Obito camino en una dirección opuesta al orfanato, quería comprobar si estos tipos lo seguirían y para su agradado, lo hicieron, siempre manteniendo cierta distancia de él.
Se mantuvo caminando por unos 10 minutos, a un ritmo deliberadamente rápido, aunque la cantidad de gente que se extendía por todos lados hacia un poco difícil, pero mientras más se movía hacia la parte menos concurrida de la ciudad era mas sencillo detectarlos, aunque el mismo tenia que admitir que sus habilidades para ocultarse y moverse sin llamar la atención era increíblemente afiladas.
Así que ya se estaba haciendo una idea de cual era la fuerza de estos tipos, supuso que al menos eran tan fuertes como Ryuu-san.
O tal vez su especialidad era ocultarse o realizar misiones de espionaje, en realidad no podía saberlo hasta que tuviera un encuentro directo con ellos, lo que hizo que el Uchiha se pusiera en guardia, preparándose mentalmente para cualquiera que fuese el caso.
luego de otros 5 minutos, llegaron a un callejón ancho y lleno de basura que el se movió rápidamente para colarse detrás de una esquina.
Activo su Sharingan en un segundo, el rojo estallo y los tres tomoes giraron violentamente en su ojo.
En ese instante, tuvo que moverse para esquivar un ataque, inclinando ligeramente la cabeza hacia un lado para evitar por escasos centímetros la punta de una lanza. Si su velocidad de reacción hubiera sido un poco más lenta, seguramente se habría visto obligado a recurrir al Kamui. Aun así, pudo sentir cómo algunos de sus cabellos volaban en el aire al ser rozados por la afilada hoja de la lanza.
Con un ágil movimiento de sus pies, se alejó de su atacante, mientras percibía cómo las demás presencias comenzaban a moverse, rodeándolo desde arriba, en los techos de los edificios circundantes. Obito estaba irritado.
Entendía que lo siguieran, pero realizar un ataque tan contundente fue mucho más de lo que podía pasar por alto.
La figura que lo había atacado llevaba una vestimenta completamente negra, con una armadura del mismo color y la mitad superior de su rostro cubierta por una máscara también negra. Sobre su cabeza se podían ver un par de orejas de gato.
Obito no lo pensó mucho; dejó las dos canastas de comida en el suelo y luego movió su mano; un kunai se deslizó hacia ella, que empuñó con fuerza.
Meditó un momento: el tipo era fuerte, más rápido que Ryuu, si era posible. Eso significaba que, por lo menos, era de nivel 5 o 6, lo cual era extraño. No importaba cómo lo vieras, si alguien quisiera muerto a "Obito Uchiha", enviar a alguien con un nivel tan excepcional sería un desperdicio, a menos que supieran de antemano lo fuerte que era.
Observando el lenguaje corporal del hombre, podía suponer que estaba sorprendido de que hubiera logrado esquivar ese golpe. Así logró llegar a la conclusión de que no sabía el alcance de sus habilidades, pero definitivamente sabían que no era alguien normal, al menos no dentro de los estándares de un nivel 3, que había estado diciendo que poseía.
Por otro lado, no parecía muy sorprendido por su Sharingan, aunque claramente había notado el cambio de color en sus ojos. Obito solo podía suponer que su atacante consideró este cambio como una habilidad que él poseía.
Y al menos por lo que él mismo Uchiha había visto en este mundo, supuso que un cambio de color en los ojos no era algo particularmente sorprendente, más bien algo curioso.
¿Tendría que enviarlos a su dimensión?
O podría vencerlos sin tener que usar esa habilidad. Prefería guardar sus habilidades más fuertes, al menos hasta determinar el alcance de sus enemigos.
Había sido muy descuidado cuando atacó el casino, mostrando sus habilidades sin pensar mucho, porque en primer lugar Ted era un pedazo de basura que podía fácilmente ser coaccionado para que olvidara todo con un Genjutsu. Pero ahora mismo estaba frente a alguien fuerte, así que prefería evitar mostrar más de lo necesario, porque no sabía si había más gente espiándolo a distancia y recopilando información sobre él. Información que podría ser vital en caso de llegar a una confrontación en el futuro.
De todas formas, solo por el nivel, podía suponer que de alguna manera había llamado la atención de alguna de las grandes familias de Orario, dado que los niveles 5 y 6 no eran exactamente comunes en esta ciudad, o dentro de las familias, al menos según la información que él había recolectado.
La élite dentro de la élite, aventureros que tenían un talento increíble y una fortaleza al mismo nivel.
La mayoría de ellos estaban muy por encima del nivel jōnin promedio de la aldea de la Hoja. Aunque claro, había que tener en cuenta que Minato era un jōnin, y definitivamente estaba muy por encima de la mayoría de los ninjas en el mismo rango, así que no estaba seguro de que su forma de comparar a los aventureros y los ninjas fuera precisa.
― No pensé que fueras a esquivar eso. Eres rápido.
El hombre gato habló, o más bien escupió, sus palabras. La irritación que emanaba era inusual, casi como si lo odiara, aunque Obito no podía entender de dónde venía ese odio.
Obito se quedó callado un momento. Obviamente, no funcionaría actuar como un idiota si no tenía la máscara puesta, así que optó por un enfoque semi-serio.
― Nah, es solo que tú eres muy lento ―respondió encogiéndose de hombros. El hombre gato, que había estado vertiendo su sed de sangre constantemente, gruñó por lo bajo y su sed de sangre se incrementó de golpe.
Casi sonrió. Sabía que el hombre gato era fuerte, así que definitivamente tendría la ventaja el que mantuviera la calma en esta situación.
Y luego, él mismo liberó su sed de sangre. Aunque le faltaba refinarlo, y no era tan agresiva y opresiva como la de Madara, aún era algo que debería paralizar fácilmente a un Chunnin y desconcertar a un Jounin.
El hombre gato se puso rígido de golpe y optó por una postura de combate en solo un segundo. Sus dos manos se deslizaron por el mango de su enorme lanza, colocando una en la parte más cercana a la punta y otra en la mitad del mango. Además, abrió ligeramente las piernas, colocando su peso en la parte delantera. Definitivamente, estaba listo para lanzarse hacia adelante ante el más mínimo movimiento.
Aunque Obito no estaba tan familiarizado con los estilos de combate que utilizaban lanza, no pudo evitar notar que al menos este chico gato era un maestro en este estilo.
Con su Sharingan, podía percibir la fuerza y la precisión de sus movimientos. Se preguntó brevemente si aquellos que estaban ocultos tenían un nivel de habilidad similar.
"hablando de ellos"
El Uchiha sintió como los otros cuatro se tensaban, atacarían al mismo tiempo, noto.
El Uchiha no tenía intenciones de que ellos marcaran el ritmo de esta pelea, tomando en cuenta que ya contaba con una desventaja de números, dejarlos atacar parecía una mala idea, así que decidió que debía de realizar el primer movimiento, y reducir el numero de sus rivales.
Uso chakra en sus pies, y con un crujido del suelo debajo de sus pies se disparo hacia delante, su cuerpo se convirtió en un borrón indistinguible, un destello rojo se movió en la oscuridad, Sharingan carmesí brillando y destellando.
Movió su mano listo para apuñalar el chico gato, su rival movió su enorme lanza de dos metros con una velocidad increíble, e intercepto el golpe de Obito.
El metal choco y las chipas se extendieron por el aire.
El Uchiha frunció el ceño cuando su kunai se agrieto y rompió en pedazos, pedazos de metal negro volaron en el aire, una sonrisa se dibujo en la cara del chico gato, obviamente un kunai simplemente no estaba al nivel de un arma de un aventurero nivel 6. Obito se giro en el aire y trato de conectar una patada en la cara del enmascarado, pero su golpe fue interceptado por el hombre.
Fuerte.
Obito pensó mientras sentía que apenas fue capaz de mover el brazo que el chico gato había usado para bloquear su golpe, el hombre sujeto su pie y lo sostuvo con fuerza, Obito frunció el ceño, y entonces las otras figuras saltaron.
Martillo, espada, escucho y hacha, cada una de las pequeñas figuras estaba usando un arma diferente, y cada arma era casi tan grande como su portador, hecha de metal puro.
Aun así cada uno de los hobbit podía balancear su arma con una sola mano sin el mas mínimo esfuerzo.
Obito no quería usar el Kamui, pero sinceramente luchar contra 5 oponentes era tal vez un poco demasiado.
Las cuatro armas de dirigieron directamente a su cuerpo, cabeza, hombre, pecho, las cuatro armas conectaron duramente la sangre se extendió por el aire, y luego una nube blanca se extendió en el aire, revelando a un destrozado tronco de madera, reducido un montón de astillas que volaron por todos lados.
Un momento de sorpresa.
Dos manos salieron de la tierra, debajo de los pies del chico gato, este reacciono antes de notar que estaba pasando, con un salto que lo elevo varios metros en el aire, sus agudos sentidos le advirtieron del peligro, girando su cabeza hacia arriba lo vio.
Obito Uchiha con el pie levantado y bajando directamente hacia el.
Su reacción fue en una fracción de segundo, uso su lanza para bloquear la patada, Obito sonrió al verlo, el pie de Obito se deslizo por el mango de la lanza como si fuera un fantasma.
― ¿Qu-? ― antes de que el chico gato terminara de decir su oración el pie de Obito lo golpeo directamente en la cabeza, Obito había utilizado su chakra para reforzar ese golpe, así como usaban el chakra cuando escalaban arboles, el había usado el mismo principio para potenciar la fuerza de su golpe.
El cuerpo de catman fue enviado volando como una flecha hacia el suelo, su cuerpo se estrello pesadamente contra el concreto, creando un pequeño cráter.
Obito no perdió tiempo y tomo dos bombas de humo, rápidamente lanzándolas hacia los otros cuatro que estaban esperándolo en el suelo, no mas bien ellos ya estaban saltando hacia él.
Un martillo estaba a solo unos pocos milímetros de su cara.
Las nubes blancas se extendieron.
Usando la nube como cobertura, Obito hizo un sello con sus manos, y uso el Shunshin no Jutsu.
Su cuerpo parpadeó, antes de aparecer detrás del chico del martillo, cargo su puño con chakra y haciendo un movimiento amplio, conecto el golpe directamente en la parte posterior de la cabeza de su atacante.
Como estaban en el aire, el Hobbit no pudo resistir la fuerza del golpe.
El cuerpo del chico, fue enviado a volar hacia una pared cercana, estrellándose violentamente.
Obito se inclino para esquivar una espada, y un hacha. Giro sobre si mismo intentando conectar una patada que fue bloqueada con un escucho, a pesar de que su patada también había estado reforzada por chakra, no pudo ni siquiera abollar ese escucho, o hacerlo retroceder, de hecho dolió un poco.
Usando otro Shinshin no Jutsu se movió hacia el final de callejón, esquivando por poco la lanza del hombre gato.
Este último con un movimiento de su lanza disipo todo el humo que los rodeaba.
Obito los miro con una expresión cansada, pelear contra todos ellos era difícil, incluso cuando utilizo varios trucos, apenas fue capaz de conectar solo dos golpes, que por lo visto no fueron muy efectivos.
Ellos eran buenos, demasiado buenos.
Los mas problemáticos eran los enanos, aunque individualmente eran fuertes, definitivamente eran mas problemáticos cuando estaban juntos, cada uno de ellos podía atacar sin temor de intervenir en el ataque de su compañero, casi como si hubieran hablado entre ellos para decidir como atacar, pero Obito sabia que ninguno dijo una sola palabra, su nivel de cooperación era algo de otro mundo.
Solo en este intercambio Obito pudo notar esto.
Incluso sintió que el Hobbit del martillo se había dejado golpear para que sus compañeros aprovecharan ese momento para atacarlo.
No solo eso, el Uchiha aun podía sentir su brazo ligeramente entumecido luego de intercambiar el primer golpe donde su Kunai fue destrozado.
Sin lugar a dudas, en fuerza física, velocidad de reacción y trabajo en equipo, estaba siendo superado ampliamente.
¿Este era el poder de los aventureros de primera clase?
Definitivamente no podían ser subestimados.
Tal vez su tuviera a Guruguru consigo las cosas serian mas equilibradas en términos físicos.
―bien, ¿Qué asunto tienen conmigo? ― Obito pregunto, mientras comenzaba a moldear chakra sin sellos de manuales.
Nunca luches una batalla innecesaria, el Uchiha pensó que si podía evitar esta pelea, seria lo mejor.
El no era Madara que seguramente le encantaría la idea de luchar contra oponentes formidables, al menos esa fue la impresión de había tenido de su ancestro.
Incluso si ganaba esta batalla, ¿vendrían más después?
Sencillamente, no había ninguna ganancia verdadera en esta pelea, le irritaba el hecho de que lo hubiera atacado, pero podía dejarlo pasar si llegaba a un acuerdo con sus atacantes, o mejor aun si podía reunirse con la persona que los envió.
Su Sharingan brillo mientras comenzaba a analizar y memorizar el patrón de ataque de cada uno de esos aventureros.
Gracias a su Sharingan podía Analizar el tipo de Taijutsu que usaban sus atacantes y aunque fuera mas rápidos podía anticiparse a sus movimientos, lo mismo se aplicaba al trabajo en equipo de los enanos, siempre y cuando pudiera observarlos un poco mas, eventualmente lograría romper esa perfecta cooperación entre ellos.
O al menos esperaba eso, si ellos insistían en seguir con esta pelea.
― toma esto como una advertencia. ― Gruño el chico gato, Obito alzo una ceja.
"¿de que demonios están hablando?" ― pensó mientras los miraba.
― si, no quieres que nada les pase a las chicas de esa posada . . .
La tensión en el aire se incremento ligeramente cuando el chico gado dijo esas palabras. Obito permanecía inmóvil, bajo su cabeza ligeramente sus cabellos se movieron hacia delante, mientras un brillo amenazador emanaba de su único ojo carmesí.
― O a los niños de ese orfanato...
La voz del chico gato se quebró, cortada por el súbito peso del silencio. La tensión se disparo como una presa rompiéndose. Todos los ojos se enfocaron en la figura sombría del niño de 14 años parado a unos cuantos metros de ellos.
― ¿Qué...? ― El sonido estrangulado emergió de la garganta de Obito, un gruñido bajo y peligroso. Su cabello, oscuro como la noche sin estrellas, cayó sobre su rostro, ocultando sus expresiones, dejando solo el destello sobrenatural de su ojo. ― ¿Qué acabas de escupir?
La voz de Obito, ahora un susurro cargado de veneno, se deslizó por el espacio entre ellos. La sed de sangre que había mantenido a raya, ahora se desataba sin contención, una bestia salvaje rompiendo sus cadenas.
A diferencia de antes, esta vez su deseo de matar no era una simple amenaza; era una certeza que calaba hasta los huesos. El chico gato y los otros cuatro lo percibieron: una sed de sangre tan densa y afilada que, si hubieran sido menos experimentados, habrían vislumbrado su propia muerte. La presión asfixiante de la hostilidad se extendía en olas, embistiendo sus cuerpos, colándose en cada resquicio, una presencia aberrante y terrorífica.
Era la primera vez que Obito sentía tal odio crudo desde su llegada a este mundo.
El miedo visceral a perder aquello que había aprendido a valorar.
La locura irracional que lo había consumido en aquel momento.
El zumbido de la electricidad en el aire.
La sangre derramada bajo la luz de una luna implacable.
Los gritos desgarradores... Todo regresó en un instante, abrumador, y luego se disipó.
Pero algo permaneció: el odio ancestral de los Uchiha, un legado de furia y dolor.
El único ojo de Obito se entrecerró, una rendija por la que se filtraba su intención asesina, una fuerza que ya no buscaba ser contenida.
La parte de él que anhelaba la racionalidad, que deseaba ocultar sus habilidades y planificar el futuro, simplemente se desvaneció ante la magnitud de su ira.
Antes la sola idea de que alguien se atreviera a amenazar a esas personas, que ahora eran todo para él.
A Obito Uchiha ya no le importaba nada.
Si había alguien espiándolos, lo buscaría, lo encontraría y lo eliminaría, si había una Familia detrás de esto, los acabaría también.
Acabaría con todos ellos.
Extendió su mano en el aire, el espacio se distorsionó cuando y un arma se materializa, negro como la tinta, pero el filo brillaba ominosamente, una Guadaña, cuya altura era fácilmente la misma que la de Obito.
Movió su mano para tomar el mango del arma, lo apretó con fuerza.
La punta del de la Guadaña golpeo el suelo con fuerza provocando grietas en el suelo.
Ahora realmente parecía un Shinigami, listo para segar las vidas de sus oponentes.
Del rostro de Obito desapareció cualquier rastro de juguetoneria, y solo quedaba una expresión vacía, con un brillo peligroso en su mirada.
Dio un paso y su figura desapareció.
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