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Chapter 2 - Capítulo 2

Halana despertó sobresaltada, miró el techo desconocido desorientada, sin poder recordar donde estaba, miró la habitación simple, sin las intrincadas paredes y muebles que fácilmente podían estar en un museo por su valor incalculable y volvió a la realidad.

Se habían escapado o escondido, como fuera que vieras la historia, toda la familia había corrido hacia diferentes lugares del país, con unas pocas pertenencias, como ratas en la alcantarilla.

A pesar de los pensamiento pesimistas de Halana, su rostro no mostró ninguna incomodidad, seguía siendo pacífico y calmado como su nombre.

Sus padres habían dicho que cuando nació, ni siquiera había llorado, con un rostro apacible había mirado su alrededor con curiosidad y tranquilidad.

Halana, calma y tranquilidad.

Pero ahora estaba en medio de la nada, teniendo que cambiar incluso su nombre.

Suspiró y se levantó.

Luego de una ducha rápida, se miró en el espejo, su largo cabello plateado había sido cortado, aunque no estaba segura de que pudiera pasar por un niño, mirando el rostro delicado en el espejo, no sabía cómo a su tonto hermano mayor se le había ocurrido semejante idea.

Se vistió con una camiseta gris y pantalones de algodón sueltos del mismo color, y bajó las escaleras.

El señor Spencer ya tenía el desayuno sobre la mesa de la cocina.

"Buenos días, joven amo".

"Buenos días" le sonrió.

Halana comió en silencio, sus movimientos eran finos y elegantes, sin poder ocultar la clase impregnada en sus huesos.

Durante casi todo su viaje desde un extremo del país al otro se había preguntado como aguantaría en la escuela Jasper. Podía entender la elección de su hermano, después de todo era una escuela militar masculina respaldada por los militares y el estado, las personas que perseguían a su familia no podría encontrarla ni atraparla fácilmente, pero al mismo tiempo, una joven dama rica que había crecido con cada aspecto de su vida cuidado a la perfección no se integraría fácilmente.

El señor Spencer cortó sus pensamientos, dejó caer una carpeta negra frente a ella.

"Tome, todos estos son sus documentos, dentro está todo lo que necesitará".

Halana asintió y dejó la carpeta a un lado para revisarla más tarde.

El ex mayordomo comenzó a retirar los platos mientras le comentaba "debemos ir a buscar tu uniforme escolar y los materiales, además de presentarnos en la escuela para terminar la inscripción".

Halana miró por la ventana mientras lo escuchaba, ya estaba organizando los próximos días para que alcanzaran a hacer todas las diligencias.

El día era soleado con una leve brisa fresca que aligeraba el ambiente y traía el excito olor a rosas de la casa de al lado, mezclado con un rico olor a bosque.

Después de que el señor Spencer terminara de hablar y se marchara de la habitación para continuar con las tareas del hogar, continuó mirando la ventana por un buen tiempo.

Lo encontraba bastante interesante, había vivido toda su vida en el centro de una gran ciudad, rodeada de rascacielos, el edificio más bajo que había visto en su vida tenía cinco pisos, ahora frente a las casas de uno o dos pisos a su alrededor, rodeada de bosque y vegetación por todos lados, con las montañas nevadas en el horizonte, se sentía como una película de los pitufos, aunque en el buen sentido.

Una sonrisa expectante apareció en sus labios carnosos, que les devolvió el infantilismo a sus rasgos faciales por lo general serios.

Podría acostumbrarse a este lugar.

Pasó el resto de la mañana leyendo la gruesa resma de papeles en la carpeta negra.

Toda su información personal había sido falsificada.

Su nuevo nombre era Ángel Weiss, tenía 17 años, un año más que su edad real, había nacido en un pueblo rural que nunca había escuchado. Hijo único, vivía con su tío, sin más familia, se habían trasladado por nuevas oportunidades labores y mejor educación.

En su hoja de salud, especificaban algún tipo de enfermedad autoinmune, un intento de ocultar los malestares generales que tenían todos en su familia cada vez que se encontraban con un espectro, se rio al ver la palabra desarrollo retrasado, no había duda de que esto era para explicar su aspecto delicado y pequeño, la gente tendería a pensar que era un niño pequeño en vez de una mujer, después de todo no es raro ver a hombres delicados y con un aspecto androgénico.

Finalmente, había una gran cantidad de hojas con información sobre la escuela Jasper.

Iba dando vuelta la primera página del reglamento, cuando sonó el timbre de la casa, Halana saltó asustada botando la silla en el proceso, como un gato al que le habían pisado la cola.

"Tranquila joven señorita, es solo el timbre" la consoló rápidamente el señor Spencer.

Halana hizo un intento por recuperar la calma "¿el qué?" preguntó.

"Timbre".

Recordaba escuchar que las personas afuera usaban algo con ese nombre, pero ¡¿por qué lo tenían ellos?!

Su sensibilidad estaba aumentada al máximo, no solo podían ver cosas que otros no con la vista, sino escuchar cada susurro de los espectros.

Solían vivir en completo silencio, con una insonorización perfecta, el timbre se había convertido en lo que sería escuchar una explosión para un humano.

"¿Por qué tenemos eso?" Halana lloró sin lágrimas, por primera vez se daba cuenta a lo que se estaba enfrentando al salir de la zona segura.

"Las casas comunes lo suelen tener" suspiró el hombre.

Cuando volvió a sonar, Halana se tapó los oídos en un intento de suprimir el sonido, nunca había escuchado un ruido tan molesto, ¿cómo los humanos podían tener algo tan agudo en sus casas por iniciativa propia?, sentía que casi se le había partido la cabeza.

"Lo cambiaré lo antes posible".

El mayordomo miró con angustia a su joven dama, que aún temblaba por las secuelas del shock y caminó rápidamente hacia la puerta para que quien fuera que esperara afuera no volviera a hacer sonar el timbre.

Halana sacó una pequeño cuaderno felpudo de su bolso y escribió el letras grandes: ¡Tener cuidado con el timbre!

Decidió que haría una lista con todas sus nuevos descubrimientos.

A unos metros el mayordomo hablaba con una mujer de mediana edad, aunque podía escuchar su conversación, la curiosidad por enfrentarse a nuevas personas fuera de su círculo la hizo olvidar por completo sus precauciones anteriores y corrió hasta el final del pasillo, asomándose por la esquina.

"No creo que sea conveniente en estos días, estamos apurados con los preparativos para la escuela, podemos conversarlo para más adelante" el señor Spencer se negó cortésmente.

"Hay un niño en su hogar, eso es estupendo, mis hijos podrían ayudar a su hijo a preparar todo lo que necesite, conocen esta ciudad por completo, ¿a qué escuela irá?"

El mayordomo se sintió avergonzado con su entusiasmo "mi sobrino va a la escuela militar".

"Mis hijos también van al mismo lugar, es perfecto, pueden venir a almorzar a casa y luego los chicos pueden salir" aplaudió la señora emocionada.

Halana tenía que admitir que la señora era muy guapa, incluso para alguien como ella, que solo había visto los espécimen despampanantes de su familia, desprendía un olor a cerezas que la hacía ávida de más.

Cómo si sintiera su mirada, la señora se giró en su dirección, solo tenía la mitad de su cabeza asomada, presionada contra la pared parecía un bola peluda.

La señora Taylor sintió que le picaban las manos por frotar esa cabeza suave.

"Tu debes ser Ángel".

"Lo siento mi sobrino es tímido, se siente incómodo con los desconocidos".

Tímido mi culo, solo era tranquila, aunque era una buena excusa para su inexperiencia en este mundo, podría usarla más adelante.

La señora Taylor sonrió feliz "no hay problema, ven aquí chico, soy tu vecina del frente, solo venía a darles la bienvenida".

Halana salió de entremedio de la oscuridad, y caminó hacia su emocionada vecina.

Cuando la señora Taylor la vio sintió que se le paraba el corazón, para volver a latir un segundo después a ritmo acelerado.

Nunca había visto a un ser humano tan hermoso, era pequeño y encantador, tan hermoso hasta el punto de que ni miles de palabras podrían describirlo, como una belleza de otro mundo.

La idea original, de que sus hijos fueran más amistosos con los nuevos vecinos y se ayudaran mutuamente, fue arrojada al fondo de su mente y concluyó que sus hijos cuidaran del nuevo cachorro.

Solo mirando sus piernas y brazos delgados y rostro pequeño y delicado, sabía que sufriría en la escuela militar.

Halana se tocó el rostro confundida.

¿Tenía algo en la cara?

El señor Spencer miró a su joven dama que no entendía el shock de su rostro, y seguía buscando algún trozo de comida y se sintió impotente. No podía culparla, después de todo además de él y los otros sirvientes nunca había interactuado con un humano común y todos en la familia Ilion eran como Dioses salidos de un cuento de hadas, acostumbrada a semejante vista, no encontraba nada digno de mencionar cuando se miraba en el espejo.

Sin embargo, Halana se recuperó rápidamente y se inclinó llena de gracia como la educaron "es un placer conocerla señora Taylor, mi nombre es Ángel Weiss, gracias por su visita".

"Ay querido, eres educado, un encanto, le decía a tu tío que pueden venir a almorzar y luego sales con mis hijos, van a la misma escuela, te pueden ayudar a acostumbrarte a este nuevo lugar, las mudanzas siempre son difíciles y nuevos amigos siempre son bienvenidos"

Cuando se enteró que podía salir a conocer la ciudad, sin ver la mirada de advertencia en los ojos del mayordomo, aceptó rápidamente.