A lo largo de los años, la humanidad siempre ha visto nacer a personas especiales que superan todas nuestras expectativas, esas personas nos dejan una impresión tan grande que acabamos llamándolos leyendas y escribimos sus hazañas en piedras para que todos las conozcan.
Aun así, quienes han tenido la oportunidad de conocerlos en persona y acompañarlos en sus travesías son relativamente pocos. Por suerte, yo he tenido el honor de ser uno de ellos.
Con mis propios ojos vi crecer a las personas que cambiaron nuestro mundo, aquellos a los que consideramos las leyendas más grandes de todos los tiempos. Ésta es su historia, e, igual que muchas historias que ustedes ya conocen, ésta inicio de la forma más humilde posible, en una pequeña villa llamada: Riverwood.
Riverwood, está rodeada por un extenso bosque llamado Woodrow, un lugar popular entre los trece reinos por su carne de jabalí salvaje —animal que podías encontrarlo en el bosque— y también por sus bebidas tradicionales de ceiba, una bebida a base de la savia de los árboles, y es aquí, en este bosque, donde comienza nuestra historia.
Ese día en particular el bosque estaba siendo perturbado por una competencia que el Señor Arthur Hall —Señor de Riverwood— había propuesto a los lugareños, ¿el motivo? La conmemoración del fin de la guerra contra "Los Antiguos", la festividad más importante de los trece reinos, todas las personas sin excepción tenían la obligación de celebrar este día: ¡Era un decreto real!
La competencia consistía en capturar al jabalí más grande que pudieran encontrar en la profundidad del bosque para el banquete de la noche, una vez capturado, se tenían que presentar la presa al Señor Arthur y sus invitados, quienes fungen como jueces en la competencia.
En este momento la competencia ya está por terminar, más de la mitad de los participantes han regresado a la villa con su presa, solo unos cuantos permanecían en el bosque, entre ellos el hijo del Señor Arthur, un cazador de nombre Edwin, dos jóvenes piratas, quienes habían llegado a la villa junto con su padre para vender sus productos, pues eran vendedores ambulantes, entre otros.
En la villa se vivía un ambiente festivo, los músicos tocaban sin parar mientras que las bailarinas danzaban al son de la música acompañados de los lugareños que danzaban con sus parejas, de repente una de las bailarinas sube al estrado donde se encontraban los jueces y empieza a inquirirles, pues la bailarina había tomado el papel de anfitriona del evento.
—Damas y caballeros con ustedes Señor Arthur Hall señor de Riverwood —Comentó la bailarina—. Señor Arthur, entiendo que su hijo está participando en la competencia, ¿no es así?
—Así es, Edwin mi muchacho es un gran cazador.
—Claramente podemos ver cuán orgulloso está de él como su padre, ¿verdad? —pregunta la bailarina al público, quienes responden soltando una pequeña risa, en eso la bailarina hace una nueva pregunta al Señor Arthur—. ¿cree que su hijo se alzara con la victoria?
—No puedo garantizarlo —dijo—. Pero tengo fe en mi hijo.
—No dudamos de eso, ahora nuestra siguiente juez o he de decir jueza, ella es la dueña de la taberna: Blue Bird, y según me han contado por ahí, la dueña de muchos corazones rotos, damas y caballeros con ustedes Mary Blue —cuando la bailarina presento a Mary varios hombres empezaron a chiflar, Mary por su parte solo sonrió al público—. Señorita Mary, ¿qué características tiene que tener el jabalí para ser considerado como ganador? ¿solo importa el tamaño?
—El tamaño es una parte clave para tener buenos puntos, pero si quieren ser el vencedor también deben enfocarse en el color de la piel del jabalí, cuanto más rojiza sea mejor sabor tendrá la carne.
—Ya veo, esperemos que los participantes que aún están cazando tengan eso en cuenta, y ahora damas y caballeros, la última jueza que nos acompaña el día de hoy, ella es la capitana de una flota categoría dos, su familia pertenece a uno de los trece Ducados, ella es: Lady. Violet Vandergate.
Tras escuchar su nombre el público empezó a aplaudir de tal forma que el sonido de los aplausos opaco a los músicos, no siempre se tenía la oportunidad de estar cerca de un familiar perteneciente a los trece Ducados, ante tal gesto, Violet se puso de pie y saludó al público.
—Lady. Violet —continuó la bailarina— como la excelente pirata que eres ¿qué nos podrías decir respecto a los dos jóvenes piratas que han entrado a una competencia destinada mayormente a la raza de los cazadores?
—Obviamente todos los presentes conocemos a la perfección a la raza de los cazadores y de lo que son capaces de hacer, sin embargo, nunca subestimaría a la raza de los piratas, siempre tenemos uno que otro as bajo la manga.
—¡Así se habla! Hay que demostrar ese orgullo por nuestra raza —exclamó la bailarina, quien también pertenecía a la raza de los piratas—. Ya hemos escuchado las opiniones de los jueces, solo resta esperar a que termine la competencia y según el reloj de arena queda poco tiempo para que eso suceda, ¿quién se llevará la victoria?
Mientras que en la villa los aldeanos festejaban a lo grande, el resto de competidores hacía lo posible para conseguir la mejor presa posible, entre ellos los dos jóvenes piratas que daban lo mejor de sí en una competencia catalogada para la raza de los cazadores o eso parecía que hacían, ya que en un momento dado pasaron de ser el cazador a ser la presa.
En aquél preciso momento, un joven de unos diecisiete años, cabello rojizo y buen físico, corría con todas sus fuerzas por el bosque, ¡era perseguido por un jabalí rey que triplicaba su tamaño! El chico ya llevaba un buen tiempo corriéndose de aquel animal, ya estaba a punto de caer rendido.
—¡Jayden! ¿Dónde estás? Esto ya no es gracioso —exclamó, justo a tiempo para oír una voz familiar.
—¡Salta con todas tus fuerzas en treinta segundos!
El joven, sin dudarlo, siguió las instrucciones, pero al descender tropezó con una rama de árbol y cayó al suelo. En eso se oyó un terrible estruendo, el joven creyendo que iba a morir se cubrió el rostro con sus manos y gritó:
—¡Ay! ¡Mis huesos! ¡Mis huesos!
—Ja, ja, ja ¿de qué huesos estás hablando? —El joven abrió los ojos. Se trataba de su hermano mayor, más alto que el, de pelo negro y un rostro que reflejaba su astucia, y tras él vio al jabalí, que había caído en una trampa.
—¡Tú! —Le gritó— ¡me engañaste! Dijiste que no habría ningún problema.
—Vamos cálmate, no pasó nada, ¿ves? ya está, lo hemos atrapado.
—¡Ja! Te recuerdo que fui yo quien estuvo a punto de ser aplastado por esa bestia.
—No te preocupes, lo tenía todo calculado. Además, tú te ofreciste de cebo.
—La próxima vez, tú serás el cebo y yo idearé el plan.
—Claro, no hay problema. Vamos, ayúdame a sacarlo de ese hoyo, tenemos que trasladarlo a la villa lo antes posible, nos estamos quedando sin tiempo.
—¿Cómo piensas trasladarlo? Estamos hablando de un jabalí rey, es enorme.
—Sencillo, solo hay que sacarlo del hoyo.
—¿Eh? ¿Estás loco?
—No.
—Pero, si lo sacamos volverá a atacarnos.
—Tranquilo tengo un plan, tu solo has lo que digo.
—Está bien, pero si me muero será tu culpa —exclamó el hermano menor.
Mientras tanto en la villa, el hijo del Señor Arthur, Edwin Hall, hacía su aparición, junto a él, sus compañeros de cacería, ellos habían logrado cazar un jabalí de buen tamaño logrando así impresionar a toda la villa hasta el punto de que los lugareños ya lo clamaban como ganador, sin embargo, ni la anfitriona ni los jurados —es decir, la bailarina, Violet y Mary— daban por terminada la competencia, aún quedaba tiempo y ellas respetarían eso.
Y fue gracias a esa decisión que los hermanos lograron llegar a la villa, aunque su entrada fue todo menos pacífica ya que ambos estaban montados en el enorme jabalí que corría a toda velocidad hacia la entrada de la villa, lugar donde esperaban los lugareños y los jueces a los participantes, cuando los lugareños observaron esto, se apartaron de inmediato de en medio del camino, por otro lado los músicos aumentaron el ritmo ya que el tiempo se agotaba, de igual forma las bailarinas aumentaron el ritmo al son de la música.
La anfitriona al observar que la bestia no bajaba el ritmo exclamó a voz en cuello:
—¡No se detienen!
Violet fue la primera en reaccionar, ella es una gran pirata por lo que le fue sencillo crear un enorme escudo que supera su estatura —que era unos ciento setenta centímetros— con un grosor lo suficientemente ancho como para detener a tal animal, y así fue, aunque el impacto hizo retroceder a Violet unos diez metro antes de que el animal cayera muerto, probablemente por haberse fracturado el cráneo al impactar con el escudo, en cuanto a los hermanos, ellos salieron disparados en el aire al instante en que la bestia colisionó con el escudo, sin embargo, la anfitriona salto en el momento justo para atrapar a los dos jóvenes en el aire.
En cuanto el jabalí rey cayó los músicos dejaron de tocar y al mismo tiempo el último grano de arena había caído dando por finalizado el evento. Los lugareños quedaron asombrados por lo que habían visto, primero los asombro el enorme animal que tenían enfrente de ellos y por supuesto, la forma tan rápida en que actuó Violet, los piratas tienen la habilidad de crear objetos con tan solo pensar en ellos, pero la forma tan rápida en que Violet creo tan inmenso escudo era simplemente de admirar.
La bailarina coloca a los chicos en el suelo y tal como si de su madre se tratase empezó a reprenderlos:
—¿¡Qué diablos estaban pensando!? —Les gritó— pudieron lastimar a alguien, incluso podrían haber muerto.
—Para que conste fue su idea —respondió de la forma más natural el hermano menor mientras señalaba con el dedo a su hermano mayor.
—Que rápido vendes a tu propio hermano —comentó el hermano mayor con cierta decepción en su rostro.
—No importa de quien fuera la idea, ambos la llevaron a cabo.
—Era la única forma que teníamos de trasladar al jabalí hasta aquí, aún no están completos nuestros tatuajes, además tenía la certeza de que, de una u otra forma, alguien haría lo posible para detener al jabalí —respondió el hermano mayor mientras mostraba una sonrisa llena de picardía.
Aunque lo que recibió como respuesta fue un golpe en su cabeza de parte de la anfitriona, en eso Violet se acercó al grupo y dijo:
—Es suficiente Lisa —dirigiéndose a la anfitriona—. Seguro que los chicos lamentan lo que hicieron, además nadie salió herido, podemos decir que su arriesgado plan tuvo éxito.
Ambos hermanos empezaron a sonreír ante tal comentario, para ellos fue un gran cumplido, más viniendo de Violet Vandergate.
—Está bien, pero no lo vuelvan hacer ¿de acuerdo?
—No lo volveremos hacer, lo prometemos, nos comportaremos bien —respondieron ambos hermanos en unísono, aunque su tono fue más a una respuesta programada al ser reprendidos que a una disculpa sincera—.
Al notarlo, Lisa golpeó a ambos hermanos en la cabeza.
—Ja, ja, ja —rio Violet— a pesar de que sus tatuajes no están completos hicieron un gran trabajo, un jabalí rey, es impresionante, creo que tenemos un ganador, ¿qué les parece Mary, Lisa, Señor Arthur?
—Estoy de acuerdo —respondió Lisa— es el jabalí más grande que encontrarás entre los participantes.
—Sí, además de eso su pelaje es de un color rojo oscuro, es lo mejor de lo mejor —agregó Mary.
Sin embargo, Señor Arthur no estaba del todo feliz, él había arreglado la competencia un día antes para asegurarse de que su hijo ganara y de que recibiera el trofeo de parte de Violet, de esa forma él y su familia ganarían una buena reputación entre los lugareños de Riverwood, pero al ver tal aplastante derrota y como sus planes no se dieron, exclamó enfurecido:
—¡Trampa! ¡Ellos hicieron trampa!