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Chapter 35 - CAPÍTULO 33- Kei, el enemigo de un Dios.

CAPÍTULO 33- Kei, el enemigo de un Dios.

A pesar de tener un asqueroso ambiente a su alrededor, Kei actuaba como si no le importara que las personas que ama estuvieran muertas y sus cuerpos estén siendo profanados por Orcos asquerosos.

Su gran sonrisa alegre no solo confundía a la chica parada frente a él, también la incomodaba. ¿Por qué alguien como Kei Molfer, una supuesta buena persona, está sonriendo en una situación así?

Ella quería verlo llorar y sufriendo, pero lo que recibió a cambio fue una sonrisa por parte de Kei.

—O-oye, idiota. Tus seres queridos están muertos. ¿No estás triste?

Kei bostezó y le dio una lamida a sus labios, mientras la misma sonrisa aparecía en su rostro.

—La vida sigue. ¿Mis lágrimas les regresaría la vida? No.

Con una fría respuesta, Kei comenzó a caminar hacia ella.

—M-maldito... ¡Eres un monstruo sin corazón! ¡Mereces sufrir más que ellas!

—¿Monstruo sin corazón? ¿Yo? ¿Por qué? ¿Tú llorarías por ver una simple ilusión?

—¿Eh?

—Yo no lloro porque es una simple ilusión. Si fuera real, sí lloraría.

Al abrir los ojos, Kei se dio cuenta inmediatamente de que se trataba de una ilusión, pero actuaba como si no lo supiera, simplemente para que la persona responsable de la ilusión, creyera que su plan funcionó.

A Kei le dolía ver a las personas que ama siendo profanadas por Orcos, pero ignoró su propio dolor y lo escondió, para no darle la satisfacción a ella de verlo sufrir o llorar.

—¿C-cómo lo...?

—¿Cómo lo sé? Bueno, es fácil de responder... ¡Mi madre está loca! ¡Cuando tenía 5 años, contrató a aventureras expertas en magia de ilusión! ¡Nos obligó a ver a nuestros seres queridos morir! La primera vez que pasó, Mei lloró demasiado. Yo también lloré y golpeé a mi madre. Luego ella me golpeó y casi me mató... Con el tiempo, Mei y yo fuimos capaces de saber lo que es real y lo que no. También aprendimos a eliminar ilusiones... Pero bueno, no quiero hablar de más... Dime, Fravi, ¿qué planeas hacer? ¿Creíste que me volvería loco por esto? Ese tipo de trucos solo funciona con protagonistas llorones y puros de corazón. Soy un chico amable, pero esto no me afecta nada. ¿Por qué? Porque no es real.

Es como sentirse triste solo porque un animal murió en algún videojuego o caricatura. Te sientes triste, pero no tanto comparado con el dolor de ver morir a una mascota.

Separar la realidad de la ficción es importante. Perder el control de las emociones por culpa de una ilusión es un error imperdonable, además de estúpido.

Kei no es idiota, es lo suficientemente inteligente como para saber qué hacer en este tipo de situaciones, además de descubrir la identidad de la responsable de esta ilusión.

Kei solo es idiota con las indirectas de las mujeres y creer que las personas le tienen lástima.

—¿C-cómo sabes que soy Fravi?

—Mei y yo somos resistentes a la magia de ilusión. Esta ilusión es muy poderosa... Y solo un Dios tiene ese poder. Aparte, ¿cómo sabía Near que yo soy el verdadero Kei? Ella no lo sabe... Y tú no puedes decirles mi identidad, ¿no? Si lo intentas, el Dios supremo te eliminaría.

Kei se paró frente a ella y levantó la mirada, para verla a los ojos.

Al intercambiar miradas, Kei le guiñó un ojo, enfureciendo aún más a Fravi.

—¡Bastardo!

Fravi lo tomó del cuello y lo levantó.

Aún teniendo a Fravi, su enemigo principal, frente a él, Kei no muestra nada de miedo, al contrario, sigue manteniendo una alegre sonrisa en su rostro, y verlo sonreír tan despreocupado enfurecía más a Fravi, porque no estaba recibiendo lo que quería. Ella quería verlo sufrir, quería sentir su miedo, su tristeza, pero lo único que está recibiendo de él es simple despreocupación y tranquilidad.

—¡¿Cómo sabes tanto?!

—Un buen amigo me dijo: "El Dios supremo castigó a Fravi por interferir mucho en este mundo, así que no debes preocuparte mucho". Eso significa que no tienes permitido ayudar a las héroes. Y si las ayudas, solo puedes ayudar un poco... Por ejemplo, puedes decirles que maten a Kei, pero no puedes decirles que maten a Kei Molfer, ¿verdad?

Ella abrió completamente los ojos, pues todo lo que dijo Kei era cierto.

—M-maldito...

—¿Estoy en lo correcto? Sabes, Fravi, estás cometiendo un grave error.

—¿A qué te refieres?

—¡Se supone que el jefe final aparece al final! ¡O por lo menos más adelante! ¿Por qué hablas conmigo? Digas lo que digas, no cambiaré de opinión.

—Morirás. No me importa quién te mate, morirás.

—¿Es una amenaza? Eso ya lo sabía, no te preocupes... Dime, Fravi, ¿me tienes miedo?

—¿Yo? ¿Tenerte miedo? Qué gracioso eres.

—¿Por qué hiciste esto? Si no me consideras un peligro, no lo harías.

Kei se rió un poco de Fravi y le tocó la nariz con su dedo.

—Esto significa que sí tengo oportunidad de matarte. Gracias por hablarme, Diosa inútil... Vaya, vaya... Siempre quise decir eso... Diosa inútil... Diosa perra... Te queda mejor "Diosa inútil".

Ser tocada por un simple humano fue la gota que derramó el vaso, despertando por completo la furia de Fravi, que estaba desesperada por verlo sufrir.

—¡Te arrepentirás!- Dijo Fravi, harta del comportamiento de Kei.

Fravi levantó su puño y Kei sonrió aún más.

—¿Vas a golpear a un niño? Eres una Diosa muy buena, Fravi.

—Tú no eres un niño.

—Sí, lo sé... ¿Conoces mi habilidad? Algún día la usaré en ti... No hoy, pero algún día la usaré en ti... No te preocupes, no te voy a violar ni nada por el estilo, simplemente la usaré para matarte.

—¿Tu habilidad?

—¿No conoces mi habilidad? Ya veo... El Dios supremo hace un excelente trabajo... No me conoces mucho... ¡Esto mejora cada vez más!

—Espero que tu muerte sea lenta y dolorosa.

—Y considerando esta ilusión, supongo que ya no ayudarás a las héroes por mucho tiempo... Si lo haces, el Dios supremo te eliminará... Ese Dios me encanta. Construiré una iglesia en su honor... O tal vez no, no quiero crear una religión... Fravi, si vas a golpearme, hazlo. No sentiré dolor porque es una ilusión, pero al menos puedo fingir que me duele. Lo puedes considerar un "gracias" por la información que recibí de ti.

—¡Idiota!

Fravi estaba a punto de golpearlo, pero Kei se volvió polvo y desapareció.

—¿Eh?

—Sabes, Fravi, cuando la víctima del hechizo de ilusión descubre que es una ilusión, puede tomar control de la ilusión si es más poderoso que el usuario original. Puedo tomar control de la ilusión. ¿Sabes lo que eso significa?

Todo se volvió completamente negro y un Kei de 18 años apareció frente a Fravi, sorprendiendo a Fravi, que intentó alejarse inmediatamente de él, pero un muro invisible evitaba que pudiera alejarse.

—El Dios supremo te quita casi todo tu poder. ¿Por qué no me matas? El Dios supremo te eliminaría si lo hicieras, ¿no? Pero, ¿no vale la pena matarme? De todas maneras, en el futuro podría matarte... Tengo una idea. ¿Por qué no adelantamos la pelea final? Tú y yo ahora. Es una gran idea, ¿no? No tengo mucha experiencia, así que podrías matarme.

Fravi bajó la mirada frustrada y cerró los puños con furia.

Kei se dio cuenta de eso y sonrió con más alegría que antes.

—Ahora todo tiene sentido. Si intentas pelear conmigo, el Dios supremo te quitaría casi todo tu poder... Es un Dios que obliga a los Dioses a no intervenir... Si intentas pelear conmigo, te quitaría poder y te obligaría a pelear conmigo con menos poder... Él crearía un escenario en donde los dos tengamos las mismas posibilidades de ganar. ¿Mi teoría es falsa?

—¿Quién te dijo todo eso? Es imposible que tú lo sepas.

—¡Genial! ¡Mi teoría era cierta! Nadie me lo dijo, solo estaba adivinando. Sabes, Fravi, no eres tan inútil... Pero te seguiré llamando Diosa inútil.

—Recuerda mis palabras. Tú perderás. Haré lo necesario para matarte. Te arrepen...

Sin previo aviso, Kei se acercó a Fravi y la besó. Besar a una mujer sin su consentimiento es algo que Kei nunca haría, pero esta era una situación especial.

—¡¿Hmmh?!

Fravi estaba confundida, pues nunca se esperó que Kei hiciera algo como eso.

Kei la abrazó con fuerza y la siguió besando.

Fravi intentó alejarlo, empujándolo.

—¡¿Qué crees que haces?!

La ropa de Fravi desapareció y Kei comenzó a tocarle los pechos.

—¡N-no! ¡Déjame!

A pesar de decir que se negaba, Fravi no hacía nada al respecto. No ponía mucha resistencia. Como si ella lo estuviera disfrutando... Pero, ¿acaso ella lo estaba disfrutando?

Lo único que hace Fravi mientras Kei le acaricia los pechos y le lame los pezones, es decir "detente", "déjame", pero no hace nada realmente para evitarlo.

Kei recorrió con su lengua desde el pezón derecho hasta el cuello. Comenzó a besarle el cuello y acarició el trasero de Fravi.

No solo lo masajeaba con sus manos, le daba nalgadas, que hacían gritar de placer a Fravi, mientras Kei le dejaba chupetones en el cuello.

Kei actuaba como todo un verdadero pervertido, aunque solo lo está haciendo por el bien de su plan.

—¡N-no! ¡Detente!

Kei se detuvo inmediatamente después de escuchar esas palabras.

—Está bien.

Se alejó de ella y estiró los brazos, dejando bastante confundida a Fravi, que no esperaba que realmente se detuviera.

—Bueno, me retiro. Adiós, Fravi.

—¿Eh? ¿Ya terminaste?

Kei le sonrió y le guiñó el ojo.

—Sí. Adiós.

Fravi se sonrojó y todo se desvaneció.

—Ah... Vaya, vaya... Me siento un enfermo. Oh, que cómoda almohada... Ah... H-hola, Eris.

Kei despertó. Su cabeza estaba recostada sobre el regazo de Eris, y eso provocó que su timidez regresara a él, aunque hace poco estaba actuando como un pervertido violador.

—¡Kei, ¿te sientes mejor?

—¡Cariño, ¿estás bien?!

—S-sí, estoy bien. Gracias por preocuparse por mí, lo agradezco... ¿Cuánto tiempo dormí?

—20 minutos, pero pensábamos que estaba pasando algo horrible. No dejabas de murmurar cosas que no entendíamos. ¿Qué significa "Diosa inútil"?

—Ya veo. Lo siento, Drin, seguramente estaba murmurando cosas en español... Bueno, tengo buenas noticias. Tenemos una pequeña ventaja.

—¿Ventaja?

Mientras Kei hablaba con las chicas, unos ojos vigilaban a Kei desde el cielo.

—Kei, Kei, Kei... Un primer encuentro bastante interesante. Ya quiero ver lo que lograrás.

La voz de un pequeño niño.

La voz del ser más importante del mundo.

Y del universo.

Eris y Drin dejaron atrás su enemistad y comenzaron a saltar juntas de alegría. Kei les contó lo que descubrió sobre Fravi. Ella comenzaba a tenerle miedo, lo que significaba que podía derrotarla.

Aunque tuviera solamente una pequeña oportunidad de derrotarla, tener al menos una oportunidad de derrotarla era motivo de celebración.

—¡Podemos derrotar a esa "Diosa inútil"!

—¡Kei es increíble!

Kei sonrió, pues escuchar a Drin hablando español le parecía bastante lindo.

—Sí, está siendo un buen día... Oh, por cierto, Drin, ¿encontraste la ubicación?

—Sí... Pero está en otro país. El país vecino, "Turger". Me tomó menos tiempo porque los rastros son muy recientes.

—Pero el país está muy lejos... No puedo usar vuelo tanto tiempo al día... Además, son demonios, podrían detectar nuestra magia. El riesgo es demasiado.

—¿Puedo decir algo?

—Claro.

—Debemos esperar algunos meses si queremos viajar a ese país.

—¿Eh? ¿Por qué?

—La magia demoníaca que usaron era muy poderosa... Lo siento, pero si atacamos ahora, moriremos... Un demonio más poderoso que yo está detrás de esto.

—Vaya, vaya. Ya veo... Me siento mal por los aldeanos, pero no arriesgaré la vida de mis compañeras y la mía por una misión suicida.

Kei sabe perfectamente que no ir significaría dar por muertos a los aldeanos, pero es la única opción que le garantiza mantener con vida a sus compañeras y su propia vida.

Kei es una buena persona, pero hay una gran diferencia entre ser una buena persona y ser un completo idiota.

Ir a rescatar a los aldeanos y arriesgarse a pelear contra un poderoso demonio, es lo mismo que ir a pelear a un desierto y ser un oso polar.

Aceptar la triste realidad sería lo mejor, y Kei lo sabe.

—Entrenaremos y mejoraremos.

—¡Sí!- Gritaron Drin y Eris.

Kei sintió un ligero escalofrío y levantó la mirada.

—Fravi... ¿Habrá funcionado mi habilidad?

Godfer, el mundo de los Dioses.

En una habitación limpia y enorme, el Dios supremo estaba observando a Kei por medio de un enorme espejo.

El Dios supremo tenía la apariencia de un niño pequeño. Era pequeño, tenía el cabello blanco, usaba un traje blanco y tenía los ojos completamente blancos. (Personaje de "Humanos Contra Demonios".)

—Bueno, querías una aventura, Crisfa... Lo estás haciendo bien... Fravi sigue excitada y no deja de pensar en ti, Kei... Aprovechaste la oportunidad que tenías... Espero que me entretengas, Kei.- Dijo con una gran sonrisa en su rostro.

El Dios supremo, el ser más poderoso de todos los universos.