Alexa.
Me encuentro en la cocina con mi nana y Kelly arreglando el desastre que el asado había dejado en los utensilios de la cocina, mientras Andy y Damián despiden a los demás que se hospedarían en el hotel de la señora Gabriela y el señor Martín, quienes se habían adelantado un poco para preparar todo para sus nuevos huéspedes.
Después de tener ya todo organizado y limpio, nos sentamos las tres en la isla de la cocina a beber un poco de té. Kelly como siempre, habla y habla sobre sus anécdotas con Andy y del trabajo, en donde de vez en cuando nos hace reír a mi nana y a mí porque tiene una manera muy peculiar para contar las cosas al igual que su novio. Definitivamente, son el uno para el otro.
Después de compartir un rato, Kelly se va a dormir porque está un poco cansada junto con mi nana que se ha ido a acostar a Lisa porque se había quedado dormida en uno de los sofás de la sala y luego, también se irá a descansar.
Una vez que me quedo sola en la cocina, escucho las voces de ellos, así que me levanto de la isla de la cocina y apago la luz para que no me vean.
- Bueno hermano... ha sido un día bastante largo y la verdad ya me quiero ir a dormir y tú deberías hacer lo mismo. - Escucho a Andy decirle a Damián en la sala.
- Si, con muchas emociones… y aún no me creo estar acá después de tanto tiempo...
- De verdad que me alegro mucho por ti Damián. Siempre he sabido lo importante que es para ti esta propiedad, pero mejor vamos a descansar. Al parecer, todos ya se han ido a dormir y no me molesta esa idea.
- Descansa Andy...
- Buenas noches hermano.
A continuación, escucho los pasos de ellos subiendo por la escalera, suelto un pequeño suspiro algo inaudible y luego vuelvo a sentarme en la isla de la cocina para terminar el té.
Después de estar por media hora más en la cocina, decido ir a la habitación. Al llegar y entrar, la habitación está en completa calma y diría que en completa oscuridad si no fuera por un pequeño rayo de luz proveniente de la luna llena que entra por un espacio entre la ventana y la cortina. Me acerco a la cama y veo a Damián dormido, pero con la cobija a los pies. Cojo la cobija por uno de sus bordes y la acomodo para que abrigue a Damián. De repente, siento que me jalan de la mano y con una maniobra, me acuestan en la cama y alguien se posiciona sobre mí. Cierro y abro mis ojos varias veces y de inmediato reconozco a la persona que está encima.
- No se supone que estabas dormido Damián?.
- Muy bien dicho... se supone. Pero como podrías pensar que yo puedo conciliar el sueño si mi esposa no está mi lado. Por qué me estás evitando Alexa?. - Me pregunta en tono de preocupación.
- Damián, vamos a dormir. Se te olvida que acabas de salir del hospital y que haciendo esas maniobras tuyas, te puedes lastimar y abrirte de nuevo la herida. - Le digo e intento moverme pero él no me deja hacerlo.
- No has respondido a mi pregunta...
- Tal vez porque no quiero responderla y porque esta no es la hora para hablar sobre estos temas... - Le respondo sin mirarlo.
- Alexa, yo te amo y te amo como nunca he amado a nadie. Lo que yo siento por ti, no se compara con lo que yo haya podido haber sentido por Tatiana, que ahora es solamente aprecio y respeto como colega. Yo ya no siento nada por ella como mujer. Con respecto a lo que ella te dijo, no tienes por qué preocuparte, ni mucho menos sentirte culpable... este es mi trabajo y además, estoy completamente decidido a protegerte y a hacer cualquier cosa por ti porque te amo, eres mi esposa, mi alma gemela, el amor de mi vida. Si antes arriesgué mi vida por personas que ni siquiera conocía, que no significaban nada en mi vida porque no lo puedo hacer por ti...
- Y tú crees que yo puedo seguir viviendo sin ti, con la culpa de que te asesinaron por mi culpa solo por estar cerca de mí, sabiendo que deje a Lisa sin la única familia que le queda. La verdad es que... no podría soportar otra pérdida en mi vida y mucho menos la tuya... - Le digo mientras mis ojos se llenan de lágrimas.
- Yo tampoco podría vivir sin ti, así suene cursi, te necesito para seguir viviendo... – Él me dice y luego me besa con evidente ansiedad y yo le correspondo de la misma manera, pasando mis manos por su espalda musculosa y él sin dejar de besarme, comienza a desabotonar mi blusa. Con tan solo el toque de sus manos, las corrientes eléctricas comienzan a recorrer todo mi cuerpo.
- Damián... espera por... favor... te vas a lastimar... y te vas abrir la... herida... - Le comento bastante agitada.
- Estoy muy bien... y te lo voy a demostrar... ya llevo poco más de una semana sin hacer el amor contigo y eso me está matando...
No puedo evitar reírme un poco pero luego pierdo un poco la cordura y mi mente solo se queda en blanco, perdida completamente en sus besos, caricias y en sentir su cuerpo.
La ropa desaparece casi de inmediato, Damián se sienta y me levanta de la cama para colocarme en su regazo, luego me acomodo para quedar sentada encima de él, sintiendo la fuerza de su abrazo, sus besos en mi cuello que comienzan a dejar un camino en mi piel hasta llegar a mis senos para luego succionarlos a cada uno con su boca. De inmediato se me salen unos pequeños gemidos de placer, inclinándome un poco hacia atrás para darle a Damián un mejor acceso a ellos, pero a la vez que me inclino hacia atrás, siento como su erección roza con mi parte baja. El sólo sentirla, provoca que comience a sentirme demasiado húmeda por lo que empiezo a hacer pequeños movimientos para que el roce entre nuestras partes íntimas se sienta aún mejor.
Los dos comenzamos a gemir de placer pero después de un momento ya no puedo esperar más para tenerlo dentro de mí, así que me acomodo de nuevo pero esta vez para comenzar a introducir su miembro en mí.
Damián gime de inmediato cuando termino y él ya está completamente dentro. Sus sonidos me excitan tanto que pongo mis manos encima de sus hombros y empiezo a moverme de arriba abajo, al mismo tiempo que los sonidos de nuestro placer llenan toda la habitación.
De repente, Damián hace un sonido como de un gruñido, sus manos aprietan mi trasero un poco rudo por lo que hace que más humedad comience a salir de mí.
- Ya no aguanto... - Me dice Damián con el gruñido en su voz más fuerte.
Al segundo siguiente hace un movimiento para acostarme de nuevo en la cama y para estar de nuevo sobre mí. Sin decir nada pero con toda su mirada penetrante en la mía, comienza a moverse sin piedad, acelerando sus embestidas y besándome con un poco de rudeza, hasta lograr que pierda el control cuando los espasmos comienzan a invadir mi cuerpo al tiempo que siento a Damián tensarse y venirse en mi interior.
Él rueda a un lado y solo en la habitación se puede escuchar nuestras respiraciones agitadas. Después de algunos minutos, acomodo mi cabeza entre las almohadas, tapándome un poco con la sábana. Damián se acerca a mí, colocando su cabeza en mi pecho y rodeando con uno de sus brazos mi cintura, comienzo a acariciarle la espalda y el cabello con mis manos.
- Alexa... - Dice Damián rompiendo el silencio que ya llevábamos por unos minutos.
- Dime.
- Te Amo, si no fuera así, créeme que no estaría aquí contigo. - Dice aún con la cabeza en mi pecho y abrazando mi cintura.
- Yo también te amo con toda mi alma. - Le respondo mientras le sigo acariciando el cabello. Damián se levanta un poco para mirarme.
- Espero que ya hayas descansado un poco porque voy a pasar toda la noche haciendo el amor contigo...
Damián comienza a besarme de nuevo y acomodarse entre mis piernas, para así seguir el resto de la noche.
A la mañana siguiente, Lisa me despierta porque tiene sed y hambre, por lo que salimos las dos en silencio de la habitación para no despertar a Damián.
Una vez en la cocina, me pongo a prepararle el desayuno a Lisa, quien quiere waffles con un poco de chocolate blanco derretido con mermelada de frutos rojos con trozos de fruta y jugo de naranja. Le sirvo el desayuno y luego preparo café.
- mmm, estos waffles están deliciosos, Ale... eres la mejor cocinera, le ganas a todas, quién te enseñó a cocinar?. - Me pregunta Lisa mientras espero a que este el café.
- Mi madre fue quien me enseñó a cocinar muñeca... - Le respondo y luego suena la cafetera indicando que el café está listo, me giro dándole la espalda por un momento para servirme una taza de café.
- Oyeeee, no te comas mis waffles!!!. - Escucho decir a Lisa muy enojada.
- mmm deliciosos, quién te los hizo?. - Pregunta Damián a mi espalda.
- aaaa, pues Alexa.... ladrón de waffles. - Al tiempo en que ella le responde a Damián, yo me giro con una taza de café en las manos, apoyándome en el lavaplatos.
- No le quites los waffles a tu hermana. - Le digo en tono de regaño.
- Bueno... es que huelen tan bien que se me antojaron y están deliciosos. Es verdad que tú los hiciste?. - Me pregunta mientras se acerca a mí hasta colocar sus manos a mis lados para que no me escape.
- Sí, es cierto, mi madre me enseñó a cocinar, solo que no lo había hecho desde hace mucho tiempo y tú nunca me preguntaste. - Le respondo y luego bebo un trago de mi café al mirarlo divertida y con un poco de suficiencia.
- Peque!!!... porque no te llevas el desayuno a la sala y ves caricaturas?. - Le dice Damián sin mirarla y aun dándole la espalda.
Lisa sale de la cocina tarareando con el desayuno en las manos.
- Buenos días señora Evans, se le está volviendo costumbre dejarme solo en la cama en las mañanas. - Me hace el reproche pero sus labios están en mi cuello.
- Perdóneme señor Lennox, pero Lisa fue a despertarme porque tenía hambre y no quise despertarlo porque necesitas descansar. Que no se le olvide que hace unos días le dispararon. - Le digo mientras me rio por sus reproches.
- mmm... ya... la verdad pensé que ese punto había quedado más que claro. Porque si te acuerdas, anoche y gran parte de la madrugada hicimos mucho ejercicio y no me paso nada. - Vuelvo a reírme mientras dejo la taza de café en el lavaplatos y luego le rodeo el cuello con mis brazos.
- Buenos días amor... - Le digo antes de besarlo.
Damián me corresponde de inmediato y entre los besos, me dice que lo tengo loco y después me coge de las caderas con sus brazos musculosos para sentarme en la mesa de mármol del lavaplatos, acomodándose entre mis piernas.
Mientras nos besamos, Damián comienza a acariciarme las piernas a la vez que sube la falda de mi pijama con sus movimientos. Estamos tan concentrados en lo que estamos haciendo, que nos olvidamos por completo en donde estábamos y con quienes estábamos.
- eeeee!!!, kiay... no tuvieron con la noche?. - Dice Andy al entrar en la cocina interrumpiéndonos.
Damián lo mira como si quisiera asesinarlo a la vez que me ayuda a bajar del mesón de la cocina.
- Cállate, que apenas entraste a la habitación, Kelly y tú comenzaron hacer la tarea. - Inmediatamente suelto tremenda carcajada al verle la cara a Andy.
- Bueno bueno, no dije nada. Vengo a decirles que desayunemos y nos arreglemos para ir al hotel y hacer una reunión con los demás. Hay información del club.
- Está bien desayunemos. - Dice Damián.
Hago el desayuno para todos, comemos y todos se quedan totalmente sorprendidos y maravillados con mi comida, hasta el punto que desayunaron como tres veces.
Arreglamos todo y cuando terminamos, Damián me abraza desde atrás.
- Sabes... estaba pensando en que deberíamos bañarnos juntos para ahorrar agua y tiempo.
- Estaba pensando en lo mismo... – Le respondo y luego sonrío.
Al segundo siguiente, Damián me coge por las piernas y me carga en su hombro, caminando y subiendo las escalas a paso rápido, entrándonos de inmediato al baño, para seguirnos amando...