Después de enfrentar la traición de algunos humanos y la continua lucha por la justicia y la coexistencia pacífica en su mundo, el Emperador Demoníaco Oriental, Li Chen, tomó una decisión sorprendente. Decidió dedicar tres años de su vida al estudio de la medicina.
La medicina era un campo en el que Li Chen nunca había incursionado antes, pero entendía que el conocimiento de la curación podría ser una herramienta poderosa para promover la paz y la comprensión entre humanos y demonios. Además, quería demostrar que estaba comprometido con el bienestar de todas las personas, sin importar su origen.
Durante esos tres años, Li Chen se sumergió en el estudio de la medicina con la misma dedicación y pasión que había aplicado a sus habilidades de combate y sabiduría espiritual. Aprendió sobre anatomía, diagnóstico, hierbas medicinales y técnicas de curación avanzadas.
El Emperador Demoníaco Oriental también buscó maestros y mentores humanos para guiarlo en su búsqueda de conocimiento médico. A pesar de su naturaleza demoníaca, demostró ser un estudiante apasionado y comprometido, dispuesto a aprender y aplicar sus conocimientos para el bienestar de todos.
Después de tres años de estudio intensivo, Li Chen emergió como un médico competente y compasivo. Ahora, además de ser un poderoso defensor de la justicia, también tenía la capacidad de sanar a los enfermos y heridos.
Esta nueva habilidad no solo fortaleció su posición como un líder comprometido con la convivencia pacífica, sino que también le permitió ganarse el respeto y la confianza de aquellos que alguna vez lo habían desconfiado debido a su naturaleza demoníaca. La medicina se convirtió en otra herramienta en su búsqueda de un mundo donde humanos y demonios pudieran vivir juntos en armonía.