A continuación, el grupo se preparó para limpiar el segundo jardín del edificio y el patio trasero. Este jardín había sido el jardín privado de una de las viviendas de planta baja, pero con los habitantes muertos, se abrió la puerta y se mataron a los pocos zombies que estaban allí. Una parte de los zombies que habían atacado en la noche, provenían de este lugar, por lo que ahora no quedaban muchos. En cuanto al patio trasero, tenía una entrada a través del jardín secundario. Era más pequeño que el patio principal y contenía aún menos zombies, por lo que la limpieza fue sencilla.
A la izquierda, un muro separaba el patio de un estrecho sendero que cruzaba la cima de un pequeño barranco plagado de hierbas, el cual daba hacia la calle de abajo. En el camino se erguía, por sobre las cabezas de todos, un árbol de mango, fruta que Adam disfrutaba comer en la temporada.
Las siguientes horas pasaron muy rápido, mientras todos se preparaban para el asalto al superbloque. Por fin, Terry despertó y envió a Rony a explorar los apartamentos uno por uno.
Cuando regresó, una hora después, Terry les entregó una serie de planos en donde marcó las presencias en cada uno de los pisos.
El superbloque estaba formado por 12 pisos, con las escaleras en el medio. En cada piso se extendía un pasillo a la izquierda y a la derecha, y en cada uno se encontraban 5 apartamentos. En total, el superbloque estaba conformado por 120 apartamentos.
Adam observó alarmado que habían solo 9 apartamentos libres de presencias hostiles. El resto estaba lleno de zombies y, en especial, destacaban unos 5 lugares del edificio, en donde, según Terry, podían leerse presencias del mismo poder que el Spore Spreeder.
5 zombies con el nivel del Gorger y el Spore Spreeder. Sin ninguna duda, sería un combate difícil, sobre todo en el quinto piso, donde había 2 de dichas presencias, una en cada pasillo. Además, Terry señaló un área en particular en el piso 12, en el cual uno de los apartamentos humeaba constantemente, como si hubiera un fuego encendido. Esto alertó a Adam de la presencia de una extraña variante de zombie.
Con todo preparado, el grupo entero se reunió fuera del edificio: Jane, Tarin, Miriam, Marlen y Adam. Krieg se quedó atrás, esperando a que Darry despertara, mientras que Terry se negaba, nuevamente, a enviar a Rony al combate.
Todos se reunieron en el estacionamiento y se pararon frente al superbloque.
—Tarin ¿Qué haces? No te quedes atrás —Le gritó Jane. Tarin, quien se había quedado en la puerta del edificio, guardó su teléfono en un bolsillo y luego alcanzó al grupo.
—Lo siento —dijo apenado cuando se reunió con todos. Desde donde estaban, podían observar el humo que salía del apartamento que Terry había indicado. Adam y el resto asintieron y no le prestaron mucha atención en ese momento.
Todos cruzaron el puente que unía el segundo piso del edificio con el estacionamiento. El puente cruzaba sobre un barranco repleto de hierbas y por debajo se podían ver el primer piso y la planta baja.
Por suerte, el segundo piso resultó sencillo de limpiar. El grupo, incluso, consiguió varios paquetes especiales. Adam agarró uno diseñado especialmente para ingenieros, sin embargo, todos decidieron que revisarían los contenidos luego de la operación. Ahora lo importante era moverse rápido. Uno de los apartamentos sin presencia de hostiles se ubicaba en el extremo izquierdo del edificio, por lo que el grupo tocó la puerta y esperó una respuesta.
Abrió una mujer que los miró con desconfianza.
—¿Quiénes son ustedes y qué hacen aquí?
Lo que siguió fue una larga conversación para explicar qué estaban haciendo. La mujer exigió que dejaran su apartamento en paz y pidió la propiedad de los dos apartamentos más cercanos. Para no entrar en conflicto, Adam le dio las propiedades que deseaba y luego la dejaron en paz.
Dentro del apartamento, un grupo de personas esperaba a la mujer.
—¿Era el Grupo de Adam, no?
—Sí Carlos, eran ellos. Ya han limpiado todos los apartamentos de este piso. Lo bueno es que pude arrebatarle la propiedad de los apartamentos más cercanos.
—Buen trabajo Nadia, toda ayuda será necesaria —dijo Carlos, antes de voltearse al resto de las personas reunidas en el apartamento. El grupo era de unas 6 personas, las cuales habían logrado escapar antes de que los zombies los devoraran.
—Será mejor que nos preparemos para comenzar a limpiar los apartamentos. Casi no hay nadie vivo en el edificio, pero ya me he comunicado con todos los sobrevivientes y están de acuerdo en actuar ahora. Si lo que dijo Tracel es cierto, mientras les dejemos los zombies más poderosos a Adam y a su equipo, entonces obtendremos la propiedad de muchos apartamentos sin que ellos puedan hacer nada.
—Te entiendo papá, pero ¿Por qué debemos ocultarnos de Adam?
—Es porque esto es una competencia. Alfred, tienes que entender que es importante no quedarnos atrás. Gracias a Tracel sabemos la importancia de los refugios y de la propiedad de los apartamentos. No podemos quedarnos atrás si tenemos la intención de mantener algo de poder una vez que Adam se encargue de los zombies más peligrosos. Mientras más apartamentos tengamos mejor, incluso podríamos arrebatarle el liderazgo a Adam.
Alfred suspiró, algo irritado, pero tenía que admitir que las palabras de su padre tenían algo de sentido. Sin embargo, no podía evitar molestarse por su actitud. Aunque el mundo estuviera hecho un desastre, su padre seguía aferrándose a su ambición.
—Solo tenemos que esperar a que ese grupo de idiotas muera y obtendremos todos los beneficios.
El que habló fue un hombre delgado de unos cuarenta años que no podía esperar para que esta pesadilla acabara y volver a una vida medio normal. Además, sabía muy bien que en este nuevo mundo los poderosos reinarán, por lo que deseaba poder por sobre todo.
—Veo que sigues siendo el mismo idiota Antony —dijo Carlos—. Adam y su grupo no deben morir. Puede que esto no sea una competencia amistosa, pero toda persona que pueda enfrentarse a esos monstruos vale su peso en oro. Si en cualquier momento se encuentran en peligro, les ayudaremos. Ahora basta de charla, pronto comenzará todo y debemos estar preparados.
Afuera, en el pasillo, Marlen pensaba que había algo raro con la mujer que habían encontrado en el apartamento.
—Adam. ¿No crees que esa señora nos oculta algo?
—¿A qué te refieres? —El grupo se detuvo y Adam miró a Marlen, curioso.
—Es que me parece raro que al final nos haya pedido la propiedad de los apartamentos. En nuestras explicaciones no hablamos mucho sobre el refugio ni sobre la propiedad de los apartamentos. Es como si ella supiera de antemano sobre la importancia de los mismos.
Adam reflexionó unos segundos, pero no podía encontrar sentido a que la señora ocultara lo que conocía. Aunque tenía que admitir que Marlen tenía algo de razón.
—Es sospechoso, pero al menos que estemos dispuestos a entrar a la fuerza en su casa e interrogarla, dudo que podamos saber la verdad. Lo importante por ahora es limpiar el edificio antes de que se vuelva un peligro para nosotros. Bajemos al primer piso y ocupémonos del primero de los zombies.
Una de las 5 presencias peligrosas se ubicaba en el piso 1, a la derecha, en el último apartamento. En el camino hacia ella, el grupo limpió, sin muchos problemas, el resto de los apartamentos.
Por fin, todos se reunieron frente a la puerta de su objetivo. Adam se sentía nervioso, ¿Qué tipo de zombie se encontraba adentro?
Sin más preámbulos, Adam pateó la puerta con todas sus fuerzas. Su cuerpo era bastante más fuerte al haber alcanzado el nivel cinco, por lo que la puerta se abrió de un golpe y un enojado gruñido se escuchó dentro.
—¡Atrás! Prepárense para el combate.
Los enojados gruñidos se aproximaron a ellos a gran velocidad. Adam podía escuchar los pesados pasos del zombie mientras se acercaba. Los demás retrocedieron hasta la mitad del pasillo, mientras que Adam se detuvo a un cuarto del mismo.
El zombie no tardó en salir.
[Zombie Berseker].
El zombie debía de medir casi tres metros. Su encorvada y musculosa figura, apenas cabía por la puerta. El zombie les miró unos segundos antes de gritar y correr hacia Adam.
Este disparó una carga completa del lanzallamas, pero esto no detuvo al monstruo, que siguió corriendo mientras las llamas calcinaban su piel. Sin mucho tiempo para esquivar, Adam se echó a un lado y se pegó contra el muro.
Por suerte, las llamas habían cegado al zombie, que pasó a su lado a toda velocidad. Sin embargo, Adam recibió un codazo que le fracturó el brazo derecho y le tumbó al suelo, en donde intentó contener un grito de dolor.
Los demás reaccionaron a tiempo y entraron en uno de los apartamentos vacíos. El Berserker pasó de largo, envuelto en una bola de fuego.
Miriam salió del apartamento y corrió hacia Adam. Que se estaba levantando del suelo e intentaba prepararse para otro ataque.