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Soy un ser inferior con la habilidad de seducir mujeres.

AngelPikas2
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Synopsis
Fui invocado a otro mundo como un héroe, ¡pero como la Diosa odia a los hombres, no me dio ningún poder divino, fui considerado un fracaso y vendido como esclavo por la Reina! Afortunadamente, logré escapar con vida gracias a dos niñas, y ahora debo sobrevivir en un mundo que odia a los hombres. Oh, hola, vagabundo. ¿Eh? ¿E-eras un Dios? ¿Q-quieres que derrote a la Diosa? ¡¿Y debo conseguir un harem para lograrlo?! ¡"Tan cliché"! ¡Ahhhhhhhhh!
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Chapter 1 - CAPÍTULO 1- ¿Soy un perdedor?

Tsk. ¿Tan cobarde eres, idiota? Como sea, terminemos con esto rápido, quiero acariciar a mi linda Nadia.

Después de cortarle la cabeza, este demonio, cuya habilidad especial es el de poseer cualquier cuerpo para "reencarnar", usó su poder para apoderarse del cuerpo de una inocente niña de unos 3 o 4 años. Ya lo usó 5 veces en esta pelea, lo que significa que llegó a su límite.

Él se levantó lentamente del suelo, mientras yo simplemente me quedo parado frente a él, mirándolo con asco. Tenías la oportunidad de morir con honor, pues podías apoderarte del cuerpo de alguna aventurera poderosa que tenemos a nuestro alrededor, incapaces de moverse por el miedo que me tienen a mí principalmente, pero preferiste jugar sucio y matar a una pequeña niña.

Me das tanto asco, que ya no vale la pena esforzarme.

—Fufu. Haha... Hahaha... ¡¡Hahahahahaha!! ¡¿Qué te pasa, niñito?! ¡¿No te atreves a matar a una indefensa niña pequeña...?! ¿Eh?

Por fin te das cuenta de que tu cuerpo ya no tiene cabeza. ¿En serio pensaste que no te cortaría la cabeza solo porque ahora tienes el cuerpo de una pequeña niña? ¿En serio me investigaste? No soy un idiota como para bajar la guardia por algo tan insignificante.

—¿Q-qué?

Puse la punta de mi espada en su pecho.

—¡L-la niña morirá si lo haces! ¡Si me dejas vivir, le devolveré el...!

—Cállate, llorón de mierda.

Atravesé su corazón con mi espada, dándole fin a su vida.

Después de unos segundos de sus gritos llenos de agonía y lloriqueo, murió.

Las aventureras a mi alrededor celebraron mi victoria, pero no les tomé importancia y me fui corriendo del lugar.

Después de correr por algunos minutos, llegué a mi casa.

Ah... Todos los días es lo mismo con esos demonios. Nunca me... ¡Uwaaaah!

—¡Cariño!

¡N-no, espera, quiero ver a mi Nadia!

Ay... Ah...

Cerré los ojos y suspiré. Aquí vamos de nuevo.

Los clichés, mis viejos amigos. Me han acompañado durante toda mi vida. Mi vida ha estado llena de clichés. En serio, soy un cliché con piernas.

Pensé que mi nueva vida sería menos cliché, pero estaba muy equivocado.

—¡Kei, es mi turno!

—¡No, es el mío!

—¡El mío!

—¡Me toca a mí!

—¡Kei, me toca a mí!

—¡Cariño, no es justo, me tocaba a mí!

Apenas entré en la casa y ya me capturaron y me arrojaron a la cama.

Más de 10 chicas desnudas se están peleando por mí en este momento... En serio... ¡Ellas siempre me tratan como un juguete sexual! ¡Zius, ¿no podías haberme dado otra habilidad?!

Oh, sí, por cierto, mi habilidad es [Seducir mujeres]. En pocas palabras, puedo seducir a cualquier mujer fácilmente, o más bien, al instante, sin ningún esfuerzo.

¿Por qué Zius me dio esa habilidad tan ridícula, pero poderosa? ¿Por qué la tengo? ¿Y por qué más de 10 mujeres se están peleando por mí?

Bueno... Es una larga y cliché historia.

—Cariño.

—Fufu. Todas al mismo tiempo, ¿eh?

—Me gusta la idea.

—¡Pido su cara, nya!

¡Uwaaaah! ¡Ella se sentó en mi cara! ¿S-su trasero se puso más grande? ¡Apenas puedo respirar!

Ah... Sí, una historia larga y cliché.

CAPÍTULO 1- ¿Soy un perdedor?

Mi nombre es Kei Edna... Bueno, ese era mi nombre en mi mundo original. Mi actual nombre es... Bueno, no lo sé, apenas estoy naciendo, pues... ¡acabo de salir de una vagina! ¡¡Que asco!!

—Los gemelos nacieron sanos. Desafortunadamente, uno de ellos nació hombre.

¡Apesto! ¡Uwaaaah! ¡¿Así se siente nacer?! ¡No puedo abrir los ojos! ¡Kya! ¡Me dieron una nalgada! ¡Doctora o enfermera idiota, sé que soy hombre, pero soy un bebé, trátame con más cariño! ¡Ay, mis nalgas me duelen!

¡Zius, ¿por qué mi reencarnación fue de esta manera?!

M-mejor no me quejo, podría haber sido peor.

Me limpiaron y me llevaron con alguien, y como me pusieron en sus brazos, creo que estoy a punto de conocer a mi nueva madre.

Ay, será incómodo ver a la dueña de la vagina por la que acabo de salir, pero sé optimista, Kei, ¡tienes una nueva madre! ¡Dame mucho amor y cariño, mamita! Aunque considerando que en este mundo los hombres son considerados basura sin valor, creo que no debería tener tantas esperanzas. ¡Cambié de opinión, prefiero recibir el amor de mi padre!

—¿Y cómo se llamarán?

—Mi esposa ganó la pelea, ella decidirá los nombres.

Por favor, Zius, un nombre genial y épico. ¡Quiero un nombre genial, épico y ultra mega masculino! ¡Un nombre que haga que las mujeres se mojen al escucharlo!

—Se llamarán Kei y Mei Molfer.

Oh, yeah, que nombre tan...

...

...

...

¿Eh? ¡¿Kei?! ¡N-no, esperen, eso sería demasiado sospechoso! ¡Quiero otro nombre! ¡Mi apariencia no cambiará, no lo hagan más obvio! ¡Quiero otro nombre! ¡Uno más masculino! ¡Me están condenando al bullying! ¡No quiero ese nombre, no lo quiero!

—Kei llora demasiado, creo que tiene hambre.

¡No tengo hambre, quiero que me cambien el nombre, por eso lloro! ¡Entiendan mis indirectas, nuevos padres cuyos nombres no los conozco todavía...! Espera...

¿H-hambre...? E-espera... S-soy un recién nacido, no tengo dientes y no puedo moverme por mi cuenta... ¡Uwaaaah! ¡N-no, esperen, no quiero! ¡Es tan incómodo!

—Abran la boca.

N-no...

Abrí poco los ojos, me duele, pero quiero ver mi entorno.

Al abrir los ojos, vi una pareja mirándome fijamente. Wow. Vaya, vaya. Un hombre muy guapo y una mujer cuya presencia, por alguna razón, me daba miedo. Es hermosa, de eso no hay ninguna duda, ¡pero me da miedo!

Y lo que más miedo me da, ¡es que esa mujer no está usando ropa! ¡No acerques esos enormes pechos a mi boca! ¡Mi nueva sangre te reconoce como mi madre, no te veo como mujer, por eso es tan incómodo verte los pechos! ¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡Zius, Dios de mierdaaaaaaaaa!

—Abre la boca, Kei. Aprende de tu hermana.

¿H-hermana? E-es cierto, ¡tengo una hermana! Esa era la persona que me pateaba la cara y no me dejaba salir primero. ¡Yo quería ser el mayor! Y está bebiendo leche... N-no... No... ¡Mi instinto de bebé me obliga a hacerlo!

Mi boca está a pocos centímetros del pezón rosado de mi nueva madre. ¡Esto es tan incómodo! P-pero no puedo desobedecer a mis instintos naturales.

Mi boca se abrió por sí sola y comencé a beber leche materna. ¡Tan incómodo! ¡Eres mi nueva madre, hacer esto me da tanto asco, que quiero vomitar! Mmm... Vaya, vaya. ¿Será porque soy un bebé? La leche materna sabe como a leche con azúcar. ¡Que rico...! ¿Rico? ¡Puaj! ¡No, no es rico, es asqueroso! ¡Quiero usar biberón!

¡Zius, te odio!

Los años pasaron, y mis sospechas sobre mi madre se confirmaron. Al conocerla, me dio miedo porque mis instintos de supervivencia me advertían del gran peligro que ella representaba para mí, y sí, tenían razón. ¡Esta loca literalmente casi me mata cientos de veces!

—¡Salimos con vida, hermano!- Dijo Mei, saltando alegremente alrededor de mí.

—¡Oh, naturaleza sin árboles come humanos, te extrañé tanto!- Dije, dando vueltas a mi alrededor, lleno de alegría.

Mei y yo nos abrazamos mutuamente, celebrando nuestra gran victoria de supervivencia.

—¡¡Lo logramos!!- Gritamos triunfantes.

Nuestras ropas estaban llenas de suciedad, rotas y con restos de sangre seca de los cientos de monstruos que tuvimos que matar en ese bosque. ¡Llevamos una semana sin dormir, porque si bajábamos la guardia, los monstruos nos matarían, y a mí me violarían antes de matarme!

¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡¿Por qué no tengo una infancia más normal?!

¿Eh? El suelo está temblando. Tsk. Por fin apareces.

Sei Molfer, mi madre, salió del suelo, y con una gran sonrisa en su rostro, nos recibió, cruzando los brazos.

—Vaya, vaya. Felicidades, lograron sobrevivir una semana en este bosque. Felicidades, se ganaron un día de descanso.

—¡¿Solo uno?!- Gritamos enojados Mei y yo.

¡Estoy tan cansado que quiero dormirme tres días completos!

—¡Madre, Kei casi es violado por una Reina Duende! ¡Necesitamos descansar más!

—¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡Recordar que esa asquerosa Reina Duende casi me besa, me dan ganas de vomitar! ¡Me lamió toda la cara y me manoseó el trasero!

—¿Y qué? A mí me fue peor. No he tenido sexo con tu padre porque se enojó conmigo por dejarlos aquí por más días de lo que le había dicho.

—N-no necesitaba escuchar eso.- Dijimos Mei y yo, pálidos y asqueados, aunque pálidos principalmente por la falta de sangre en nuestro cuerpo.

Fuimos educados sobre la sexualidad desde que aprendimos a leer. ¿Por qué? Principalmente para protegerme, pues aquí es muy común que los hombres sean violados en cualquier lugar, pues rara vez alguien intentará salvarlos. Y yo, como un Molfer, era una víctima más "deliciosa".

¡Odio este mundo tan enfermo!

—Ah, extraño la cosa de tu padre dentro de...

—¡¡Ahhhhhhhhh!!

Mei y yo nos tapamos las orejas mutuamente.

—¡¡Cállate!!

Mi madre, Sei Molfer, una de las mujeres más importantes en el país, ¡está loca! ¡Obliga a sus pequeños hijos de 4 años a sobrevivir en lugares peligrosos y nos deja a nuestra suerte! ¡Se supone que somos niños pequeños, deberíamos estar jugando, disfrutando nuestra niñez, no entrenando como guerreros!

—Vaya, vaya. ¿Se atrevieron a callarme? Se cancela la recompensa. Vayamos a entrenar.

—¡¡Maldita locaaaaaaa!!

Ah... A veces me arrepiento de aceptar ayudar a Zius. Debes soportarlo, Kei. Si logras tu misión, regresarás a tu mundo y volverás a ver a tu tía y a Nia.

¿Eh? ¿Cuál es mi misión? Es algo sencillo, nada de otro mundo: ¡Derrotar a una Diosa!

Sé que suena imposible, ¡y lo es! Ah, pero Zius me dijo que tenía una pequeña probabilidad de lograrlo. Si esa probabilidad me permite volver a ver a mi familia, lo haré. Quiero regresar con mi familia. Quiero regresar a mi mundo.

Ah... Todavía recuerdo el día que llegué a este mundo. El inicio de mi sufrimiento.

Las clases terminaron y los estudiantes comenzaron a salir de la escuela. Algunos se van en grupos, riéndose y socializando, otros se van en parejas, tomados de las manos, bastante acaramelados, y el resto de los solitarios, que van a casa sin compañía alguna.

Uno de esos solitarios mira con asco a las parejas y a los grupos de amigos, o más bien, con celos, por no ser tan popular como ellos. Un gordo y feo chico, un resentido de la sociedad.

—¡Muévete, ballena!

Mientras estaba distraído, maldiciendo en su mente a los demás, fue empujado y arrojado al suelo por un chico, siendo la burla de ellos. Un grupo de chicos lo rodearon y lo patean. ¿Por qué? Solo porque sí, por simple diversión.

Pobre gordo, tiene el trasfondo necesario para ser el protagonista, pero lamentablemente para él, solo es un personaje de relleno.

—Oigan, idiotas, déjenlo en paz.

Un chico bastante guapo se acercó hacia ellos, lamiendo una paleta, logrando poner nerviosas a las dos chicas de ese grupito, que se sonrojaron y desviaron las miradas, y al ver eso, sus novios se llenaron de rabia.

—Vaya, vaya. Ya van 5 veces que les parto la cara. Vamos por la sexta.

—Tsk. Es Kei. Vámonos, no vale la pena.

Ellos dos intentaron darse la vuelta e irse, pero Kei los abrazó al mismo tiempo por el cuello y les sonrió, llenando de miedo sus cuerpos.

—Oh, disculpen la confusión, no era pregunta, es una afirmación. Vamos por la sexta.

Unos minutos después, las novias de los chicos les ayudaron a caminar, mientras maldecían a Kei desde lejos.

Una brutal paliza que se resume en un Kei ileso y dos bravucones con los testículos adoloridos, pues recibieron el ataque especial de Kei: Las patadas en la entrepierna.

Kei sonrió y le extendió su mano al chico, que seguía en el suelo. ¿Por qué no se levantó? Porque se le olvidó. Ver a Kei golpear con tanta facilidad a esos chicos, lo sorprendió.

—¿Necesitas ayuda, bro?

—G-gracias.- Dijo, un poco... ¿sonrojado?

Incluso el encanto de Kei les afecta a los hombres.

Él estuvo a punto de tomarlo de la mano, pero...

—Nosotros, los feos, debemos ayudarnos mutuamente.

Inmediatamente, su ser se llenó de ira y golpeó la mano de Kei, pues que un chico tan guapo se llame a él mismo feo, solo podría significar que Kei se estaba burlando de él.

—¡¡Púdrete, infeliz!!

—¿Eh?

Se levantó por su cuenta y se fue, dejando a Kei bastante confundido.

—¿Qué le pasa?- Susurró Kei para él mismo.

Suspiró y recogió su mochila del suelo, sin tomarle demasiada importancia al asunto, pues él realmente no intentó insultarlo o algo parecido, por lo que no se siente culpable, pues Kei nunca dijo ninguna mentira, al menos desde su perspectiva.

—Vaya, vaya. Ah... Como sea. Iré a nadar.

Y mientras Kei se dirigía a su club, los engranajes del destino se movían, dando inicio a la aventura que no solo cambiará el destino de un mundo, cambiará el destino de todos, tanto para bien, como para mal... Y más mal que bien.

—¡Buenas tardes! Ya llegué.

Kei Edna, un chico de 17 años, llegó a su casa después de un largo día de clases. Como siempre, él llegó agotado, pues se quedaba en la escuela para nadar en la piscina. Es miembro del club de natación, y es uno de los mejores.

Él se considera un chico normal, con una vida normal, aunque no es tan normal.

—¡Hermano mayor! ¡Bienvenido!

Nia, la prima de 14 años de Kei, como siempre, le da la bienvenida alegremente. Ella lo considera como un hermano... De hecho, lo ama... Y demasiado. Si no fueran primos, ella intentaría salir con él. Su amor hacia él es romántico, no es amor familiar, pero Kei la ama como familiar.

Kei y Nia no son hermanos. Kei perdió a sus padres en un accidente cuando tenía 10 años, y desde entonces, vive con la hermana de su difunto padre.

Su tía lo adoptó y formaron una familia juntos.

Su tía era madre soltera, y lo sigue siendo. Trabaja 8 horas al día y llega a la hora de la cena, por lo que Kei y Nia están todo el día juntos, ellos mismos se cocinan y hacen los quehaceres del hogar. Esa convivencia no solo mejoró la relación que ambos tenían, también le dio la oportunidad a Nia de conocer más a Kei.

La tía de Kei es una excelente madre y tía, y en su trabajo la respetan bastante. Tiene un buen salario, lo que le permite mantener a sus dos hijos, Kei y Nia, sin ningún inconveniente. En otras palabras, es una mujer ejemplar, por eso Kei la admira bastante y sueña con ser como ella.

Ella quiere demasiado a Kei, lo considera un verdadero hijo, después de todo, ella lo vio crecer y le recuerda demasiado a su hermano, el difunto padre de Kei. Kei es lo único que le queda de su hermano, su único recuerdo.

Después de la escuela, Kei y Nia comen juntos en su casa. Una rutina que pronto terminará.

—La comida está deliciosa como siempre, Nia.

Un pequeño sonrojo apareció en ella y le sonrió alegremente a su amado Kei.

—¡G-gracias! Lo hice con amor.

Mientras comen, Kei revisa su teléfono celular. Kei tiene una vida social muy activa, aunque solo tiene amigos hombres. Su autoestima no le permite hablar con mujeres.

—Vaya, vaya... Nia, ¿no quieres ir conmigo a una fiesta? Mis amigos me están invitando.

—¿Una fiesta? ¡Claro, iré contigo!

—Gracias. No quiero estar solo.

—¿Solo? Pero tus amigos estarán ahí, ¿no?

—Sí, pero... Es complicado de explicar, eres una pequeña niña todavía.

Esas palabras la hicieron enojar. Hace un puchero muy adorable. A Kei le encantan las cosas adorables, así que aprovecha su enojo para hacer un puchero y llamar la atención de Kei, y funcionó muy bien, cautivó el corazón de Kei con ese puchero, aunque él no quiere que se dé cuenta.

—¡No soy una pequeña niña! ¡Ya tengo pechos!

Ella comenzó a manosearse los pechos frente a Kei, poniéndolo bastante nervioso y desvió la mirada.

Sí, Nia tiene pechos considerablemente grandes para su edad. Herencia de su abuela. Su madre tiene pechos más pequeños.

—N-Nia, no debes hacer eso frente a un hombre.

—Fufu. Eres bastante inocente, Kei. ¡Acepta que no soy una pequeña niña! ¡Tengo pechos grandes!

—Cuerpo adulto, mente de niña pequeña.- Dijo Kei, con una sonrisa en su rostro.

Sonrisa que también puso nerviosa a Nia.

—¡E-eres malo, hermano! ¡Quiero que me expliques lo que pasa!

—Bueno, está bien... Mis amigos a veces me dejan solo. Ellos coquetean con las chicas y se alejan de mí, mientras que yo... Pues... Solo como.

—Parece que tus amigos son muy desagradables.

—Son buenas personas. Es normal que los chicos quieran salir con chicas.

—¿Y tú... también quieres salir con chicas?

Nia lo observa demasiado y Kei simplemente baja la mirada. Su autoestima no le permite hablar con mujeres, mucho menos intentar coquetear. No tiene la fuerza mental suficiente para hacerlo. Es un desperdicio, considerando la apariencia física de Kei y su popularidad entre las mujeres.

—Sí, pero nadie se fijaría en mí.

Kei no tiene nada de confianza en sí mismo. Pero él no es feo. Es atractivo. Tiene excelentes músculos y un excelente físico. Es uno de los mejores nadadores y es popular con las chicas. En pocas palabras, es muy guapo y popular.

Entonces, ¿por qué dice que nadie se fijaría en él? Tiene un trauma. Él se considera feo. Cuando le dicen que es atractivo, él piensa que lo dicen por lástima.

Es un trauma que desarrolló cuando tenía 14 años. Por culpa de ese trauma, no puede verse a sí mismo como alguien atractivo, sino todo lo contrario, cree que es feo y que da asco, algo contrario a la realidad.

—¡Eso no es cierto! ¡Eres muy lindo, hermano! ¡Cualquier chica quisiera salir contigo!

Kei le sonríe.

—Gracias, Nia.

Él piensa que Nia lo dice para alegrarlo. "Somos familia, ella no me considera feo... Pero lo soy." Piensa eso mientras sigue comiendo.

Excelente cuerpo, lindo rostro, mide 1:83, es una persona buena y amable, inteligente, su cabello negro es suave y huele bien, y carismático. Cualquier chica lo consideraría perfecto. Pero él no piensa lo mismo.

Y mientras tanto, en cierto lugar, en otro mundo, un grupo de mujeres se reunieron alrededor de un círculo con símbolos extraños dibujados en él y con una pequeña figura de madera de una mujer voluptuosa y hermosa. Al estar en sus posiciones, se tomaron de las manos.

—Oh, gran Diosa Fravi, por favor, envíe a las próximas héroes. Ya estamos listas para recibirlas.

El círculo comenzó a brillar y pequeñas esferas de negras salieron del círculo. 63 en total, pero comenzaron a explotar, hasta que solamente quedaron 7, y 3 de ellas se dividieron en dos, así que ahora hay 10 esferas.

—Por favor, mi Diosa, sea generosa con nosotras. Si los sacrificios no fueron suficientes, envíe una señal.

Una de las esferas comenzó a crecer y los ojos de las presentes se llenaron de lágrimas.

—¡Muchísimas gracias!

La esfera tomó forma de una pequeña niña, y dos más comenzaron a crecer y cambiar de forma.

(Pov- ¿?)

Vaya, vaya, vaya. ¿Ya invocarán a las héroes? Es demasiado pronto, pero bueno, está bien, no tengo quejas.

Es momento de mover las piezas del ajedrez. Daniel fue una decepción, no me decepciones también.

—Ya quiero ver el resultado final.

Después de comer, Kei entró a su habitación y comenzó a leer.

Nia está acostada en su cama, mientras que Kei está leyendo un libro sobre matemáticas, pero está bastante nervioso, pues Nia puso sus pies sobre la espalda de Kei, algo bastante incómodo para él, pero no tanto como para quejarse. En el fondo, lo está disfrutando.

La habitación de Kei está limpia y ordenada, eso refleja su personalidad seria. Kei es alguien que podría considerarse "divertido", pero es su manera de sentirse mejor y no preocupar a los demás con sus problemas de autoestima.

—Hermano, estoy aburrida. ¡Juega conmigo!

—Nia, eso se escuchó mal... Pero bueno... ¿Jugamos cartas?

—¡Sí! ¡El que pierda, hará lo que el ganador le diga!

—Espero que estés lista para perder.- Dijo Kei, sonriendo.

Está seguro de que ganará, pues siempre juega cartas con su mejor amigo y sabe analizar las expresiones de sus contrincantes.

Nia sabe eso, es por eso que tiene un as bajo la manga.

—Uffffff. Que calor hace.- Dijo Nia, sacudiendo su blusa, mostrando un poco sus pechos y su sostén negro.

Kei se puso completamente rojo y rápidamente se levantó de la cama.

—¡I-iré por la baraja!

—Vaya, parece que mi lunar creció.- Dijo Nia, acariciando con su dedo el lunar que tiene en su pecho izquierdo.

—¡T-tramposa!- Dijo Kei, tapándose la cara.

Nia se rió de él, pero no con la intención de burlarse, lo hace para ocultar su sonrisa, pues el lado tímido de Kei le parece muy adorable y lindo.

Aunque más que timidez, es ansiedad, pues al no tener tanto contacto con las mujeres, no sabe cómo reaccionar ante esa clase de situaciones.

—¡Gané!

—¡Imposible!

Kei perdió y Nia está saltando de alegría. Kei es bastante inteligente, pero no contó que Nia propusiera jugar un juego nuevo con diferentes reglas, así que Kei no tuvo tiempo de aprender a jugar mejor, además está el hecho de que la timidez de Kei le impedía pensar con claridad.

Nia sabía que Kei era demasiado amable con ella y no se quejaría de cambiar de juego, y se aprovechó de eso.

—¡Tendrás que hacer lo que yo te diga, hermano!

—Vaya, vaya. Te estás volviendo muy inteligente... Está bien, acepto mi derrota.

—¿Qué harás primero? Mmm... ¡Hermano, cómprame una bebida energética!

Ella realmente quería pedir otra cosa, pero afortunadamente todavía conserva su sentido común.

—Sí, sí, ya voy. Dame dinero.

—¡La comprarás con tu dinero!- Dijo Nia, mientras sonríe dulcemente, como si antes no hubiera dicho algo tan cruel.

—Vaya, vaya. Te estás volviendo sádica... Está bien, voy a comprarla. No toques mis cosas.

—No te preocupes, ya busqué y no encontré tus revistas porno.

Kei se pone completamente rojo por la vergüenza y rápidamente mueve la cabeza de un lado hacia otro, negando eso.

—¡N-no tengo revistas porno!

Nia comienza a reír y se acerca a Kei.

Se paró frente a él y se levantó con las puntas de sus pies, para acercarse más a Kei.

—Fufu. Lo sé, pero quería ver tu reacción.

Nia está sonriendo y Kei se sonroja más al verla. Ella, incluso sin saberlo, cautiva el corazón de Kei, pero él sabe que eso está mal y lo oculta con una sonrisa nerviosa.

—S-sí... Iré a comprarla.

¿Revistas porno en un mundo con internet? ¿Por qué siguen existiendo revistas porno? Bueno, porque los clichés siempre existirán en ese mundo, es su característica principal.

Después de comprar la bebida energética, él camina por las calles de la ciudad. Vive en una enorme ciudad muy moderna, pero no tanto como las ciudades del mundo 15. En ese mundo, la tecnología está tan avanzada, que incluso hay robots y videojuegos de realidad virtual, incluso puedes sentir los objetos que toques en los videojuegos.

Mientras Kei estaba caminando, en el mundo 15 y en otros mundos, incluyendo el mundo de Kei, mujeres comenzaron a perder el control de sus cuerpos y morían en accidentes.

Siendo arrolladas por autos, muriendo al caer de las escaleras, tener un accidente automovilístico con sus padres, y las muertes siguen aumentando.

Y una de esas mujeres, está muy cerca de Kei.

Ella camina detrás de él, con la mirada vacía, mientras él simplemente piensa sobre cómo perdió, pues no entendió muy bien las reglas de Nia y sospecha que fue engañado. Y también piensa en eso porque, si se distrae, vuelve a imaginarse a Nia en traje de baño, lo que lo hace sentir como un enfermo de mierda, por eso sigue pensando en el juego.

—¿Un par de 7 es derrotado por un par de 6? Debo investigar. Sospecho que me vieron la cara de "pendejo".

"Pendejo", una palabra en español. Kei combina su idioma con el español, pues era algo que su madre hacía y él la heredó.

—Ah, "puta madre", soy un idiota, ¿eh?

Antes de cruzar la calle, el semáforo se puso en rojo para los peatones, así que Kei se detuvo.

—¿Le gustará el sabor de fresa?

Una mujer de 40 años se para al lado de él, pero la mujer tiene una expresión fría. No está sonriendo ni parece enojada.

Y su mirada parece muerta, con sus ojos mirando a direcciones diferentes.

—Morir... Morir... Morir...

Está repitiendo las mismas palabras y Kei la mira, bastante preocupado, pues cree que está teniendo algún ataque o que sufre alguna enfermedad mental.

—¿Morir?

En ese mismo momento, un autobús se acerca a ellos, pero algo raro está pasando dentro.

El chófer tiene una expresión fría también. Ambos no pueden controlar sus propios cuerpos, lo que pronto los llevará a un escenario horrible.

—Matar elegida... Matar elegida...- Dijo el chofer, aumentando la velocidad.

El semáforo se pone en rojo para los autos.

Los autos se detienen y la mujer comienza a caminar.

Kei está nervioso y preocupado por ella. Ella no está actuando nada normal y Kei lo sabe. Quiere ayudarla, pero no sabe cómo ayudarle.

—¿Está loca? Creo que necesita ayuda. ¡Oiga, señora...! ¿Eh?

La mujer se para en medio de la calle y el autobús se dirige hacia ella, sin mostrar ninguna intención de querer frenar.

Kei se da cuenta de que será imposible que el autobús frene a tiempo y se dirige hacia ella corriendo.

—¡¡Cuidado!!

Sin tener tiempo para pensar, Kei simplemente corrió, actuando por puro instinto, y la empujó, logrando salvarle la vida, pero...

—¡¡¿Qué?!!- Gritó el chofer al recuperar el control de su cuerpo, al igual que los pasajeros dentro, que solo podían mirar con terror la sangre que quedó de Kei sobre el parabrisas.

El cuerpo destrozado y sin vida de Kei se encontraba en la calle, con algunos huesos fuera de su cuerpo.

La salvó, pero el autobús terminó con la vida de Kei.

Y una nueva empezó para él.

—Ay, mi cabeza. ¿Eh? ¿En dónde estoy?

Al abrir los ojos, Kei se dio cuenta de que ya no estaba en la calle. Estaba en un lugar muy, pero muy diferente. Tan diferente, que Kei simplemente parpadeó un par de veces, intentando analizar su entorno, pues está tan confundido, que no sabe cómo sentirse al respecto.

Pero las que sí saben cómo reaccionar, son las personas a su alrededor, que al verlo, entraron en pánico.

—¡Majestad, un hombre fue invocado!

—¡Imposible! ¡El hechizo falló!

—¡¿Qué haremos?!

Kei estaba en un enorme salón muy elegante, con estatuas de cierta mujer en todas partes.

Mujeres usando ropa elegante, pero que mostraba mucha piel, estaban frente a él.

Las mujeres son muy hermosas y sus escotes eran muy reveladores, incluso algunas no estaban usando nada, solamente faldas.

Kei, por ser un chico tímido, y después de reaccionar un poco, se puso rojo ante esta situación tan inusual.

—¡¿Q-qué está pasando?!

Pero Kei no era el único confundido y asustado.

—¡¿En dónde estoy?!

—¡¿Por qué estoy viva?!

—¡¿Por qué no podía mover mi cuerpo?!

—¡¿No estoy muerta?!

—¡¿Mis padres están a salvo?!

—¡¿No morí en ese accidente?!

—¡¿Quiénes son ustedes, infelices?!

—¡Puta madre! ¡¿Por qué me siento pequeña?!

—¡Esto es muy raro!

Kei no era el único confundido.

A su lado, hay 9 pequeñas niñas. Todas están igual de asustadas y confundidas como él. Parecen niñas de 10 años, aunque esa cifra no es 100% cierta.

—¿Q-qué está pasando?- Dijo Kei, tapándose la cara para no ver a las mujeres directamente.

La voz de Kei se escucha rara. Él se dio cuenta de que algo no estaba bien.

—¿Eh?

La sensación de sus manos en su cara era diferente de lo habitual.

Con miedo, mira sus manos. Son tan pequeñas. Él tenía manos grandes, así que se asustó demasiado al verlas pequeñas.

—¡¿Eh?!

Kei ahora es un pequeño niño de 10 años.

—¡¿Soy un niño pequeño?! ¡No entiendo nadaaaaaaaa!

—¡Silencio! ¡Escuchen!

Una mujer de unos 40 años, con el cabello verde y largo, gritó. Usa una corona y sus pechos son exageradamente enormes, tanto que incluso alguien tan tímido como Kei no puede evitar verlos fijamente, pues su tamaño es inhumano, como si niños obesos vivieran dentro de ellos.

—¡Fueron invocadas! ¡Ustedes son las nuevas "héroes"!

—¡¿Invocadas?!- Dijeron todos al mismo tiempo.

—¡¿Con qué derecho me invocaron, idiotas?! ¡Les partiré el culo a todas!- Gritó una de las niñas, la más grosera y violenta.

—Ustedes murieron y sus almas fueron invocadas. La Diosa "Fravi" les dio un nuevo cuerpo. Sus apariencias serán las mismas cuando crezcan, no se preocupen por eso.

—E-esto es muy raro.- Dijo una de las niñas.

—¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡No entiendo nada!

—Tsk. ¿Y para qué mierda nos invocaron?

—Les explicaremos todo, pero primero, me presentaré. Mi nombre es "Freyka" y soy la Reina del país llamado "Desmol", el país más importante del mundo.

—¿El más importante? Que arrogante afirmación.- Dijo una niña morena, cruzando los brazos.

—Una Reina...- Dijo Kei.

Está asombrado por todo, pero su comportamiento es un tanto diferente a la sorpresa. Está rodeado por mujeres hermosas y provocativas, así que está tan rojo como un jitomate. Su timidez está en su límite, pero intenta no desviar tanto la mirada, para apreciar a las mujeres tan raras que hay en el lugar, como semihumanas, Elfas, Enanas, Hadas, etcétera.

Pero una de las niñas, en lugar de estar emocionada o con miedo, entró en pánico y comenzó a llorar desesperada.

—¡Quiero volver con mis hijas! ¡Quiero estar con mi familia! ¡¿Por qué me mataron?! ¡Quiero volver!

Comenzó a sacudir a la Reina por el vestido, pero ella simplemente le acarició la cabeza, intentando tranquilizarla.

—Por favor, primero escucha.

—D-disculpe. ¿Por qué nos invocaron?- Dijo una niña con el cabello blanco y largo. Sus ojos son azules y tiene un lunar en su mejilla derecha.

—Cada 10,000 años, demonios aparecen en nuestro mundo. Cuando eso ocurre, la Diosa Fravi nos envía un mensaje divino. En ese mensaje divino, nos dice cómo invocar a las nuevas héroes.

—¿Y qué significa ser una héroe?- Dijo una niña con piel morena y cabello negro.

—Las héroes tienen el poder para derrotar a los demonios. Ustedes se convertirán en nuestras héroes. Les tomará tiempo comprender todo, lo sé... Pero primero, revisemos sus estatus.

—¿Estatus?- Dijo una niña con el cabello azul y corto.

—Sí. La Diosa Fravi les dio magia única a cada uno, llamado: "Poder divino".

—¡¿Magia?!- Gritaron casi todas al mismo tiempo.

Las únicas que no gritaron fueron las niñas que vivían en un mundo mágico. Ellas conocen la magia, por eso no se sorprendieron tanto.

—Por favor, uno por uno, pasen al frente y muestren sus estadísticas. Solo deben decir: "Mostrar estatus". Primero las mujeres y el inferior será el último.

—¿Inferior?- Dijo Kei, confundido.

Kei se dio cuenta de que las mujeres lo miraban con desprecio, pero no sabía por qué. Creyó que lo miraban así por ser "feo", pero la verdadera razón es muchísimo más perturbadora.

—Fufu. Detrás de mí, plebeyos.- Dijo la niña grosera, sonriendo orgullosa y cruzando los brazos.

Con una actitud de superioridad, la niña pasa al frente, sin pedir permiso para ser la primera. Tiene el cabello de un rojo tan intenso y corto, y sus ojos son igual de rojos, solo que sus pupilas tienen forma de corazón por alguna extraña razón.

—Yo primero. ¡Mostrar estatus!

Un holograma o pantalla mágica aparece frente a ella, sorprendiendo a todos en el lugar, principalmente por el contenido.

—¡G-genial! ¡Sorprendente!

—¡Sus números son increíbles!

—¡Su poder mágico es increíble a pesar de su corta edad!

—¡Su fuerza también!

—¡Es una prodigio!

—¡Y es tan joven! ¡Será incluso más poderosa cuando crezca!

Su estatus es:

Near Nisha Heart Corazón Kokoro Yeaser. (Near Nisha)

Poder mágico: 462017/462017

Fuerza: 787

Edad: 10 años

Inteligencia: 43

Agilidad: 608

Puntos de vida (hp): 59269/59269

Poder divino: Espada Dragón.

Trabajo: Guerrera.

Near está feliz por ser una prodigio, y más porque se siente superior. En su vida pasada era una princesa arrogante, que mataba a las personas que la miraban mal, y esa arrogancia solo aumentó en este momento.

—Fufu. Lo sé, soy genial. Vengan a lamerme los zapatos si quieren, les daré ese gran privilegio solo porque estoy de buen humor.

—Puaj, que asco, seguramente te apestan los pies.- Dijo la niña morena.

—¡Te arrepentirás de haber dicho eso, insecto de mierda!

—¡Ven para acá, idiota, no te tengo miedo!

Mientras las niñas estaban a punto de pelear, Kei no presta atención porque su mente sigue asimilando la situación de estar en un mundo mágico.

—In... In... I-increíble... ¡Increíble!- Dijo Kei, mientras las niñas se pelean a golpes, destruyendo las estatuas y todo prácticamente, como si dos superhumanos se estuvieran peleando.

La Reina solo sonríe, al ver el potencial que ambas mostraban poseer.

Kei está impaciente. También quiere conocer su estatus. En su mundo, leía novelas de fantasía, pero no era su género favorito, aunque eso no quita el hecho de que está emocionado por saber si también tiene magia tan poderosa como ella.

—¡Wow! ¡De verdad es magia! ¡"Increíble"!

Una de las niñas no dejaba de ver a Kei. Algo en él le resultaba muy familiar.

—¿Es él...?

—¡Quiero intentarlo!

Ignorando las órdenes de la Reina, Kei pasa al frente y extiende ambas manos.

—¡Mostrar estatus!

La pantalla aparece, mostrando su estatus, pero no es lo que imaginaba.

Al contrario de Near, el estatus de Kei es más... aburrido.

Kei Edna.

Poder mágico: 0/0

Fuerza: 34

Edad: 10 años

Inteligencia: 76

Agilidad: 42

Puntos de vida (hp): 100/100

Poder divino: Ninguno

Trabajo: Ninguno

—¿Eh? ¿Ninguno? Oigan, mi pantalla está fallando. ¿Lo dije mal? ¿Debería decirlo más alto o con más determinación?

No, no había ningún error, y ellas lo sabían. A diferencia de Near, Kei no recibió nada de la Diosa. Ninguna habilidad única ni poder mágico.

Al ver eso, las mujeres del lugar entraron en histeria, algunas cayeron de rodillas sin poder creerlo y otras lloraron, pues pensaban que el hechizo falló por no satisfacer lo suficiente a Fravi.

—N-no puede ser... N-no recibió ningún poder divino... ¡El hechizo realmente falló!- Gritó la Reina, mientras que las demás se ponían a rezar.

Kei ya era mirado con desprecio, y después de revelar su estatus, ese odio aumentó.

—¡Un inferior siempre lo será!

—¡Maldición!

—¡Maldito inferior!

—¿I-inferior?- Dijo Kei, asustado.

Las mujeres se enojan con él y una de ellas lo patea en el estómago, sacándole el aire y rompiéndole un par de costillas. El cuerpo de Kei es demasiado frágil, y ese golpe le quitó 80 de sus puntos de vida.

[Puntos de vida: 20%.]

—¡¿Por qué demonios fuiste invocado?!

La mujer es muy fornida y enorme, y con solo una simple patada, fue suficiente para hacer llorar a Kei. Ella no usó toda su fuerza, solo usó la suficiente para hacer sufrir a Kei. ¿Por qué no lo mató? Porque Kei es lindo, y tiene planeado algo. Usa un parche en su ojo derecho y tiene cicatrices en su rostro. Es una guerrera, pero no tiene honor. Le gusta ver sufrir a los débiles, y ver a Kei llorando la hace sonreír.

Nadie juzga sus acciones, pues en ese mundo, es normal que el fuerte se aproveche de los débiles.

—N-no lo sé. A-apenas llegué a este mundo.

—Tsk. ¡Maldito inferior!

—¡Uwaaaah!

Lo toma fuertemente del cuello y lo levanta.

—¡Perdedor!

Kei intenta respirar, pero no puede. Se está ahogando. Si sigue así, morirá. Solamente le quedan 8 puntos de vida.

Pero afortunadamente, una de las niñas intentó ayudarlo.

—¡D-déjalo!

La niña con el cabello blanco intenta ayudar a Kei.

—¡No es su culpa! ¡Déjalo, por favor!

La mujer chasquea la lengua y suelta a Kei, que cae al suelo e intenta recuperar el aliento lo más rápido posible.

—No lo necesitamos.

Kei intenta recuperar el aire y la niña intenta ayudarlo, ofreciéndole su mano.

—¿E-estás bien?

—N-no lo sé... No lo sé.

Kei está sufriendo por sus heridas, pero intenta soportarlo.

Observa a las mujeres a su alrededor. Todas lo están mirando con expresiones de asco y odio. Hay algunas Elfas y semihumanas, especies que Kei consideraba amables por las historias de fantasía que leía, pero incluso ellas lo miran con asco.

—Este lugar es raro... Gracias por la ayuda. Mi nombre es Kei.

—M-mi nombre es Charlotte.

La Reina y una mujer con armadura se acercan a Kei.

—Por favor, acompaña a Mik. Ella te explicará lo que pasará contigo.

—S-sí... Y perdón por el inconveniente, señorita. Yo no sé por qué...

—Sí, sí, no me interesa. Adiós.

—Ay.

Kei y Mik, la mujer con armadura, salen del salón. Kei no sabe lo que le pasará, pero tiene la esperanza de que le consigan un trabajo o que lo devuelvan a su mundo.

—¿Qué pasará conmigo? ¿Me regresarán a mi...? No, no es posible... Yo ya estoy muerto... ¿Me darán una habitación y viviré aquí?

—¿Vivir aquí?

Mik comienza a reír fuertemente, asustando más a Kei, que se detiene.

—¿Un inferior viviendo aquí? ¡Que gracioso!

—B-bueno, me conformo con dormir en las calles

—Duerme.

Kei recibe un fuerte golpe en la cabeza y cae al suelo inconsciente. Mik lo golpeó con su codo.

—Maldito inferior.

Kei perdió casi todos sus puntos de vida, solo le queda uno, solo un punto de vida. Nadie se imaginaría que gracias a ese único punto, el futuro sufriría un gran cambio.

Kei se despierta en un calabozo, y lo primero que ve, son cadáveres.

Hay cadáveres a su alrededor, cadáveres de niños pequeños. Los cuerpos más recientes tienen claras marcas de golpes, maltrato físico. Fueron golpeados hasta la muerte por cierta persona, son piedad alguna, y como hay herramientas de tortura en todas partes, no murieron rápido. La persona que hizo tal barbaridad se tomó su tiempo.

—¿Eh? ¡¿Eh?! ¡¿Q-qué es esto?!

Comenzó a vomitar al ver eso. El olor de los cadáveres era insoportable, pero Kei lo estaba ignorando porque el shock emocional fue demasiado. Vomitó por lo que estaba viendo. Cuerpos en descomposición, sin ojos, quemados, machacados, con las tripas por fuera, etcétera.

Era la primera vez que Kei veía un cadáver asesinado en la vida real, y había más de 20 cuerpos en el lugar.

Sus ojos se llenaron de lágrimas e inmediatamente quiso correr lejos de ahí.

Intentó escapar, pero cayó al suelo cuando intentó correr.

Su pierna derecha está encadenada.

—¿Q-qué? ¿Me encerraron? ¡¡Ayuda!! ¡¡Yo no cometí ningún crimen!! ¡¡Quiero ver a un abogado!! ¡¡Soy inocente!! ¡¡Yo no tengo la culpa de no haber recibido ninguna habilidad única o magia!! ¡¡Fue un error de su Diosa, no mío...!

Se tapó la boca, al darse cuenta de que insultó a la Diosa de este mundo y que posiblemente sí exista.

—¡¡O-olviden eso último, lo dije por error!! ¡¡Solo estoy asustado!! ¡¡Ayuda, por favor!!

Pasos se escuchan y Kei se arrodilla y junta sus manos, suplicando piedad, para que le tengan lástima.

La mujer con el parche entra al calabozo.

—Ya despertaste, inferior.

—H-hola, señorita. B-buenas noches o días. ¿Q-qué está pasando?

—Como eres un inútil, no nos sirves. Por eso me voy a divertir un poco contigo.

—¿D-divertirte?

Se acerca demasiado a él y le sonríe.

Kei está temblando de miedo. Considerando su entorno y situación, sabe que él podría ser la siguiente víctima de esa mujer.

—¿Q-qué quieres de mí? ¡Te daré lo que sea, pero no me mates, por favor!

—Me gustan los niños lindos.

—... ¿Qué?- Dijo, asqueado, pensando en lo peor.

Le da una lamida a la mejilla de Kei y él se pone completamente rojo. Su timidez lo hizo ponerse nervioso, pero también sintió asco, pues llegó a la conclusión de que esa mujer es una pedófila que quiere abusar sexualmente de él.

—¡E-estás enferma!

—Sí, lo estoy. ¿Y qué?

—¡M-mentalmente tengo 87 años, no soy un niño pequeño, mejor mátame!- Dijo Kei, pues prefiere morir, que ser violado y morir.

—Eres como las hadas, podrás ser un viejo, pero pareces un pequeño niño. Eso no lo hace menos divertido.

—¡¡Nooooooo!!

Intenta quitarle la ropa a Kei y él se retuerce para evitarlo.

—¡N-no, por favor! ¡No te conozco! ¡Déjame! ¡¡Ayuda, por favor!! ¡¡Me quieren violar!! ¡No lo hagas, por favor, no quiero perder mi virginidad de esta manera!

—¿Tan viejo y sigues virgen? ¡Hahahahahaha!

—¡Dios me hizo feo, no me culpes! ¡¡Ayuda, por favor!!

—Nadie te escuchará, estás en mi casa. La Reina te vendió y yo te compré.

—¡¿Qué mierda?! ¡¿Esa "perra" me vendió?! ¡No tiene derecho de venderme, no soy de su propiedad! ¡Ella no es mi Reina, yo vivo en un país democrático! ¡¡"Reina de mierdaaaaaaaaa"!!

—¡Cállate!

Le da un golpe en la cara a Kei y su nariz comenzó a sangrar, excitando a esa mujer.

—¡Ahhhhhhhhh!

—Vaya, realmente eres muy lindo.

Ella comenzó a lamer la sangre de Kei, mientras su sangre se combina con sus lágrimas.

—Ten piedad, por favor. Tan solo mátame.

Kei comenzó a llorar más que antes, al perder la esperanza.

—Eres mío ahora. Acepta tu destino y cállate.

Lamió las lágrimas de Kei.

—Delicioso. Sigamos con la diversión... ¿Eh?

Kei, desesperado, intentó morderle el cuello para salvarse, pero no le hizo ningún rasguño a su cuello, como si su cuello fuera de metal o de algún material altamente resistente.

—Fufu. Patético.

—A-al menos no moriré sin haberme defendido.

Le quita la camisa a Kei y comienza a acariciar su cuerpo, que antes estaba marcado con músculos, pero ahora solo es un cuerpo debilucho.

Kei cierra fuertemente los ojos, aceptando su cruel destino.

—Eres muy lindo...

De repente, inesperadamente ella cae al suelo, inconsciente. ¿Por qué se desmayó? Posiblemente el culpable sea el dardo que tiene en su cabeza. Alguien le lanzó ese dardo y penetró su piel.

¿Quién lo habrá lanzado? Pues...

—¿Eh? ¿Q-qué?

Y sus salvadoras, las que lo salvaron de morir torturado, entraron.

Charlotte entra al calabozo, junto con la niña con la piel morena.

Dos simples niñas nuevas en este mundo, lograron infiltrarse en la casa, derrotarla y salvar a Kei. ¿Acaso eso es lógico? No realmente, pero a Kei no le importa si es lógico o no, pues su cuerpo se llenó de esperanza y alegría por haber sido salvado.

—Kei, vamos a salvarte.

Kei sonrió lleno de felicidad, y ahora sus lágrimas ya no son de tristeza, son de alegría.

—¡G-gracias! ¡Mis héroes!

Usando sus puños, la niña morena rompe las cadenas sin ningún problema, como si fuera lo más normal del mundo que una pequeña niña pudiera hacer eso.

Kei se sorprendió muchísimo, pero ella no, pues ya estaba acostumbrada, pues siempre había sido muy fuerte, porque en su mundo se debe ser fuerte para sobrevivir, incluso a una muy corta edad.

—Tu pierna está liberada.

—¡G-gracias, señorita...! ¿C-cómo te llamas?

—Me llamo Bandia.

—¡Gracias, Bandia! ¡¿Usaron magia para derrotarla?! ¡¿Ya aprendieron a usarla! ¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡Que envidia!

—Sí, es mi magia especial. Puedo crear venenos y antídotos. Utilicé un tranquilizante para derrotarla.- Dijo Charlotte.

—¡Han salvado mi virginidad, que planeo entregársela al amor de mi vida cuando la conozca! ¡Gracias...! Pero, ¿q-qué hago ahora? ¡No tengo magia y posiblemente me maten si me encuentra esta loca cuando despierte! ¡"Vale verga la vida"!

—Nosotras trabajamos para la Reina, no podemos ayudarte mucho, lo siento. Pero toma, esto te servirá.

Le entregan una pequeña bolsa con monedas.

—Es dinero. Escapa de aquí y vete lo más lejos posible.

—¡Corre, no tienes mucho tiempo!- Dijo Bandia, empujando a Kei por la espalda.

Kei miró el dinero y se limpió las lágrimas, para después levantar la mirada con determinación, pues sabe que el miedo no le servirá para sobrevivir, mucho menos la cobardía.

—Supongo que mi vida cambió... Gracias por todo. Muchas gracias, nunca olvidaré lo que hicieron por mí, aunque no sé cómo lo hicieron. Gracias.

Kei sale corriendo del calabozo, sin mirar atrás, dejando solas a las niñas, que sonrieron y se miraron entre sí.

—¿Estará bien?- Dijo Charlotte.

—Sí... Eso espero.- Dijo Bandia.

Miró a la mujer que intentó matar a Kei y entrecerró los ojos.

—Este mundo es tan cruel con los hombres. ¿Por qué?

Y la respuesta a esa pregunta es tan ridícula, que nadie lo creería.

Respuesta que pronto llegará a Kei.

Mientras Kei escapa de la ciudad, escondido en una caja de un comerciante que amablemente aceptó ayudarlo a salir, Nia y su madre están llorando juntas. La policía les informó sobre la muerte de Kei. Fue tan repentino, que Nia se negaba a creerlo, pero cuando escuchó la historia, se sintió muy culpable.

—¡Hermano!

Se siente culpable porque ella fue la que envió a Kei a comprar esa bebida energética. "¡Si tan solo no hubiera hecho trampa". "¡¿Por qué le pedí a Kei que me comprara eso?!" "¡Lo siento, Kei, lo siento mucho!" Su mente está llena de esos pensamientos de culpa, aunque no fue realmente su culpa. Kei murió salvando a una mujer, fue su decisión.

—Lo siento tanto. Kei murió como un héroe. Era un chico admirable. No cualquiera habría hecho lo mismo.- Dijo un policía.

Está intentando consolarlas, pero no funcionó.

—¡Mi hermano debe estar vivo! ¡No puede estar muerto!

—Lo siento, señorita.

Después de enterarse de la muerte de Kei, sus compañeros de clase y los miembros del club de natación, asistieron a su funeral.

Varios lloraron su muerte, pues era un chico amable y bueno con todos. Nadie lo odiaba, solo unos pocos idiotas porque Kei no permitía que se burlen de él y se defendía con violencia. El capitán del club de natación fue el que lloró más, pues su mejor amigo había muerto.

Nia se deprimió por esa noticia. Ella no perdió un hermano, perdió a su primer amor... Pero algo dentro de ella le decía que Kei seguía vivo. Era imposible, pero ella quería creerlo.

—Hermano... Hermano...

(Pov- Kei.)

¡Uwaaaah! ¡Este mundo está podrido! ¡¿Por qué todas las mujeres quieren secuestrarme o violarme?!

¡Apenas me las arreglé para escapar de esta ciudad, y ahora tengo que dormir en un bosque peligroso porque los caminos están llenos de bandidas violadoras!

Ah, desearía que el comerciante que me ayudó a salir de la ciudad me hubiera ayudado más, como llevarme a otra ciudad o algo así, pero comprendo su miedo, pues mi petición fue bastante extraña.

Ay... No quiero perder mi virginidad sin amor. ¡Ahhhhhhhh! ¡Un oso!

Me subí lo más rápido que pude a un árbol, y afortunadamente el oso me ignoró y siguió su camino.

¡¡¿Qué mierda le pasa a este mundo?!!

Ah... Respira, Kei, respira... "Puta madre".

Varias mujeres intentaron secuestrarme en la ciudad, pero era salvado por aventureras, y esas mismas aventureras me acariciaban el trasero y la entrepierna, con la excusa de que estaban recibiendo su pago por salvarme.

¡Muchísimas mujeres querían abusar de un pequeño niño como yo! ¡Este mundo me da tanto asco!

¿E-en serio esto es normal? Que asco.

... No quiero estar aquí.

—Extraño mi mundo seguro.

Nia, tía, Cris... Tantas cosas que perdí... Ya no puedo volver, ya estoy muerto en mi mundo original, no puedo regresar.

Lo siento por dejarlas solas, Nia, tía, lo siento tanto... Gracias por todo lo que hicieron por mí. Fui muy feliz con ustedes.

—Debo comenzar una nueva vida... Pero...

No sé si pueda... No lo sé.

Por ahora, me alejaré de esta ciudad. Iré a un pueblo o algo por el estilo. Necesito un trabajo para poder tener comida en mi estómago.

Saqué una manzana de mi bolsillo (regalo del comerciante) y le di una mordida.

Ah... Soy tan insignificante para la Reina, que no creo que me busque, y no soy tan idiota como para gritar que soy un héroe fallido. Reina, espero que me deje vivir, no la molestaré, pues me gusta estar vivo.

—Diosa Fravi, ¿por qué no me diste magia?

No es justo. ¿Tanto odias a los hombres? ¿Por qué?

—Ah... Que mundo tan extraño.

—Un pequeño pueblo.

Con el dinero, Kei compró ropa nueva. Ahora está usando un pantalón negro, una camisa blanca y zapatos blancos. Quería verse más "normal". Su conjunto de ropa es demasiado normal, no resalta nada, perfecto para iniciar una nueva vida en un pueblo pequeño.

Después de caminar por 3 días, llegó a un pueblo, que se encontraba muy lejos de la Capital. Durante su viaje, hombres amables le ayudaron. Kei viajó con ellos en carruajes de manera relativamente segura, pues ellos tenían aventureras protegiéndolos. "Los hombres en este mundo son muy buenos". Pensó Kei, al ver las acciones que los hombres de este mundo hacían por él, un desconocido.

Empezó a caminar por el pueblo, con la esperanza de que nadie intente hacerle daño.

—No hay electricidad en este mundo, pero están muy avanzados. Aunque sigue siendo medieval.

Hay baños y escuelas. La medicina mágica está muy avanzada y las fábricas trabajan con magia. Este mundo sigue siendo medieval, pero es bastante moderno de cierta manera.

Saca dos monedas de oro de su bolsillo.

—Es todo lo que me queda... Una moneda de oro vale 10 Frak, la moneda de este país... Y una comida completa vale 5 Frak... Debo desayunar... Y debo conseguir un empleo. Ah, espero que no haya tanto desempleo.

—Vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí?

Dos mujeres se paran frente a él. Las mujeres tienen enormes pechos que sorprenden a Kei por sus tamaños gigantescos, aunque no eran tan grandes como los de la Reina, y sus enormes pezones eran visibles a la vista, poniendo muy rojo a Kei, que inmediatamente desvió la mirada.

Además, son muy hermosas, provocando que el lado tímido de Kei saliera.

Pechos grandes y mujeres hermosas. Un patrón que Kei detectó en este mundo.

—Hola, lindo.

—H-hola, señoritas.

—¿Te perdiste?

—No precisamente.

—Oh, estás rojo.

—Tan lindo.

—¡¿L-l-l-lindo?!

Una de ellas le acarició la mejilla a Kei, logrando que el cuerpo de Kei tiemble mucho y no sepa cómo reaccionar.

Sabe que es peligroso, que ellas podrían secuestrarlo o hacerle daño, pero los pechos de esas mujeres son tan enormes, al igual que sus pezones, que Kei se distrae mucho al recordarlos y no puede evitar dar algunas miradas.

Y como el adolescente saludable que es, al menos en mente, lo que tiene entre las piernas se emocionó más que él y era bastante obvio.

Ellas se dieron cuenta de eso e intercambiaron miradas, sonriéndose mutuamente, pues acaban de encontrar un tesoro bastante único: un chico que siente lujuria.

—¿Por qué no vienes con nosotras? Te divertirás.- Dijo una de ellas, mientras acariciaba la entrepierna de Kei.

—¿Eh? ¡¿Eh?!

Las personas, testigos de lo que sucedía, no hacían nada. A las mujeres no les importaba, solo los hombres sentían lástima por él, pero son tan cobardes que solo desvían la mirada y fingen que no vieron eso.

Pero solo una persona en el lugar dio un paso adelante para ayudarlo.

—¡Dejen a ese joven en paz! ¡Él es un niño pequeño, enfermas!

Un apestoso vagabundo, con una ropa que tiene más agujeros que tela, se acerca a ellos.

Al verlo, las expresiones de las chicas se volvieron agresivas, mostrando lo que realmente son: unas psicópatas.

–Tsk.

—Asqueroso.

Toman fuertemente del brazo a Kei, lastimándolo al jarlarlo.

—¡M-me duele...! ¿Eh? ¿Q-q-qué hacen?

—¡Ven con nosotras, mocoso!

—¡Muévete!

—¡¿Eh?! ¡No otra vez! ¡¿Todas las mujeres tienen fetiches con los feos como yo?!

Durante su viaje, mujeres intentaron secuestrarlo, pero gracias a su buena suerte, siempre logró escapar.

Escondiéndose en los arbustos, en árboles, siendo salvado por aventureras. Kei logró escapar siempre... Aunque esas aventureras querían cobrarle el favor que le hicieron con ciertas peticiones no aptas para menores, y Kei tenía que escapar de ellas también. Lo curioso es que, cuando él se iba corriendo y ellas intentaban ir por él, un monstruo aparecía y ellas se quedaban a pelear, dándole tiempo suficiente a Kei para escapar de ellas.

Le pasó más de 23 veces. ¿Coincidencia? O, tal vez...

—¡Dejen a ese inocente joven, pervertidas!

El vagabundo se dirige corriendo hacia ellas, sin miedo alguno.

—¡Aléjate, asqueroso! ¡Esfera de fuego!- Dijeron al mismo tiempo.

Extienden sus manos y esferas de fuego salen de sus manos, dirigiéndose hacia él, mientras el ritmo cardíaco de Kei aumentaba, pero no por el miedo, sino por la emoción.

—¡G-genial!

Kei es de otro mundo, de un mundo sin magia, es por eso que no está acostumbrado a la magia, es por eso que se emociona muchísimo al ver magia tan básica y débil como esa.

Sí, las chicas eran débiles, pero seguían siendo dos mujeres contra un hombre, en un mundo en donde los hombres no sirven para nada. ¿El vagabundo saldrá con vida de esta situación? Por supuesto. ¿Por qué? Porque él es superior a ellas, y por mucho.

El vagabundo esquiva las esferas de fuego sin problema alguno, saltando a una gran altura, y en el aire crea una plataforma negra con magia en sus pies, y cuando está cayendo, salta nuevamente, usando esa misteriosa plataforma como base sólida, lo que le permite aumentar su velocidad.

Aterriza frente a ellas, inmediatamente salta de nuevo, recupera a Kei abrazándolo con su brazo y se aleja corriendo. Todo eso en menos de un segundo, sin darle tiempo a las chicas de comprender lo que acaba de pasar.

—¡¿Eh?! ¡¿Magia de velocidad o de rayo?! ¡No sé lo que hizo, pero fue genial! ¡En un parpadeo saltó y apareció frente a mí! ¡Eres muy rápido, señor! ¡Creí que todos los hombres seríamos basura en este mundo! ¡Acepta a este humilde plebeyo como su aprendiz, por favor! ¡Soy bueno limpiando!

—Me llamo Zius.

—Me llamo Kei. Mucho gusto en conocerlo. Gracias por salvarme. ¡Sí, mi virginidad está a salvo!

—¿Cuántas veces te he salvado? Creo que 24 veces.

—¿Eh? ¿De qué está hablando? Apenas lo conozco. Creo que me está confundiendo con alguien más.

—Kei Edna, mi nombre es Zius, y soy un Dios... Bueno, lo era.

—¿Eh...? ¡¿Un Dios?!