba atrapado en un cuerpo infantil y vulnerable. Esta situación lo desafió de maneras que nunca antes había enfrentado.
A su lado, encontró a un niño de la región que lo ayudó a comprender su nueva vida como un niño ordinario en este mundo desconocido. Li Chen se vio obligado a aprender a vivir como un niño común, asistiendo a la escuela, haciendo amigos y adaptándose a las limitaciones de su cuerpo infantil.
A pesar de su nueva apariencia, la sabiduría y la determinación del Emperador Demoníaco Oriental seguían siendo una parte fundamental de él. A medida que crecía, comenzó a usar su conocimiento y habilidades para ayudar a las personas de su comunidad, luchando contra las injusticias y defendiendo a los más débiles.