Los que se encontraban presente se retiraron luego de esa breve conversación cada uno por su lado, sin embargo, Claire y Harvin se fueron juntos.
─Claire, dime una cosa... ¿fue Gilen quien se comunicó con Akenos para la misión de rescatar al Príncipe?
─si, así fue...
─no se si fue la mejor opción...
─perdón... no te informe de nada porque el señor Gilen me ordeno que no te lo hiciera saber hasta que fuera el momento.
─descuida, como parte del departamento de inteligencia de Alders también tenemos que rendir cuentas directamente al Rey eso incluye al consejero, quien tiene autoridad para darnos órdenes.
─si entiendo...
─ahora que todo está tomando forma hay que esperar a que surja una manera de parar la guerra.
─ ¡si... ahora que lo menciona jefe! ¿que pensara el señor Gilen?
─no estoy seguro, pero espero que sea algo bueno.
Mientras hablaban un mensajero del palacio se encontraba buscando a Harvin para darle un mensaje.
─ ¡¡¡señor Harvin... que bueno que lo encuentro aquí, tengo una carta para usted, tómela.
─ ¿para mí...? está bien, démela.
─ ¡tenga! ¡Fue un placer, me retiro!
De manera apresurada el mensajero entrego aquella carta que iba dirigida a Harvin.
─ ¿qué dice jefe?
─saludos de parte de la persona a cargo temporalmente de "Eclipse Rojo"
Esta carta tiene como finalidad de informarle tanto al jefe de Inteligencia "Harvin Connel" y al consejero Real "Gilen Camos"
─una carta de Akenos... dice que tiene una forma de acabar con la guerra, pero explica que necesita que el Reino de Alders colabore.
Harvin había recibido una carta de Akenos, la intensión era muy clara, Akenos parecía tener un plan para terminar con el conflicto que se libraba con Alux.
─ ¿qué debemos de hacer jefe?
─hay más cosas en la carta, pero tendré que hablarlo con Gilen después, necesitare algunas cosas que se encuentran en nuestras oficinas.
Los dos se dirigirían donde se encuentran las oficinas del departamento de inteligencia así que un carruaje fue el que los llevo.
Mientras tanto la hora ya daba más de las 10:00 de la noche y una silueta se escabullía por las casas en dirección al palacio real.