Vera entra a la oficina más feliz que un pájaro en un día soleado, con varios papeles en las manos y los arroja sobre el escritorio de Thiago, quien levanta las cejas sin entender qué son esas hojas con las fotos de Aline en posesión de Vera.
— ¿Qué significa eso? – pregunta Thiago, confundido.
— Les presento a Aline Buarque de Melo. — Responde Vera, señalando la foto donde aparece Aline en un retrato familiar con un hermoso vestido rojo, parece muy vieja, pero el rostro es el mismo — La única heredera viva del Buarque de Melo... Hija del gran juez Alceu Buarque de Melo
— ¿Has estado investigando el pasado de Aline, aunque te lo prohíba? – pregunta Thiago, molesto.
— Sí — responde Vera, ignorando la irritación de Thiago. Señala otra hoja: — Necesitas ver esto aquí: Vivía muy bien con sus padres hasta que su hermano murió accidentalmente en una colisión entre el auto en el que estaba y el muro de contención. Desapareció incluso antes del funeral de su hermano... ¿No crees que es extraño que simplemente desapareciera y ahora aparezca aquí?
— No veo ninguna relación – afirma Thiago — ¿Puedes darme una buena razón para hacer algo en contra de mi voluntad?
— Creo que ella tiene la culpa de la muerte de su propio hermano — dispara Vera, emocionada — Durante la investigación, la pericia concluyó que no conducía Eduardo Buarque de Melo, sino otra persona y el mismo día ingresó alguien de la familia. a una clínica privada y luego desapareció... Entonces se descartó la hipótesis de que alguien anduviera con Eduardo y concluyeron la investigación diciendo que él mismo cometió el accidente...
—¿Y eso qué tiene que ver con nosotros? – pregunta Thiago.
— ¡Que podrías estar encubriendo a una asesina, Thiago! – exclama Vera. —¡Imagina lo sucio que será esto para ti y para todos nosotros!
—¿Es esa la verdadera razón? – pregunta Thiago, desconfiado de las intenciones de Vera.
— Razón única — Vera mentes. En el fondo, ella sabe que la razón por la que hizo esto fue porque Aline no cedió a su manipulación, ni siquiera en el último enfrentamiento que tuvieron cuando Aline se fue riendo cuando le preguntaron a dónde iría cuando todos se fueran. Esa fue la gota que colmó el vaso y Aline merece pagar. —Estamos en peligro real aquí. Ella es capaz de cualquier cosa...
— No me lo creo — se niega Thiago, tirando las sábanas sobre la mesa — Sin duda se fue, porque no soportaba vivir sin su hermano. Estoy seguro de que tiene una buena explicación para eso.
—Entonces tráela aquí y arreglemos esto. - sugiere Vera.
—No. —replica Thiago, poniéndose de pie —Es su vida y si Aline quiere hablar... Lo hará cuando quiera.
—Está bien, acepta Vera, molesta tomando los papeles del escritorio de Thiago — Solo recuerda que traté de advertirte cuando secuestra a Malú.
— ¿Por qué secuestraría a Malú?
— Sabe que vamos a viajar a la caravana y con toda la libertad que ha adquirido desde que llegó... Seguramente ya debe haber trazado un hermoso plan de escape — responde Vera. — Y apuesto a que desaparecerá como lo hizo cuando mató a su hermano... Solo que esta vez se llevará a Malú con ella... Para siempre.
—Basta de suposiciones, Vera. - Thiago, irritado— No tienes pruebas para confirmar tus acusaciones, así que detente. Y no quiero que sigas hurgando en la vida de Aline, ¿entendido?
—Como queiras. - Responde Vera, seria. Se siente aliviada de haber salvado la carta de triunfo que faltaba para hacer desaparecer a Aline para siempre... Ya que Thiago está tan hechizado por Aline — De ahora en adelante, solo hablaré de la campaña.
— Perfecto. Como ya había preguntado – refuerza Thiago.
Vera se sienta frente al candidato sin decir nada. Por mucho que no quisiera admitirlo, sus palabras impregnaron su mente.
***
Aline camina por el hermoso jardín de Almeida cuando finalmente llega Ricardo para otra sesión con Malú. Sonríe sorprendido de encontrar a alguien con una camiseta de una banda de rock en esa casa llena de gente sofisticada. Ricardo se acerca a la tía de Malú, quien mantiene una expresión seria frente a la logopeda.
— Buenas tardes. — saluda Ricardo emocionado.
— Buenas tardes. — Contesta Aline con cara de pocas amigas.
— Mi nombre es Ricardo. — continúa el doctor, tratando de entablar una conversación. Pero él solo asiente levemente: —Sabes, este es el momento en que dices tu nombre.
— Mi nombre es Aline, soy la tía de María Luisa... La nieta, no la todopoderosa. – respondió cruzando los brazos.
— Tendría que bañarse en formol para ser tía del 'Todapoderosa'. – suelta Ricardo tratando de hacer reír a Aline, pero no lo consigue — Eres una Almeida.
— Ni mucho menos — niega Aline, molesta. Si tuviera madera cerca, la habría golpeado tres veces.
— Tía materna...? – pregunta Ricardo. No recuerda haber visto el nombre de Aline en ninguna historia de Malú.
—Soy la tía considerada de Malú. – explica Aline — Yo soy… Yo era la mejor amiga de su mamá y criamos a Malú juntas… Y no, no éramos pareja, ya que adivinar no es su fuerte.
— Está bien… Lo siento por las pelotas. Ha pasado mucho tiempo desde que conocí a una mujer tan misteriosa como tú.
—Muy bien, discípulo de don Juan. ¿Y quien es usted? ¿Un reportero? ¿Un espía para el dúo de víboras?
— Como dije, mi nombre es Ricardo, soy el logopeda de Malú.
— ¡¿Entonces tú eres el tipo que impide que Malú siga adelante?! ¿Eres tú el que le está prohibiendo a Malú aprender Libras? - acusa Aline molesta prácticamente tirándose encima de Ricardo con el dedo pinchando el traje del chico.
—¿Como es? – pregunta Ricardo, sorprendido por las acusaciones. —Oye, cálmate, no es nada de eso.
— ¡¿Ah no?! Gracioso, porque su padre me dijo exactamente eso. - Reclama Aline, valiente.
— Disculpe, pero el señor Thiago le está mintiendo. De hecho, soy uno de los mayores motivadores para que Maria Luíza encuentre otras formas de comunicación además del habla.
— Es imposible. ¿Por qué mentiría al respecto? – pregunta Aline, incrédula ante las palabras del doctor.
— La respuesta es bastante simple. No quiere admitir que es posible que Malú nunca vuelva a hablar.
— Porque admitir eso significa que fracasó — completa Aline, solo para sí misma. —Y si falla, ella nunca lo aceptará. Y gano...
— Bueno, tengo que entrar y empezar la sesión, antes de que doña María se presente y se queje de mi tardanza – comenta Ricardo alejándose — Fue un placer conocerte.
—Espera – pide Aline, haciendo que el phono se detenga a la mitad – Entonces estás a favor de que Malú aprenda Libras, ¿no?
— Sí definitivamente.
— Excelente. Entonces me ayudarás a convencer a Malú de eso.
***
Malú se ajusta el flequillo que por fin le empieza a salir, además de que ya le toca casi los lóbulos de las orejas, lo que la deja satisfecha, al menos una cosa es ir por buen camino entre tantas otras. Se vuelve hacia el gran reloj del pasillo para confirmar que Ricardo llega tarde cuando el fono y su tía entran riendo a la mansión.
— Hola, Malú – Aline sonriendo.
—¿Qué está pasando aquí? - pregunta la joven con seriedad.
—Malu, hoy nuestra sesión será afuera. – advierte Ricardo, emocionado.
—¿Por qué ahí fuera?
— Porque el día está hermoso. — responde Ricardo — Y también porque hablé con tu tía de algunas cosas y quiero hablar contigo. ¿Lo haremos?
—Estoy segura de que te gustará. – Garantía Aline.
—Todo bien.
Los tres caminan hacia el quiosco de música, donde se sientan con la joven a conversar. Ricardo se endereza y comienza a hablar:
— Entonces, Malú, sé que te invitaron a formar parte de un grupo de aprendizaje de Libras, ¿verdad?
"En realidad, fui rechazada por el grupo".
—¿Entonces te prohibieron unirte al grupo? – pregunta Ricardo.
— Lo que pasó fue que la coordinadora rechazó a Malú porque no había vacantes, pero su psicóloga decidió volver a hablar para conseguir la vacante. – aclara Aline.
"Por cierto, ni siquiera quería ser parte de eso, y mucho menos aprender Libras"
—Malú, ¿por qué dices eso? – pregunta el teléfono.
"Simple, pronto volveré a hablar. Por eso estás aquí, ¿verdad?"
— Malú, estoy aquí para evitar que tu condición empeore o se vuelva irreversible. - explica Ricardo.
—Creemos que será mejor que seas parte del grupo Libra. – Sugiere Aline.
"No entiendo. ¿Por qué quieres que haga Libras, cuando voy a hablar de nuevo?" Malú escribe nerviosa. ¿A qué pretenden con esa conversación?, piensa la joven.
— Malú… – comienza Aline, sopesando sus palabras.
"¿No volveré a hablar? ¿Es eso?", pregunta Malú, sorprendida.
—No lo sabemos. - responde Aline.
"¿No vuelvo a hablar, Ricardo?", pregunta Malú entre lágrimas.
—No hay forma de saberlo, Malú. –Ricardo responde —Tu foto tiene más que ver con tu sicología. Lo que creo es que esa presión puede estar afectando su evolución en el tratamiento. Lo mejor que puedes hacer es intentar no centrarte tanto en volver a hablar y dejar que las cosas sucedan con naturalidad.
"Entonces, ¿qué sugieres?", pregunta Malú, seria.
—Aprende Libras. - responde Ricardo al observar la negativa de Malú.
—Considera esa opción si realmente quieres que tu vida vuelva a la normalidad. – pregunta Aline tocando a la joven.
— Malú, no tiene nada de malo que aprendas Libras. Permítete aventurarte en este otro mundo y déjate sorprender.
"Si decido aprender Libras, todavía falta la parte donde el coordinador no me quiere".
— Tal vez su negativa tenga que ver con el hecho de que no quieres estar allí — sugiere Ricardo — Si quieres unirte a este grupo, tienes que demostrar que eres real.
"¿Y cómo voy a hacer eso?"
— ¿Quieres unirte al grupo? – pregunta Aline.
"Está bien, quiero hacerlo. Ahora dime, ¿cómo hago para unirme a este grupo?"
— Tendrás que aprender a hablar en Libras — responde Ricardo.
"¿En serio? Si la idea es unirse al grupo de aprendizaje solo por eso..."
—No es aprender todo. Pero aprende lo básico y enséñaselo al coordinador – explica Aline.
"Está bien. Ahora solo necesito encontrar a alguien que pueda enseñarme"
— Por suerte para ti, ya encontramos a esa persona — revela Ricardo, emocionado.
"¿En serio? ¿Y quién sería?"
— Yo — responde Ricardo — Por supuesto que te enseñaré lo básico, pero será suficiente para demostrar que estás dispuesto a aprender Libras.
"Todo bien. ¿Cuándo empezamos?", pregunta Malú.
— ¿Que tal ahora? – pregunta Ricardo, emocionado.
"Genial" responde Malú pensativa. Si esta idea realmente funciona, finalmente le mostrará a Benjamin de lo que es capaz.
***
Las risas del trío dan un aire alegre al jardín de la mansión, mientras Malú intenta por décima vez dar la señal que Ricardo le enseñó a hacer. Todo lo que necesitaba era esa señal para tener una conversación básica con Benjamin y demostrar que merece estar en ese grupo. Levanta las manos, haciendo los movimientos lentamente siendo observada de cerca por ellas. Tan pronto como Ricardo termina mirando a Aline y los dos comienzan a aplaudir felices, finalmente Malú acertó.
— Ahora solo tienes que demostrarle que lo aprendiste por tu cuenta — dice Ricardo.
—Mañana tendrá una sorpresa—comenta Aline sonriendo.
— Buenas tardes – saluda Thiago acercándose — Aline me gustaría hablar contigo, arreglar algunas cosas antes de viajar esta noche, ¿podemos?
— Por supuesto — responde Aline, levantándose — Ya vuelvo.
Camina junto a Thiago en silencio. Cuando ya están muy cerca de la entrada de la mansión, Aline se vuelve hacia Thiago que está de mal humor:
— ¿Qué hace aquí el doctor Ricardo con Malú? Las sesiones se realizan en el interior precisamente para que el ambiente no interfiera en tu tratamiento.
— Lo sé, pero Ricardo aún no ha empezado la sesión con Malú... Sólo le estaba enseñando Libras.
— ¿Libras? ¿Significa eso que en lugar de tratar a mi hija, está enseñando libras durante sus horas de trabajo? – pregunta Thiago, molesto mirando su reloj.
—Si te preocupan sus horas extras, debes saber que las pagaré yo mismo. - explica Aline.
— No me preocupa eso, sino Malú. Estás perdiendo su tiempo con... Eso. Mi hija debería estar buscando su recuperación y no aprendiendo Libras. Por no hablar de que ya habíamos hablado de ello. – recuerda Thiago.
— Sí, y dijiste que necesitábamos el aval de Ricardo para que pudiera aprender, ¿recuerdas?
— Perfectamente — responde Thiago cruzando los brazos.
—Él no solo aprobó, decidió ayudarnos. – comenta Aline con una leve sonrisa en los labios — ¿A menos que esto sea un problema para ti?
—¿Cómo sería eso un problema para mí? – pregunta el candidato mirando fijamente a la joven frente a él.
—Tal vez no quieras que aprenda. -sugiere Aline, encogiéndose de hombros. Está probando para ver si Thiago está realmente en contra de la idea. Si él lo confirma, entonces ella tiene razón en lo que pensaba.
— Eso es un absurdo. ¿De dónde sacaste esto? – pregunta Thiago, molesto. Aparentemente ya lo sabe todo, pero no puede dudar y confirmar las sospechas de Aline. —Me alegro de que haya cedido en tu propuesta. Espero que funcione, pero no quiero que el Doctor dedique tiempo de sesión a esto.
—Estoy de acuerdo, así que mañana llevaré a Malú al grupo de aprendizaje del que te hablé.
— Genial, ahora lo del viaje… – Thiago comienza a ajustarse el traje.
— Sé que te debe preocupar que Malú se quede aquí, pero no tienes por qué. Haré lo de siempre, la llevaré a la escuela y también a la oficina. Pasaré los informes diarios... Todo como acordamos...
— Sí, lo sé — dice Thiago, mirándose los pies. Mira hacia arriba. —Pero le dejé órdenes a Reginaldo, el chofer de mi mamá, para que los lleve a ustedes dos a donde quieran. Solo conducirás un coche cuando estés solo.
— ¿Porque estas haciendo eso? -pregunta Aline, irritada — Ese no era el trato...
— Tuve que cambiar algunas cosas… – explica Thiago, con calma.
— ¿Qué es? ¿Tienes miedo de que me escape con Malú? -pregunta Aline cruzándose de brazos con seriedad.
—No, ni siquiera había pensado en eso. Solo hice esto para protegerte... Recibí algunas amenazas al comienzo de la campaña y ahora que estaré fuera por un mes, necesito que estés a salvo... -responde Thiago. Se detiene pensativo y pregunta — ¿Quieres huir con Malú y desaparecer?
— Por supuesto que no — niega Aline, molesta.
— Espero que no te atrevas a desaparecer… Otra vez – comenta Thiago, recibiendo enigmáticamente una mirada confusa de Aline. —Tengo algunas cosas que hacer… Así que eso es todo. Dile al Doctor Ricardo que inicie la sesión.
— Está bien, le avisaré a Ricardo. – Aline está de acuerdo.
—Doctor Ricardo, Aline — corrige Thiago —Trátalo así, por favor.
—Si tiene un doctorado, seguro. – responde Aline guiñándole un ojo a Thiago.
— Aline — regaña a Thiago.
— ¿Qué pasó, señor Almeida? – pregunta Aline, acercándose al padre de Malú.
— No seas ridícula, Aline — responde Thiago, molesto.
— Tomaré esa respuesta como un sí — bromea Aline, alejándose del candidato, feliz.
Thiago la ve sentarse junto a la logopeda que le dice algo divertido haciéndola reír junto con Malú. Tiene envidia de ese momento de felicidad que no le pertenece.
— Eres divertidísimo — alaba Aline tocándole el brazo a Ricardo, mientras mira a Thiago que entró en la mansión perdiendo la provocación.
— Gracias — gracias Ricardo.
— Thiago te pidió que entraras y comenzaras la sesión — advierte Aline.
"Está bien" Malú se levantó y se dirigió hacia la mansión.
—Ricardo – llama Aline, sosteniendo el brazo del teléfono — ¿Te puedo pedir un favor?
—Por supuesto. - responde Ricardo, mirando a la mujer de cabello castaño.
—¿Puedes enseñarme Libras? Sabes, creo que eso también ayudaría a Malú a salir adelante.
— Sin duda, lo hago. – respondió Ricardo, emocionado. Esa idea ciertamente los beneficiaría a ambos y aumentaría sus posibilidades de conocer a esta mujer tan diferente.
—Y no te preocupes, pagaré las lecciones. Sólo dime cuánto. – continúa Aline, nerviosa.
— No tienes que pagarme… Mientras aceptes salir conmigo. - propone Ricardo.
—Prefiero pagar, si no te importa. – responde Aline, avergonzada — No me malinterpretes, pero no quiero más problemas con esta familia.
—¿Salir conmigo te causa algún problema? ¿Está segura? – pregunta Ricardo, confundido.
— Absolutamente. Así que será mejor que separemos lo profesional de lo personal, ¿de acuerdo?
— Todo bien. – responde Ricardo — Pero no te puedo garantizar que no te enamores de mí.
—Muy bien, don Juan. Entonces, ¿podemos comenzar la próxima semana cerrados? – pregunta Aline levantando la mano hacia Ricardo.
—Cerrado. - responde Ricardo, apretando la mano de Aline.
***
Thiago entra en su oficina y encuentra a Vera concentrada en los detalles de la campaña. Se detiene frente a su cuñada:
— Tienes carta blanca para investigar todo sobre Aline… Quiero saberlo todo.
— Con mucho gusto — responde Vera con una leve sonrisa en los labios .