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Chapter 43 - CAPÍTULO 43: TE AMO...

Me despierto y puedo ver que ya ha amanecido y que tal vez puede ser tarde porque puedo ver los rayos del sol entrando por la ventana cuando la cortina se levanta un poco por el aire que ingresa en la habitación. Intento moverme pero siento que algo ubicado en mi cintura me lo impide porque ejerce un poco de fuerza en su agarre, miro hacia abajo y puedo ver un brazo rodeándome la cintura que viene desde atrás. Giro un poco la cabeza para poder mirar hacia atrás y me encuentro con la sorpresa de ver a Damián dormido a mi lado. 

 

Me pellizco para despertarme y me hago tan duro que casi grito, me acaricio el brazo y luego me giro despacio para no despertarlo y solo me quedo viéndolo dormir por algunos minutos. Mientras lo hago, con cuidado le quito un pequeño mechón de cabello que le cae en el rostro, acomodándoselo con los demás mechones hacia atrás. Como hipnotizada comienzo acariciarle el rostro pero con cuidado de no despertarlo, mi corazón empieza a latir con más velocidad al sentir el contacto de su piel en mis dedos y luego se acelera un poco más, cuando siento que su brazo ejerce mucha presión en mi cintura, acercándome más a él. 

 

Mi mente comienza a hacerse preguntas de por qué no se había ido?, porqué está durmiendo conmigo y en la misma cama?, si en nuestra primera noche como esposos, había preferido dormir en el sofá, pero luego de pensarlo por algunos segundos, pienso que son preguntas de las cuales no quiero tener aún las respuestas. Vuelvo a girarme para coger mi reloj de mano que lo había dejado en la mesita de noche, logrando estirarme un poco para alcanzarlo y puedo ver que son casi las nueve de la mañana. Lentamente comienzo a levantar el brazo de Damián que tiene en mi cintura para no despertarlo. 

 

El día de ayer lo había visto un poco cansado, creo que había estado muy ocupado y al parecer no había podido dormir mucho. Cuando por fin llego al borde de la cama y me puedo sentar, me estiro un poco, luego me dispongo a levantarme cuando de repente me jalan del brazo y me vuelven acostar en la cama. Damián me ha jalado de nuevo a la cama, volviéndome a abrazar pero ya no solo con su brazo alrededor de mi cintura, sino que coloca una de sus piernas encima de las mías. 

 

- Pero qué estás haciendo?, no se suponía que estabas dormido?. - Le digo mientras intento zafarme de su agarre. 

 

- Si... estaba dormido hasta que empecé a sentir un poco de frío, abrí mis ojos y vi cuando te estabas estirando. - Me responde mientras hace su agarre más fuerte para evitar que intente a levantarme de nuevo. 

 

- Damián... déjame levantarme, es bastante tarde... tú te puedes quedar a dormir un poco más. 

 

- No quiero. - Me dice muy convencido. 

 

- Damián... - Le digo de nuevo mientras intento liberarme. 

 

Al intentar levantarme, Damián hace un giro y queda casi encima de mí. 

 

- Damián!!!!, qué haces?.... - Le pregunto algo molesta y empujándolo para tratar de quitarlo de encima, pero él se acomoda para colocar su pierna izquierda casi en mi cintura, envolviéndome también con su brazo y colocando su cabeza a mi lado en la misma almohada, sintiendo su respiración en mi lado izquierdo del rostro. 

 

- Ya he tenido suficientes días de estar sin ti. 

 

Al escuchar su comentario, me giro de inmediato para mirarlo sin haberme dado cuenta de lo cerca que está él de mí, porque cuando me giro, nuestros labios se encuentran y se rozan entre sí, hasta quedar completamente unidos. 

 

Damián comienza a moverlos y yo a abrirlos levemente, invitándolo a entrar. Damián no se lo piensa dos veces e introduce su lengua en mi boca encontrándose con la mía. El beso es dulce y lento, pero a medida que el tiempo pasa, el beso se vuelve más apasionado, más intenso. 

 

Poco a poco, Damián comienza a acomodarse mejor para acoplarse a mi cuerpo pero sin dejar de besarme ni yo a él y mientras seguimos besándonos, él comienza a meter sus manos lentamente por debajo de mi camiseta deportiva, perdiéndome con cada caricia que le dedica a la piel ubicada en mi cintura y en mi abdomen. 

 

Sus caricias están provocando sensaciones en mí que solo las había sentido con fuerza ese día en el elevador, pero que ahora son tan increíbles que hasta puedo estar consciente de cada parte de mi cuerpo y del suyo. 

 

A medida que nos besamos y nos acariciamos, nuestras piernas se van entrelazando hasta darle la oportunidad a Damián de empezar a moverse de tal manera que mis piernas estén alzadas y apoyadas en sus muslos, dándole más acceso a mi parte íntima que comienza a rozarse con la suya sin importar que estemos vestidos y que nuestros jeans estén en medio. 

 

Mientras nuestros cuerpos se sienten más intensamente y nuestra temperatura corporal aumenta, empiezo a sentirme mucho más en las nubes porque todo es increíble. Una necesidad comienza a crecer en mi intimidad con cada roce y caricia que él me dedica, pero cuando siento el roce de su erección, suelto un gemido que sale de mi boca mientras nos seguimos besando. Luego Damián deja mi boca para hacer un camino de besos, desde mi mejilla pasando por mi mandíbula y después mi oreja hasta llegar a mi cuello. 

 

Después de permanecer un rato besando mi cuello, Damián se levanta un poco para mirarme y sin dejar de hacerlo se quita la camisa, permitiéndome ver su hermoso pecho y abdomen. No puedo dejar de mirarlo, mis dedos de inmediato comienzan a pasar por las líneas que marcan sus músculos, Damián se vuelve a posicionar encima de mí sin dejar de mirarme, pero esta vez, coloca sus brazos al lado de los míos para sostener su peso y no dejarlo caer todo sobre mí. 

 

De repente, hace un movimiento entre mis piernas que me provoca otro gemido, haciendo que cierre mis ojos. Comienzo a sentirme húmeda en donde puedo sentir su erección que ahora es más grande. Empiezo a sentir como él mueve sus caderas haciendo un sube y baja, aumentando la fricción entre nuestras partes íntimas. La presión que siento se vuelva más una necesidad de sentirlo sin ropa de por medio que me hace volverme loca de deseo, vuelvo a abrir mis ojos y él me mira mientras sigue haciendo los movimientos con lentitud, pero después comienza a sonreír cuando aumenta un poco la velocidad de la fricción, provocándome pequeños gemidos rítmicos de placer mientras me siento completamente mojada en dónde Damián está rozando su intimidad con la mía. 

 

- Definitivamente eres la mujer perfecta para mí, estás completamente echa a mi medida... 

 

Damián comienza a levantarme la camiseta hasta dejar mi sostén al descubierto de su mirada, luego comienza a besarme el abdomen hasta llegar a la pretina de mis jeans. Damián se baja de la cama y comienza a desabotonarse sus jeans, yo le respondo quitándome totalmente mi camiseta y luego llevo mis manos hacia el botón de mi pantalón para desabrocharlo, pero Damián me detiene. 

 

- Déjame hacerlo, he esperado mucho tiempo para estar así contigo... - Dice mientras se pasa la lengua por su labio superior. 

 

Damián coge mis piernas y me desliza por la cama hasta llevarme al borde de esta, me siento sin dejar de observarlo y mucho menos cuando él se agacha para desabotonarme el pantalón. De repente, me encuentro tocando sus brazos muy lentamente, disfrutando el tocar su piel. Él deja de bajar el cierre de mi pantalón, me mira y a la vez se levanta un poquito para poder colocar cada uno de sus brazos sobre la cama, haciendo una especie de jaula a mí alrededor como para que no pueda escapar. Inmediatamente me pierdo en sus ojos y sin pensarlo le digo: 

 

- Te amo... 

 

En el rostro de Damián se asoma rápidamente la sorpresa por lo que he acabado de decir, frenando su rostro a escasos centímetros del mío cuando iba a besarme de nuevo. 

 

- Me amas?... - Logra decir o más bien a preguntarme después de unos segundos.

 

Cuando me dispongo a contarle toda la verdad de mis sentimientos, de lo que me ocurre, de lo que ya no quiero seguir ocultando, tocan la puerta de nuestra habitación. 

 

- Damián estás ahí?... 

 

Al escuchar esa voz, siento como si alguien me acabara de tirar un baldado de agua fría completamente encima, ya que no puedo creer que ella esté aquí. 

 

- Tatiana?... qué demonios hace ella aquí?... - Se pregunta Damián en una total sorpresa y casi sin voz. 

 

De inmediato me cubro con mi camiseta y me levanto de la cama. 

 

- A dónde vas?... - Me pregunta él de inmediato al ponerse de pie y cogerme de la mano con evidente ansiedad. 

 

- Esto no está bien... tú la amas a ella. – Le respondo y de inmediato me zafo de su agarre para entrar corriendo al baño. Pongo el seguro de la puerta y me apoyo en ella hasta caer sentada en el suelo totalmente de espaldas, al mismo tiempo que lágrimas comienzan a salir de mis ojos para luego resbalar por mis mejillas. 

 

- Alexa... amor... ábreme por favor... tenemos que hablar... - Me dice Damián mientras toca la puerta y me habla desde el otro lado, pero yo sólo puedo seguir llorando sin parar, tapándome la cara y mi boca para amortiguar el sonido de mi llanto.