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Chapter 34 - Capitulo 33

Malú camina hacia el auto estacionado siendo observada por su tía quien nota el rostro rojo de la joven. Aline abre los labios para preguntar por la sesión, pero se da por vencida, sintiendo que necesita dejar un lugar para Malú.

— ¿Esta todo bien? – pregunta Aline, tocando el rostro de Malú, quien asiente afirmativamente.

Cada uno se sienta en una esquina del auto admirando el hermoso paisaje de Curitiba. Malú, pensando en las palabras de Ariadne, mientras Aline piensa en cuánto tiempo pasará para que todo eso se convierta en un vago recuerdo. Pero mientras tanto, necesita encontrar una manera de animar a Malú y traer algo de diversión a su vida. Entonces la tía de Malú sonríe mientras busca algo en su bolso, ya sabe qué hacer.

—Reginaldo, ¿nos puedes hacer un favor? – pregunta Aline al conductor.

—Sí, señora. - responde el conductor, mirando por el espejo retrovisor.

— Pon esa memoria USB en el estéreo. Música diecinueve y en el último volumen – informa Aline entregándole el pendrive a Reginaldo.

Girls Just Want To Have Fun, de la cantante Cyndi Lauper cuida el auto haciendo sonreír a Malú. Aline sostiene un bolígrafo entre sus manos y comienza a doblar al cantante. Su actuación es extrañamente observada por el conductor. Le pasa el bolígrafo a Malú, que arriesga algunos gestos hasta que termina la canción.

—Conduce hasta el paintball más cercano. – Ordena Aline recibiendo una mirada sorprendida de Malú — Sí, necesitamos un poco de diversión.

—Señorita Aline, creo que esto no le va a gustar a la señora Almeida. – Advierte a Reginaldo.

— Déjalo a ella, lo resolveré más tarde — responde Aline, emocionada — Solo conduce al paintball... Y por supuesto, vuelve a la música.

♫Oh chicas... Quieren divertirse

Oh chicas Solo quieren divertirse♫

***

Maria Luísa ajusta elegantemente su pañuelo rojo al cuello que cae sobre su camisa de vestir blanca, a juego con su traje y falda negros, así como con unas pantimedias del mismo color. Se mira en el espejo, estudiando el uniforme de la Asociación de Las Damas de Magistrados de la que es presidenta.

Las Damas de Magistrados se ocupan de las promociones sociales y meritorias, y colaboran voluntariamente con las realizaciones comunitarias emprendidas por el respectivo Club de Magistrados. Además de cooperar y asistir a entidades filantrópicas, asistenciales y educativas; y otras obras de asistencia necesarias para la comunidad y para el bienestar de la comunidad.

La Asociación de Las Damas de Magistrados es una entidad formada, voluntariamente, por las esposas y familiares de los Magistrados, como miembros efectivos, y otras damas y damas de sociedad, en calidad de socias colaboradoras, benefactoras y de honor. En el caso de María, todas las mujeres de su familia eran integrantes de la ASM y presidentas de la Entidad. Y el objetivo de su reunión en su casa es precisamente garantizar el lugar de Malú en la ASM y también la victoria de Thiago en las elecciones. Era hora de estar a la altura de su legado.

—Están aquí. - advierte Adelaide en la puerta.

—Gracias – gracias Maria dirigiéndose hacia la puerta. Mira su reloj de pulsera, para cuando Malú y Aline ya deberían estar en casa. Se detiene frente a Adelaide y ordena — Apenas llegue Malú, pídele que pase a la sala.

—Sí, señora. - responde Adelaide, cerrando la puerta detrás de ellos.

Apenas entra al salón, encuentra a todos los representantes de la Junta Directiva, Consejos y Comités de la ASM conversando, animados. Al menos hasta que llega la matriarca, lo que hace que se queden en silencio mirando a María, que se sienta tranquila en su sillón de cuero marrón.

—Buenas tardes. - saluda María.

—Buenas tardes. - responden todos a la vez.

— Sé que todos deben tener curiosidad acerca de mi solicitud para esta Reunión — comienza María, rechazando el café que una de sus criadas les está sirviendo a todos — Como ya saben, Thiago es candidato al Senado.

— Sí, y tanto la ASM como el Magistrado Club han apoyado oficialmente al candidato. - Me recuerda a la dama pelirroja de Chanel antes de tomar un sorbo de su café. Es la vicepresidenta de la Asociación.

— Gracias por recordármelo, Silvia — gracias secamente María. —Pero necesito más que el apoyo del Magistrate Club y ASM.

—¿Más? – pregunta Silvia levantando una ceja.

— Centraremos todos nuestros esfuerzos en las elecciones de mi hijo. Cada acción realizada, cada aparición, cada trabajo... Todo está relacionado con Thiago.

— Pero así estarás violando los mandamientos de la ASM y también del Club Magistrado – contesta otra dama que luchaba para que el botón de su traje no se abriera.

—No lo soy, Denise. Incluso ¿por qué cuántas veces me has pedido apoyo para los proyectos de tu esposo? – pregunta María — Solo pido el favor. Lo que nos lleva a otro tema... Mi nieta - miradas sorprendidas miran fijamente a la matriarca sin miedo. —Por favor, no seas patética. Ya sabías muy bien de la existencia de mi nieta, hija de un caso pasajero de Thiago.

— El que sale a lo suyo, no degenera - comenta Sílvia, arrancando unas tímidas risas de las señoras.

Maria Luísa se queda en silencio mirando a cada una de las mujeres que se rieron del comentario de la vicepresidenta.

— Espero que no creas esa frase, Sylvia. A menos que tenga la intención de abrir una clínica de rehabilitación para esconder a los adictos de su familia. – comenta María, tranquila. Ella le sonríe a otro que está comiendo una galleta — Y tú, Rose, ¿qué hay de tu esposo que golpea a la esposa, quieres que esto se perpetúe para tus nueras? ¿Cuánto tiempo pasará Denise antes de que su hija intente suicidarse? Clarice, ¿cómo es tu relación con tu sobrino?

Las mujeres guardan silencio, mirando a María que sigue revelando el secreto de cada una de las allí presentes. De hecho, saben que solo están allí gracias a María y su influencia.

***

Aline y Malú se bajan del vehículo que acaba de estacionar Reginaldo. Los dos están despeinados, llenos de pintura por todo el cuerpo, incluso en el cabello, pero felices por la divertida tarde de paintball.

— Gracias, Reginaldo — agradece Aline antes de acompañar a Malú a la mansión.

Pero su alegría termina cuando encuentran a Adelaide en el salón de la mansión, nerviosa. Se acercan bajo la mirada horrorizada del ama de llaves.

— Jesús, María y José, ¿dónde estabais? - susurra la sirvienta agitando los brazos

— Después del psicólogo, decidimos ir a Paintball — responde Aline, abrazando emocionada a Malú.

—A doña María no le va a gustar nada esto —susurra Adelaide, observando el salón. Los agarra a ambos por el brazo, tirando de ellos hacia las escaleras. — Levántense pronto, antes de que los vea.

—¿Por qué estás susurrando? – pregunta Aline confundida — ¿Y qué tiene ella para vernos?

—Ella tiene una visita de las Damas de Magistrados. Vamos, sube. – pregunta Adelaide, nerviosa — Y tú, Malú, elige un lindo atuendo, porque ella pidió tu presencia.

Malú mira a la sirvienta sorprendida. ¿Por qué la abuela quiere su presencia en la habitación?

— ¿Lo que está sucediendo aquí? – pregunta María apareciendo en el pasillo. Mira a su nieta de pies a cabeza: — ¿Por qué se ven como personas sin hogar? Sabes qué, olvídalo, vámonos. - Llama a la matriarca señalando la habitación.

— Ve allí — anima Aline.

—Tú también, Aline. – comenta María, en serio.

— ¿Yo también? ¿Por qué? - Pregunta Aline siendo ignorada por Maria quien ya camina de regreso a la habitación.

Tan pronto como Malú y su tía entran a la habitación, reciben la misma mirada crítica que María, solo que diez veces más. Se detienen junto al sillón de la señora Almeida, quien toma con cuidado la mano de Malú.

— Esta es Maria Luísa Braga de Almeida, mi nieta y representa a la próxima generación de mujeres de mi familia en formar parte de la Asociación de Las Damas de Magistrados. – Presenta la matriarca arrancando aplausos de las mujeres presentes.

—¿Cuántos años tienes, jovencita? – pregunta Sylvia, curiosa.

—Dieciséis años. -responde Aline en lugar de Malú.

—Una pena, porque cuando las jóvenes de las familias del Magistrado Club cumplen quince años, asisten a nuestro Baile de Debutantes y son presentadas en sociedad. – explica Denise, fingiendo estar triste — Lástima que ya tienes dieciséis años.

—Sí, tiene dieciséis años y será presentada en el baile de debutantes de este año. – Revela María sorprendiendo a todos, en especial a Malú.

—Pero la pelota está en menos de un mes. Ya tenemos todo listo para las debutantes – comenta Sorprendida Silvia — Ni siquiera participó en los ensayos... No compartió sus datos personales... Ni siquiera tenemos un chico del Magistrado Club para ella...

— Yo se. - responde María. Toca el hombro de su nieta y continúa — Pero no te preocupes, Malú será preparada por mí y yo me encargo de todo.

—¿Pero estará lista? – pregunta Clarice, analizando a Malú de pies a cabeza.

— Es una Almeida, Clarice, nació preparada. Solo preocúpate por tu nieta y su mala conducta. – responde María, con dureza — ¿Estás de acuerdo?

—Sí... - contestan, intimidadas.

—Malú, puedes irte. – ordena María a su nieta que sale de la habitación dejando sola a Aline en medio de aquellas distinguidas señoras.

— Te presento, Aline — dice María señalando a la tía de Malú — Es la cuidadora de mi nieta.

— ¿Ella también será parte de la ASM? – pregunta Sylvia nerviosa.

— No, pero tiene una idea que puede ayudar a mi hijo a crecer en investigación y la ayudaremos. – responde María, mirando a Aline que no tiene idea de lo que está hablando la matriarca. — Cuéntales sobre el grupo de aprendizaje de Libra que descubriste.

Aline mira a María durante mucho tiempo tratando de averiguar cómo sabe María sobre el Grupo y qué quiere con él. Respira hondo, sin importar cuáles sean las verdaderas intenciones de María, nada mejor que un grupo de damas de sociedad para ayudar al Grupo, y luego comienza a contar todo lo que sabe recibiendo miradas de interés mientras cuenta su historia.

***

Una a una, las Damas de los Magistrados se despiden de Maria Luísa y Aline. Cuando la última dama sale por la puerta, Aline se enfrenta a la matriarca con una sonrisa: lograron convencer a ASM de apoyar al grupo de Aprendizaje y convertirlo en un gran proyecto social.

—No me des las gracias —rechaza María con seriedad.

— No lo haré - responde Aline cruzando los brazos — Pero debo admitir que eres duro con la caída.

—No me convertí en presidente por nada. – dice María.

— Veamos si esto será suficiente para convencer a Thiago de que acepte insertar el proyecto en la campaña.

—Ya lo convencí de cosas peores... - comenta María tranquilamente.

— Sí, casi había olvidado que fuiste tú quien separó a Thiago de Anna. - Dispara a Aline, en serio.

— Sacrifícate por el bien mayor — responde María, mirando a Aline — No lo entenderías...

—Tampoco entiendo cómo te enteraste del grupo.

— Aline, esta es mi casa, siempre lo sé todo. Nunca lo olvides - responde María alejándose.

—Imposible de olvidar. - susurra Aline escaleras arriba.

***

Malú baja corriendo las escaleras cuando escucha el timbre del reloj, lo que indica que son las dos y media de la tarde. Tiene solo media hora para estar de vuelta en la oficina de Ariadne. Aline camina justo detrás de la joven, riéndose de la agitación de su sobrina.

—¿Adónde vas? – pregunta María entrando a la mansión casi siendo atropellada por su nieta.

— Hoy es el primer día de Malú en Grupo de Libras — explica Aline.

— Reginaldo — llama María, esperando que se acerque el chofer y luego ordena —Llévate a mi nieta y quédate ahí hasta que termines tus tareas.

—Sé que no puedo llevarte sola a la oficina. - se queja Aline.

—Pero no irás con ella hoy. - advierte María.

— ¿Porque no? - Pregunta Aline, molesta. ¿Cómo se atreve esa mujer a decir eso?

— Bueno, es bastante simple. Ahora eres representante de la campaña de mi hijo ante la ASM. – María comienza a analizar a Aline de pies a cabeza —Necesitamos mejorar tu guardarropa, así que iremos de compras… Y a la peluquería también.

—No veo la necesidad...

— Cooperación, Aline. Cooperación – comenta María entrando a la mansión.

Aline respira hondo y regresa a la mansión, dejando que Malú se vaya sola a la oficina.

***

"Eres puntual", le dice Benjamín en libras a Malú, quien está sentada en la puerta de la oficina de Ariadna.

Pasó de ayer a hoy pensando ansiosamente en cómo sería ese encuentro con Benjamín. Estaba a punto de rendirme cuando apareció en la puerta de la clínica con su bicicleta.

"Hola", escribe Malú, pateando una respuesta al mal entendido discurso de Benjamín.

"Se deben establecer algunas reglas, ya que está interesado en ser parte del grupo. Número 1" Benjamin en la tableta de Malú "No hay otras formas de comunicación además de las libras".

"Sí" lo intenta Malú en libras.

Benjamín toma la mano de Malú que se pone roja al tocarla, cierra el dedo meñique y el pulgar de la niña haciendo que se toquen y luego desliza su mano hacia abajo, corrigiendo la señal de SÍ. Luego toma sus manos entre las suyas, llevándolas por el aire:

"Número dos: Tus manos son mías ahora y harán lo que yo diga. No los recuperarás hasta que yo diga que estás listo, a partir de ahora" .