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Chapter 31 - CAPÍTULO 29- Un amor imposible.

CAPÍTULO 29- Un amor imposible.

(Tiempo atrás.)

—Ah... No entiendo a mi madre.

Kei, de 11 años, estaba volando sobre un bosque. Había nieve por todas partes, pues era invierno, pero el frío no le afectaba en nada a Kei. Solo había una cosa que le molestaba en ese momento: su madre.

—¿Qué clase de madre mandaría a su hijo de 11 años a una misión peligrosa y solo? ¿Realmente se preocupa por mí? Aparte, según la información, las líderes del grupo de bandidas eran aventureras de clase B... Debo tener cuidado... ¡Ahhhhhhhh! ¡No quiero morir todavía!

Kei se consideraba a sí mismo poderoso, pero sabe perfectamente que no debe bajar la guardia, pues en ese mundo existen personas más poderosas que él. Bajar la guardia sería un estúpido error.

Las aventureras de clase B son poderosas, tomarlas a la ligera sería cometer suicidio. Kei se considera capaz de derrotarlas, pero eso no significa que no se tomará en serio la pelea. Siempre se debe pelear con todo su poder y sin contenerse, eso es algo que su madre le ha enseñado.

Sei Molfer le dio la misión de encontrar y capturar a un grupo de bandidas. Le dijo: "Kei, ya puedes controlar tu magia y tus habilidades físicas son excelentes. Ya estás listo para ir a misiones sin compañía."

Sei Molfer es comandante del ejército del país. Aparte de entrenar a las guerreras, ella realiza misiones secretas y peligrosas, y quiere que Kei y Mei también participen con ella, pues ella participaba en las misiones que hacía su madre cuando ella era pequeña.

Kei y Mei han participado en un gran número de misiones con su madre, pero es la primera vez que Kei hace una misión sin compañía ni refuerzos.

—Espero llegar a tiempo.

Kei tomó aire y suspiró, para tranquilizarse. Está nervioso, pues es su primera misión en solitario. Tiene miedo de fallar la misión y que su madre lo torture como castigo.

—La comerciante me dijo que estaban por aquí... A ver...

Kei mejoró su visión con magia y comenzó a ver a su alrededor mientras vuela, buscando algunas casas. Las casas de las aldeas en los bosques comúnmente son muy pequeñas, pues las personas que viven en ese tipo de lugares, son personas que disfrutan convivir con la naturaleza, por eso sus casas son pequeñas, para no destruir los bosques ni arruinar el paisaje.

Kei, después de 2 minutos, encontró lo que estaba buscando.

—Oh, veo una aldea... Y escucho gritos... Mierda.

Kei volvió a tomar aire y sonrió.

Una parte de él está preocupado por los aldeanos, pero otra parte de él está emocionado por saber lo poderosas que son sus enemigas. Su sangre Molfer le exige pelear.

—Vamos.

Los aldeanos estaban reunidos en el centro de la aldea.

Las bandidas estaban vigilando a los aldeanos.

La mayoría de los aldeanos estaban heridos y algunos estaban muertos. Las tripas de los difuntos aldeanos adornaban el suelo, junto con sus extremidades mutiladas y sangre.

Las bandidas se veían bastante ilesas, dando a entender que los aldeanos no fueron ni siquiera capaces de hacerles alguna pequeña herida.

Las bandidas parecían poderosas, y sus acciones confirmaban su poder.

—¿Ya son todos?

—Sí, son todos.

—Perfecto. Quemen la aldea y traigan las carretas.

—¡Lo siento, señoritas, pero sus planes acaban de cambiar!

Kei aterrizó y estiró los brazos.

—Volé por 2 horas... Tengo hambre... ¡Hola, buenas tardes! Mi nombre es Kei y vengo a capturarlas. No se preocupen, Sei Molfer las quiere vivas, es por eso que no las mataré. Tienen bastante suerte, lindas. Ahora, ¿quieren rendirse por las buenas o tendré que usar la fuerza?

Las bandidas comenzaron a reírse. Kei ya estaba acostumbrado a eso, así que no le importó y simplemente esperó a que dejen de reírse.

—Ah, subestimando a su enemigo sin conocerlo. Un clásico. Oigan, idiotas, cometer ese error podría costarles la vida, además de que su humillación sería peor.

—Es un niño lindo. Nos darán mucho dinero por él.

—¿Valgo tanto? Oh, qué amable. Un par de halagos más y me enamoras, hermosa.

—¿Te crees gracioso, inútil?

—Nop, simplemente intento seguir la conversación... Oh... Wow...

Una de las bandidas se acercó a él y Kei se arrodilló en el suelo.

—Vaya, vaya. G-genial. Eres muy hermosa.- Dijo sonriendo, activando su habilidad en ella.

—¡¿Hermosa?!

La bandida se emocionó al escuchar eso y Kei saltó.

—Caíste.

Le dio un gran golpe en la cara y la bandida salió volando. Una de las bandidas la atrapó y se dio cuenta de que perdió la consciencia con un solo golpe. Ver eso la dejó en shock por un segundo, pues las bandidas que integran ese grupo, son igual de poderosas que las aventureras de clase B. Si Kei fue capaz de derrotarla con un simple golpe, significaba que él representaba un peligro para ellas y que no debían subestimarlo.

—Vaya, vaya. No me siento bien golpeando a las mujeres.

—¡¡Maldito!!

Las bandidas intentaron atacarlo, pero Kei se alejó de ellas y extendió su mano derecha.

—¡Esferas de agua!

Un gran número de esferas de agua salieron de su mano e impactaron contra las bandidas, que no intentaron esquivarlas porque no sintieron que fueran peligrosas. Un gran error.

—¡Congelación! ¡Viento invernal!

Una ráfaga de viento helado, que salía de la mano de Kei, se dirigió hacia ellas y comenzaron a congelarse rápidamente gracias a que estaban mojadas.

Las bandidas estaban a tan solo un metro de él, pero no lograron alcanzarlo a tiempo.

—¿Q-qué...?

Las bandidas se congelaron rápidamente por completo, derrotando a las bandidas sin mucha dificultad.

Un total de 24 bandidas se congelaron.

La razón por la que no pensaron que Kei iba a hacer eso, fue porque la magia de hielo es uno de los atributos mágicos más raros que hay, no se imaginaron que Kei podría tener ese atributo mágico. Ellas pensaron que las esferas de agua solo las usó para distraerlas.

—¿Funcionó...? No estoy acostumbrado a usar esa cantidad de poder mágico... Usé el 90% de mi poder mágico... Nah, sí valió la pena. Ellas parecían poderosas.

Se dirigió hacia los aldeanos mientras observaba los muertos a su alrededor. 13 aldeanas murieron intentando proteger la aldea.

—Sus intestinos están fuera de sus cuerpos, sus ojos fueron arrancados, sus pezones fueron cortados, al igual que sus extremidades... Ah, las bandidas están enfermas.- Pensó Kei.

Kei se sintió culpable por esas muertes, y un sentimiento de tristeza y culpa inundó su ser.

—Llegué tarde... Lo siento.

Sus ojos se pusieron llorosos, así que los cerró y tomó aire.

—No llores... No llores.

Suspiró y abrió los ojos.

Su madre le enseñó que no debía mostrar debilidad.

—¿Quién es el líder de la aldea?

Todos lo miraban con admiración y agradecimiento, pero también lo miraban con miedo. Kei era solo un pequeño niño, y además era hombre. "¿Qué es él?" Se preguntaban todos.

Una anciana mujer de 70 años se acercó a él.

—Yo lo soy. Gracias por salvarnos.

—No se preocupen. Mi nombre es Kei Molfer, soy el hijo de Sei Molfer. Mi madre me envió. Bla, bla, bla.

Sacó de su bolsillo una pequeña bolsa y se la lanzó a la líder.

Ella la atrapó confundida.

—¿Qué es?

—Son piedras mágicas. Si las venden, conseguirán más de 2,000 monedas de oro.

—¡¿Eh?! ¡¿2,000?!

—Viendo la aldea, se nota que son muy pobres. Y algunos de ustedes son muy delgados, lo que significa que se mueren de hambre. Llegué tarde y personas murieron. Por favor, acepten el dinero... Y perdón por llegar tarde.

—N-no es tu culpa.

—Por favor, acepten el dinero.

—Pero es demasiado...

Kei suspiró, pues se cansó de ese comportamiento tan débil.

—Bueno, no quería hacer esto... ¡Yo, Kei Molfer, el hijo de Sei Molfer, les ordeno aceptar el dinero! No me gusta usar mi poder social, pero era necesario.

—... Si estás de acuerdo, lo aceptaremos... Muchas gracias.

Ella se arrodilló y Kei se puso rojo de la vergüenza.

—N-no se arrodille. Me siento incómodo.

—Hija...

Escuchó el llanto de un hombre y volteó a su izquierda.

Un anciano estaba llorando mientras abrazaba a una mujer... Esa mujer era Eris.

—Hija...

A Eris le cortaron los brazos y piernas, y perdió demasiada sangre. Una bandida estuvo a punto de sacarle los intestinos, pero Kei llegó a tiempo y lo evitó. Eris todavía tenía la navaja de la bandida clavada en su estómago.

—El dolor de un padre... Es realmente triste de ver.

—P-padre...

—¿Habló?

Kei la escuchó hablar e inmediatamente se acercó hacia ella.

—Soy un idiota, olvidé revisar los cuerpos.

Kei se agachó, le quitó la navaja del estómago y colocó su mano derecha sobre el rostro de Eris.

—Magia curativa.

Un brillo rojo rodeó a Eris, sorprendiendo al padre.

—E-este poder mágico...

—¡Por favor, revisen los cuerpos! ¡Si están vivos puedo usar mi magia curativa en ellos!

—¡S-sí!

Las extremidades de Eris se regeneraron y sus heridas desaparecieron.

Volvió a la normalidad, estaba ilesa, como si nada le hubiera pasado... A excepción de su ropa, que estaba manchada con su propia sangre.

La magia curativa de las héroes es muy poderosa. Frima, "la héroe de fuego", tiene la magia curativa más poderosa. Ella puede regresarles la vida a las personas.

Kei no se queda atrás con su magia curativa, que es una de las más poderosas porque la ha mejorado con años de práctica, usando su propio cuerpo.

Todos los días tiene que usar su magia curativa para evitar morir durante los entrenamientos, no es de extrañar que Kei se haya vuelto un experto en la magia curativa.

—¿Q-qué?

Eris abrió lentamente los ojos y miró fijamente a Kei.

—Bien. Creo que es suficiente.

Retiró su mano y le sonrió.

—¿Te sientes bien? ¿Alguna parte te duele?

Eris se puso nerviosa por tener a Kei tan cerca de ella y asintió lentamente con la cabeza.

—S-sí... Gracias, nya.

Para Eris, que era una aventurera de clase B, Kei era alguien muy poderoso y genial.

Ella observó la pelea mientras estaba en el suelo.

Cuando vio que Kei derrotó a las bandidas tan rápido, ella pensó: "Es increíble".

En este mundo, las mujeres se sienten atraídas por el poder. Y como Kei las derrotó fácilmente, ella se enamoró de él porque se sintió atraída por su enorme poder.

Además, Kei la salvó. Kei era su héroe, su salvador.

—Mi héroe...- Dijo en voz baja antes de desmayarse.

—Necesita recuperar su energía. Necesita descansar... Bueno, revisaré los cuerpos.

Kei se dirigió corriendo hacia otro cuerpo, mientras en su mente insultaba a las bandidas.

—¡Ahhhhhhhh! ¡¿Cómo se atrevieron a hacerle daño a una mujer tan adorable?! ¡Odio a las bandidas!- Pensó.

—¡Y después de eso, dejé de ser una aventurera y conseguí un empleo en la escuela para verte otra vez, nya!

—Ya veo... Eres una acosadora.

Kei volvió a su forma normal y ambos se pusieron la ropa, para hablar sobre eso.

Eris le contó la historia de cómo se enamoró de él y Kei llegó a esa conclusión.

—¡N-no soy una acosadora...! Bueno, solo un poco, lo admito.- Dijo Eris, rascando su mejilla con su dedo.

—Ella será la acosadora... Quería una acosadora tímida... Pero bueno.- Pensó Kei.

Kei se refería al cliché de las acosadoras tímidas que acosan al protagonista. Lo más cercano a eso es Grisia.

—¿Y no quieres ser una aventurera otra vez? Recientemente me volví un aventurero, así que necesito formar un equipo. ¿Una party? Bueno, como sea.

—¡¿Quieres que sea tu compañera?!

—Claro. Eras una aventurera de clase B, serás de gran ayuda.

Aunque Kei realmente no la conocía bien. No sabía si era poderosa. Solo le ofrece ser su compañera para mantenerla vigilada, para evitar que sea una demonio que intenta engañarlo.

—Quería tener solamente compañeras poderosas, pero ella se enamoró de mí. Ya no hay vuelta atrás.- Pensó.

Kei no se atreve a rechazar sus sentimientos, así que la aceptó sin dudarlo demasiado. Kei quiere experimentar con sus habilidades únicas, así que tener a una compañera más le resultará muy beneficioso, pero sigue sintiéndose extraño ante esta situación tan rara.

Mientras él pensaba eso, Eris intentaba no llorar de alegría.

—Seré la compañera de Kei...

Comenzó a llorar y abrazó a Kei con fuerza.

—¡Acepto!

—Tendrás que renunciar a tu puesto de bibliotecaria.

—¡Lo haré!

Acostó a Kei sobre la cama y él se puso completamente rojo.

—¡¿Q-qué?!

—¡Debemos celebrarlo!

Eris estaba a punto de quitarse la ropa, pero alguien entró a la habitación.

Ambos se congelaron cuando escucharon eso.

—Mierda.

Drin, en su forma humana, entró a la habitación y Kei suspiró aliviado.

—Es solo Drin. Con razón mis Golems no me alertaron.

—Cariño...

—D-Drin, esto tiene una explicación.

—¿Quién es ella, Kei?- Dijo Eris.

—Es Drin... Mi compañera... Y mi novia... Eris, ahora que eres mi compañera, te explicaré lo que pasa conmigo.

Kei está a punto de contar la verdad, una acción que conlleva un gran riesgo, pero conociendo su habilidad, se arriesgó y decidió contarle la verdad. Su habilidad lo protege, evitando que las mujeres que estén bajo el efecto de su habilidad le hagan daño, pero no conoce todas las debilidades y virtudes que su habilidad podría tener. Decidió arriesgarse y hablar, para tranquilizar a Drin y lograr conseguir una nueva compañera.

Mientras las chicas lo miraban fijamente, esperando a que hable, Kei analizaba la situación en su mente, con su habilidad [Pensamiento doble].

—Eris tiene 27 años, y era una aventurera de clase B hace un año. El promedio de edad de aventureras que logran llegar a la clase B, son de 25 años. Ella está dentro de ese promedio. Eris es una chica promedio, pero con mi habilidad [Puntos dobles], podré volverla el doble de poderosa de lo que es en un par de años, incluso menos... Ah, espero que todo salga bien.- Pensó Kei.

Kei cerró los ojos y tomó aire.

—La principal fortaleza de las mujeres bestia, es su fuerza y agilidad, pero sus principales debilidades es la inteligencia y la poca afinidad mágica. Las mujeres bestia se distraen con facilidad y es muy complicado volverlas inteligentes, y su poca afinidad mágica les hace imposible lograr usar magia y solo confían en su fuerza. Eris parece inteligente, pero ese comportamiento no es el adecuado para alguien de su edad, lo que me hace desconfiar de su capacidad mental, además de que ella vivía en una aldea pobre, a pesar de haber sido una aventurera de clase B. Ella desperdició su dinero de alguna manera en lugar de darle una mejor vida a su familia. Esa parte de ella me da desconfianza, pero no puedo criticar sin conocer la verdad... Ah, debo arriesgarme.- Pensó Kei.

—Y pues... Ese sería un breve resumen.

Kei terminó de contarle su situación a Eris. Le contó lo más resumido posible lo que estaba pasando con él. Sabía que contarle eso a una mujer que acaba de conocer podría ser la mayor estupidez que haría en su vida, pero lo hizo porque quiere que Eris confíe en él. Si le oculta información a su propia compañera, la lealtad no tendría el mismo valor. Él quiere que sus compañeras puedan confiar en él y viceversa. Ocultar información solo dañaría la confianza en el grupo.

Drin, que ya sabía eso, solo estaba sentada al lado de Kei, imaginando a Eris siendo torturada por ella, pues la odia por simple celos. Ella quería tener a Kei para ella misma, pero sabía que eso sería imposible, considerando la situación de Kei, pero al menos quería tenerlo para ella misma por más tiempo. Ahora que Kei le contó su pasado a Eris, oficialmente ella se volvió parte del equipo, y su tiempo a solas con Kei disminuyó demasiado y tendrá que compartirlo con "la gata", apodo que Drin le puso a Eris.

—¡Kei, eres increíble! ¡Sabía que eras un héroe! ¡Eres genial!

—No debes decirle a nadie. Literalmente podría morir si las personas de este mundo se enteran de eso.

Eris tomó la mano de Kei y la acarició con ambas manos.

—¡No lo haré, lo prometo, nya! ¡Te apoyaré por el resto de mi vida, amor mío!

—E-es demasiado pronto para que me llames "amor mío". Apenas nos estamos conociendo. Mejor avanzamos poco a poco en nuestra relación, como las personas civilizadas que somos.

—Pero ya tuvimos sexo, ¡eso significa que nuestra relación avanzó mucho en un solo día!

Las orejas de Drin se movieron al escuchar eso y su sed de sangre se activó.

Kei se dio cuenta de eso, pero Eris estaba tan distraída viendo a Kei a los ojos, que no se daba cuenta de eso.

Eris estaba demasiado cerca de él, y eso solo ponía más celosa a Drin.

Kei, lentamente, volteó a ver a Drin, y ella se acercó demasiado a su rostro.

—Ca-ri-ño. Oh, mi lindo cariño.

—D-Drin, s-sé que estás enojada, pero...

—Silencio.

Drin puso su dedo en la mejilla de Kei y el ritmo cardíaco de Kei aumentaba cada vez más, por el miedo que siente. Kei conoce el pasado de Drin y las asquerosas acciones que ella cometió, pero eso no le importa, o eso creía. Verla enojada le hace recordar lo que Drin hizo en el pasado, y saber eso provoca que le tenga miedo.

—Cariño, ¿lo hiciste con esa gata?- Dijo Drin.

—¡Me llamo Eris, no gata, nya!

—Tsk. Cállate, no hablo contigo.

—¡¿Quieres pelear?!

—¡Quiero ver que te atrevas, gata de mierda...!

El nerviosismo de Kei desapareció temporalmente al verlas a punto de pelearse, volvió a su forma como adolescente y les puso sus dedos índices en sus labios, para silenciarlas.

Eris y Drin dejaron de sentirse enojadas, al menos por unos segundos, al sentir el suave dedo de Kei en sus labios y ver esa expresión seria que tanto les encanta a ellas.

Drin ama las expresiones de Kei, pero hay una en particular que le encanta ver: la expresión seria de Kei. La expresión seria de Kei es bastante normal, pero hay algo que provoca que se vuelva la favorita de Drin, y eso sería el comportamiento de Kei durante una pelea. Ver esa expresión le recuerda los momentos más sádicos que ha visto de Kei, y eso hace ver a Kei malvado y aterrador, y eso le encanta a Drin.

Casi lo mismo sucede con Eris, solo que ella se siente sumisa cuando mira a Kei, pues siente miedo al verlo. Kei es alguien mucho más poderoso que ella, y eso solo calienta su sangre guerrera, que la obliga a sentirse atraída hacia personas que son más poderosas que ella.

Mientras Drin siente admiración, Eris siente excitación.

—Seremos un equipo a partir de hoy, y está prohibido pelear entre nosotros. Si tienen algún problema, lo resolverán con el diálogo. ¿Entendido, Eris?

—S-sí, Kei.

—¿Entendido, Drin?

—Sí, entiendo, cariño.

—Perfecto.

Kei quitó su dedo de sus labios y volvió a su comportamiento habitual.

—L-lo siento por hacer eso, chicas, p-pero no quiero que se peleen.- Dijo Kei, bastante nervioso y con la cara roja.

Drin y Eris, al verlo comportarse así, compartieron un mismo pensamiento.

—Tan lindo.- Pensaron ambas.

—Drin... S-sí... Lo siento... Tuve sexo con Eris... No te pediré perdón, pues sé que no lo merezco, pero te pido que me entiendas. Yo...

—Cariño...

Drin empujó a Kei sobre la cama.

—Entonces es mi turno.

—¿Eh?

—¡Espera, me toca a mí! ¡Tú ya lo hiciste con él varias veces, nya!- Dijo Eris.

—¡No, me toca a mí!

—¡A mí!

—¡A mí!

Kei comenzó a sudar frío y se dio cuenta de que es imposible negarse.

—S-solo puedo mantener el campo de insonorización por 20 minutos más, chicas. No me queda mucho poder mágico.

—Ya veo...

Ambas se miraron entre sí y asintieron.

—Entonces lo haremos al mismo tiempo.- Dijo Drin.

—Estoy de acuerdo.- Dijo Eris.

—¿Eh? ¿A-al mismo tiempo? ¿N-no les resulta incómodo?

—Para nada.- Dijeron las dos al mismo tiempo.

Ambas se quitaron la ropa y Kei se puso completamente rojo otra vez al ver sus pechos rebotar frente a sus ojos.

Eris tiene pechos más grandes que Drin, así que Drin decidió aumentar el tamaño de sus pechos con magia para evitar sentirse inferior.

—Mi habilidad es aterradora... ¡¿Y por qué me afecta a mí también?!- Pensó Kei nervioso.

Después de la escuela, Kei y Mei regresaron a su casa.

Kei y Drin se reunirán con las aventureras en una hora, pues van a tener una fiesta de celebración.

—¡¿Por qué no puedo ir?!

Mientras que Kei se bañaba, Mei estaba afuera del baño, furiosa y triste. Ella quería ir con él a la fiesta, pero Kei se negaba a llevarla.

—Ya te lo dije, tienes que entrenar.

—¡Puedo entrenar después!

—No, lo siento.

Kei se puso una toalla y salió del baño.

—Cuando vuelva entrenaré contigo... Nuestra abuela me amenazó con golpearme otra vez si no entreno.

Mei se sonrojó y desvió un poco la mirada, pues se sentía muy nerviosa al ver el pecho desnudo de Kei.

—¿Qué pasa, Mei?

—¡¡Quiero tocar sus músculos!! ¡¡Es hermoso!! ¡¡Debes controlarte, Mei!! ¡¡Lo amo!!- Pensó nerviosa.

Por supuesto, como Mei amaba a Kei, la habilidad nueva de Kei le afectó y su amor por él aumentó el doble. Afortunadamente, mantiene su cordura y evita hacer una tontería.

Si Kei no hubiera desactivado la habilidad, Mei se atrevería a besarlo.

—¿Estás bien? Te ves un poco mal. ¿Tienes calentura?

Kei le tocó la frente y ella se puso aún más nerviosa.

—Estás un poco caliente... Debes descansar.

—S-sí... G-gracias.

Quinta chica: Eris, "la mujer gato".