Dentro de un castillo antiguo, una mujer caminaba a grandes pasos por un pasillo con una gran sonrisa en su rostro cargando un cuerpo como un saco de papas sobre su hombro.
La mujer llego a una puerta grande y roja al final del pasillo y no dudo en darle una patada para abrirla de par en par.
"!Milena!, ¡Mira lo que conseguí!"
La mujer pelirroja tiro el cuerpo de Shin al piso y puso sus manos sobre sus caderas en una pose victoriosa.
"…Te dije que no abrieras la puerta de una patada"
Una mujer pálida camino hacia la pelirroja y la miro con una mirada neutra y algo fría.
La mujer tenía el pelo y los ojos completamente negros e incluso la toga que vestía era negra. A su alrededor había una aura que distorsionaba ligeramente el espacio la cual era casi imposible de ver si uno no se enfocaba en eso.
Además la mujer no estaba caminando, estaba flotando a pocos centímetros del suelo sin mover su cuerpo en absoluto.
La mujer se acercó al cuerpo de Shin tirado en la mitad de la habitación y lo miro antes de levantar la cabeza y mirar a la mujer pelirroja con el ceño fruncido.
"¿Por qué me traes a este hombre?"
La mujer pelirroja sonrió triunfantemente tratando de irritarla.
"¡Ese hombre es---"
La mujer pelinegra levanto la mano y silencio a la pelirroja quien puso una cara de ira y en su mano apareció una aura roja la cual se llevó a la boca.
"¡Déjame terminar de hablar y no me calles!"
La mujer pelinegra ignoro los quejidos de la pelirroja y hablo mientras miraba el cuerpo de Shin.
"Déjame adivinar, este es el alma que Siman reporto hace un par de horas"
La mujer pelirroja se vio claramente disgustada al ver que la mujer pelinegra había adivinado quien era esa alma pero en lugar de quejarse solo puso una sonrisa triunfante.
"Si, esa es la alma que Siman reporto. ¡Pero!"
La pelinegra miro a la pelirroja sin dejar su mirada neutral.
"¿Pero?"
"¡Pero esta persona salió viva del lago rojo!"
En ese momento la mirada neutral de la pelinegra se desvaneció y miro el cuerpo de Shin con sorpresa.
La mujer chasque sus dedos y el cuerpo de Shin comenzó a levitar hasta caer sobre un sofá de terciopelo frente a una chimenea.
"¿Lo dices enserio?"
La pelirroja estaba sorprendida por el cambio de actitud por parte de la pelinegra ya que nunca antes la había visto tan sobresaltada.
"Enserio" dijo sin dejar su sonrisa, ya había logrado su objetivo al venir aquí.
La pelinegra comenzó a examinar por encima el cuerpo de Shin a detalle hasta detenerse en su antebrazo donde había una línea verde rodeándolo que parecía un tatuaje.
"Mierda" susurro la pelinegra al notar la línea.
"¿Qué es eso?" pregunto la pelirroja.
Solo veía de esta forma a la pelinegra cuando se encontraba como algo interesante…o muy peligroso, por lo que no pudo evitar sentir curiosidad. Además ya desde cuando había visto a Shin sobrevivir al lago supo que era algo interesante.
La pelinegra ignoro a la pregunta de la pelirroja y corrió hacia una habitación donde había un orbe de cristal blanco.
La mujer coloco sus manos sobre el cristal el cual comenzó a brillar unos segundos después.
"¡Yuergh, ven aquí rápido!"
Después de unos segundos de completo silencio un hombre vestido un una túnica dorada con un diseño elegante que desprendía una aura de realeza.
"Espero que esta vez sea algo importante" dijo el hombre con un tono irritado.
La pelinegra floto hacia el centro de la habitación donde estaba el cuerpo de Shin y tomo su brazo para mostrárselo al hombre.
"Mira"
El hombre miro desde donde estaba el brazo de Shin que le indicaba la mujer y un segundo después desapareció del lugar como si nunca hubiera estado allí.
"¿Qué pasa con su brazo?" preguntó la pelirroja al ver que ambas personas que siempre tenían una actitud de indiferencia ahora parecían diferentes.
La pelirroja estaba comenzando a irritarse por no entender nada de lo que estaba pasando. En cambio la pelinegra volvió a tener su mirada fría y neutral de siempre.
"El final…eso es lo que está sucediendo."
***
Pocas horas después, Shin se despertó en una habitación iluminada por la luz roja que llegaba desde la única ventana de la habitación.
"Ugh…mi cabeza"
Shin miro a su alrededor y se encontró desorientado en esta habitación misteriosa donde solo estaba una cama, un escritorio y una mesa con dos sillas junto a la ventana.
"¿Dónde estoy?, ¿Y qué paso exactamente?"
Todo estaba borroso en su mente después de que el gigante encapuchado había saltado al lago ya que por algún motivo había caído inconsciente.
Shin miro a su alrededor y noto la espada blanca sobre el escritorio, se levantó de la cama y tomo la espada. Espero escuchar la voz de Astheria en su cabeza pero todo lo que recibió fue silencio por parte de la espada.
"¿Astheria?"
Por mucho que Shin la llamara la mujer parecía no contestar, o simplemente no estaba.
Shin no sabía lo que le había sucedido pero tenía cosas más importantes que investigar que la desaparición de la mujer.
Shin camino hacia la puerta de la habitación y la abrió para encontrarse con una pared frente a él.
Pero…la pared no era exactamente una pared en sí misma.
Shin miro lentamente hacia arriba y vio como un hombre que le sacaba un par de cabezas de altura lo miraba con una mirada seria.
"¿Hola?"
El hombre parecía no responder en absoluto y Shin no podía cruzar por la puerta, aunque no quisiera sentirse pequeño era difícil no sentirse presionado por el hombre.
Shin intento mirar a cada lado del hombre para ver si podía pasar pero en ese momento el hombre hablo:
"Me ordenaron que te vigilara, por lo que no puede dejar que salgas de este lugar"
El tono del hombre era muy serio que incluso hizo pensar a Shin que había sido secuestrado por alguien.
¿Pero porque lo secuestrarían?
"Está bien Leon, puedes retroceder" una voz femenina hablo haciendo sobresaltar al hombre.
"¡Si lady Milena!" respondió el hombre como si fuera un soldado entrenado.
El hombre llamado Leon retrocedió y le dio espacio a la mujer que acababa de llegar.
Shin miro a la mujer de pelo y ojos negros y no pudo evitar sorprenderse por la belleza de la mujer. Era una belleza diferente a la de Evelyn que era una belleza explosiva y ardiente.
Esta mujer tenía una belleza fría.
La mujer miro a Shin y puso una pequeña sonrisa en su rostro. Sin embargo Shin noto como esta sonrisa parecía…falsa, incluso algo forzada.
"Soy Milena, ¿Puedo preguntar cómo te llamas?" pregunto con demasiado respeto que parecía incluso raro para Shin.
"Shin" Shin respondió secamente.
"Shin…estoy aquí para llevarte a un lugar"
Shin frunció el ceño ante las palabras de la mujer.
"¿Un lugar?"
Shin quería preguntar más pero se sintió algo intimidado por la mirada del hombre que estaba fija en el por lo que se limitó a responder a la mujer.
"Si…por favor sígueme"
La manera de hablar de la mujer era…demasiado lenta, demasiado para el gusto de Shin, la mujer parecía mala para comunicarse o por lo menos eso le parecía a Shin.
La mujer guio el camino y Shin la siguió por detrás, y atrás de él estaba el hombre con una mirada fija en el frente.
Después de unos minutos caminando por los pasillos oscuros del castillo, Shin comenzó a notar algunas cosas respecto al lugar en el que estaba.
Primero que todo el castillo era demasiado silencioso, como si nadie viviera ni trabajara en el lugar.
Lo segundo fue que todas las pinturas de personas que había en los pasillos tenían las caras arrancadas a la fuerza.
Y lo tercero pero más raro fue que había un extraño y fino hilo oscuro que brillaba sobre el suelo y venia desde el lugar a donde Shin se dirigía.
Era un hilo parecido a su habilidad pero a la vez diferente, y que Shin intento pisarlo un par de veces solo para darse cuenta de que el hilo era incorpóreo.
"Oye…¿qué es ese hilo?" pregunto Shin al hombre detrás de él señalando al piso justo donde veía el hilo.
Sin embargo el hombre no dejo de mirar al frente sin responder, no fue hasta unos segundos de silencio después que Leon respondió con seriedad.
"No hay ningún hilo"
Shin volvió a mirar al frente y de reojo al hilo.
"Ya veo…"
'¿Acaso no lo ve?'
El hilo era algo difícil de ver pero era difícil ignorar el brillo que este desprendía en este oscuro pasillo.
Shin no tenía muchas ganas de hablar con la mujer porque simplemente ignoro lo que veía y siguió caminando.
"Estamos acá"
Melina se detuvo frente a una puerta roja de más de dos metros de alto y se giró para mirar a Shin.
"Adelante por favor" la mujer hizo un gesto para que Shin continuara y la puerta comenzó a abrirse lentamente.
'Joder, siempre me meto en los peores lugares posibles'
Shin se obligó a poner una suave sonrisa en su rostro y camino atreves de la puerta.
'Si…no creo que esta vez pase nada, no es como si fuera a encontrarme a otro dios en un lugar extraño'