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Chapter 47 - CAPÍTULO 47: AHORA ERES MI MUJER.

Alexa.

 

- Y yo soy completamente tuya... porque siempre fuiste por quien yo había esperado y con quien había soñado toda mi vida y no hay un minuto del día que no me arrepiente de no haberlo visto antes porque yo te amo... 

 

- Te amo... - Me dice Damián al colocar sus manos en mi rostro mientras la mía sigue en su pecho para luego jalarme hacia él. Nuestros labios se encuentran y Damián comienza a besarme con dulzura, muy lentamente y evidentemente yo le correspondo, disfrutando de su cercanía. 

 

Damián hace un movimiento y me sienta en su regazo, sus manos comienzan a explorar mi espalda como si estuviera memorizando cada parte de ella, pero esta vez es muy lentamente, hasta que empieza a bajar el cierre de mi blusa que está ubicado en la parte trasera mientras quito mis manos de su cuello para llevarlas a su pecho y así empezar a desabotonar su camisa. Cuando ya voy en la mitad, él se detiene un poco y separa su rostro del mío, lo observo mientras los dos recuperamos un poco el aliento. 

 

- Perdo...name... creo que voy... muy rápido... - Me dice entrecortadamente porque aún está agitado, pero yo lo interrumpo al colocarle un dedo en sus labios. 

 

- No te detengas... por favor... - Le digo de manera un poco suplicante sin dejar de mirar su boca y de tocar con mis dedos sus labios. 

 

Me acerco para volver a besarlo y mis manos siguen su cometido de terminar de desabotonar su camisa. Damián inmediatamente me corresponde el beso más apasionadamente, terminando de bajar el cierre de mí blusa color beige, luego Damián me la quita lentamente para dejarme ante su vista en ropa interior.

 

Damián se gira acostándome en la alfombra, quedando encima de mí. Él se levanta un poco para terminar de quitarse la camisa y desabrocharse el pantalón. Llevo mis manos a un lado de mi falda negra para bajar el cierre, Damián me quita las manos para hacerlo él para luego comenzar a bajar mi falda lentamente por mis piernas. 

 

Me sonrojo rápidamente cuando observo que él inspecciona cada parte de mi cuerpo, sintiéndome totalmente desnuda ante su mirada a pesar de tener aún puesto mi conjunto de ropa interior de color negro de encaje. 

 

Damián se quita el resto de su ropa, quedando en su bóxer negro, parecía como si nos hubiéramos puesto de acuerdo para usar el mismo color. Damián vuelve a estar encima de mí. 

 

- No te avergüences... eres completamente hermosa y perfecta... - Me dice sin dejar de mirarme para luego volver a besarme. 

 

Mis manos comienzan a viajar por su espalda mientras yo también lo beso. Una de sus manos empieza a bajarme uno de los tirantes del sostén mientras que con la otra mano acaricia una de mis piernas, ubicándola por encima de la suya muy cerca de su cintura. Este movimiento provoca una mayor fricción entre nuestras partes íntimas, generando gemidos en los dos, sintiendo con cada toque como comienzan a crecer sus partes en el bóxer mientras que al mismo tiempo comienzo a sentir humedad en mis bragas. 

 

Damián deja de besar mi boca para dedicarle tiempo a mi cuello y al lóbulo de mi oreja, mientras que al mismo tiempo comienza a hacer pequeños movimientos con sus piernas, provocándome, excitándome, haciendo que salga de mis labios pequeños gemidos rítmicos. 

 

Damián introduce una de sus manos entre la alfombra y mi espalda, luego desabrocha mi sostén y me lo quita al hacer un camino de besos por mis brazos, continuando hasta llegar a mis senos, pasando por ellos con su boca hasta detenerse en mis pezones, haciendo pequeñas succiones y jugando con ellos con su lengua. Provocando que mi cuerpo aumente su temperatura, haciendo que comience a sudar más y perderme en un mar de sensaciones que me encantan.

 

Luego él continúa con el recorrido por mi abdomen hasta llegar a mis bragas, empezándolas a deslizar por mis piernas lentamente mientras me mira como si fuera un felino cazando a su presa. Sin poder apartar mi mirada de él, veo cuando se quita su bóxer dejándome verlo completamente desnudo y puedo decir que tiene un cuerpo espectacular. 

 

Damián coge mi copa de la mesa que aún tiene vino, bebe un poco y luego hace una media sonrisa al depositar un poco de vino entre mis piernas, después comienza con su boca a limpiar mi piel del vino, provocando que me arquee mientras muerdo mis labios y cojo la alfombra con mis manos en forma de puños para tratar de controlar mis gritos de placer. Sensaciones totalmente nuevas hacen vibrar mi cuerpo mientras Damián inspecciona cada centímetro de él. 

 

Mi mente queda completamente en blanco cuando siento unos espasmos y una especie de corriente eléctrica provenir de mi zona baja, exactamente donde Damián había terminado de poner toda su atención, acompañado de una gran humedad que proviene de mi interior. Esta vez no puedo impedir la salida de un grito que proviene desde lo más profundo de mi garganta. 

 

Después de un breve momento, siento como Damián se acomodaba entre mis piernas, abro mis ojos y me encuentro con la sorpresa de que él me está observando y sin decir nada, bebe el último sorbo de vino que hay en la copa para juntar sus labios con los míos, besándome con el vino en nuestras bocas mientras que al mismo tiempo siento como Damián va entrando en mí. 

Me siento como en las nubes porque me estoy convirtiendo en su mujer y nunca en mi vida me había sentido tan feliz, hasta el punto de que no puedo evitar que salgan un par de lágrimas por mi rostro. Damián deja de besarme al terminar de entrar por completo en mí. 

 

- Te amo... Damián... eres lo mejor que me ha pasado en la vida. - Le digo mientras lo miro directo a los ojos y peino su cabello hacia atrás con mis dedos y él me observa y limpia mis lágrimas con sus dedos. 

 

- Y yo te amo a ti mi amor... ya no vas a poder deshacerte de mí... - Me dice con una media sonrisa. 

 

Pongo mis manos alrededor de su cuello y lo jalo hacia mí para besarlo como si estuviera completamente sedienta de él. Damián gime cuando nuevamente introduzco mi lengua en su boca al tiempo que él comienza a moverse y al tiempo en que él mete sus manos por debajo de mis glúteos, pegándome más a él como si fuera posible, dejando sus manos en mi trasero y queriendo sentirlo aún más. 

 

A medida que nuestros cuerpos se mueven en un vaivén, mis manos nuevamente viajan por su espalda hasta llegar a su trasero musculoso, al cual no puedo evitar apretarlo con mis manos. Damián gime con placer por mi atrevimiento y aumenta la velocidad de sus embestidas, separándonos un momento para coger un poco de aire. 

 

Nunca me había sentido tan bien y tan consciente de cada parte de mi cuerpo. Siento como empieza a crecer un hormigueo por todo mi cuerpo con cada movimiento suyo dentro de mí, escuchando al mismo tiempo a Damián gruñir en mi oído al tiempo que juega con el lóbulo de mi oreja con su boca que me hace sentir mucho más húmeda, haciendo que pase mi lengua por todo su cuello mientras disfruto tocar sus musculosos brazos. 

 

Mi hormigueo comienza a convertirse en una corriente eléctrica que pasa por todo mi cuerpo, hasta que los espasmos empiezan a salir más fuerte que la vez anterior, hasta provocar que un grito salga con más fuerza de mi boca, a la vez que mis piernas se estiran como si estuvieran acalambradas y después de un momento se relajan por completo. Damián se levanta un poco, depositando en sus brazos que están alrededor de mis hombros, toda su fuerza para sostenerse un poco, para así aumentar la velocidad de sus embestidas y poderme mirar mientras llega a su excitación. 

 

- Te amo... Alexa... te amooo... - Me dice un poco antes de dejar salir otro gruñido de su boca sin poder dejar de desfigurar un poco su rostro. Veo su rostro lleno de sudor como lo están nuestros cuerpos, mis senos rebotando de arriba abajo con cada movimiento suyo, hasta que siento su última embestida que entra muy profundamente en mí, sintiendo como su humedad llena todo mi interior. Damián me cae encima bastante agitado, yo solo lo abrazo y le hago pequeñas caricias en su espalda. 

 

Cuando nuestra respiración ya está más calmada, él se levanta un poco de mi pecho dándome un beso muy tierno en los labios, luego sale de mi interior, se gira a un lado y me acomoda en su regazo, mientras que yo aprovecho como una niña pequeña a pasar mis dedos por sus músculos marcados del abdomen al tiempo que él acaricia el muslo de mi pierna que está ubicada en la parte baja de su cintura. 

 

- Amor... por qué no me contaste que era tú primera vez?... hubiera ido más lento, hubiera sido más delicado contigo... espero no haberte lastimado mucho pero es que contigo no me puedo controlar... - Me dice Damián algo apenado. 

 

- Estoy más que bien... no pudo ser más perfecto... - Le digo al levantarme un poco para mirarlo a la cara. Al encontrarme con sus ojos, le doy una gran sonrisa y peino su cabello con mis dedos nuevamente. 

 

- Yo pensé que Hall y tú... – Trata de decirme pero yo le doy un pequeño beso en los labios y me siento en la alfombra dándole la espalda mientras me hago una moña con mi propio cabello. 

 

- Nunca estuve con Ryan... supongo que aún le quedaba algo de decencia que ahora se la agradezco infinitamente porque me hubiera arrepentido toda mi vida de haberme entregado a él. - Le contesto la pregunta a Damián que no había terminado de formular. 

 

- Él me decía que era mejor que esperáramos hasta después de la boda por su cultura y por respeto a mí, yo creí en sus palabras porque me pareció un gesto lindo de su parte y la verdad es que yo no tengo experiencia en relaciones de pareja. Es tanto, que nunca me dio un beso de verdad... digamos que.... apasionado, solo un pequeño roce en los labios y ya. - Le confieso a Damián mis intimidades con Ryan. 

 

- Bueno... pues abra que darle las gracias al señor Hall por ese gesto y que me diera la oportunidad de ser el primero en darte un beso de verdad y en ser el primer hombre en hacerte el amor... pero te digo una cosa?... te aseguro que seré el único y el último en tú vida... - Me dice al abrazarme por atrás y al darme pequeños besos en mi cuello. 

 

- Supongo que sentía lástima por mí y tuvo un pequeño remordimiento por usarme de esa manera. - Comento al tiempo en que disfruto de los besos y de los brazos de Damián. 

 

- Puede ser... aunque tengo mis dudas... - Me responde Damián. 

 

- Te confieso que después de lo qué pasó con él en el día de la boda, tenía la idea de que era una mujer demasiado desagradable... tanto, que no le inspiraba nada a él o a algún otro hombre... 

 

Damián deja de jugar con mi cuello para luego acomodarme en su regazo y mirarme directamente a los ojos. 

 

- Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida y no es por nada... pero me considero que tengo muy buen gusto y ya sabes que puedes provocar muchas cosas en un hombre, porque a mí me tienes loco y puede que suene algo egoísta de mi parte, pero no sabes cómo me alegro de que él no te haya tocado. No merecía a un ángel como tú y mucho menos a corromperlo... - Me dice al besarme y yo lo único que hago es reírme un poco en sus labios por sus ocurrencias, pero que en el fondo me hacen sentir muy bien. 

 

- Además... eres una tontita por pensar eso sobre ti, ojalá te hubieras dado cuenta de todas las veces que tuve que mantener a raya a casanovas o mirones para que no se te acercaran... - Está vez si no pude evitar soltar una carcajada. 

 

- Eres un tonto... - Le digo mientras me sigo riendo. 

 

- Tonto... tienes un club de fans a dónde quieras que vas... pero ahora las cosas son distintas porque eres mi esposa y ahora eres mi mujer... - Me dice al acariciarme una de las mejillas. 

 

- Y yo estoy muy feliz de serlo... - Le digo mientras me voy acomodando entre sus piernas, enrollando las mías alrededor de su cintura. 

 

- No sabes por cuánto tiempo soñé con estar así contigo... no tienes idea de cómo sufría cada vez que ibas al departamento de Hall y se quedaban solos... Comenzaba mi mente a jugarme muy malas pasadas al imaginarte con él... me volvía loco de celos y el tener que callarlos... 

 

- Ssshhh... - Le impido seguir hablando al pasarle mis dedos por sus labios nuevamente. 

 

- Pues ya sabes que no hacía nada con él, excepto comer y ver películas... pero ya no hablemos más del pasado y de ese hombre que no vale nuestro tiempo, porque con mi esposo si quiero hacer otras cosas... - Volvemos a besarnos con evidente pasión y con necesidad de volvernos a sentir. 

 

Damián acaricia mi espalda cuando comienza a acomodarme para volver a entrar en mí mientras estamos sentados para volvernos a amar hasta cansarnos...