Jane y Tarin, desesperados, continuaron atacando y atrajeron la atención del Berserker, gracias a lo cual Miriam pudo acercarse y curar a Adam antes de que fuera muy tarde. Adam despertó, pero estaba tan débil que el combate había acabado para él.
Por otro lado, Jane y Tarin se separaron y continuaron atacando al Berserker por dos flancos. Cuando el zombie cargaba hacia uno de ellos, este se concentraba en huir, mientras el otro atacaba. El espacio en el pasillo también era escaso y no todos los zombies habían sido eliminados, por lo que Jane tuvo que matar a un Crawlers que intentó acercarse. Instante que aprovechó el Berserker para alcanzar a Tarin, que ya no podía huir debido a que a su derecha tenía el incendio y a su izquierda un apartamento repleto de zombies.
Agotado y sin más opciones, Tarin corrió con todas sus fuerzas hacia la escaleras, pero el Berserker le alcanzó y lo embistió por la espalda. El golpe le hizo perder la consciencia de inmediato, y si no fuera porque Jane atacó de nuevo al Berserker, clavándole una flecha en la piel calcinada, el zombie le hubiera matado de un pisotón.
El Berserker cargó hacia Jane y Marlen. Esta última notó algo importante.
—¡Es más rápido y fuerte que antes! Tenemos que matarle rápido o todos estaremos acabados.
Adam, un poco más atrás, observaba preocupado, pero decidió que debía de ocuparse de otro problema importante. El incendio comenzaba a salirse de control, por lo que se acercó y utilizó su arma para absorber las llamas.
Jane comenzó a gritar y a llorar mientras disparaba flecha tras flecha, pero el Berserker seguía avanzando.
Marlen agarró su hacha y esperó a que el Berserker se acercara. Recordó el momento en el que su hacha había rebotado en la gruesa piel del zombie. La Clase [Guerrero] no tenía hechizos poderosos o armas de destrucción como un lanzallamas, pero una de sus habilidades se llamaba [Instinto para el combate]. La habilidad no solo le daba a Marlen reflejos increíbles, sino que también le permitía aprender a combatir.
Marlen corrigió su postura y se preparó para atacar. Entró en un estado extraño en el que un momento parecía durar una eternidad. Recordó la sensación de su arma al golpear al Berserker y observó, con atención, las quemaduras en la piel del monstruo. Cuando todo estuvo listo, atacó.
Esquivó un golpe y puso toda su fuerza en su ataque. El hacha se encajó profundamente en la parte superior del muslo, justo en la conexión de la pierna con el tronco. La piel calcinada abrió paso y Marlen se sorprendió de la poca resistencia que había encontrado.
El Berserker perdió la pierna entera y cayó al suelo con un golpe que hizo temblar todo a su alrededor. Intentó levantarse torpemente, pero antes de que pudiera, Marlen estaba ya encima de él.
Miriam, que observaba en la retaguardia, corrió y agarró a Jane por los hombros, pues observaba la escena petrificada.
—Tenemos que ayudar a Tarin —dijo Miriam.
Sin más palabras, arrastró a Jane tras de sí. Pasaron con cuidado junto al Berserker caído y se acercaron a Tarin. Algunos zombies salieron de uno de los apartamentos y se acercaron al vulnerable mago. Por suerte, ninguno de ellos era un problema.
Marlen continuó atacando al Berserker, pero sin importar lo que intentara, no podía repetir el ataque que había realizado antes. Sus golpes apenas podían hacerle daño. Por suerte, el zombie ya estaba prácticamente acabado. Sin una pierna, sus golpes apenas tenían fuerza.
Marlen decidió acabar con todo de una vez y comenzó a golpear el cuello del Berserker con su hacha. Por suerte, pronto logró atravesar la piel con un solo hachazo y el zombie dejó de moverse. Marlen se detuvo para recuperar el aliento y fue entonces que escuchó un mensaje del sistema
[Has aprendido por ti misma una nueva habilidad:].
[Corte preciso: te concentras en un punto débil del enemigo para realizar un ataque con el doble del máximo daño que puedes infligir].
Marlen sonrió y volteó a mirar a Miriam, que estaba atendiendo a Tarin mientras Jane peleaba con el resto de los zombies. Cuando se dio cuenta de que su hermana estaba bien, buscó con cierta emoción los objetos que había tirado el zombie. Además del cristal azul, el Berserker había arrojado un hacha de mano de aspecto feroz. Con una sonrisa, la recogió, sintiéndose satisfecha.
Para ese momento, Jane terminó de matar a los zombies y Adam terminó de apagar el fuego. Todos pudieron respirar tranquilos, pero en ese momento se dieron cuenta de los disparos y gritos que venían de las escaleras.
—¿Qué diablos está sucediendo? —preguntó Marlen.
Unos minutos antes, en el grupo de Han en el séptimo piso.
—¿No crees que estamos muy cerca de uno de los apartamentos que tenemos que evitar? —preguntó uno de los hombres, un arquero que aún temblaba al recordar el combate contra los zombies en el octavo piso.
—No se preocupen —dijo Han—. Con la ayuda de Noah, no creo que tengamos problemas.
En un principio, estaba nervioso por la lucha, pero los zombies Stalkers resultaron mucho más sencillos de lo esperado. La Clase de Han era [Abogado] y su forma de combate era bastante poco ortodoxa. Su habilidad [El peso de la ley], le permitía establecer leyes sencillas en ciertas condiciones que sus enemigos no podrían superar sin el suficiente poder.
Antes de entrar al nuevo apartamento, Han utilizó el extraño marcador blanco, que era su arma, para marcar una línea en frente de la puerta y establecer una ley sencilla.
—Los zombies no pueden superar esta línea —dijo. Su voz, al activar la habilidad, resonó por todo el pasillo. Luego, se sintió ligeramente débil.
—Ya pueden atraer a los zombies.
Pero esta vez tuvieron mala suerte. Adentro había un Gluton y era la primera vez que ellos se encontraban con este zombie. Noah y los demás lo observaron con cuidado mientras el arquero del grupo derribaba a los Stalkers. Sin previo aviso, el Gluton escupió un globo de ácido, que atravesó la barrera de Han sin problemas y cayó en el hombro del arquero.
Este comenzó a gritar sin poder contener su dolor. Han empalideció al escuchar el grito y Noah se movió rápido y dejó inconsciente al arquero de un golpe. El Gluton volvió a escupir ácido y esta vez todos consiguieron esquivarlo. Sin embargo, el grito del arquero había molestado a una de las presencias peligrosas a tan solo dos apartamentos de distancia.
Cuando todos se preparaban para matar al Gluton, un grito horrible les heló la sangre. La mirada de todos se dirigió a la izquierda, hacia el apartamento que Carlos les había advertido que no entraran.
—¡Mierda! ¡Han, levanta una barrera! Utiliza todo el poder que puedas.
Han obedeció a Noah y trazó una línea en el pasillo.
—Los zombies y cualquiera de sus ataques no pueden superar esta línea.
Esta vez, Han se concentró en incrementar el poder de la ley, por lo que al terminar se sintió completamente agotado. Justo a tiempo para observar cómo la puerta del apartamento salía volando de un golpe. Del interior surgió un zombie de extremidades alargadas, flacucho y de uñas largas, como si fueran garras.
[Zombie Ambusher].
El zombie gritó una vez más y luego corrió hacia ellos. Por suerte, la barrera de Han resistió el golpe. El zombie cayó al suelo y se levantó con una agilidad asombrosa y comenzó a tocar la barrera invisible, un poco confundido.
Noah levantó su fusil y disparó una ráfaga contra el zombie mientras él y todo su grupo se retiraba. Para su horror, el Ambusher se movió tan rápido que Noah lo perdió de vista por unos instantes. El Ambusher había esquivado los disparos. Antes de que pudiera decir algo a los demás, el zombie se subió a la reja del edificio y saltó. Su mano derecha se agarró a la reja del piso superior y se impulsó, rodeando la barrera de Han y cayendo en el pasillo de nuevo, frente al grupo.
—Estamos jodidos —dijo Noah.
Sin detenerse a pensarlo, el guardia dio media vuelta y corrió con todas sus fuerzas hacia las escaleras. Los demás aún estaban procesando lo que estaba ocurriendo, por lo que fue muy tarde cuando el Ambusher apareció delante del arquero que Noah había dejado inconsciente y con sus largas uñas le atravesó el pecho en una herida mortal. Luego sostuvo el cuerpo y comenzó a devorarlo.
Fue entonces cuando los demás reaccionaron y corrieron sin mirar atrás. Han maldecía su estupidez. Debería de haberse mantenido lejos del apartamento, como Carlos le había indicado.
Carlos, en el cuarto piso, escuchó los disparos en los pisos superiores y tuvo un mal presentimiento. Su grupo había limpiado varios apartamentos, pero tenían problemas con los Brawlers y los Crawlers.
—Algo ha ocurrido con el grupo de Han —dijo Carlos—. Será mejor retirarnos a las escaleras.
Todos le siguieron. Pero entonces, el ruido de la pelea en los pisos superiores fue suprimido por el escándalo en los pisos inferiores. Los gritos de ira del Berserker y el incendio en el barranco alertaron a Carlos.
Noah, mientras tanto, bajaba los escalones de dos en dos. Al principio, a pesar de que no le quedaba mucha munición, tenía confianza en su fusil de asalto, pero al ver cómo el Ambusher había esquivado los disparos, supo instantáneamente que el zombie era capaz de asesinarlos a todos.