Había sido una de las primeras noches de insomnio en la vida de Lukas, estando en medio de un conflicto con lo que sentía y ve a su alrededor tardó varias horas en pegar ojo, al dia siguiente mientras exploraba los alrededores de su vecindario, escuchó un débil gemido proveniente de un rincón apartado. Siguiendo el sonido, se encontró con un soldado herido, apoyado contra un árbol, con la mirada perdida en el horizonte.
Lukas se acercó con cautela, sintiendo un nudo en el estómago al ver el dolor reflejado en los ojos del soldado. "¿Estás bien?", preguntó tímidamente.
El soldado levantó la mirada y le ofreció una débil sonrisa. "No te preocupes, pequeño. He tenido días mejores, pero me las arreglo", respondió con voz cansada.
Intrigado y lleno de una infantil compasión, Lukas se sentó a su lado y le preguntó: "¿Cómo es la guerra? ¿Por qué están peleando?"
El soldado suspiró antes de responder: "La guerra es una lucha despiadada, llena de dolor y sacrificio. A veces, luchamos por lo que creemos correcto, pero otras veces, las razones son complicadas y difíciles de entender. Muchos de nosotros estamos aquí porque no tenemos otra opción, porque queremos proteger a nuestras familias y nuestro hogar".
Lukas asintió con solemnidad, comprendiendo en parte las palabras del soldado. Pero su corazón aún no podía aceptar completamente la violencia y el sufrimiento que rodeaba la guerra.
"¿No hay otra forma de resolver las cosas?", preguntó Lukas, mirando al soldado con ojos inocentes.
El soldado acarició suavemente la cabeza de Lukas y respondió: "Ojalá hubiera una forma más pacífica y compasiva, pero a veces las cosas se salen de control y terminamos en medio de esta tragedia. Es importante recordar que, incluso en los tiempos más oscuros, la esperanza y el amor pueden ser una luz que nos guíe".
El encuentro con el soldado herido dejó una profunda impresión en Lukas. A medida que se alejaba del lugar, no pudo dejar de pensar en las palabras del soldado y en las cicatrices visibles e invisibles que la guerra dejaba en las personas.
Esa noche, mientras su familia compartía una cena silenciosa, Lukas reflexionó sobre lo que había visto y escuchado. Cada día, la guerra parecía hacerse más presente y más cercana a su hogar, y eso le asustaba.
Pasaron los días pero el encuentro con el soldado herido había dejado una marca profunda en los pensamientos de Lukas. La imagen del soldado apoyado contra el árbol y sus palabras sobre la esperanza y el amor como guías en tiempos oscuros seguían resonando en su mente sin embargo ese pensamiento chocaba con la vista que tenía delante, ¿realmente solo su esperanza podría hacerle frente a la guerra?.
Lukas se encontraba inquieto por la guerra y el sufrimiento que causaba en las personas. Aunque todavía era joven, su corazón compasivo lo llevaba a cuestionar si había alguna otra forma de resolver los conflictos sin recurrir a la violencia. La idea de ser un soldado valiente como su abuelo seguía rondando en su mente, y como a cualquier niño la idea de volverse un Héroe le fascinaba pero la conversación con el soldado herido le había hecho reflexionar sobre qué significaba realmente la valentía.
En los días siguientes, Lukas continuó explorando su vecindario y se encontró con más escenas desgarradoras de la guerra. Vio a familias desplazadas, hogares destruidos y personas que luchaban por sobrevivir en medio del caos. Cada vez que volvía a casa, llevaba consigo el peso del sufrimiento que había presenciado y la urgente necesidad de hacer algo al respecto.
Una tarde, mientras estaba sentado en el porche de su casa, Lukas observó a su familia ocupada en sus quehaceres diarios. Su madre preparaba la cena con una sonrisa forzada en el rostro, tratando de mantener la calma y la normalidad en medio de la incertidumbre. Su padre estaba afuera, cuidando el jardín, aunque Lukas podía ver la preocupación en sus ojos mientras miraba al horizonte. Y su hermano mayor, Alex, estaba en su habitación, inmerso en sus propios pensamientos.
Mirando a su hermano mayor desde la ventana, podía sentir un atisbo de tristeza en sus ojos, sin tener nada más que hacer decidió acercarse a él, sintiéndose nervioso. Tenía muchas ideas sobre qué decir o hacer para empezar la conversación, pero cuando finalmente entró en la habitación de Alex, todas sus palabras parecieron desvanecerse. Su hermano no lo había mirado y seguía con la mirada perdida en el suelo, sumido en sus pensamientos. en silencio, Lukas se sentó con cuidado a su lado.
…
durante lo que se sintieron como unos largos 5 minutos nadie dijo nada, entonces Alex, sin mirarlo, empezó a hablar en voz baja como si estuviera pensando en voz alta. "No es justo, Lukas", dijo con un rastro de tristeza. "He estado pensando mucho sobre todo esto. Ayer me enteré de que Doan murió, estuvimos jugando hace unos días y conversando acerca de cómo podríamos ayudar al negocio de su familia el cual estaba mal últimamente y ahora ya no está aquí".
Alex finalmente lo miró, y Lukas pudo ver la tristeza y la ira en sus ojos. "Es tan injusto, Lukas", continuó. "¿Por qué tiene que ser así? ¿Por qué tanta violencia y sufrimiento? ¿Por qué no podemos disfrutar de nuestras vidas?" Lukas se sentía cada vez más inquieto al escuchar a su hermano hablar con tanta frustración y furia. El tono de voz de Alex era diferente, y eso asustaba a Lukas, quien nunca lo había visto expresarse de esa manera.
"Lo siento tanto, Alex", dijo Lukas con una voz temblorosa. "Sé lo difícil que debe ser para ti"...
Alex suspiró profundamente, tratando de controlar sus emociones. "No entiendes, Lukas", dijo, alzando la voz un poco, aunque no era una forma de gritarle a su hermano menor. "No puedo soportar ver cómo la guerra destruye todo a nuestro alrededor".
Lukas asintió, sin saber qué más decir. Se sentía abrumado por las emociones y palabras de su hermano mayor. Quería apoyarlo, pero también estaba asustado por la ira y la determinación que estaba demostrando.
Alex continuó hablando con un tono más tranquilo pero firme. "Me he cansado, Lukas. Me he cansado de sentir miedo, de sentir que nuestra vida está en peligro todos los días. No quiero seguir escondiéndome, no quiero seguir perdiendo a las personas que quiero. Si nadie más va a hacer algo al respecto, entonces lo haré yo. Si es necesario, enfrentaré a quienes perpetúan esta guerra y lucharé por ponerle fin".
Lukas se quedó sin palabras y abrió los ojos con incredulidad, mirando a su hermano mayor con sorpresa y miedo. No sabía cómo responder ante esas palabras tan cargadas de determinación y enojo. Quería proteger a Alex, pero también entendía que su hermano mayor tenía sus propios miedos y deseos de hacer algo para cambiar la situación.
"Alex, yo... yo solo quiero que estés seguro", dijo Lukas finalmente, con los ojos llenos de lágrimas. "No quiero perderte".
Alex lo miró con ternura, su única debilidad era su hermanito y quería protegerlo, le colocó una mano en el hombro. "Lo sé, Lukas, y te prometo que tomaré precauciones. No seré imprudente, pero necesito hacer algo. No puedo quedarme de brazos cruzados mientras todo esto sucede". Mientras decía esto reforzó su pensamiento y determinación al querer un mejor futuro para Lukas.
El corazón de Lukas se apretó aún más al ver la determinación en los ojos de su hermano. Sabía que no podía detenerlo, y aunque estaba asustado, también entendía que Alex solo quería protegerlos.
"Prométeme que volverás a casa", dijo Lukas sollozando, luchando por contener las lágrimas.
Alex le sonrió con cariño. "Te lo prometo, hermanito. Volveré a casa y cuando lo haga tendremos la paz que tanto deseamos".
Lukas asintió, sabiendo que no podía cambiar la decisión de su hermano. Sollozando, se encontró con la calidez del abrazo de su hermano, encontrando un consuelo el uno en el otro mientras enfrentaban la crudeza y realidad de la guerra y las decisiones difíciles que conllevaba para estos hermanos.