Dracónidas se despertó confundido en un sitio que no reconoció, pero al parecer era un campo de verdes pastos que extendía hasta donde le alcanzaba la vista y Dracónidas vió que a lo lejos había un río lo que le parecióbastante extraño, miró a su alrededor y no vió a nadie, cuando logró ponerse de pie se dio cuenta de que se encontraba en una colina y en cuanto intentó avanzar perdió el equilibrio, se golpeó en la cabeza y perdió el conocimiento.
Después de despertarse sintiéndose perdido y sin fuerzas solo se preguntó a si mismo:¿Que pasó?¿Dónde estoy?
-Al fin despiertas-Dijo una voz femenina a sus espaldas.
Dracónidas intentó levantarse de inmediato, pero no pudo, estaba demasiado débil y preguntó algo asustado: -¿En donde estoy?¿Qué es este lugar?¿Quién eres?
-Estamos en una extensión del plano astral, el primer círculo del infierno, este es Limbo, ¿Quien soy? Mi nomebre es Minos, soy aquel ente que te juzgará y decidirá a que círculo perteneces.
-¿Acaso.....Acaso estoy muerto?-Dijo después de recobrar ligeramente la calma.
-¿Acaso no lo recuerdas?
-Lo siento, pero no puedo recordarlo, de hecho no tengo recuerdo alguno.
-Mira hacia atrás, recuerda el pasado, recuerda lo que sucedio antes de estar aquí, aquella épica batalla que sacudió la tierra y no solo marcó tu historia, sino también tu destino.
-Creo que empiezo a recordar, estaba a punto de conseguir la victoria, pero ¿Qué sucedió? después de acercarme a Constantine, solo hay oscuridad, ¿Es posible que?.....No, no es posible...No pudo haberme derrotado.
-Exactamente eso que no puedes creer, sucedió.
-¿Cómo?
-Te puso una trampa, el estaba seguro de que perdería y no iba dejar que salieras vivo.
-Otra cosa ¿Dijiste algo sobre anillos del infierno?¿Podrias explicarme eso?-Preguntó el Emperador bastante confundido.
-El infierno cuenta con 9 niveles, en este momento te encuentras en el primer nivel, el limbo en donde se solo hay dos tipos de almas, las que son juzgadas y logran cruzar el rio Aqueronte y las indecisas que nunca tuvieron huella en el mundo, que sufriran el tormento eterno de este anillo.
-¿Cuales son?
-A partir de este punto ya son almas a las que se les juzgó por un pecado y fueron enviados a uno de los niveles del infierno, en el segundo anillo o anillo de la lujuria, gobernado por Asmodeo, en este habitan las almas pecadoras que fueron partícipes de este pecado y así sucesivamente, el tercer anillo o anillo de la Ira gobernado por Satán, el cuarto anillo o anillo del orgullo gobernado por Lucifer, el quinto anillo o anillo de la envidia gobernado por Leviatán, el sexto anillo de la avaricia gobernado por Mammon, el octavo anillo o anillo de la gula gobernado por Belcebú y el noveno anillo o anillo del purgatorio en el cual ningun demonio gobierna pero a pesar de ello, hay alguien que guia las almas que allí se encuentran, su nombre es Caronte, este es el orden del infierno, entonces ¿tienes alguna otra duda?-Preguntó Minos.
-¿Es este mi fin?
-Lo es-Dijo Minos con una frialdad más que absoluta
-Debo volver sin importar que pase haré lo que sea necesario
-¿Lo que sea?
-Lo que sea
-Está bien, te dejaré vivir, pero a cambio tu deberás aceptar mi trato.
-¿En que consiste?
-Irás al Infierno para traerme algo, La Reliquia de la Oscuridad, la cual se encuentra custodiada por el demonio de Tierra, Belial, uno de los cuatro príncipes elementales del inframundo, ese es el coste de tu vida, solo tienes dos alternativas, morir o arriesgarte para seguir vivo, es tu decisión.
-¿En que círculo se encuentra?
-Se encuentra resguardada en el tercer anillo.
-Si la misión vale mi vida, acepto, no importa cuánto me lleve, traeré la reliquia ante usted.
En ese instante Minos lo llevó al borde del rio Aqueronte, en el que flotaba una balsa que era guiada por Caronte, Dracónidas lo saludó y subió sin vacilar ni un segundo, prefería morir como un guerrero a morir como un cobarde y antes de que Caronte moviera la balsa, Minos le entregó un pergamino y sin pronunciar palabra hizo una seña a Caronte para que se fuera con El Emperador a bordo, este solo sonrió, miró hacia el frente lleno de convicción y pensó "En este momento empieza el reto más grande que se haya atravezado en mi camino, ¿Quien diría que llegaría a estar en el mismísimo infierno cumpliendo una misión para una deidad?".
Tardaron un largo rato en llegar al anillo de la ira, tiempo el cual el Emperador veia hacia el cielo y veia como este entre más avanzaban iba tiñendose de diferentes colores hasta que se tiñó de un color rojo carmín cuando hubieron llegado a su destino, en momento en el que Dracónidas se bajó de la balsa dijo:
-Gracias señor Caronte por el viaje
Caronte solo sonrió e hizo un gesto con la cabeza, dió marcha a la balsa y se alejó sin pronunciar palabra, en cuanto desapareció en el horizonte Dracónidas decidió iniciar su viaje, comenzó a avanzar dentro del infierno y no pasó mucho hasta que apareció el primer enemigo, un demonio de grandes dimensiones sobre el que El Emperador se abalanzó sin dudar, pero la bestia era demasiado fuerte y aunque con dificultad, logró derrotar a la bestia y en cuanto esta cayó, se desvaneció dejando lo que parecía ser su corazón, que inesperadamente seguía latiendo, mientras que Dracónidas miraba confundido y asqueado tal acontecimiento, escuchó gritos e insultos, los rugidos de una bestia como la que acababa de eliminar, seguido de pasos y finalmente la caida estrepitosamente esta, cuando se acercó, vió que una criatura similar a un hombre, devoraba el corazón del demonio y tras un momento logró detectar a Dracónidas sin que este hubiera hecho ruido o movimiento alguno y de inmediato se abalanzó con cuchillo en mano sobre El Emperador, quien facilmente bloqueó el golpe y alejó a la criatura, la cual en cuanto toco el suelo intentó lanzarse de nuevo al ataque, pero el suelo se rompió y mientras intentaba recomponerse, Dracónidas inmovilizó y le preguntó:
-¿Quién o que eres?-Decía mientras sostenía a la bestia que se retorcía bajo su cuerpo
-¡Te mataré bastardo!-Decía el demonio.
-Te liberaré en cuanto me respondas algunas preguntas-la criatura lentamente dejó de retorcerse, al parecer quería cooperar-¿Quien y que eres?
-Soy un demonio, me llamo Akuma.
-¿Sabes algo sobre La Reliquia de la Oscuridad?
-La...La...La Reliquia de la Oscuridad-Decía el demonio aterrado.
-Si esa misma, ¿Sabes donde está?
-Déjame ir-Akuma volvió a retorcerse, pero esta vez con intenciones de huir-no sé nada, ¡lo juro!
-No te dejaré ir hasta que respondas.
-Hay una profecía.
-¿Que profecía?¿Qué dice?-Preguntó Dracónidas bastante confundido.
-El fin del unverso, según la profecía, un ente corrompido por la oscuridad, destruirá el infierno tal y como se conoce sobreponiendose ante los cuatro elemntales, creando un nuevo orden, que entrará en guerra con Dios mismo, devastando el universo y creando uno nuevo.
-Con que destruirá el universo.
-Si, asi es.
-Bueno en ese caso debo apresurarme.
-¿A dónde planea ir?
-Al sitio donde quiera que sea que tengan la reliquia.
-¿A la fortaleza del principe Belial?
-Exactamente, ¿Tienes alguna idea de donde está?
-No se donde pueda estar, sin embargo si sé de un sitio donde puedes averiguar donde pueda estar, pero es muy arriesgado.
-Es morir luchando o morir como cobarde y yo prefiero lo primero.
-Está bien, si esa es su decisión, es una cuidad que se encuentra a unos cuántos kilómetros hacia el norte, en la región de Elodon, se llama Angkor, los habitantes son algo violentos, hay que estar bien cuidado
-Otra pregunta ¿Que diablos eran esas cosas que matamos hace rato?
-Eran Goemuls, una clase demonio que alguna vez fue humano, pero fue consumido por su pecado, estos eran la variante de este anillo del infierno.
-Gracias por su ayuda, le devolveré el favor algún día.-Dijo Dracónidas antes de irse caminando mientras hacia un gesto de despedida con la mano, gesto que también le fue devuelto por Akuma, que regresaba a donde había dejado el corazón del Goemul que había dejado tirado cuando se enfrentó al Emperador mientras pensaba en voz alta:
-Seguramente lo maten en cuanto toque la ciudad.