Chereads / Marie Louisse, su viajes. 1° Libro: Vuelta al hogar / Chapter 7 - 4°. MARIE LOUISSE EN BUSCA DE SECRETOS .

Chapter 7 - 4°. MARIE LOUISSE EN BUSCA DE SECRETOS .

El lugar que más le gustaba a Marie de la granja era la biblioteca, las visitas a la gran biblioteca de la casa se sucedieron, Marie Louisse estaba habida de conocimientos, quería saber de todo, formación de ese mundo, historia, religión, geografía, pero sobretodo leyendas, y literatura.

Cualquier libro que cayese en manos de la mujer era leído de principio a fin, como en su mundo, Marie Louisse era una devoradora de libros.

Desde que Peter le contase la leyenda de la Niko, la mujer estaba interesada en las leyendas de ese mundo. Quería saber todo sobre esos mitos, pero no consiguió mucho, al hablar con Peter.

-¡No he encontrado nada! – se quejó la mujer- en este mundo lleno de personas que cambian de apariencia, debía haber centauros, dragones o caballos alados.

- Pasa como en tu mundo, sólo son leyendas- replicó Peter, quería a esa mujer, pero a veces esa curiosa joven incluso podía exasperadlo- eso seres tampoco existen tampoco en este mundo- y viendo la pregunta de Marie- tampoco vampiros, leviatanes.

-Es un mundo mágico debería existir.

-Pues no, para desgracia tuya no existen.

-¡Esta biblioteca debe estar atrasada- afirmó la mujer con fastidio. No podía ser cierto, en ese mundo debían existir seres que aparecían en las leyendas- de algún sitio deben haber surgido esos seres, de tu mundo o de otro mundo.

-La biblioteca esta actualizada. Es todo lo que hay, si se publica algo nuevo aparece en esta biblioteca. Tenemos pocos libros de los temas que tu quieres saber. Y en otros mundos que he visitado tampoco existen los seres que tú quieres ver.

Ella enfurruñada miró a su jefe.

-Pues yo averiguaré todo y más, no me quedaré con la curiosidad sin satisfacer.

Y eso hizo, entró en la biblioteca, sólo vestida de un vaporoso y transparente camisón que iba cambiando de color según el estado de animo de la chica, cogió el primer libro, y se sentó en el suelo y empezó a leer.

-Cuentos y leyendas.- leyó, los cuentos de ese mundo eran parecidos a los de la Tierra, como si hubiesen salido del mismo sitio.

En ese mundo había una Blancanieves, una cenicienta.

Pero en lugar de una bella durmiente había un bello durmiente, que era además un príncipe enano, y era despertado por una guapa guerrera elfa, con la que se casaba.

En el cuento de Blancanieves, era el padrastro quien mandaba matar a la princesa y envenenaba a la reina. No había espejo mágico, si no una bruja, que era la amante del rey consorte. Al final entre Blancanieves y el príncipe mataban al padrastro y a la bruja.

Durante meses leyó cada cuento, cada leyenda de ese mundo. Su curiosidad aumentó, algo le decía que existían eso seres que para los demás eran cuentos o leyendas.

Y otra cosa que le intrigó era de como había historia tan parecidas en la Tierra y en Minuz, eso se lo resolvió Peter.

-Durante siglos ha habido viaje de mi mundo al tuyo, hemos traído cientos de cuentos y leyendas, las nuestras las hemos llevado al tuyo. Con el tiempo se han ido asentando en los dos mundis y deformando.

Ella asintió, pero seguía queriendo conseguir más información sobre criaturas que ella pensaba que en ese mundo podrían existir. No era una persona fantasiosa, ni infantil, pero algo le decía que no se equivocaba.

El tiempo que fue una conejita, salió muchas veces al prado, y creía haber visto a unos seres que según Peter no debían existir. Nunca comentó eso a nadie.

Las veces que las vio, se había despertado y medio dormida vio a…no sabía si fue un sueño o fue realidad, o la mezcla de ambos. Esa fue la razón de no comentar nada.

Pasaron los meses, Marie seguía estudiando leyendas, cuentos, historia del que ahora era su mundo.

-Si alguna vez vuelvo a la Tierra, podré escribir sobre estas historias.

-¡Si volverás!, ¡Y si escribirás sobre esas historias y otras!- Marie Louisse miró a su alrededor, estaba sola, Peter estaba de viaje de trabajo. La voz que habló a la mujer no era una voz amenazante, si no parecía pertenecer a alguien inteligente, ella no tuvo realmente miedo-¿Quién eres?-esa pregunta no obtuvo respuesta, fue la primera vez que esa voz le habló.

Nunca se lo preguntó a Peter ni a nadie, algo le advirtió que no debía hablar con nadie de esa voz.

Pasaron los minutos sin que esa voz sin cuerpo volviese a hablarle, es más no lo hizo en mucho tiempo.

Peter volvió al cabo de los días, había ido al Dolh capital del reino de Balkam, país donde vivían Peter y Marie Louisse.

Peter tenía el más alto cargo como funcionario de su país, pertenecía a la oficina de investigación. Era lo que se llamaba vulgarmente un espía. Peter era quien coordinaba a los espías de su país. También era el que se debía infiltrar en otros mundos e investigarlos.

Marie sabía del empleo de Peter y no le gustaba nada. Era un trabajo peligroso, y ella temía por la vida de él. Más de una vez había llegado a casa herido, y ella lo había tenido que cuidar.

Por suerte cerca de casa vivía un doctor, uno de los mejores amigos de Peter, el Doctor Michael, que con el tiempo forjó una amistad con Marie Louisse. Ese hombre también tenía una buena biblioteca y dejó muchos libros a la mujer. Ese hombre curró a Peter de esas heridas.

El doctor Michael, no había adoptado forma de animal, él creía que esa transformación le dificultaba en su trabajo.

Una día Peter recibió un mensaje, cuando llegó a la cocina vio a Marie Louisse cocinando, la mujer iba vestida solo con un delantal. Se detuvo admirarla, la mujer tenía una bella y perfecta espalda, un perfecto culo. Ese cuerpo era él que Clarice había tenido en su mundo, salvo esa cabecita de conejita. Peter ya había hablado con ella para que ella accediera a recuperar su verdadera cabeza, pero ella se opuso, le gustaba tener esa carita de conejita, y esa colita al final de la espalda.

-¡Hola Marie!- la abrazó por detrás. Ella sonrió, le gustaba que ese hombre la abrazara, pero más le gustaba lo que vendría después.

Él la besó en el cuello y sus manos subieron hasta los pechos, y se los apretó, ella gimió de gusto. Ese hombre sabía como hacerla feliz, la besaba a la vez que jugaba con los pezones de la chica. De repente ella tuvo un presentimiento.

Se giró y apartó las manos del hombre, lo miró seria.

-¿Qué ocultas?, ¿Qué me tienes que decir?.

Peter maldijo en silencio, ella siempre tan susceptible. Siempre descubría cuando iba a decirle algo. No podía ocultarle nada. A veces parecía que Marie le leía el pensamiento, estaba seguro que lo hacía.

-¡Esto.. yo…- El hombre balbuceó, esa mujer lo perturbaba, lo dejaba sin defensa, a él uno de las personas más inteligentes del país, sonrió había elegido bien, Marie Louisse era la mujer perfecta para él. A pesar de no haber nacido en Muniz podía rivalizar con las mujeres más inteligentes de ese planeta. Muchas de esas mujeres sabias la despreciarían por ser de un planeta más atrasado, ilusas, Marie estaba ya a nivel que la mayoría de ellas.

- ¡Sigo esperando tu respuesta!- exigió ella. La línea entre criada y señor no había existido nunca, Peter siempre tuvo un objetivo que ella fuese su esposa, se lo había dicho cuando hicieron el trato en la Tierra, ese hombre cayó enamorado de ella el primer día que la vio. Por eso la llevó a su planeta, pero para casarse con ella, Marie debía estar muchos años en ese planeta.

Ahora la mujer estaba completamente habituada al planeta, ya podía ser su esposa, si fuese por el lo hubiese sido del primer momento.

-¡Me tengo que ir una temporada!.. Un año..

-¿ Un año?- gritó ella alarmada y furiosa. Sabía lo peligroso del trabajo de él- ¡No quiero!, ¡No te irás!- ordenó ella.

-Lo debo hacer, es una orden, si no voy me llevarán a la fuerza y entonces no será sólo un año.

Ella hizo un puchero y lo abrazó llorando.

-No quiero que te vayas, tengo un mal presentimiento, estoy embarazada- ella estaba llorando abrazada él, haría todo para detenerlo.

Él sonrió, no era la primera vez que ella utilizaba esas misma excusas, y siempre había caído en esa trampa, pero esa vez no podía hacerlo, aunque estaba deseando quedarse con ella toda la vida, hacía años que su vida giraba alrededor de ella.

-Esta vez no puedo quedarme- la besó- me gustaría quedarme contigo, pero debo ir. Es algo grave, y por desgracia soy insustituible. Mi segundo no está aún preparado para hacer esto.

Ella lo miró.

-¡Prométeme que no te irás con muchas mujeres!, Como máximo te dejo con cinco- era una pareja flexible, los dos podían tener relaciones con quien quisieran, pero ambos volvían el uno con el otro.

-Prometido- juró él, ahora venía otra parte que no le gustaría a ella.- otra cosa, he hablado con Michael, irás a vivir con él.

Ella lo miró, y negó con la cabeza.

-¡No!, ¡,no iré con Michael! Apenas lo conozco, y sé valerme por mi misma.

No era la verdad, aunque lo vio pocas veces, ese hombre le daba miedo. Michael sin ser guapo, era un hombre atractivo. Simpático, agradable, inteligente. Le daba miedo sentirse demasiado atraída por él. Sentía miedo de dejar a Peter por Michael.

Temía serrano débil y sucumbir ante los encantos del médico.

Peter vio su temor.

-No pasa nada, puedes hacer lo que quieras. Michael te cuidará, y tú a él. Estás en tu destino caer en sus brazos, y enseñarle los secretos del amor. Volverás a mí, también está en tu destino. Nuestro amor es para siempre, no por ello no te sentirás atraída por alguien más que yo.

-¡No quiero!, ¡No quiero sentirme atraída por alguien que no seas tú!- ella estaba furiosa- te debo ser fiel.

Peter le tapó la boca.

-No estamos en la Tierra, este es otro mundo- dijo el hombre-olvida todas las leyes de conducta de tu planeta. Este planeta aunque muy racista, no se rige por la caduca molaridad que siguen en tu mundo. No vas a poder luchar contra los sentimientos que siente por Michael.

-Pero destrozaré su corazón, el tuyo- lo miró suplicante- y el mío- ella se puso a llorar,-¡Hechízame!, ¡Hazme olvidar lo que siento por Michael!.

Él negó con la cabeza.

-No puedo, no puedo quitarte ese sentimiento. En el futuro verás eso como un momento maravilloso, lo recordarás como quien recuerda el primer amor en la adolescencia, tierno e inocente.

-Pero yo no soy ni adolescente ni inocente.

-Pero Michael si lo es, aunque tiene más años que tú, para nuestro mundo aún es un adolescente.

Marie lo miró asustada lo estaba echando en brazos de un niño.

-Me has entendido mal. Michael será un crío al que hay que sacar de huevo, todo a punta que serás tú. Michael ya está prometido.- El hombre la miró- los dos se aman, y están deseando casarse. Si no demuestra ser un hombre, y dar placer a una mujer- cerró los ojos- no podrán casarse.

-¡Esa ley es absurda!- gritó ella. Un hombre y una mujer deben estar hacer el amor por el amor que sienten el uno por el otro, ¿si no se hace así que nos separa de las bestias?

-Esa es una de las razones por la que te convertí en coneja. Sabes que cada vez que te apareaste con esa forma no fue por deseo, ¿con Antonhy fue deseo?, no te engañes, lo hiciste por amor, lo mismo que sientes por Michael.

Ella bajó los brazos rendida, seguía llorando.

-No quiero ir, no quiero hacerte daño, ni quiero hacer daño a Michael. Si voy a casa de él… me da miedo que pueda pasar.

-No te estoy obligando a hacer lo que tú no quieras, puedes vivir con Michael y no hacer nada, pero escucha tus sentimientos. Lo quieres, de distinta forma a mi, pero lo quieres.

-¡Si, lo quiero!- se abrazó a él,- y también lo deseo ¡Pero a ti también te quiero y deseo. ¿ Es malo amar y desear a dos hombres?

-A tres- corrigió Peter- a tu primo Johnny también lo amas. Y no es malo, todo lo contrario es fantástico. Yo no soy celoso, puedes estar con Michael el tiempo que quieras, un año o toda tu vida, yo no me opongo. No eres una ovejita que pueda tener encerrada, eres un río que corre por el llano, eres una nube, eres viento.- bajó la cabeza, y con un tono triste añadió- no te podré detener para siempre.

-¿De qué hablas?- preguntó ella.

-Alguna vez te lo tenía que decir.- la miró- Vivirás sin envejecer hasta que vuelvas a tu mundo, tal vez pasen cinco o tal vez cinco millones de años. Pero yo y Michael algún día moriremos. Tu continuaras tu camino sin nosotros. Conocerás otras personas amarás a otras personas, pero a todos los que conozcas, no los olvidarás.

Ella se abrazó al hombre llorando, no quería quedarse sola.

-No te dejaré que te vayas sin mi, si lo haces te buscaré hasta encontrarte, eres mío, tanto tú como Michael como mi primo, no dejaré que dejéis sola.

Él la miró y le quitó el delantal, vio que ella se había vuelto a depilar el pubis, como hacía regularmente. Eso lo excitaba mucho, y ella lo sabía, por eso se depilaba.

La besó en el cuello, Marie era muy sensible allí, como en el obligo. Él era alcohol y ella una llama ardiente, el deseo, el amor prendió fuego al cuerpo de ambos y allí mismo hicieron el amor, con fuerza con ganas. Eran salvajes haciéndolo, se besaban como si se quisieran comer el uno al otro.

A pesar del acto, y la fuerza que utilizaron en complacer al otro, ninguno utilizó la violencia, ni el sadomasoquismo, ni otras prácticas estaban bien vista por ellos, es más las odiaban.

Después de pasar una noche de lujuria desenfrenada, los dos despertaron.

-De acuerdo iré con Michael- ella lo miró- y lo que sea será.

Él hombre sonrió, no le había dicho a Marie que estaba en peligro que al ser de otro mundo era odiada, que esperaban que él no estuviera para atacarla, y mandarla a su mundo.

No sólo mandaba a Marie para que amará a Michael, si no para tenerla a salvo.

-Iremos a casa de Michael dentro de una semana, te iré a recoger dentro de un año. Ninguno de los dos sabía que ese tiempo separados sería algo más que un año, que él tendría multitud de problemas para volver a estar con Marie Louisse.

Tampoco ella se imaginaban el profundo amor que sentiría por Michael, que incluso después de que él se casara, los dos tendrían tiempo para amarse, en medio de bosque, en el lago. Eso sin que sus despectivas parejas pusieran ningún impedimento