Pasaron algunas semanas desde la revelación que hizo su padre y Lukas intentó seguir con su vida de niño, disfrutando de momentos de diversión con su amigo Daniel. Sin embargo, las cosas en casa parecían haber cambiado desde la noche en que su padre les reveló la realidad sobre la guerra y los peligros que enfrentaban como familia.
…
En una soleada tarde de verano, los dos amigos se encontraban jugando en el patio trasero de la casa de Lukas. El sol brillaba en el cielo y el aire estaba lleno de risas infantiles.
"¡Cuidado, Daniel! ¡Ahí viene el dragón!", gritó Lukas mientras corría por el jardín con los brazos extendidos, imaginándose como un temible dragón alado.
Daniel rió y levantó los brazos para protegerse de la "terrible" embestida del dragón. "¡No podrás vencerme, dragón! ¡Soy el caballero más valiente del reino!".
Los dos amigos continuaron con su juego, creando historias emocionantes llenas de héroes, villanos y monstruos. A medida que la tarde avanzaba, se sentaron bajo la sombra de un árbol para descansar.
"¿Cómo han estado tus padres, Lukas?", preguntó Daniel mientras tomaba un sorbo de su botella de agua.
"Están bien", respondió Lukas. "A veces los veo preocupados por la guerra, pero tratan de mantenernos a salvo".
Daniel asintió, mirando a Lukas con curiosidad. "Mi padre volvió de la última batalla con una medalla", dijo con orgullo. "Dijo que la ganó por su valentía y habilidades en combate".
"¿Qué fue lo que hizo para ganarla?", preguntó Lukas con interés.
Daniel encogió los hombros. "No estoy seguro, nunca me cuenta mucho sobre eso. Vivimos en una ciudad aislada y protegida por los militares, así que no estamos muy al tanto de lo que sucede afuera. Pero siempre nos dicen que los militares son geniales y que nos protegen de cualquier peligro".
Lukas asintió, aunque en su mente había una pequeña inquietud. A veces sentía que había mucho que no sabían, que había más de lo que los adultos les decían. Pero por ahora, prefirió no pensar demasiado en ello y disfrutar de su tiempo con Daniel.
Esa tarde, otros niños del vecindario se unieron a su juego, formando un pequeño grupo de valientes guerreros dispuestos a proteger su reino imaginario. Jugaron hasta que el sol comenzó a ponerse en el horizonte, pintando el cielo de tonos cálidos y dorados.
Esa misma noche ya en la cena, Lukas le preguntó a sus padres sobre las medallas de guerra y cómo se ganaban. Sus padres intercambiaron una breve mirada antes de responderle.
"Las medallas de guerra son otorgadas a aquellos soldados que han mostrado valentía y habilidad en el campo de batalla", explicó su padre. "Son reconocimientos por su servicio y sacrificio para proteger a nuestro país y a nuestra familia", continuó con un tono mucho más frío a comparación de la explicación inicial "Sin embargo la mayoría de estas medallas se consiguen sobre los cadáveres de miles de otros soldados los cuales no volverán ni tendrán un reconocimiento". Esto último lo dijo en un tono de voz más bajo y luego de eso terminaron de comer en silencio. En medio de la conversación parecía que nadie podía notar como escuchando todo Alex estaba inusualmente callado y reflexivo.
Pasaron unos días más de juegos junto a sus amigos y Lukas cada día sentía que todo volvía a la normalidad, Pero dentro de toda esa felicidad, Lukas notó que su hermano Alex se había estado distanciando cada vez más de él y de la familia en general. lo podía ver como pasaba más tiempo fuera de casa, y cuando regresaba, Lukas notaba que estaba cubierto de moretones y heridas, pero siempre se las arreglaba para ocultarlas. Un día, cuando vio que Alex entraba en un estado mucho peor que de costumbre y preocupado por él se llenó de valor para preguntar sobre las heridas, este le pidió que no dijera nada a sus padres, ya que él era el único que lo había visto en ese estado y no quería preocuparlos.
"Son solo algunas peleas con unos amigos, nada de qué preocuparse", le dijo Alex, tratando de restar importancia al asunto y empezando a caminar con normalidad a su habitación. Pero Lukas sabía que había algo más detrás de esas palabras. Aunque quería ayudar a su hermano, también respetaba su deseo de mantenerlo en secreto.
Sin embargo, la tensión en la casa se hizo más evidente a medida que los días pasaban. Lukas podía sentir que sus padres también notaban el distanciamiento de Alex, pero optaban por darle espacio, ya que era mayor y sentían que merecía su independencia.
Una noche, después de una larga charla con Lukas, Alex se preparó para irse. Le aseguró a Lukas que solo iba a dar un paseo y que volvería pronto. Lukas no sabía que esa sería la última vez que vería a su hermano esa noche.
En la oscuridad de la noche, Lukas intentó pegar ojo y por el cansancio quizá se durmió con una rapidez increíble luego de la charla con su hermano. Pero minutos después no pudo evitar despertar al escuchar a sus padres murmurando en el pasillo. Se levantó de la cama y se asomó para ver qué sucedía. Vio a sus padres preocupados y buscando a Alex por toda la casa. Pero no había rastro de él.
Finalmente, al ver la desesperación de sus padres Lukas no pudo soportar la angustia que se cernía en su corazón y reveló a sus padres lo que sabía sobre las heridas de Alex. Les comento como lo había visto pero Alex le pidió que no dijera nada, y que dijo que solo eran peleas con sus amigos y como había salido a explorar con sus amigos esa noche. Los rostros de sus padres se llenaron de angustia y preocupación, no eran tan simples como Lukas y no creyeron de inmediato lo que dijo, si no que lograron deducir el significado de todo lo que estaba detrás de esas mentiras… Pero también se podía ver el miedo en sus ojos. Sabían que Alex quería unirse a la milicia y que esta desaparición podría estar relacionada con su deseo de entrenar en secreto.
El padre de Lukas salió rápidamente de la casa en busca de su hijo mayor. Lukas se quedó junto a su madre, tratando de consolarla mientras esperaban noticias de su padre y Alex. Los minutos parecían eternos, y el corazón de Lukas latía con fuerza en su pecho.
Finalmente, su padre regresó solo, con una mirada de derrota y preocupación. Había buscado por todas partes, pero no había rastro de Alex. No sabía a donde podría haber ido.
Sus padres estaban en shock y no sabían qué hacer.
"Ese estúpido, en que esta pensando al huir asi", murmuró su padre con voz entrecortada, sintiendo que había fallado en proteger a su hijo.
Lukas no pudo evitar sentirse culpable. Tal vez si hubiera dicho algo antes, si hubiera insistido en que Alex le contara a sus padres, las cosas serían diferentes.
La desaparición de Alex dejó un vacío en el corazón de Lukas y en la familia en general. La incertidumbre y el miedo se apoderaron de todos, mientras esperaban noticias de su hijo y hermano perdido.