Diosa.
Era una palabra que Shin había escuchado relativamente mucho a lo largo de los meses que había estado en Grigarm.
En este mundo era difícil encontrar a una persona que no tuviera ninguna creencia o no le rezara a ninguna deidad.
Aunque no fueran las personas más devotas aun así casi todos adoraban a un dios.
Sin embargo Shin era diferente, el venia de un lugar donde la ciencia predominaba sobre la religión por lo que nunca se vio influenciado por esta.
Nunca tuvo ningún interés en investigar sobre los dioses en Grigarm ya que estaba enfocándose en sobrevivir.
Pero ahora frente a él había una mujer que se hacía llamar diosa.
La mujer vio la clara duda en el rostro de Shin pero no se molestó y en cambio sonrió y tomo un sorbo de su taza.
"Está bien que no me creas, yo tampoco le creería a alguien si me dijera eso apenas la conozco"
Shin estuvo de acuerdo con las palabras de la mujer y la dejo continuar.
"En verdad no tenemos mucho tiempo, por lo que quiero pedirte un favor"
Shin la miro con extrañeza pero no negó desde el principio la petición de la mujer y en cambio prefirió escuchar su solicitud antes de negarse.
Shin recordó la voz que había escuchado en el lago y la pregunta que esta le había hecho, aunque había contestado sin pensarlo mucho en verdad sentía que por algún motivo la respuesta que le diera a la mujer cambiaria su vida por completo.
"Depende de si puedo cumplirlo o no…"
La mujer no dejo de sonreír y dejo la taza sobre la mesa antes de hablar.
"En verdad me gustaría que arreglaras mi jardín"
"…."
Shin no supo que responder ya que no era lo que esperaba para nada.
"¿Es enserio?"
La mujer se levantó de la mesa de un salto y miro a su alrededor.
"¡Si!, la verdad es que mi jardín quedaba en el centro de un gran y hermoso lago el cual ahora esta…un poco en mal estado"
Shin solo pudo pensar en el lago de antes pero no recordó haber visto ningún jardín en el centro de este.
"Puede que no sea fácil, pero tranquilo que también te prestare mi ayuda"
Shin aún estaba un poco aturdido por la rara petición de la mujer por lo que no sabía que decir. No hasta que escucho las siguientes palabras de la mujer.
"Ah, se me olvido decirte. Aunque te lo estoy pidiendo no es como si pudieras negarte, ya que si lo haces no tendré más remedio que matarte"
El cuerpo delgado de la mujer comenzó a emitir una aura verdosa que causo que Shin sintiera como si mil espadas estuvieran apuntado a todo su cuerpo…no, no era mil espadas, eran mil espinas de rosas.
"No es una amenaza, es una realidad"
Shin sintió como todo su cuerpo se entumecía y solo logro apoyar los brazos sobre la mesa para no caerse.
La mujer noto como Shin estaba sintiéndose muy debilitado por lo que retrajo su aura verdosa hasta que Shin volvió a sentirse bien como si nada hubiera sucedido.
"Entonces, ¿Listo para aceptar mi solicitud?" pregunto la mujer juntando sus manos como si estuviera haciendo una plegaria y no hubiera sucedido nada.
Shin la miro con precaución durante unos segundos antes de suspirar y bajar la mirada.
"…Bien, supongo que lo hare"
La mujer puso su mejor sonrisa desde que Shin había llegado y se acercó a él rápidamente.
"¡Muy bien!, realmente estoy feliz de que hubieras aceptado. No quería volver a esperar otros…¿Cuánto era?, realmente no importa. ¡Lo que importa es que aceptaste sin problemas!"
'Lo repetiste dos veces…'
La mujer extendió su mano hacia Shin y dijo:
"Dame tu mano"
Shin dudo un instante pero al final extendió su mano la cual la mujer atrapo entre sus dos manos y cerró los ojos.
Una aura verdosa igual que la anterior volvió a salir del cuerpo de la mujer pero esta vez Shin no sintió ninguna presión ni ninguna amenaza contra su vida, en cambio sintió un agradable aroma a rosas.
El aura verde se extendió por el brazo de la mujer hasta llegar a la mano de Shin y pasar hasta su antebrazo donde comenzó a brillar más intensamente antes de desaparecer de repente como si nunca hubiera existido.
La mujer abrió los ojos y soltó las manos de Shin.
"¡Ya está!"
Shin observo su antebrazo y noto una línea de color verde claro igual al aura que rodeaba su antebrazo.
"¿Qué es esto?" preguntó dudosamente.
"Es solo para demostrar que aceptaste mi petición, ahora si lo cumples o no solo depende de ti y de tu perseverancia"
Shin levanto la mirada y pregunto:
"¿Perseverancia?"
Sin embargo todo lo que vio frente a él fue agua roja y de fondo la voz de Astheria.
'¿Shin?'
Apenas escucho a Astheria salió de sus pensamientos enfocándose en lo que estaba pasando.
'¿Qué sucedido?'
Astheria no entendió su pregunta al principio pero termino respondiendo a su pregunta.
'Ni idea…al parecer todo volvió a la normalidad'
Shin miro a su alrededor y noto como el mar de estrellas había desaparecido y todo lo que había a su alrededor era agua roja.
'¿Cuánto tiempo paso?'
Shin estuvo en ese jardín por alrededor de 5 minutos, aunque fue muy poco tiempo, fue lo suficiente para que Astheria notara que algo había pasado con Shin, sin embargo el mar de estrellas que vio hace 5 minutos acababa de desaparecer para ella.
'¿De qué hablas?, acaba de desaparecer'
Shin frunció el ceño y miro la espada blanca que agarraba con su mano derecha.
'¿Acaba de desaparecer?'
Astheria no pudo escuchar sus pensamientos ya que ella no estaba directamente en el cuerpo de Shin sino dentro de la espada, por lo que aunque pudieran hablar dentro de la cabeza de Shin, ambos podían tener sus propios pensamientos sin que el otro lo escuchara.
A diferencia de cuando Astheria poseyó a Shin y ambos compartieron su cuerpo por un par de horas.
'¿Pasa algo?' pregunto Astheria con preocupación al notar como Shin estaba actuando de una manera extraña.
"…No, no es nada" Shin negó mientras miraba la línea verde claro que rodeaba su antebrazo.
'¿Ahora que hacemos?' ´pregunto Astheria.
Apenas Shin escucho a Astheria recordó la situación en la que se encontraba, situación la cual no era muy buena para ambos.
Shin nado hacia la superficie y apenas se acercó a esta miro lo que estaba pasando afuera sin dejar de estar bajo el agua para no revelarse a los encapuchados.
En el momento que el mar de estrellas desaparecido, el lago volvió a ser aparentemente un lago normal, por lo que ahora podía ver que estaba pasando afuera desde adentro.
Los encapuchados parecían estar hablando pero el gigante estaba mirando el lago fijamente, y un instante después de que Shin mirara al gigante esto lo miro directamente a los ojos y rugió.
"¿¡Que mierda!?"
El gigante no dudo y al siguiente momento salto al agua.
***
En la cima de un árbol la mujer pelirroja había estado mirando el lago vio como apenas el agua sobre la superficie del lago se movió el gigante rugió y salto al lago.
En verdad el gigante no había visto a Shin, simplemente al ver las ondas en el agua salto directamente sin pensarlo demasiado.
Para Shin había pasado unos cinco minutos pero para todos los demás solo había pasado aproximadamente un minuto desde que había saltado al agua.
La mujer al ver que el encapuchado gigante había saltado al agua, salto desde la cima del árbol y en un instante recorrió la distancia entre ella y los encapuchados que miraban aturdidos como el gigante había desaparecido en el agua roja.
La mujer fue tan rápida que los encapuchados no notaron cuando llego, sin embargo fue muy tarde cuando la notaron ya que 7 de ellos ya estaban en el suelo con una herida mortal en su pecho.
La mujer abrió y cerro su mano ensangrentada varias veces y miro a los encapuchados antes de suspirar de emoción.
"Ahhh, hace tiempo que no liberaba mi estrés"
Los encapuchados que quedaban chillaron y corrieron para atacar a la mujer quien solo frunció el ceño por sus agudos chillidos pero eso fue todo.
Antes de que los encapuchados pudieran hacer algo todos cayeron a suelo con una herida en su pecho.
El suelo se llenó de sangre lentamente de los cadáveres de los encapuchados pero la mujer no le importo nada de esto y solo miro al lago por unos segundo antes de hablar.
"Que raro…bueno, supongo que eso fue todo"
Después de notar que el agua del lago volvía a calmarse y volver parecer un gran espejo rojo de lo quieta que estaba el agua, la mujer decidió irse pero nuevamente justo cuando estaba a punto de marcharse el agua volvió a moverse y el cuerpo inconsciente de Shin apareció flotando boca abajo.
La mujer sonrió como si un depredador estuviera mirando a su presa y abrió su palma en la cual apareció una soga de la nada.
"Je, no puedo esperar a ver la mirada de frustración de esa mujer cuando le cuente lo que acabo de ver"