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Chapter 34 - CAPÍTULO 32- Mio y Nem.

CAPÍTULO 32- Mio y Nem.

Mientras Kei intentaba dialogar con esas dos personas, Angmia, la pequeña niña que Kei conoció en la biblioteca, estaba muy feliz en su casa, leyendo el libro que consiguió gracias a Kei... Bueno, gracias a Crisfa.

Ella intentaba leer, pero perdía la concentración fácilmente, pues su mente se llenaba de pensamientos acerca de Crisfa y lo increíble que era él. Ella apenas lo conoció, pero la amabilidad de Crisfa causó una gran impresión en ella, que provocaba que ella fuera incapaz de dejar de pensar en él... Y eso le preocupaba a una peligrosa persona.

—Tsk. Esta chica puede volverse peligrosa.

Un bate de béisbol apareció detrás de Angmia y la golpeó fuertemente en la cabeza, dejándola inconsciente.

—Eso será suficiente. Olvidará a Crisfa. Esto es suficiente por ahora. Ahora, Kei, déjame sentir tu miedo.- Dijo la mujer, antes de desaparecer.

Dirigiéndose hacia su siguiente destino... Kei Molfer.

—Ah... Pues... Oye, ¿no podemos hablar y dialogar tranquilamente como las personas civilizadas que somos? Realmente no quiero pelear contigo.

Kei estaba en el suelo. El lobo tenía su pata derecha sobre el pecho de Kei, clavándole sus largas garras.

Comparado con las golpizas que recibe comúnmente por parte de su madre, esas garras no le hacían mucho daño, así que no le importa realmente dejarse dañar, pues sabe que ellas no son un peligro para él, y si era necesario, podría usar la fuerza y obligarlas a escucharlo.

—¡Cariño!

—¡Kei!

Furiosas, Drin y Eris planeaban atacar al lobo, pero Kei no quería pelear. Quería que esas chicas confiaran en él, por eso no se defiende.

—Chicas, no se preocupen por mí. No la ataquen. Es una orden del líder. Bueno, aunque nadie es líder, todos somos igual de importantes. Perdón por llamarme a mí mismo líder.

—¡Pero, cariño, te golpeó y te mordió!

—¡Estás sangrando, Kei!

—Oh, es cierto. Con razón siento húmeda la cabeza.

El lobo le mordió la cabeza a Kei y comenzó a sangrar. Usó su magia para proteger su cabeza, pero no fue suficiente. Sangre salía rápidamente de su cabeza.

Kei se sorprendió por la fuerza de su mordedura, aunque tampoco usó mucho poder mágico para proteger su cuerpo, principalmente porque no quiere desperdiciarlo.

—En unos segundos la herida se cerrará, no te preocupes... Oye, lindo lobo, realmente no quiero pelear. No soy un enemigo. Y créeme, si te hubiera considerado un enemigo, tu corazón no estaría latiendo en estos momentos.

Una ligera amenaza, que funcionó. Instintivamente el lobo sintió que Kei decía la verdad y con demasiada confianza.

El sentimiento de miedo inundó su ser, pero al sentir la presencia de Nem detrás de ella, ocultó ese miedo y siguió hablando con normalidad, aunque por dentro está aterrada por la presencia de Kei.

Se sentía como una pequeña rata, parada frente a un gato hambriento. Una comparación perfecta para alguien como Kei Molfer, que es alguien que es amable y educado con las personas, haciéndolo ver como alguien puro, pero al mismo tiempo, es una persona que no dudaría en matar o torturar a cualquier persona con tal de obtener lo que quiere.

—No confiaré en un héroe.- Dijo el lobo.

—Dije que soy un héroe, pero no te conté toda mi historia. Escucha mi historia, por favor. No actúes precipitadamente.

El lobo se quedó en silencio por unos segundos y observó a las compañeras de Kei.

Ambas estaban furiosas, en especial Drin. Su aura demoníaca podría asustar a cualquiera.

Kei perdió mucha sangre y, aunque ya la recuperó gracias a su poder mágico, verlo con las garras encajadas en su pecho, solo aumentaba la furia de las chicas, porque sentían como si un enemigo estuviera lastimando a Kei y ellas estaban simplemente paradas, sin hacer nada, viéndolo siendo lastimado.

Drin no soportó más y dio un paso al frente, y eso solo provocó que la gran aura demoníaca que el lobo veía, aumentara de tamaño y eso la asustó más que la amenaza de Kei.

Kei se dio cuenta de que el lobo estaba temblando de miedo y miró a Drin a los ojos.

Con una simple mirada, Kei detuvo a Drin.

—P-pero, cariño...

—No es necesario. Agradezco tu preocupación, pero no es necesario.

—... Sí.- Dijo Drin, caminando hacia atrás y parándose al lado de Eris.

El lobo se dio cuenta de la verdadera naturaleza de Drin. El lobo tiene magia demoníaca recorriendo su ser, y gracias a eso, le permitió darse cuenta de la similitud de la energía mágica de Drin con su propia energía mágica. Drin inconscientemente expulsó energía mágica de su cuerpo por culpa de su furia, por lo que Kei decidió en ese momento que deben entrenar para que Drin pueda controlar mejor sus emociones.

—Un demonio... ¿Qué hace un demonio con un héroe?- Pensó el lobo.

Eris ya sabía la historia de Drin, así que no se sorprendió. Ella confía mucho en Kei, así que no le tenía miedo a Drin.

Pero los humanos consideran monstruos asquerosos y horribles a los demonios. Si un humano normal conociera a Drin, mojaría sus pantalones inmediatamente. Y si Drin mostraba su instinto asesino, los corazones de las personas normales se detendrían al instante.

El lobo se sorprendió, pero no mostraba miedo, para no preocupar a la pequeña Nem, que también estaba temblando y llorando detrás de ella.

—Kei, ¿los demonios son tus aliados?

—Mmm... Estoy pensando en eso... Drin me contó la historia de los demonios. Por culpa de Fravi, ellos sufrieron demasiado... Pero todos están corrompidos por el odio... Es poco probable que se unan a mí. Ellos quieren que los humanos estén muertos. Y como soy un humano, debo evitar eso. Pero si es posible, me gustaría que los demonios y humanos vivan juntos y en paz. Aunque eso es poco probable... Drin me contó que los humanos deben desaparecer para que los demonios puedan vivir en este mundo. Y si no desaparecen, será imposible vivir aquí. La única manera de que vivan juntos y en paz, es derrotando a Fravi. Y eso planeo hacer... Lamentablemente, si los demonios intentan matarme, debo defenderme. La única razón por la que Drin no ataca a los humanos, es porque yo le dije que no lo hiciera. Si ella no me hubiera conocido, ella mataría a cualquier humano que viera. Así de corrompida estaba... Y lo sigue estando.

—¿L-lo sigue estando?- Dijo Eris.

Eris miró a Drin con miedo.

Ella no sabía eso. Sabía que los demonios odiaban a los humanos, pero no sabía que su odio fuera tan extremo. Siempre había creído que las historias de los demonios eran exageraciones.

Kei evitó decirlo, pues quería que ambas fueran amigas.

—¿E-es cierto eso, nya?

Drin asintió y cruzó los brazos.

—Sí. Cuando era una profesora, debía controlar mi odio. Pero cuando terminaba de trabajar, secuestraba humanos y los torturaba hasta la muerte.

Eris tragó saliva y se alejó un poco de Drin.

—Eris, ella cambió. No atacará a nadie... Bueno, al menos que sea necesario. No le tengas miedo. Drin podrá parecer malvada, pero es un lindo cachorrito cuando...

—¡Uwaaaah! ¡Y-ya es suficiente, cariño!

Eris sonrío alegremente y abrazó a Drin.

—¡Si Kei lo dice, significa que es cierto!

—¡Oye, suéltame, gata de mierda! ¡Solo mi cariño puede abrazarme!

—Buuuu. No seas amargada, nya.

—Ella confía demasiado en Kei. Supongo que puedo confiar en ella un poco.- Pensó Drin, aunque su cuerpo pensaba otra cosa, pues golpeó a Eris en el estómago y la empujó.

—¡Uwaaaah! ¡¿Qué te pasa, loca?! ¡Solo te estoy dando una muestra de afecto entre hermanas de leche, nya!

—¡No llames leche a la deliciosa miel blanca de mi cariño!

—¡Uwaaaah! ¡¡N-no hablen de esas cosas en público!!- Gritó Kei, muerto de la vergüenza.

El lobo lo miró a los ojos, bastante confundida y algo asqueada.

—Ah... Esto tiene una explicación.

—Prefiero pretender que no escuché eso.

—S-sí, sería lo mejor... Bueno, volviendo al tema. Los demonios atacarán a cualquier humano que vean. Negociar con ellos no funcionará. ¿Los demonios son mis aliados? La respuesta es: "tal vez". Puedo negociar con mujeres demonio, pero no puedo negociar con hombres demonio. Intentaré conseguir la ayuda de los demonios, pero no puedo prometer que conseguiré su ayuda. Mi misión es derrotar a Fravi... Soy un héroe, pero me consideraron inútil y me abandonaron.

La única razón por la que Kei le dice todo eso a ella, alguien que apenas conoció, es por su raza. Una raza que es considerada enemigo de los humanos, pero tampoco son demonios. En otras palabras, ella y Nem son perfectas para algo que Kei quiere lograr: conseguir compañeras sin necesidad de enamorarlas.

Es bien sabido que la raza de Mio y Nem viven alejados de la sociedad y difícilmente logran llegar a los 30 años.

Las posibilidades de conseguir la ayuda de una raza tan rara y especial como la de Mio, es muy alta, debido a las grandes ventajas que ellas obtendrían a cambio.

—Vaya... Kei... Debo admitir que eres interesante... Estás diciendo la verdad... Dime, ¿qué planeas hacer con las héroes? ¿Las matarás?

—No soy un protagonista con odio. Ellas no me hicieron nada. Incluso me salvaron... Pero Fravi me considerará un peligro e intentará matarme usando a las héroes... Si ellas intentan matarme, primero intentaré negociar. Pero si eso falla, pelearé, y mataré si es necesario.

—Ya veo... ¿Qué piensas de los Semidemonios?

—Al contrario de los humanos de este mundo, yo considero a los Semidemonios como aliados... Ellos casi están extintos. Los humanos los consideran asquerosos y feos por tener magia demoníaca. Los matan sin piedad. Son obligados a vivir en soledad y con miedo. Eso me parece injusto. Es por eso que lucharé por ellos... Quiero crear un mundo pacífico... Un mundo en donde todos seamos iguales... Un mundo sin lujuria... Sin personas presumidas... Sin odio... Eso es lo que quiero.

—Eres muy interesante, Kei... ¿Y cómo planeas lograrlo? Si derrotas a Fravi, ¿qué harás después?

—No lo sé.- Dijo Kei, sonriendo.

—¿Eh? ¿Qué dijiste?

—Te estoy diciendo que no lo sé. Es una apuesta arriesgada. Tal vez el Dios supremo me ayude con su poder. O tal vez me convierta en un Dios... Pero si gano, este mundo será pacífico. Te doy mi palabra.

El lobo miró a Kei con admiración y respeto, pues las palabras de Kei, cada una de ellas, fue honesta. Kei en ningún momento mintió ni exageró. Fue totalmente honesto, y eso era algo que le gustó a Mio.

Ella confió en las palabras de Kei.

—Eres realmente interesante... Mi nombre es Mio, es un placer conocerte, héroe Kei.

—Solo Kei, legalmente no soy un héroe. Y ellas son Eris y Drin. Eris es una chica alegre y llena de energía, y Drin puede parecer una chica malvada y seria, pero es una lindura, es alegre, divertida, inteligente, hermosa, adorable...

—¡L-lo estás haciendo a propósito, ¿verdad, cariño?!- Dijo Drin, llena de vergüenza, pero también llena de felicidad.

—¡Hahahahahaha! ¡Drin se avergonzó, nya! ¡Tan linda!

—¡Al menos mi cariño me dijo más cosas lindas a mí, gata de mierda!

—Fufu. Mira esto.

Eris comenzó a mover su cola, provocando que Kei la siguiera con la mirada.

—Kei me considera más adorable que a ti, nya.- Dijo Eris, sacándole la lengua a Drin.

—¡Estás muerta!

—¡D-dejen de pelear, por favor! ¡Las llevaré al mejor restaurante de la Capital y les compraré toda la ropa que quieran si dejan de pelear!- Gritó Kei.

—¡Es un trato!- Dijeron ambas al mismo tiempo, pero con diferentes intenciones.

Drin quería una cena romántica con Kei, y Eris quería comer un montón de comida de ricos.

—Uffff. Eso estuvo cerca. Perdón por eso, Mio. Apenas se conocen y les tomará tiempo llevarse bien.

—... Mejor no pregunto nada al respecto. Nem, ven.

La chica que estaba con Mio se acerca a ellos.

—Y ella es Nem. Ambas somos Semidemonios.

—Eres un Semidemonio tipo animal... ¡Genial!

—También tengo forma humana, pero no me gusta usarla.

—Entonces... ¿Amigos?

—Te seguiremos. Confiaré en ti. Pero si le pones un dedo encima a Nem, te...

—¡Nop, eso nunca pasará! No te preocupes, parezco un pervertido, pero soy todo lo contrario. Cuando te cuente mi historia me comprenderás mejor.

—Sí, pareces honesto... Está bien, te seguiremos.

—¡Muchas gracias...! Por cierto, ¿ya puedo levantarme?

—Oh, lo siento.

Mio quitó lentamente sus garras del pecho de Kei y se alejó de él.

Después de que sus heridas se cerraron, Kei se levantó del suelo y se sacudió el polvo.

—Mmm... Creo que vamos a necesitar una base. Pertenezco a una familia noble muy importante y rica. Usaré mi dinero para construir una casa. Todos viviremos ahí. Ustedes no tendrán que vivir solas otra vez. Tendrán todas sus necesidades básicas cubiertas, ya no tendrán que preocuparse por nada.

El estómago de Nem gruñó.

—Oh, creo que tiene hambre... Vaya... Ahora que la veo mejor, se ve bastante delgada.

—Como debíamos estar escondidas, no podíamos cazar por mucho tiempo. Y nuestro cuerpo requiere de una gran cantidad de comida al día, pues...

—Sí, lo sé, no te preocupes. La cantidad de energía que sus cuerpos gastan es increíblemente alta, lo sé. No necesitas darme explicaciones. Fravi posiblemente modificó los cuerpos para que la raza desaparezca lo más rápido posible.

Kei se acercó a Nem y le extendió la mano.

—No te preocupes, ambas tendrán toda la comida que quieran. Gracias por confiar en mí.

Ella observó a Kei y levantó lentamente su mano.

Se detuvo por unos segundos. Ella no estaba segura de hacer eso, pues seguía teniéndole miedo.

—Nem, Kei es un amigo. Podemos confiar en él.

Nem asintió y tomó la mano de Kei.

Con un fuerte apretón de manos, la amistad entre Kei y las Semidemonios comenzó.

—Vaya, vaya. Eres muy fuerte...

La mano de Kei es aplastada y lágrimas comienzan a salir de sus ojos, pues eso lo tomó por sorpresa.

Nem le rompió todos los huesos de su mano.

—¡Cariño!

—¡Kei!

—Lo siento, Nem no sabe controlar su fuerza.

—S-sí... Y-ya me di cuenta...

Nem se alejó de él. Estaba temblando, pero seguía con un rostro inexpresivo.

Siempre mantuvo la misma expresión seria, como si no supiera expresar lo que siente.

—N-no te preocupes...

La mano de Kei volvió a la normalidad.

—M-mi magia curativa es muy poderosa... Por cierto, ¿no tienes ojo? Tu cabello cubre una parte de tu rostro... Y veo una cicatriz.

Nem ocultaba su cicatriz con su cabello.

—Ella no puede hablar.

—¿Es de nacimiento?

—Sí.

—Mi magia curativa no es tan poderosa. Puedo curar ciegos, pero no ciegos de nacimiento. Algún día podrás hablar, te lo prometo. Mejoraré mi magia curativa... Pero creo que puedo eliminar tu cicatriz.

—¿Puedes regresarle su ojo?

—Claro. Por cierto, ¿qué le pasó? Me dio curiosidad.

—Una aventurera nos descubrió e intentó matarnos. La derroté, pero Nem terminó herida... Perdió el ojo.

—Entiendo... ¿Y por qué estaban aquí? Ustedes se mantienen ocultas.

—Los aldeanos comenzaron a desaparecer. Detecté magia demoníaca en este lugar. Y cuando los aldeanos desaparecieron por completo, la magia desapareció. Nem y yo teníamos hambre, así que estábamos aquí para buscar comida.

—Magia demoníaca... Lo sabía... Los demonios están involucrados... Drin, ¿puedes sentir algo?

—Dame una hora. Puedo encontrar el origen de la magia. Quedan algunos rastros.

Se sentó en el suelo y cerró los ojos.

—Bueno, ella hará el trabajo.

Kei se acercó a Nem.

—Te tocaré el rostro. Por favor, no te asustes. Soy feo, pero soy buena persona.

—¿Feo?- Dijo Mio confundida.

Para Mio, Kei no era para nada feo.

—Él dice la verdad... ¿Realmente se considera feo?- Pensó.

Kei aún no superaba su trauma, pero eso no era algo que le importaba demasiado realmente.

Kei colocó la palma de su mano izquierda sobre el rostro de Nem.

Un brillo rojo rodeó su mano y la nariz de Kei comenzó a sangrar.

—¿Q-qué?

Retiró su mano y se alejó de Nem.

Su ojo regresó y la cicatriz desapareció.

—I-increíble.- Dijo Mio.

—N-no... Esto no es normal... ¿Por qué usé más de la cuenta? Yo no lo hice... ¿Qué está... pa... sando?

Kei comenzó a vomitar sangre y cayó al suelo inconsciente.

—¡¿Kei?!

—¿Eh?

Kei despertó en un lugar completamente negro.

—¿Q-qué me pasó? ¿En dónde estoy?

Lo negro desapareció. Él seguía en la aldea, pero el ambiente era diferente.

—¿Eh? ¡¿Eh?!

A su alrededor, estaban los cuerpos sin vida de sus compañeras y su familia.

Tenían los ojos destruidos, las piernas y los brazos destrozados y sin piel.

Sus cabezas fueron cortadas y aplastadas por martillos gigantes.

Además, las mujeres estaban siendo violadas por asquerosos Orcos. Los cuerpos sin vida estaban siendo violados, mientras los Orcos reían a carcajadas, burlándose de Kei.

—N-no...

—Fufu. ¡Hahahahahaha!

Kei escuchó la risa de una chica y volteó a su derecha.

—¡Fueron violadas, torturadas y asesinadas! ¡¿Por qué?! ¡Por tu culpa!

Near, la héroe, se acercó hacia Kei. Tenía una gran sonrisa en su rostro.

—T-tú...

Kei cerró los puños con fuerza.

—T-tú...

Sonrió alegremente y saludó con su mano a Near.

—¡Hola! ¿Cómo estás?

—¿Eh?

—Yo estoy bien. Estoy un poco cansado y tengo hambre, pero estoy bien.

—¡¿Eh?!