Chereads / Marie Louisse, su viajes. 1° Libro: Vuelta al hogar / Chapter 6 - 3º. LA VIDA EN LA GRANJA.

Chapter 6 - 3º. LA VIDA EN LA GRANJA.

Un día soleado después de comer entró la cuidadora, Marie la conocía bien después de quince años, puso la comida, limpió y puso agua, se acercó a la conejita y le dijo:

-Al mediodía el señor te quiere ver en el salón, ha llegado la hora que inicies tu vida en casa.-salió de la conejera y la cerró.

Marie comió, hizo su necesidades y se apareó con uno de los machos, y al mediodía salió de que había sido su hogar durante quince años, no volvería a ella salvo alguna temporadas cortas.

Se acercó a la puerta de la casa y esta se abrió y apareció "Conejo Negro" y la invitó a entrar. Ella entró dando saltos era una conejita... aun.

-Pasa Marie o ¿quieres volver a ser Clarice?-dijo Conejo Negro

Ella se subió al sillón de un salto.

-En este mundo seré Marie Louisse-dijo la conejita

-De acuerdo, asín te llamaré, Ahora te volverás a una forma humanoide, tendrás cuerpo de mujer y cabeza de coneja, si alguna ve quieres, volverás a adoptar tu forma de conejita.- y le explicó por que había llegado el momento de salir de la conejera- La señora Monique, la hasta hora mi criada, vuelve a casa con su hijo, ahora tú la sustituirás.

-¡No me gusta!- Marie estaba enojada con esa decisión- ¡no quiero abandonar esta forma hasta el fin!, ¡no quiero volver a ser humana!, por eso vine, pero ser tu criada me encantará.

-Mi pequeña Claris, para ser mi criada deberás ser humana como yo-dijo Conejo Negro- y tarde o temprano volverás a tu mundo y deberás volver a tu forma original.

-¡No quiero!- dijo ella-. ¡No quiero volver a ser humana!, tendré que ir vestida, cuando me reúna con otras personas, estos quince años de ir desnuda han sido lo mejor que me ha pasado nunca.

-Ya sé que no te gusta- dijo él- pero si te niegas, romperemos el pacto y volverás a tu mundo y serás la mujer llamada Clarice de nuevo. Si te quedas, con el tiempo satisfarás tus deseos más íntimos.

-De acuerdo haré-dijo Marie, no le gustaba la opción de volver a su mundo, esovle convenció- ¿que debo hacer?

-¡Bésame!- dijo el cogiéndola.

Ella acerco su hocico a de él y lo besó, y notó como crecía su excitación, a la vez notó que su cuerpo crecía, que sus brazos, se transformaban. Sus pechos antes muchos y pequeños se volvieron dos como cuando era humana, e igual de grandes o más. Cuando acabó la transformación, ella estaba en brazos de él, era una humanoide. Del cuello para abajo era humana, la cabeza y las orejitas la tenía de coneja. Él la dejó en el suelo de pie. Continuaron besándose largo tiempo, la manos de él bajaron a sus nalgas y las apretó, a ella le subía la excitación. Ese ser la besó en el cuello y como hacia muchos años la giró, le apretó los pechos y le cogió los pezones, ella gemía, desde que se murió Antonhy no había alcanzado tan grado de excitación. Él bajo las manos y le acarició el sexo, ella gemía de placer, entonces el empezó a meter los dedos en su sexo y la penetró con una mano, ella ya no aguantaba más notaba que se caía, el hombre le tocó en cierto punto y ella alcanzó el mayor orgasmo de su vida, sus orejas de coneja estaban tiesas y muy calientes, al sacarle la mano, él notó que ella caía, la agarró para evitarlo y la acostó en el sofá y la besó de los pies a la cabeza, y Marie fue feliz, pero para disgusto suyo no la penetró y quedó un poco decepcionada. Entonces supo que allí seria aun más feliz que en la conejera, y él la tapó con una manta y la besó en la frente, Marie, le sonrió, cerró los ojos y durmió hasta el amanecer del día siguiente, la transformación la había dejado exhausta.

Esa noche soñó con su primo Johnny, el chico tenía nueve años menos que ella. Y casi se había criado con ella, al perder sus padres, lo tuvo a su cargo desde que él cumplió los cinco meses, cuando su tuvieron que separar, ella se opuso cuándo él se tuvo que ir al internado, no quería dejarlo ir, no se había separado nunca de él. Ella le enseñó a leer y escribir, le enseñó literatura y matemáticas, a la edad que entró en el internado era más inteligente que gente de cursos superiores.

Le había enseñado tantas cosas, incluso su cuerpo. Johnny fue el primer chico que la vio desnuda, el primero que le tocó sus pechos y sus partes intimas, el primero que le tocó las nalgas, deseaba tanto a su primo, que decidió no envejecer, cuando volviese a su mundo, hasta que su primo tuviese la misma edad que ella y convertirse en su mujer

Al amanecer, el dueño de la casa, la despertó y ella se levantó, tapada con la manta por que tenía frío. él hombre le enseñó su habitación, la cocina, el baño, donde más tarde se duchó y él le dio a conocer su nombre.

- Mi nombre es Crousing, Peter Crousing. Pertenezco a una de las familias de más alto rango en mi país, aunque eso no tiene importancia en este mundo. No te ayuda ha tener un trabajo seguro, ni una vida cómoda. – aún esa explicación, Marie vio que Peter estaba orgulloso de su importante apellido- soy funcionario y tengo que mostrar mi valía cada día.

El hombre hablaba mientras le enseñaba la casa.

-La hora de levantarte es las seis de la mañana, al principio haremos el desayuno entre los dos, tú aún desconoces las comidas de este mundo, mis comidas preferidas. Después te enseñaré las normas de este mundo- Peter rió al ver la cara de desagrado de ella- no te preocupes, no son tan dirigidas como en tu mundo. Aprenderás a ser más inteligente de lo que eres, en vuestro mundo el nivel de inteligencia es bajo. Tú eres una excepción, tu familia lo es.

Marie se dio cuenta que ese ser parecía conocer a su familia.

-Ya se que no te gusta la ropa- dijo Peter- pero tendrás que ir vestida durante tu trabajo de criada, te puedes manchar limpiando, o cremar en la cocina, cuando acabes tu horario a la siete de la tarde, cenaremos y entonces podrás hacer lo que quieras, y ponerte o no lo que quieras, podrás ir vestidas hasta la cabeza, o totalmente desnuda.

-¡No me hace gracias!- dijo ella- pero acepto, y no me quemaría, he cocinado desnuda muchas veces y jamás me he quemado.

-Ya pero estas son mis reglas- le regañó él- y no quiero que tengas ningún accidente por un descuido por pequeño que sea.

Ella estuvo de acuerdo con esa reglas, su aprendizaje empezaría ese mismo día.

Pronto aprendió a cocinar sola las comidas de ese mundo. Peter fue un buen maestro y ella mejor aprendiz, a parte la antigua criada, la señora Monique, le dejó un libro con sus mejores recetas.

Su horario quedó establecido, cuando aprendió a cocinar la comida de ese se levantaba a la seis, se aseaba, bajaba a la cocina limpiaba los platos de la cena de la noche anterior, limpiaba la cocina y hacia el desayuno, se lo subía a la siete a Peter al comedor, a él no le gustaba comer en la cama si no fuese domingo o festivo, ella almorzaba en la cocina, limpiaba los platos, y después empezaba a limpiar la casa, cuando acababa limpiaba las jaulas de los animales, les daba de comer y le cambiaba el agua.

A la 11 empezaba hacer la comida, y comían juntos entre las doce y la una. Cuando acaban limpiaba los platos, y tenía dos horas para ella, en la cuales se bañaba o iba a biblioteca.

Le encantaba su hora de baño permanecía casi una hora en él, le echaba un producto en cuya etiqueta ponía sales de baño, su olor la relajaba, se enjabonaba eróticamente por todo el cuerpo, consiguiendo un placer que no había conseguido en su mundo.

También se pasaba horas en la biblioteca, Peter tenía muchos libros. A Marie le volvían loca los libros y su señor tenía de todos los géneros inclusos el erótico, con ayuda de ese hombre aprendió varios idiomas. Incluso tenía libros del mundo de Marie. Aunque lo más extraño era que alguno de esos libros, estaban publicados muchos años en el futuro del año del que había llegado Marie. Peter tenía incluso libros suyos, algunos no recordaba haber escrito y Peter los escondió.

-Esos libros los escribirás tú en el futuro, cuando vuelvas a tu mundo y a tú época-dijo él- , no sería bueno que los mires, tampoco leerás lo libros que escribirán que otros escritores escribirán en el futuro de donde vienes.

-¿Porque?- preguntó ella enfadada, Peter nunca le prohibió nada, no entendía porque le prohibió eso.

-Es una ventana al futuro- ella discutió con Peter- me puede dar enseñanzas de lo que traerá el futuro.

-Por eso mismo no debes aprender de antemano lo que el futuro traerá, lo intentarás cambiar. No debes cambiar el futuro, sea bueno o malo, lo que traerá los tiempos venideros debe pasar, no te dejaré cambiar el futuro.

Durante días discutieron por esa razón. Si Marie era testadura Peter también lo era, pero la mujer no logró convencer al hombre. Años después Marie se dio cuenta que no era bueno cambiar el futuro. Ni el pasad

-Cambiar el futuro puede influir en tu vida. Cambiarías tu futuro y podría ser peor todavía-dijo Peter

Ella lo aceptó y con eso descubrió que la puerta dimensional, como la que ellos llegaron era además una puerta a otros tiempos.

Después de comer, entre las tres y la cuatro hacia un repaso a la ropa y la arreglaba, y a la cinco tomaban el té y al acabar empezaba hacer la cena, a las siete cenaban al acabar recogía los platos y los bajaba a la cocina, al día siguiente los lavaría y él leía y ella se sentaba a su lado, o se pasaban el tiempo hablando y ella aprendía más sobre el extraño mundo que ahora sentía que era suyo.

Muchas veces al acabar de cenar ella subía a su dormitorio se quitaba la ropa, y bajaba desnuda, y se sentaba en el suelo a los pies de Peter y permanecía sin hablar durante horas.

.

Poco a poco, con el roce, el cariño entre los dos creció, aunque los dos sabían que eso iba a ocurrir desde el primer día, la relación criada- señor se fue diluyendo. Salían juntos a dar paseos por el prado, hacían picnics, o iban a nadar al lago. Empezaron a ver que no había vida sin el otro.

Empezaron a compartir habitación ,aunque Marie no abandonó sus labores de criada. También seguía aprendiendo de la historia de ese mundo.

.

Esa noche fue a normalmente fría, Marie Louisse no había conocido nunca una noche tan fría, ni en su mundo ni en este. Peter tampoco había visto una noche tan helada. Estaban sentados en el sillón, muy juntos tapados por una gruesa manta, la chimenea no calentaba bastante para quitarles de encima ese frío.

-Según me contó mi abuelo, las noche que hace mucho frío es que sale a pasear Niko, la reina del frío.

-¿La diosa del frío?- preguntó ella.

-¡Reina del frío! – corrigió él-Aunque diosa no le queda más.- y empezó la historia, sabía que ella no estaría contenta hasta saber la historia.

- Cuenta la leyenda- empezó él contándole esa historia como si se la contase a un niño, como a él se la contó su abuelo, como se contó siempre a interminables generaciones.

- En una pequeña aldea vivían dos niños habían sido amigos desde niños. Ella se llamaba Niko, él Quentin. Se querían mucho, tanto que cuando se hicieron mayores se casaron. Eran muy felices, pero…- y puso un tono muy teatral y dramático- pronto nacieron las envidias, y los rencores. Envidias y rencores de personas de la aldea. Esa pareja era envidiada por mucha gente, gente que esa pareja creían que eran sus amigos.

Peter hizo una pausa, vio como Marie lo miraba embelesada, esa mujer adoraba las historias, el hombre sonrió, la tenía atrapada, atrapada por la historia de la leyenda, seguro que cuando ella pudiera la escribiría.

-Esa pareja de jóvenes no sabían que estaban rodeados de monstruos que deseaban destruirlos por envidia, la envidia y celos que convirtió a sus vecinos en monstruo humanos con sed de la sangre de al menos uno de los jóvenes.

-¿Por qué querían matarlos?- lo interrumpió la criada, era la misma pregunta que hacían todos al escuchar la historia, él también se la hizo a su abuelo.

- Esos dos jóvenes eran los más guapos y deseados del pueblo. Ella deseada por todos los hombres, él amado por todas las mujeres. Nadie aceptó su matrimonio, todos se enfadaron cuando esa pareja se casó, aunque ya se veía venir que acabarían juntos, desde niños habían dicho que de adultos se casarían.

El hombre cogió un vaso con leche caliente. Todas lS pausas en ese relato estaban planificadas para dar emoción al cuento.

-Muchos intentaron antes de la boda separar a Niko y Quentin, pero nadie lo logró, volvieron a intentarlo después de que se casaron, todos fracasaron.

-Natural, era una historia de amor.

-Y ese amor se volvió pesadilla.- El hombre continuó su relato- Durante noches, años, se gestó la destrucción de los dos jóvenes, que serían destruidos por amor, por el amor que siempre sintieron él uno por el otro.

Hizo otra pausa, estiró para adelante los brazos. Todos eso, pausas, movimientos formaban parte de la historia, de idéntica forma se lo contaron a él, de idéntica forma fue contada por generaciones.

Una noche de viento, y lluvia, una noche de frío, como está. Fue cuando se consumó el plan, cuando se destruyó a una joven pareja. Estaban todos encerrados en sus casas, cuando picaron a la puerta, de esa joven pareja. Al abrir la puerta Quentin se encontró a un grupo de hombres bien abrigados, y con antorchas.

-¡vQuentin, mi hija!-el carpintero parecía desesperado- mi niña a desaparecido.- parecía sincero, la joven pareja no vio las oscuras intenciones de esos malditos hombres.

-¡Debes acompañarnos!, ¡es tu deber!-el alcalde le exigió su ayuda. No se la pidió. Niko miró al grupo, no vio muchos jóvenes.

-¿Y los demás jóvenes?- la mujer pidió explicaciones, no veía justo que su marido fuese el único joven en ir con ellos.

-Están reparando la empalizada- o va a la empalizada- ese grupo iba a tener dos planes, si fallaba uno el otro le serviría. Quentin miró a su esposa, no quería dejarla sola esa noche, le acababa de comunicar que iban a ser padres, pero debían servir a la comunidad.

-No te preocupes volveré- dijo el hombre a su mujer. Y cogiendo ropa de abrigo salió, no volvería a casa.

Peter descansó, miró a su criada. Ese era el momento que tradicionalmente se dejaba el relato para otro momento.

-Paramos o seguimos, hoy te contaré la historia entera.

Ella lo miró, y sonrió.

-Dejémoslo para mañana, estoy muy cansada.

Ella se iba ir a su habitación él la cogió por el brazo.

-¿Dónde vas, mi conejita?. No te he dado permiso otra dormir sola.- la miró y sonrió- esta fría noche debes dormir conmigo. Debemos darnos calor mutuamente.

Ella sonrió.

-Haré lo que quiera mi señor- Marie sabía que hoy tendrían sexo, hacía tiempo que ella quería tenerlo, y Peter era bueno complaciente los deseos de ella.

Subieron a la habitación de Peter, donde dormía con ella dormía habitualmente.

La mujer se dejó desnudar por él, y ella cogiéndolo por la mano lo llevó al cómodo lecho.

Peter era un consumado experto haciendo el amor. La fue besando empezando por los pies. Sus besos fueron subiendo por las piernas, a cada beso ella sentía un placer inmenso, era como si los labios de Peter tocasen multitud de zonas erógenas repartidas por todo el cuerpo de la mujer.

Los labios del hombre siguieron sumiendo hasta el sexo de la mujer, allí lamió, metió la lengua y jugueteó con el clítoris, Marie dejó escapar un gemido, estaba disfrutando del momento, siguió subiendo su besos.

El hombre la miró y atacó el pecho de la mujer. Lo apretó con la manos, después pasó apretar el pezón, Marie Louisse estaba delirante de placer. Los se miraron y se besaron.

Él entró en ella y empezó a embestirla con fuerza. Los dos sudaban por el ejercicio, al final llegaron al clima, fue la mejor experiencia para los dos.

Repitieron carias veces el acto esa noche, y las siguientes. Los dos se volvieron expertos en darle placer al otro.

.

Pasaron meses, hacían vida de pareja, ella era feliz ero con el tiempo ella volvió a soñar con su primo una y otra vez, casi una vez cada dos semanas. En el sueño aparecían los dos andado por el prado., o yendo de picnic o bañarse en el, y empezó a preocuparse. Una tarde habló con Peter, ya hacían meses que vivía en la casa, muy parecida a la casa de campo donde ella vivía en su verdadero mundo. Una casita lejos del pueblo más cercano.

-¿Asín que has estado soñando con tu primo?- dijo él-¿Sueños eróticos? – bromeó el hombre.

- Jhonny, es muy joven, o era, tiene muchos años menos que yo- dijo Marie.- son sueños que voy de picnic, o paseo con él por el campo.

-Creo que echas de menos tu mundo- le contestó Peter- o al menos a tu primo, parece ser que es lo único que te importa de tu mundo.

-No hecho de menos nada de mi mundo prácticamente lo he olvidado- contestó ella- No he pensado en nadie de allí en mucho tiempo, Con Johnny si he pensado, lo criamos mis padres y sobretodo yo. Sus padres desaparecieron viajando a América, cuando él tenía pocos meses,

-Por lo que dice parece que lo hechas algo de menos.

-A lo siete años entró en un internado y sólo va a casa de mi padres, para vacaciones, a la casa de campo sólo pasa unas semanas al año, que es cuando yo lo veía.

-Hablas de tu mundo como si no fuese a volver, lo harás después de muchos años- dijo Peter- Aunque para ti han pasado años, en tu mundo no ha pasado más que pocos segundo, volverás como si no hubiese salido de él

-No me gustaría volver, ahora este es mi mundo.- dijo la joven conejita.

-Puede ser que tu realmente no tengas mundo- dijo el y viendo la cara de miedo de ella siguió- tú en tu mundo te sientes extraña, y este no realmente tu mundo. Tú deberías haber nacido en otro mundo que no fuese ni el tuyo ni el mio.

-¿Eso que significa?- pregunto Marie.

-Buscarás siempre tu lugar en el universo, y espero que lo encuentres, hasta que no lo encuentres tu inquieto espíritu te hará buscarlo sin descanso. Tu autentico mundo debería ser la fusión de tu mundo y el mio, ahí serias feliz de verdad.

Ella asintió, se levantó del suelo. Sólo llevaba un camisón transparente que enseñaba claramente su cuerpo, y cogiéndolo por abajo se lo fue subiendo y se lo sacó por la cabeza, el dueño de la casa se levantó y agarrándola por la caderas la besó, sus manos resbalaron hasta su nalgas y las apretó, entonces él se dio cuenta que, le había crecido el culo, también notó al apretar su cuerpo contra el de Marie que los pechos de ella eran más grandes, la estancia en ese mundo aumentaba la considerable belleza de aquella que en otro tiempo se había llamado Clarice. Y la deseó con más fuerza que nunca.

La cogió en brazos y subió con ella a la habitación. Cayeron en la cama y Peter, se desnudó ayudado por Marie, que creía que él perdía tiempo.

Peter la besó de los pies a la cara, sabia que esto la volvía loca, Le besó en los ojos, le besó y mordisqueó las orejitas de coneja, bajó de nuevo y le besó los pechos y le mordisqueó los pezones, noto comó ella temblaba de placer, le dio la vuelta y le besó del cuello hasta los pies, parándose un rato en las nalgas, ni a él ni a ella le gustaba que le lamiese o besase en su partes intimas, lo consideraban anti higiénico,

Al final la volvió a girar y la penetró y le besó en el cuello. Ella gemía de placer y se movía como si estuviese poseída por la locura, sudando se dejaba dominar por él. Pronto llegaron al clímax y cayeron abrazado el uno sobre el otro. Esa noche los hicieron varia veces, al final dominados por el cansancio se durmieron abrazados.

Él temía por el día que las circunstancias lo separasen, no quería que pasase, y ella compartía este temor. Ninguno de los dos quería que pasase, pero ambos sabían que pasaría, y eso pasó, pero en un tiempo muy lejano., antes vivirían muchos años juntos.

Del deseo corporal había dado paso al amor, pero pasó un tiempo corto para descubrir que estabsn enamorado, tiempo corto, pero para ambos fue muy largo.

Pero tenían discusiones sobre los dos mundos.

-Somos de mundo distintos, tarde o temprano tú volverás al tuyo

-Tú me vienes con el rollo de los dos mundos- decía ella- pero yo a tu lado soy feliz.

-Yo también soy feliz a tu lado, pero ten en cuenta que no estaré siempre contigo que tarde o temprano me iré, y no volveré, es un camino que estemos hacer todos. Eres inmortal, tu me sobrevivirás, y encontrarás otro maestro.

- Serás el único, no habrá otro que ocupe tu lugar, siempre estarás aquí- y se señaló el corazón.

-Tal vez huyas de este mundo pronto, en algunas cosas, este mundo, se parece al tuyo. Nadie tolerada a que alguien de otro mundo se junte con alguien de este.

Ella lo miró.

-Nada impedirá que yo esté contigo. Si he luchado contra los perjuicios de mi mundo, lo haré contra los de este. Nadie me hará retroceder.

Él comprendía por que lo decía, ella no se quería separa de él. Peter se sentía afortunado a su lado. Marie era su más preciada joya, no renunciaría a ella por nada ni nadie. Pero en fondo sabía que tenían un futuro muy negro, su sociedad era muy racista y xenófoba, aunque por suerte no todos, Marie seria rechazada y pocas gentes la aceptarían.

-Ahora me tienes que seguir contando la historia de Niko y Quentin.

Peter la miró y sonrió, había pasado un mes desde que él paró la historia, según las costumbre era el tiempo que debía pasar para contar el final.

-Te lo contaré, pero no debes interrumpirme- sonrió con una sonrisa traviesa- es lo que dice la tradición. Durante esta actuación haré gestos, incluso danzar, haré como si oyese el viento, gritaré como si fuese los protagonistas. Es lo que debo hacer cuando se cuenta el final de la historia.

-De acuerdo- dijo ella impaciente por oír el final, según ella una historia se debía escuchar hasta el final.

- Hay otra forma de contarla, por episodios cortos, de esas formas debía habértelo contado en cinco partes, una por semana, aquí lo llamamos en folletín.

-¡Empieza ya!- exclamó impaciente ella, Peter sabía que Marie era de esas personas ávidas xe conocimiento, sedientas de buenas historias, una lectora hambrienta de libros, capaz de leerse un libro en pocas horas, e ir corriendo a por otro.

El hombre empezó su historia dramatizando cuando era necesario, riendo o llorando cuando la historia lo requería.

.

Niko tenía un mal presentimiento, lo tenía desde hacía día, algo oscuro se estaba fraguando alrededor del ella y su marido. Pero ese día notaba claramente la maldad en el aire.

Las horas fueron pasando lentamente, muy lentamente. La preocupación de Niko fue en aumento. No podía ir con su padres. Habían renegado de ella por casarse por Quentin, Unos de los más ricos del pueblo ofreció mucho dinero por ella y los padres habían aceptado. Tampoco los padres de Quentin la aceptarían, ellos aceptaron un pacto igual por su hijo.

Se dio cuenta que no tenían a nadie en que confiar, debía haber hecho caso a Quentin cuando le dijo que debían irse de ese pueblo.

-No podemos, tenemos nuestras familias, con el tiempo ellos se darán cuenta que nos queremos.- contestó ella con la esperanza que su familia rectificarse.-ahora sabía que eso jamás ocurría.- Le diré a Quentin cuando vuelva que nos vayamos de pueblo, mañana mismo.

Horas después de la partida de Quentin, alguien picó en la puerta, ella voló a la puerta, la abrió con una sonrisa, cuando vio el grupo de hombres su sonrisa desapareció

Ese grupo la miraba con fingida tristeza, no engañaron ni a un niño, y a Niko menos. La mujer miró al grupo buscando a su marido… no lo vio.

-¿ Quentin?- lo llamó, no halló respuesta- ¡ Quentin!, ¡ Quentin!- lo llamó una y otra vez sin que nadie le contestarle.

Miró a ese grupo y por primera vez los vio con desagrado, ese grupo escondía algo.

-¿Dónde está Quentin?, ¿Dónde está mi MARIDO?- preguntó, no exigió. El tono de la mujer asustó alguno que retrocedieron un paso atrás, pero enseguida se recuperaron, habían venido para algo y no debían retorceder .-¿QUIERO SABER DONDE ESTÁ MI ESPOSO?

El tono de la mujer era aterrador, sabía que algo le había pasado a Quentin y los allí presentes tenían algo que ver.

-¡Ha muerto se cayó por un barranco, dio paso en falso y…

-¡MENTIRA!- gritó con furia la mujer- ¡Vosotros los matasteis! , ¿Por qué era vuestro amigo?, ¿Qué os hizo para que lo matarais?

Algunos de ellos giraron la cabeza avergonzados, pero el alcalde la miró y se rió.

-¿Amigo?, ¡Ese maldito no fue nuestro amigo!, era un ladrón, y nosotros le dimos el escarmiento que se le da a los ladrones!.

-¡Ladrón!, ¡ Quentin era un maldito ladrón!- corearon todos.

-¿Qué robó?, ¿Qué os robó para semejante crimen?- todos la miraron sorprendidos, ellos no cometieron un crimen, eso fue un acto de justicia- ¡Si!, ¡Crimen!, ¡Asesinos!.

-¡Nos robó una joya!- gritó el alcalde-¡ La joya más valiosa de este pueblo!

Niko miró sin comprender, ¿ Que joya había robado su marido? De haber robado algo valioso hubiesen huido del pueblo, no eran tan ignorantes de quedarse en el pueblo.

-¿Qué…que joya robó Quentin?- preguntó asustada la mujer.

-¡Te robó a ti!, ¡la joya más valiosa del pueblo! Debía ser nuestra, ese despreciable hombre te robó sólo para él.

La mujer comprendió lo que quería decir ese maldito hombre.

-¿Me queríais prostituir?, obligarme a ser vuestra concubina.- Los miró, no vio rastro de arrepentimiento-¡Os maldigo!, ¡MALDIGO A ESTE SUCIO Y DEPRAVADO PUEBLO!, Caeréis antes del próximo invierno con la primera nevada!

Y dicho esto cogiendo un cuchillo, salió corriendo, quien la quiso detener fue acuchillado, esos heridos sufrieron mucho dolor hasta que murieron entre gritos de agonía. La mujer huyó a la montaña buscando a su marido.

Aunque fue buscada no la encontraron, no descubrieron rastro suyo, tampoco encontraron el cuerpo de Quentin, no estaba donde lo dejaron.

Con los meses la normalidad volvió al pueblo, a ese pueblo de asesinos. Los campos se sacaron aunque llovió lo necesario. También se sacaron los ríos, arroyos, y fuentes.

Las mujeres embarazadas abortaron, los niños hambrientos y sedientos, vagaba por los campos buscando alimentos. Fallecían en las calles.

Los hombres y mujeres parecían ancianos, morían jóvenes. Si intentaban huir del pueblo morían atacados por las bestias del bosque. Una maldición había caído sobre el pueblo.

El invierno se abatió sobre el pueblo, sólo quedaban adultos, se habían hecho ofrenda a los dioses, pero estos no le hacían caso a los humanos, parecía que habían dejado a los humanos a su suerte, los habían dejado que muriesen y desaparecieran.

Una noche el cielo se lleno de nubes, las lunas no salieron, empezó a hacer mucho frío, y a soplar un viento helado, ese viento hacía un ruido honroso, que helada la sangre de los habitantes del pueblo, parecía un aullido, y otras un lamento.

Nadie se atrevió a salir de casa, hasta que llegó ella, al pueblo volvió Niko, pero llegó muy cambiada, tanto que no parecía ella, tenía el pelo de color gris, igual que los ojos, subieron era blanca, pálida. Los vecinos se acercaron a verla. Pero esa mujer desprendía frío, mucho frío, era como bañarse en agua helada.

Niko los miró con maldad, los vio delgados, hambrientos, sucios.

-Sois una aldea sin futuro, sin hijos, sin comida, sin agua. – dijo con una voz fría- vosotros me lo quitasteis todo- hizo una pausa- y yo he hecho lo mismo. – ese ser ya no era humana, no tenía sentimientos, los pocos que quedaban vivos en ese pueblo sintieron terror, supieron que no debían haber matado a Quentin - os queda os quite algo más, sólo dejaré vivo a cinco de vosotros, lo demás-y con un tono sádico añadió-¡moriréis!

Y en ese momento de esa mujer salió un viento frío, salió nieve y lluvia. El aullido que antes oyeron salió de su boca. Era un aullido lastimero, el lamento de alguien que le arrebataron e corazón, el alma.

Los vecinos salieron corriendo espantados, ella los cazó uno a uno, algunos los convirtió en bloquee de hielo y los destrozos.

El hielo, el viento, no eran sus únicas armas a otros usando el fuego los hizo arder. También dominaba las bestias del bosque y éstas atacaron a los que intentaron huir.

Niko, llamada desde entonces la Niko acorarlo a los últimos cinco.

-Huir y por los pueblos cercanos y advertir que nadie debe entrar en estos parajes, ¡en mi reino! Quien lo haga no sobrevivirá para contarlo. Contar que cuando oigan aullar el viento y baje la temperatura mucho no salgan de su casa seremos mi marido y yo buscando presas- la mujer desnudo su pecho y allí estaba el rostro de Quentin que los miró con maldad.

- Estáis condenados, esparcir nuestra existencia, hacerles deprisa- dijo el rostro del hombre- porque antes de dos años, haréis compañía a vuestros compañeros, a los asesinos que me mataron.

Esas cinco personas huyeron del pueblo que quedó abandonado y el bosque reclamó como suyo, donde antes hubo casas y calle, ahora había árboles, fue como si ese pueblo nunca hubiera existido.

Los cinco supervivientes fueron de pueblo en pueblo , contando su historia, nadie los creyó. Hasta que una noche de invierno en la que el viento aullaba de forma extraña, el frio fue anormalmente fuerte. Vieron como los cinco supervivientes se atemorizaban.

Los vieron huir, y vieron como uno era atacado por un viento que lo convirtió en hielo, que al descongelarse no dejó nada. Vieron a otro se atacado por una lengua de fuego. Los otros tres huyeron asustados a otros pueblos volvieron a contar las historia de la Niko, y fueron atacados por el frio, el viento y el fuego.

Pronto la leyenda de la Niko se expandió de pueblo en pueblo, se expandió por todo el país. Las noches de frío extremo nadie salía y todos temían a la Niko.

En donde habían vivido como felices humanos, La Niko y su marido, juntos en un solo cuerpo, descansaban durante el verano, hasta cuando llegaba el invierno y salían en busca de presaas, de gente desprevenidas a las nadie volvía a ver.

.

Peter acabó su historia, había dramatizado durante el relato, llorando cuando lo requería el relato, gritando, moviéndose, riéndose. Como requería que se contase esa historia, tal como se la contaron a él, tal como se contó durante generaciones en miles de hogares.

Marie Louisse lo miró, ella se había asustado, llorado y sentido miles de sentimientos, pena por Niko y su marido, odio por quien los destruyó.

Al final la mujer preguntó.

-Como se transformó Niko en ese ser vengativo.

- No lo sé, no lo cuenta la historia- el hombre se encogió de hombros- mi abuelo cuando se lo pregunte también me dijo lo mismo, él tampoco lo sabía, ni quien se lo contó a él- vio la curiosidad de la joven, sabía que buscaría esa información en los libros de la biblioteca- no busques esa información en los libros de mi biblioteca- se encogió de hombros, y soltó un suspiro de frustración- yo me pasé años buscando lo que tú quieres saber ahora, me tuve que rendir, no encontré nada.

-Yo encontraré la solución a ese místerio, averiguaré como Niko se transformó.

Peter rió, ella lo miró ofendida, ese hombre se reía de ella.

-No te enfades, no me rió de ti-se defendió él- lo averiguarás- lo veo en tu futuro- Marie se asustó, sabía que Peter no se equivocaba, podía ver el futuro, no era la primera vez que presagiaba algo sin equivocarse.- averiguarás ese misterio y muchos más de este mundo.

A ella no le gustó ese presagio, escondía algo tenebroso, escondía una separación de Peter, algo que ella no quería