CAPÍTULO 22- ¿Los familiares de un demonio son tan poderosos?
(Tiempo atrás.)
Kei, de 5 años, estaba en el suelo. Estaba gravemente herido y apenas podía respirar debido a la sangre que tenía en sus pulmones. Apenas podía ver algo, pues la sangre que tenía en los ojos le impedía ver con claridad. A pesar de tener los huesos rotos y estar cerca de la muerte, su madre no estaba conforme con el resultado.
Sei Molfer tenía su pie derecho sobre el pecho de Kei, clavándole el tacón de su zapatilla.
Ella entrena a sus hijos de una manera infernal. No le importaba que tengan solamente 5 años, ella los entrenaba de una manera dolorosa, algo imposible de creer para las personas que no conocían a la familia Molfer, pero los que conocen a la familia Molfer, saben que eso es bastante normal, por eso es muy común que los Molfer sean sádicos, pues crecen siendo torturados, hasta el punto en que no pueden vivir sin sufrir o hacer sufrir a alguien más.
El entrenamiento y la tortura es normal para ellos, por eso son la familia más peligrosa y conocida del mundo.
Correr por horas sobre clavos, esquivar los ataques de Sei Molfer, sobrevivir en mazmorras, dejarse atacar por bestias para que sus cuerpos se acostumbren al dolor, entre otras actividades de vida o muerte. Y esas actividades se vuelven más peligrosas con el paso del tiempo.
—¿Te rindes, Kei? Esperaba más de ti hoy, considerando que te atreviste a faltar a tu entrenamiento ayer.
—M-madre... Estás loca, madre...
Kei levantó poco a poco su mano derecha, pero su madre aplastó fuertemente su mano con su pie, destruyendo por completo la mano de Kei.
Un fuerte grito de dolor salió de la boca de Kei, haciendo sonreír a su madre y Mei se puso a llorar.
—¡¡Hermano!!
Su madre realmente no tiene piedad con nadie, es por eso que, aunque es menos poderosa que la líder anterior, la madre de Sei Molfer, ella es mucho más admirada y temida por las personas.
Uno de los Molfer con más crueldad que ha tenido esa familia.
—Pronto te acostumbrarás al dolor, Kei. Y cuando te acostumbres a sentir dolor, ya nada te causará miedo.
Kei se volvió poderoso gracias a su madre. Se acostumbró mucho al dolor, tanto que no duda en cortarse su propia mano para probar algún hechizo. Él y Mei son capaces de soportarlo. Después de todo, Kei y Mei sufrieron por años, todo por culpa del entrenamiento que recibían de su madre.
Pero, aunque sean capaces de soportar mucho dolor, no significa que sean los más poderosos.
Las héroes y varias aventureras de clase S los superan por mucho, y no solo seres humanos, también demonios.
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—Ufff. Por fin llegué. ¡Hola, hola, hola! ¡¿Me extrañaron, lindas?! No se preocupen, Crisfa ya está aquí.
Kei, en su forma como aventurero, aterriza frente a Drin y las aventureras, que estaban en una aldea abandonada. Las casas están destruidas y hay rastros de sangre por todas partes.
Kei, aunque estaba actuando como un chico alegre, estaba muriéndose de la vergüenza por dentro, pero también estaba preocupado por la situación sobre la líder.
—Lo siento, tuve que resolver un problema... ¿Ya están listas? ¡Yo me siento listo! ¡¿Tú estás lista, Nia?!
—¡Estoy lista, Crisfa!
—Nuestras armas están listas.- Dijo Lena.
Drin se acerca a Kei. Ella investigó por su cuenta la zona. Encontró a los Orcos fácilmente.
Para alguien que se especializa en la investigación como ella, encontrar el rastro de los Orcos es fácil.
—Ya encontramos a los Orcos, Crisfa.
—Perfecto... Pensemos en una estrategia... Por cierto, ¿ustedes pueden crear armas mágicas? Es una habilidad muy avanzada.
—Nuestra maestra nos enseñó.- Dijo Kiana.
—Tienen a una maestra... Interesante.
Kei las observa con detalle.
Nerfa usa un escudo mágico. Kiana usa un arco mágico. Diria usa un bastón negro mágico. Y Lena usa una espada blanca mágica.
—Nerfa se encarga de la defensa. Kiana ataca a distancia. Diria usa magia curativa. Y Lena es una guerrera que lucha con espada... Es un típico grupo de aventureras... Serán de gran ayuda... Creo que tengo un plan. Lo primero es...
Drin siente un escalofrío e interrumpe a Kei.
—Crisfa, esas cosas se acercan.- Dijo Drin.
—Nos descubrieron. ¡Todas, prepárense!- Gritó Lena.
Una espada de hielo aparece en la mano izquierda de Kei.
—Vamos, Nia. ¡Vamos a pelear juntos!
—¡Claro, cari-Crisfa!
Estuvo a punto de llamarlo cariño, pero recordó que debe llamarlo Crisfa, pues el personaje de Kei debe ser soltero, para ser más popular con las mujeres, y por ende, será más famoso.
—¿Q-qué? ¿E-esos son Orcos?- Dijo Diria, temblando.
Un grupo de 30 Orcos se dirigen hacia ellos corriendo.
Detrás de los Orcos, los Reyes Orcos gritan furiosos.
Se ven muy diferentes... Miden más 5 metros, son muy gordos y con enormes músculos. Su piel es roja y caliente. Tienen pequeños cuernos en sus frentes y tienen tres ojos completamente rojos.
No usan armas, pues sus puños son más poderosos.
La Reina Orco tiene enormes pechos, pero es lo único diferente que tiene. Se parece demasiado al Rey Orco.
Los Reyes Orcos de ese mundo son igual de poderosos que un Orco normal, pues, aunque tengan el título de "Rey Orco", siguen siendo inferiores a las "Reinas Orco", con la única diferencia de que ellos tienen la habilidad [Líder], que les permiten controlar cierta cantidad de Orcos.
Pero ese Rey Orco se veía mucho más intimidante y poderoso que la misma Reina Orco, y Kei y las demás se dieron cuenta de eso al verlo.
—E-esos no son Orcos normales... Son más poderosos y enormes.- Dijo Nerfa, temblando.
—Magia demoníaca... Son los familiares mágicos de un demonio.- Dijo Drin.
—¡¿Familiares?! ¡¿Un demonio está cerca?!- Dijo Lena asustada.
—¡Mierda! Chicas, maten a los Orcos normales. Nia y yo pelearemos con el Rey y la Reina Orco.
—¡¿Estás loco?! ¡Te matarán, idiota!- Dijo Diria.
—¡No pierdan tiempo! ¡Vamos!
Kei y Drin se dirigen corriendo hacia los Orcos.
—¡¿En serio pelearán contra ellos?!- Dijo Kiana.
Drin y Kei saltan sobre los Orcos. No quieren perder tiempo matando a Orcos normales. Deben matar inmediatamente a los Reyes Orcos, que son los que los controlan.
—¡Magia de hielo! ¡Ataque frío!
Kei intenta atacar al Rey Orco con su espada.
Lo ataca, pero no lo corta nada. No le hizo ningún rasguño.
—¿Eh?
El Rey Orco lo golpea con su enorme puño y Kei sale volando.
—¡¡Maldito!!- Gritó Drin furiosa.
Drin le da una poderosa patada en la cabeza, pero no le hace nada.
—¿Eh?
La Reina Orco la golpea con su puño y Drin sale volando.
—M-mierda...
—¡Nia!
Kei la atrapa con sus brazos e intercambia miradas con ella.
—Drin... Son más poderosos que nosotros... Esto es malo... Perdí el 30% de mis puntos de vida con un solo ataque.
—Y yo perdí el 20%, cariño... ¿Qué hacemos?
Los Reyes Orcos se dirigen hacia ellos y Kei comienza a temblar de miedo, pues por primera vez, de verdad siente que morirá.
—Rezar y esperar un milagro... O que mágicamente despierte un poder muy poderoso como los protagonistas de anime...
Kei carga en sus brazos a Drin y se aleja corriendo.
—Piensa, Kei... Piensa... Mierda, cuando estoy transformado, solo puedo usar el 80% de mi poder... Debo volver a mi forma normal.
Aprovechando que las demás están distraídas luchando contra los Orcos, Kei vuelve a su forma normal y su ropa le queda grande.
—Drin, ataca a los Orcos desde cierta distancia. Me pondré rápidamente ropa nueva y prepararé mis armas. Distrae a esos Orcos por un minuto.
—¡Claro, cariño! ¡Cuenta conmigo!- Dijo Drin, guiñando un ojo y sonriendo, pero Kei sabe que Drin hace eso para no preocuparlo.
Drin siente lo mismo que Kei. Siente miedo.
—No tengas miedo, Drin, saldremos victoriosos. ¡Te doy mi palabra!
Kei le da un beso en la frente y le sonríe, llenando a Drin de felicidad y confianza.
—¡Confía en mí!
—¡S-siempre confiaré en ti, cariño!
Kei voltea a ver a lo Reyes Orcos, que están a punto de alcanzarlos.
—No permitiré que enemigos genéricos y de relleno nos derroten.- Dijo lleno de confianza, dejando de lado el miedo que siente para no preocupar a Drin.
Ella no dejaba de verlo y su miedo desapareció por completo. Ver a Kei listo para pelear y sin querer escapar, provocó que la admiración que sentía hacia él aumentara, y se sentía avergonzada por haber creído que no serían capaces de derrotarlos.
—Cariño... ¡¡Vamos a ganar!!
Drin saltó de los brazos de Kei y le hizo frente a los Reyes Orcos, mientras Kei activaba su [Almacenamiento mágico] y sacaba su ropa y su "Espada Dragón falsa".
Los Reyes Orcos intentaron atacar a Drin al mismo tiempo y ella saltó, esquivando sus ataques y rodeando su propio cuerpo con fuego, mientras volvía a su forma normal.
—Confía en mí, cariño.
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El grupo de 5 demonios, los sirvientes de Desmolfer, están reunidos de nuevo.
—¿Por qué nos llamaste, Grifio?- Dijo la pequeña niña de 5 años... O el demonio con apariencia de niña pequeña.
—Mis familiares encontraron a Drin Freipa, Markam.
Grifio es un demonio que parece humano. Tiene el cabello negro, usa lentes, usa un traje negro y sus ojos son rojos. Parece un típico personaje intelectual.
—Eso es bueno. Debemos traerla de vuelta. La necesito para continuar con una de mis investigaciones.- Dijo la demonio con la apariencia de una mujer de 30 años.
—No podemos, Akane... Drin está peleando con mis familiares... Si ella estuviera de nuestro lado, no lo haría. Ella nos traicionó.
—¡¿Nos traicionó?! ¡Esa maldita perra! ¡Esa hija de puta nos traicionó! ¡Quiero matarla! ¡Después me comeré sus ojos!- Dijo un demonio que parece un pequeño niño de 10 años. Su cabello es blanco, su rostro es inexpresivo, tiene los ojos rojos y usa una corona de oro.
Está furioso, pero no lo parece, pues tiene un rostro inexpresivo.
—No la mataremos, Zero, debemos capturarla con vida. Ella era muy obediente y hacía muy bien su trabajo. Debemos descubrir el por qué nos traicionó.
—... Traicionó a Desmolfer... Nos traicionó...
Un Slime rojo, que tiene forma de mujer, se levanta y se aleja caminando.
—¿Qué planeas hacer, Nero?- Dijo Markam.
—Iré a investigar.
—Debes regresar a tu puesto en una hora.
—Sí, lo sé. No necesito mucho tiempo, no te preocupes.
Su forma se vuelve más humana, ya no parece un Slime.
Se convirtió en una mujer joven de 15 años. Tiene el cabello azul y corto, ojos azules y usa una vestimenta rota y sucia. Parece una mujer pobre y sin hogar.
—No toleraré una traición. Nadie traiciona a mi querida Desmolfer... Nadie.