Chereads / Enamorado de mi presa / Chapter 6 - Capitulo 5

Chapter 6 - Capitulo 5

A la mañana siguiente, Sasuke se levantó mucho más temprano de lo normal y con una sonrisa de oreja a oreja, y todo eso se debía a la llegada de cierto rubio a su casa. Ya era la cuarta vez que se veía al espejo, pero lo asía para verse lo más bonito que podría para el rubio.

—Ah, por Dios, espero y verme lo suficientemente lindo para él, ahh—dijo, con un suspiro al final acompañado de una sonrisa.

Mientras se miraba unas dos veces más en el espejo, aunque planeaba seguir viéndose, hasta que escuchó algo a fuera de su habitación, así que decidió abrir la puerta y asomar la cabeza y ahí pudo escuchar bien.

—A COMER—gritó una de las sirvientas, desde la sala.

Sasuke volvió a entrar a la habitación para verse por última vez en el espejo, una vez ya acomodado bien el pelo y la ropa, sonrío y salió de la habitación. Ya abajo, se posicionó en el mismo lugar de siempre y espero a que le llevaran el desayuno, pero no, nadie le trajo nada.

—Ehh, María, ¿dónde está mi desayuno?—pregunto un tanto confundido.

—Yo les dije a los sirvientes que no te sirvieran el desayuno, es tu castigo por hacernos pasar vergüenza ayer, así que si quieres comer, levántate y búscalo tú—término de hablar el hombre que alguna vez lo considero su abuelo.

Sasuke estaba molesto, no por lo que dijo, si no por qué le dijo que se "levantara" para él eso era una burla total y más por qué sus hermanos se aguantaban las ganas de reír. Prefirió guardarse las ganas de discutir y se dirigió a la cocina y hay es dónde lo vio con la ropa de chef, y preparando un plato que al parecer era el suyo, así que con mucho cuidado se acercó y le dio unos pequeños jalones a su ropa para que notara su presencia, cuando su presencia fue notada por el rubio, este le dedicó una sonrisa de oreja a oreja, acto, que hizo sonrojar al azabache.

—Hola mi señor— le dijo mientras así una reverencia y le sonreía—Su plato ya está listo, quiere que le diga a alguna sirvienta que le lleve el plato o prefiere que lo haga yo—le dijo con una sonrisa y con el plato ya en mano, listo para ser llevado a la mesa.

—No, no hace falta, yo puedo llevarlo, gracias, igual—una vez ya tomado el plato se dio media vuelta para irse a desayunar, pero antes de irse le tiró un beso al rubio en forma de agradecimiento.

Ese acto puso rojo al rubio, antes de hacer algún otro acto negó rápidamente con la cabeza, pensando que lo que estuvo a punto de hacer no estaba bien, él solo estaba ahí para cumplir su meta de venganza y asesinato.

—"Concéntrate Naruto, estás aquí para lograr tu meta, no para andar con cosas tan cursis como el romance"—pensó mientras lavaba los platos—"Pero antes de eso, necesito una presa que me ayude, ¿pero quién?"—en eso una idea se prendió en su cabeza—"No necesito seguir buscando, por qué ya sé quien es mi PRESA"— pensó mientras se asomaba por la puerta de la cocina y miraba a cierto azabache que comida con una sonrisa.

HORAS DESPUÉS.

En toda la mañana y en la tarde Sasuke nunca se separó de Naruto, todo el día estuvieron riendo y jugando y hasta haciendo bromas, pero en cierto punto su padre le dijo que se fuera a su habitación y que dejara de interferir en el trabajo del joven, a regañadientes se tuvo que ir a su habitación, pero gracias a Dios al rubio lo mandaron a cortar algunas rosas, aprovecho ese momento para verlo. Sasuke no borraba su sonrisa de la cara, y por qué de su felicidad fácil, había visto a Naruto sin remera y pudo ver muy bien su torso bien formado y más por los hermosos tatuajes que tenía, pero estuvo tan concentrado mirando al rubio que no notó a Itachi también mirando al rubio y cuando lo notó solo causó una avalancha de celos por parte de Sasuke, pero se pudo concentrar.

Mientras que Naruto se hacía el tonto, fingiendo no notar tanto a Sasuke como a su hermano, pero a la única persona que él trataba de conseguir su total atención es a Sasuke, después de todo él era su pase de oro a su victoria y luego vería como se desaría del azabache, y eso implicaba fingir amar al muchacho.

Pero lo que no sabía el rubio era que el amor le llegaría y a través de eso descubriría mentiras y verdades que le ocultaron tanto a él como al azabache y todo era para proteger los genes familiares.