A pesar de que El Emperador lograra una victoria tan grande como fue la que obtuvo en la guerra contra los Nullker, habia una batalla que llevaba perdiendo desde hace años, aunque gracias a Lucy pudo pelear 90 años más, esta era la batalla contra el tiempo, el Emperador ya con 141 años al término de la guerra, le dio a Lucy su última voluntad.
-¿Lucy, estas ahi, me oyes?
-Si señor, estoy aqui en todo momento para servirle.
-Quiero que sepas que estoy muy orgulloso de ti por todo lo que has hecho por mi, por la Tierra y por el imperio entero, ya has de saber que me queda poco tiempo pero no se cuánto, llevo más de 110 años trabajando en mi más maravillosa y preciada creación, eres la cúspide de mi trabajo y espero, aunque no pueda verlo con mis propios ojos, que sigas llevando felicidad a todo el Imperio, no, a todo el universo.
En cuanto muera, el chip que tengo en el cráneo te permitirá ver todo lo que me guardé y todo lo que jamás pude decirte, eres todo lo que quedará de este viejo.
Adiós, Lucy.
En ese momento sus signos vitales decayeron rápidamente y todo decía que el Emperador había muerto, pero Lucy no dejaría que eso pasara, no lo dejaría irse tan pronto, logró reanimarlo después de 2 largos minutos que se le hicieron eternos y casi inmediatamente después de que este recuperara sus signos vitales, lo envio a un sitio de cuidados especiales donde se recuperó de aquel incidente, Lucy usó de nuevo el tratamiento que habia utilizado hacía casi un siglo, pero como era de esperarse, no fue tan efectivo como la primera vez, este apenas lograba un par de meses, tiempo que lucy aprovecharía al máximo.
Lucy no tenía mucha idea de que hacer hasta que encontró una forma de hacer que Dracónidas viviera para siempre, pero en cuanto se la comentó este se negó rotundamente, lo que Lucy planeaba era una locura, ella quería pasar la conciencia del Emperador al cuerpo de un robot pero esta idea fue inmediatamente descartada, Lucy pensaba y pensaba, no se le ocurría nada, hasta que logró descubrir una forma, desarrollar un clone del Emperador pero modificado para que viviera mucho más, además de ser mejorado en otros aspectos, era una idea casi igual a la anterior pero hacía que Dracónidas no perdiera lo que lo hacía sentirse vivo, su humanidad.
Pasados unos meses de ensayo y error, Lucy logró darle forma a aquel clon y poco tiempo después el Emperador le dió permiso a Lucy de transpasar su conciencia y recuerdos al nuevo cuerpo y en cuanto lo hizo, le siguió un largo y tortuoso proceso de recuperación, ya que le costaba acostumbrarse a aquel nuevo cuerpo y sobre todo, a su fuerza descomunal, cuando por fin se recuperó, el Emperador estaba a punto de cumplir 143 años, lo que le dejaba ver su largo recorrido a través del tiempo.