Chereads / El Protector De Maran / Chapter 16 - Capítulo 15:

Chapter 16 - Capítulo 15:

Shanex y su grupo habían llegado a una nueva ciudad, el héroe estaba intranquilo y cada vez que miraba a Leanorah recordaba lo que había visto la noche anterior, provocando que se le acelerase el corazón para que instantes más tarde el pinchazo en este volviera.

—Hoy preguntaremos cómo están yendo las cosas por aquí, si hay problemas los solucionaremos, y recordad preguntar por los falsos héroes, tal vez aquí sepan algo —informó Bardisen, tomando el papel de líder después de ver que Shanex actuaba de forma extraña—. Yo iré a la taberna, vosotros preguntad por ahí.

—¿No sería mejor que los tres nos separáramos? —preguntó Leanorah, viendo fallos en el plan del guerrero.

—En cuanto a obtención de información sería lo óptimo, pero tu eres maga, si por un casual te atacaran estarías en problemas, es mejor que Shanex te cubra —justificó Bardisen para conseguir que sus amigos fueran juntos.

—¿Y por qué yo en vez de ti? Se me da bien tanto la magia como el cuerpo a cuerpo, vosotros dos haríais mejor combinación ya que solo sois buenos en uno de esos aspectos —preguntó el héroe, despertando en el guerrero un fuerte deseo homicida dirigido hacia él, que pudo contener mientras daba una explicación al mismo tiempo que sonreía.

Para su suerte, sus dos amigos no pusieron ninguna queja más a la poco elaborada excusa que había contado y se separaron.

Bardisen no tardó mucho en llegar a la taberna, el sitio estaba lleno de personas y bullicio; el guerrero se acercó a la barra y se apoyó en ella, llamando la atención del tabernero, un hombre simple con rasgos tan comunes que resultaba poco memorable.

—¿Qué desea? —preguntó el hombre, esperando para comenzar a servir la comanda de Bardisen enseguida.

—Quería preguntarle si había escuchado algún rumor por aquí.

El tabernero miró hacia los lados para comprobar quién había oído lo que Bardisen había dicho, a continuación se acercó con mirada de complicidad al guerrero.

—Verá amigo, en esta ciudad odian bastante a la gente que hace ese tipo de preguntas, y más todavía quienes las responden —informó el tabernero mientras hacia un sutil gesto con la mano para que Bardisen le pagara la información. El guerrero sacó una pequeña bolsa llena de Bamen y pidió una cerveza para que nadie se diera cuenta de que estaba sobornando al tabernero—. ¡Marchando una cervecita fresquita! —gritó eufórico, este no tardó ni siquiera un minuto en poner la bebida delante del chico y acercarse para hablar con él—. Verás, Maya tiene una hija de catorce años y…

—¿Las tropas del Jeval la han secuestrado? —interrumpió el guerrero, sacando conclusiones precipitadas.

—Peor —respondió el hombre con cara seria, haciendo que Bardisen tragara saliva.

—¿El mismo Jeval?

Bardisen se había asustado solo de pensar que el rey de los monstruos había estado en ese lugar solo para raptar a una niña.

—No, alguien se la ha preñado —refutó el hombre, rompiendo toda la tensión que habían creado las conclusiones del guerrero.

—¿¡Cómo que una niña embarazada!? —preguntó Bardisen, indignado por el rumor que le había contado el tabernero.

—Lo sé, pobre chiquilla, seguro que un cerdo se aprovechó de ella y…

—No me refería a eso, te pregunté por rumores ¿Qué tontería me cuentas?

—Que una niña se quede embarazada no es una tontería —indicó el tabernero, mirando a Bardisen con desaprobación.

—No, claro que no, pero no era lo que buscaba ¿No me puedes contar algo sobre el Jeval?¿No hay monstruos asolando las zonas cercanas? —preguntó, intentando que el tabernero dejara de juzgarlo con la mirada y comenzara a contarle algo que de verdad le interesara en lugar de cotilleos de barrio que cualquier persona lo suficiente cotilla podría haberle dicho solo con acercarse a la zona mercantil.

—¡Ah! Entonces asumo que vienes aquí en busca de fama y fortuna cazando monstruos ¿No? —preguntó retóricamente el tabernero—. Siento decírtelo, pero los monstruos de este lugar están bajo control gracias al gremio de cazadores de monstruos, si quieres unirte a ellos puedes intentarlo, pero he oído que reciben muchas solicitudes y se han vuelto excesivamente selectivos respecto a sus comienzos cuando aceptaban a cualquiera que tuviera el valor o la estupidez suficiente como para enfrentarse a los monstruos.

—¿El gremio de cazadores de monstruos? —preguntó el guerrero, curioso por ser la primera vez en toda su vida que escuchaba de la existencia de ese gremio.

—Verás, hace 30 años este lugar estaba siendo constantemente asaltado por monstruos, normalmente solo destrozaban los cultivos, destrozaban edificios o robaban lo que podían, pero también hubo ocasiones en las que secuestraban o mataban a los habitantes, los ciudadanos estaban aterrados y aunque muchos intentaron huir todos eran interceptados por los monstruos y obligados a volver a entrar, al final, las únicas personas que atravesaban las puertas de la ciudad eran los visitantes, quienes no volvían a salir nunca más —explicó el tabernero, tratando de poner en situación al chico para proceder a explicarle el origen del gremio—. Uno de estos visitantes se trató de nada más y nada menos que de Ice Wolf Noriko.

—Espera, ¿Ice Wolf Noriko? —exclamó Bardisen, sorprendido y entusiasmado por lo que le estaba contando el tabernero.

—Veo que la conoces, bueno, era obvio que ibas a conocerla, es una leyenda al fin y al cabo —comentó el hombre, antes de proseguir con la historia—. En ese momento, Noriko había empezado su viaje hacía un par de meses, no voy a negar que era una novata, pero a sus 16 años ya poseía una gran fuerza, a decir verdad, creo que sigue siendo la persona más poderosa que he visto a lo largo de mi vida, y gracias a ello eliminó a la mayor parte de los monstruos peligrosos que nos acosaban; la ciudad estaba agradecida y quería construir un monumento en su honor, sin embargo, Noriko se negó rotundamente, y dijo "Si queréis agradecerme lo que he hecho hoy, convertiros en buenos guerreros que puedan defender su propia ciudad". Noriko se fue, y la gente de la ciudad creó el gremio de los cazadores de monstruos; un lugar dedicado a enseñar a los que estuvieran dispuestos a ello todo lo que había que saber sobre los monstruos, sus debilidades y cómo aprovecharse de ellas, poco a poco esto fue evolucionando y ahora no solo se dedican a proteger nuestra ciudad, sino que también viajan lejos para ayudar a las ciudades vecinas como Noriko hizo en su momento.

A pesar de que la historia había sido muy simple y el tabernero no había dado muchos detalles, Bardisen estaba emocionado y se sentía tan agradecido por escucharla como por poder conocer a alguien que había visto a Noriko, una de las muchas personas que admiraba, en persona.

—¿Cómo era Noriko?¿Llegaste a hablar con ella?¿Cómo peleaba?¿Llegaste a ver los lobos?

Bardisen empezó a bombardear al tabernero con sus preguntas, en ese momento el guerrero ya no estaba controlando su tono de voz y todos en la taberna podían escuchar a la perfección lo que estaba hablando con el tabernero, muchos de los clientes pasaron por completo de él, mientras que otros se reían por lo bajo, la mayoría mujeres, por lo adorable que les parecía que el chico se entusiasmara tanto por una historia antigua de su ciudad; solo unos pocos se acercaron a él para hablar junto al tabernero sobre Noriko.

—Si me preguntas a mí, Noriko era claramente superior a Lakko, a diferencia de él, que nació marcado para ser un héroe, ella se hizo a sí misma, su fuerza y poder venían de entrenar duro, de fortalecerse y aprender con cada combate, ella fue y es un ejemplo a seguir, una muestra de que puedes ser el héroe legendario destinado a destruir al Jeval sin ni siquiera haber nacido para ello —comentó uno de los hombres que se habían acercado para hablar sobre Noriko.

—Pero ella no mató al Jeval ¿Cómo…

—Da igual que nunca llegara a matar al Jeval, puede que nuestra ciudad la salvara mediante fuerza bruta y poder, pero años después volví a verla en una ciudad al Oeste de aquí, estaba siendo sitiada por un monstruo que se proclamaba comandante del Jeval y sus tropas; Noriko se enfrentó sola a todos, sus movimientos ya no eran los de una novata que dependía totalmente de su fuerza, en ese momento era una maestra de las espadas y acababa con sus enemigos sin ningún problema, cortándolos grácilmente mientras avanzaba a través de ellos, y usando los lobos únicamente en el momento de enfrentarse al comandante; sin duda, aquel monstruo era terrorífico y poseía un inmenso poder, pero, antes de que ninguno de los presentes pudiera siquiera pensar en la posibilidad de que Noriko perdiera, ella acabó con el monstruo y se fue sin decir nada —explicó el mismo hombre, defendiendo su punto de vista sobre Noriko—. Además estoy seguro de que no usó todo lo que tenía, aunque todo el mundo dice lo contrario y que Noriko se aprovechó de que el comandante estaba confiado en su poder y pensaba que ella era una debilucha en la que no necesitaba usar ni una décima parte de su poder para ser capaz de acabar con él en un suspiro.

—¡Tonterías! —gritaron todos los allí presentes, incluido Bardisen, indignados porque desprestigiaran tanto las capacidades de la chica.

—¡Exacto! Simplemente tenían envidia de que una chica tan joven y sin ningún privilegio de nacimiento fuera mejor que su legendario Lakko —añadió el hombre, indignándose junto al resto—. Hablando de héroes ¿Habéis escuchado la noticia? El nuevo héroe ha empezado su viaje para enfrentarse al Jeval ¿Cómo se llamaba?

—Shanex —contestó Bardisen inmediatamente, recibiendo las miradas de todos con los que estaba hablando en ese momento.

—Sí, me suena que era algo así, en fin, he oído que todo a lo largo de su vida se lo ha pagado el gobierno, es decir, nosotros con nuestros impuestos ¿No os parece una vergüenza?

De repente la conversación se centró en criticar a Shanex y al gobierno por lo que había hecho, muchas de las quejas de los allí presentes se centraban en que para mantener el gremio en pie ellos tenían que trabajar duro y donar todo lo que podían porque el gobierno se negaba en convertir el gremio en un organismo oficial del Estado y financiarlo a pesar de que había hecho mucho más por el reino que el héroe que llevaba más de 20 años viviendo con todos los lujos que quería sin levantar un solo dedo para proteger a nadie; Bardisen quería defender a su amigo en todo momento, pero, al mismo tiempo compartía parte de las opiniones y críticas que estaban diciendo, unidas a unas cuantas cosas que pensaba solo por haber conocido a Shanex desde hacía tanto tiempo. Finalmente, el guerrero se decantó por el lado del tabernero y sus clientes, y comenzó a criticar al héroe sin exponer su cercanía con él.

—Muy bonito —dijo alguien de repente, interrumpiendo la conversación de los borrachos y el guerrero.

Bardisen reconoció enseguida la voz de Shanex detrás de él; el guerrero se dio la vuelta enseguida, el héroe y Leanorah estaban mirándolo, Shanex enfadado y Leanorah decepcionada por el comportamiento del chico. Shanex se fue antes de que Bardisen pudiera dar una explicación, dejando a la maga mirando indecisa si ir con él o quedarse con su otro amigo.

Bardisen fue corriendo a la entrada de la taberna, y Leanorah hizo lo mismo; Shanex había desaparecido por completo, dejando al guerrero con un sentimiento de culpa que se hacía cada vez más fuerte.

—Norah, yo…

—No tienes que disculparte conmigo, vamos, fijo que no se ha ido muy lejos —interrumpió la maga, iniciando el camino hacia donde habían dejado aparcado el carruaje, todas sus cosas estaban allí, así que suponía que era el lugar al que el chico había ido.

Cuando los dos chicos iban a llegar al carruaje escucharon un potente estruendo que provenía de detrás de ellos, provocando que la gente comenzara a gritar y a correr en la dirección contraria; inmediatamente Bardisen y Leanorah trataron de divisar qué era lo que había provocado el fuerte ruido y por qué la gente estaba corriendo despavorida. Uno de los muros de la ciudad había sido destruido por un gran monstruo con apariencia de lagarto, poseía cuernos de cabra y pinchos por toda su columna vertebral, a parte carecía de patas posteriores y en su lugar tenía un par de alas en las que se apoyaba como si fuera un murciélago.

—¿Qué es esa cosa? —preguntó Leanorah, aterrada por el tamaño del monstruo que había empezado a destruir todo a su paso.

—No lo sé, pero tenemos que hacer algo.

Bardisen fue corriendo en dirección al monstruo, dejando a Leanorah atrás, quien no era capaz de decidirse entre ir a ayudarlo, y, probablemente morir o escapar al igual que hacían todos los demás.

El guerrero avanzaba a toda velocidad por las calles de la ciudad, mirando a su alrededor por si acaso había alguna persona sepultada bajo los escombros de los edificios que el monstruo había derrumbado tanto con su cuerpo como con las bolas de fuego que había empezado a lanzar.

—¡Ayuda!

A pesar de los gritos de miedo y sufrimiento de los ciudadanos que seguían corriendo despavoridos por la calle, Bardisen pudo escuchar el grito de auxilio de una chica en un edificio con la puerta totalmente bloqueada y el piso superior completamente en llamas.

—¿¡Hay alguien ahí!? —gritó el guerrero, acercándose a la puerta para comprobar si el grito de verdad provenía de ese edificio o simplemente lo había escuchado mal; enseguida, volvió a recibir la respuesta de una chica—. ¡Aparta de la puerta!

Bardisen sacó su espada y esperó hasta escuchar el aviso de la chica de que ya se había alejado lo suficiente. El guerrero colocó su espada delante de él y puso la mano en el filo, mientras cerraba los ojos para concentrarse.

—¡Imbuement Aura! —gritó el chico, abriendo los ojos de nuevo. Poco a poco el filo de la espada comenzó a brillar mientras se extendía como si se tratara de un líquido por el resto del arma hasta llegar a la empuñadura, donde continuó avanzando por el cuerpo de Bardisen, volviéndolo un ser humanoide completamente blanco.

Bardisen efectuó un tajo hacia la puerta, al principio parecía que no había ocurrido nada, pero en cuanto enfundó la espada, volvió a su aspecto normal y la zona que rodeaba la puerta se cayó hacia delante dejando un agujero cuadrado por el que se podía pasar perfectamente; el guerrero entró rápidamente sin pensárselo dos veces y cogió a la chica en brazos para sacarla enseguida del edificio, el cuál se derrumbó poco después de salir, casi dejándolos sepultados dentro.

—¡Muchas gracias! —gritó la chica, abrazándose al cuello del guerrero, antes de que este la dejara en el suelo para que escapara del lugar cuanto antes. Bardisen continuó su camino, ayudando a quien podía durante él, hasta que finalmente llegó hasta su objetivo.

A pesar de lo pequeño que era el guerrero en comparación con el monstruo, este miró directamente hacia él y agachó la cabeza para mirarlo de cerca, mostrando al chico una enorme cicatriz que atravesaba su ojo izquierdo, dejándolo ciego de este, y las marcas de un mordisco en el cuello.

—¿Quién eres humano? —preguntó el monstruo, sorprendiendo a Bardisen por el hecho de que hablara.

—Soy Bardisen, soy un guerrero que acompaña al héroe y…

—No me interesais ni tú ni el héroe, traedme a Noriko si no queréis que siga destruyendo esta estúpida e inútil ciudad —interrumpió el monstruo, perdiendo el interés por lo que el guerrero intentaba decirle.

—¿Por qué quieres que te traigamos a Noriko? —preguntó el chico, esperando que el monstruo se dignara a contestarle.

—Hace 30 años esa chica mató a mi familia, me dejó medio ciego y me dio por muerto, desde entonces he estado haciéndome más fuerte y más grande con el fin de vengarme de ella; ahora, traedmela si no queréis sufrir las consecuencias —explicó el monstruo, subiendo la cabeza de nuevo, dando por finalizada la conversación con el guerrero.

—¡No podemos traerte a Noriko, no sabemos dónde está! —gritó el chico para que el monstruo lo pudiera escuchar.

—¡Mientes! —gritó el monstruo, tras bajar la cabeza de nuevo, provocando una gran ola de viento que tiró hacia atrás al guerrero—. ¡Me han dicho que Noriko estaba en la ciudad en la que me arrebató todo lo que quería! —gritó de nuevo, volviendo a empujar hacia atrás todo lo que tenía delante de su boca.

Bardisen se levantó dolorido por los golpes que había recibido, tanto por ser empujado contra el suelo como por los objetos que lo habían golpeado durante la segunda vez que el monstruo gritó; el chico se acercó de nuevo al monstruo y lo miró directamente a los ojos para demostrarle que no le tenía miedo.

—¿Quién te lo ha dicho?

—Se lo he dicho yo —dijo una voz masculina y grave, provocando que el monstruo volviera a levantar la cabeza y comenzara a mirar al vacío, esperando a que Noriko apareciese para poder matarla. De repente otro monstruo apareció delante de Bardisen, este era un humanoide de cerca de dos metros, todo su cuerpo estaba cubierto por escamas verdes, su cara, a pesar de poseer dos enormes cuernos que sobresalían de su frente y los ojos completamente rojos, era la de un humano; a su espalda tenía un par de alas compuestas por membranas que poseían una extensión afilada y punzante de su esqueleto en cada extremo. Bardisen no lo vio a simple vista, pero en cuanto el monstruo se movió un poco pudo ver que también tenía una larga cola de serpiente.

—¿Qui-quién eres? —preguntó el chico, aterrado por la simple presencia de ese monstruo, cosa que no entendía por qué le estaba pasando.

—Mi nombre es Ysslan, soy el Jeval —contestó el monstruo, mostrando que en su boca tenía grandes y afilados colmillos.

Bardisen inmediatamente sacó su espada para confrontar a Ysslan, pero, antes de que pudiera moverse para efectuar un solo golpe, el Jeval lo había agarrado por la pierna con su cola y suspendido en el aire.

Enseguida, el monstruo comenzó a golpearlo contra el suelo, cuando se cansó volvió a mantenerlo levantado en el aire, la cabeza de Bardisen estaba sangrando por culpa de los golpes, pero el chico seguía agarrando con fuerza su espada, esperando al momento idóneo para atacar y acabar finalmente con su enemigo. El Jeval acercó al guerrero a él, a una distancia perfecta para que el chico pudiera cortarle la cabeza con solo un movimiento de brazo, pero, en el momento en el que efectuó el tajo que liberaría al mundo del Jeval, Ysslan lo detuvo colocando el dedo índice delante del ataque.

—He escuchado que viajas con el héroe, la verdad es que no pareces gran cosa, se nota que eres un campesino, tal vez si te hubieras quedado en tu estúpido pueblo ahora mismo no estarías a punto de morir.

Bardisen soltó la espada dejando que cayera al suelo, las palabras del Jeval unidas a la impotencia que sentía porque hubiera detenido su ataque con un solo dedo fueron suficientes para hundirlo moralmente y que perdiera las ganas de pelear, resignándose a morir en ese mismo momento.

—Rayo veloz que todo lo atraviesas, pulveriza a mis enemigos ¡Deception Volt!

Ysslan divisó enseguida a Leanorah a su derecha e inmediatamente colocó a Bardisen entre él y el hechizo que la chica había lanzado, buscando usar al guerrero como escudo humano, para su sorpresa, el conjuro de electricidad que la chica había lanzado atravesó a Bardisen e inmediatamente algo lo golpeó en el brazo derecho, empujándolo hacia atrás al mismo tiempo que lo electrocutaba y hacía que soltara a su rehén.

La Leanorah que había visto desapareció a continuación, y una nueva había aparecido justo del lugar del que había recibido el golpe; el monstruo tardó unos segundos en levantarse de nuevo, el hechizo le había hecho algo de daño, pero no había sido muy distinto a recibir un golpe en el brazo.

—¿Y tú quién…

Antes de que el Jeval pudiera preguntarle a Leanorah quién era, Shanex apareció de la nada e intentó cortarle la cabeza, desgraciadamente, Ysslan se apartó a tiempo y pudo evitarlo.

—Vaya, os gusta ir directos al grano ¿Eh? Al menos podríais tener la decencia de presentaros antes de intentar cortarme la cabeza —se quejó el monstruo, como si los chicos tuvieran la obligación de respetar a su rival.

—No necesito presentarme ante un monstruo —contestó Shanex—. Luz Divina que todo lo revela, guíame para poner fin a mis enemigos —dijo a continuación, provocando que un círculo mágico apareciera debajo del Jeval—. ¡Moonlight Torrent!

Un pilar de luz cubrió por completo el cuerpo del Jeval provocando que este comenzara a gritar de dolor, los minutos pasaban y tanto el conjuro del héroe como los gritos de sufrimiento de Ysslan continuaban, mientras tanto, el monstruo que había comenzado a destruir la ciudad permanecía completamente quieto, como si lo que estuviera pasando entre el Jeval y el grupo del héroe no tuviera nada que ver con él; Shanex y Leanorah se dieron cuenta de eso y por ello en lugar de buscar acabar con él, fueron primero a socorrer a su amigo.

—Naturaleza soberana que a todo le das vida, sana a mis aliados ¡Heal! —gritó Leanorah, haciendo que un aura de color verde rodeara el cuerpo de Bardisen, curando todas las heridas de su cuerpo, sin embargo, Bardisen seguía tirado en el suelo como si no pudiera moverse—. Bardisen ¿Estás…

—Norah, eso puede esperar —dijo Shanex, intentando alertar a su amiga, el hechizo que había lanzado al Jeval se había detenido, y a pesar de que tenía graves quemaduras por todo el cuerpo y echaba humo, Ysslan seguía con vida y miraba con odio a los héroes.

—¡Curse of vulnerability! —gritó el Jeval, obviando por completo la mitad del hechizo; un aura púrpura cubrió por completo el cuerpo de Shanex, haciendo que el chico se cayera al suelo de rodillas al mismo tiempo que sentía que algo le estaba quitando las fuerzas—. Tuvisteis que haber seguido atacando hasta aseguraros de mi muerte, ahora yo voy a acabar con vosotros ¡Obliteration Blast! —explicó, antes de conjurar un círculo mágico delante de él que envió un rayo de luz púrpura contra sus enemigos.

El rayo de luz cubrió por completo al grupo del héroe, mientras el simple contacto con esa luz provocaba que sintieran como si su cuerpo se estuviera quemando, no podían evitar pensar en todo lo que habían vivido hasta llegar a ese momento y en cómo todo había sido inútil, cayendo en un estado de ánimo similar al que había tenido Bardisen desde que el Jeval lo había llamado campesino.