Aline se enfrenta a Vera sorprendida, no quiere creer que confió en Thiago cuando le dijo que su única intención era solo mejorar a Malú, pero la traicionaron una vez más, algo natural viniendo de los hombres de esta familia. Mientras tanto, Vera sonríe con satisfacción, logró afectar a la joven como ella quería. Y si hace lo que imaginaron las relaciones públicas, el siguiente paso será un enfrentamiento entre Aline y Thiago, poco después de que la camarera abandone la mansión y la vida de los Almeidas.
Aline pasa junto a Vera entrando una vez más en la oficina de Thiago, quien permanece concentrado en la información que le pasa la rubia. La morena se acerca enojada, golpeando la mesa con ambas manos, llamando la atención del padre de Malú, quien la mira sorprendido. Vera sigue todo desde la puerta, admirando su semilla de discordia dando sus frutos.
—Así que ese era tu plan, ¿no? – pregunta Aline con una sonrisa irónica en los labios.
— ¿Oye? – pregunta Thiago, confundido — ¿De qué estás hablando?
—Tu habilidad para seguir usando a la gente. - responde Aline con los brazos abiertos. Luego señala con el dedo al candidato — Llegaste a mi casa lleno de promesas sobre Malú, preocupado por ella, actuando como un verdadero padre y hasta dijiste que tu única condición es que yo viva en tu casa… que no quiero algo a cambio...
—Sé las cosas que te dije, Aline — interrumpe Thiago, serio.
—Pero lo que no me dijiste, sino lo que la cara de comadreja se empeñaba en decirme. —continúa Aline señalando a Vera quien de inmediato le ata la cara— Es que todo fue más un montaje de tu parte… Ibas a úsame para llevarte a Malú, bella, sana, feliz... Y tú con crédito de buen padre, buen esposo, buen candidato... Y yo me tiraría a la cuneta. Descubrí tu juego, Thiago.
— Aline, no sé las cosas que te dijo Vera… – comienza Thiago, poniéndose de pie, mientras se ajusta el traje.
—Yo no dije nada. - interrumpe Vera, acercándose. Necesita volver a jugar el juego, o toda la situación recaerá sobre ella. —Lo único que le pregunté fue adónde iría después de que ganáramos las elecciones, ¿no es así, Aline?
— Sí, preguntaste — responde Aline, seria — Entonces mi récord bajó y vi que voy a perder en esta, una vez más.
—¿Así que estás asumiendo que voy a hacerte estas cosas? – pide Thiago, frotándose la barbilla mientras observa a Vera .— Vera, por favor, déjanos en paz.
— Discúlpame, Thiago, pero creo que no es apropiado que te vayas ahora, especialmente cuando se mencionó mi nombre — Vera se niega, seria. No quiere salir de la habitación, sobre todo ahora que sabrá si el resultado será el que imaginaba.
—Ahora, Vera – refuerza Thiago señalando la puerta — Y no dejes entrar a nadie, hasta nuevo aviso.
— Como quieras, Thiago — responde Vera dándose la vuelta, no sin antes mirar a Aline de arriba abajo — Lo que sea, llámame.
— Gracias — gracias Thiago, viendo a Vera irse lentamente, tardando más de lo habitual. En cuanto escucha cerrarse la puerta, mira a Aline que aún se ve muy antipática — Siéntate, por favor.
—Estoy bien de pie. - responde Aline, cruzando los brazos.
—Lo que quieras, solo quiero que sepas que nunca te dejaré en la cuneta. - explica Thiago, sentándose.
—¿Ah, de verdad? – Pregunta Aline apoyándose en la mesa echando el torso hacia adelante acercando su rostro a unos centímetros del padre de Malú. Ella entrecierra los ojos, observando cuidadosamente cada detalle de su rostro, buscando algo que indique su mentira. — Entonces, dime, ¿qué sucede después de que termina tu campaña y eres elegido? ¿Cómo funcionará este acuerdo nuestro?
— No sé por mí mismo, estás invitado a vivir con nosotros dondequiera que vayas. – responde Thiago, con calma. Él mira a Aline y continúa: — Por lo que recuerdo, tú eras el que estaba en contra de quedarse aquí.
—Sí, y no he cambiado de opinión. Ahora estoy aún más segura de que no debí haber venido – afirma Aline, seria.
—Estoy seguro de que a mí tampoco me gusta esta situación. – revela Thiago, pasándose la mano por la cara — Pero a diferencia de ti, yo estoy pensando en Malú. Ella nos necesita, como habrás hablado con la psicóloga, Maria Luísa no es fácil de tratar y su resistencia a todo ha dificultado su progreso.
— Entiendo todo esto, pero aún siento que me quitarás a Malú – afirma Aline, alejándose — Y no me quedaré de brazos cruzados viendo cómo sucede esto.
— ¿Qué propone Aline? – pregunta Thiago, serio.
— Quiero hacer un trato — responde Aline cruzándose de brazos — Haré lo que sea para que Malú vuelva a hablar y en cuanto recupere la voz quiero que decida con quién se va a quedar: conmigo o tu.
— ¿Qué? – pregunta Thiago, sorprendido por la propuesta.
—Exactamente lo que escuchaste. No podemos vivir en esta situación para siempre, no es saludable para ninguno de los tres. Entonces quiero que la persona más involucrada en esto, Malú, decida qué es lo mejor para ella. Tendremos que respetar su elección y seguir adelante.
—¿Y qué pasa con la persona que no será elegida? – pregunta Thiago.
— Pues tendrá que aceptar las condiciones que quiere Malú. Por supuesto, puedes ver a Malú cuando quieras, pero hay que respetar lo determinado.
— Te lo propones porque sabes que Malú te elegirá a ti — alega Thiago.
—Hoy si. Segura que me elegiría a mí, pero soy justa y te ayudaré a acercarte a Malú. Así que cuando ella elija, no será porque seas un mal padre, sino porque yo soy una tía formidable. – explica Aline pronunciando la última frase con tono burlón.
—Pensaré en tu propuesta, Aline. Mientras tanto, seguirá con lo ya definido –garantiza Thiago.
—Está bien, solo piensa rápido, porque si sueño que estás tratando de superarme, actuaré. Haré todo para quedarme con Malú, todo – advierte Aline, enigmáticamente.
— Tus amenazas no me asustan, Aline — replica Thiago con una leve sonrisa.
— Esto es solo una advertencia - explica Aline dándose la vuelta y caminando hacia la puerta.
—Aline — llama Thiago. Se da la vuelta esperando que hable el candidato, que no tarda mucho —hoy hablaste de un curso de Libras para Malú, ¿no?
—Sí — responde Aline sin entender — ¿Qué pasa?
— Me niego a que Malú participe — responde Thiago, quien, como había previsto en su mente, hace que la tía de la joven se acerque, dejando salir fuego por sus fosas nasales. Levanta la mano, evitando que Aline diga nada — al menos hasta que el Dr. Ricardo tarifa.
— Dr. ¿Quién? – pregunta Aline, curiosa.
—Dr. Ricardo, logopeda de Malú. Mañana vendrá para otra sesión con ella, así que hable con él y vea si el médico está de acuerdo con eso. Estoy seguro de que no estará de acuerdo, pero eso es entre ustedes.
—¿Por qué estaría en desacuerdo?
—Porque si empieza con lecciones de libra, sin duda significará que se ha rendido y nunca será la Malú que conociste.
***
Aline sale de la oficina de Thiago, pensativa, pero para alivio del candidato, no intenta discutir, lo que indica que está de acuerdo con su opinión. El padre de Malú ya está relajado en su silla cuando María Luísa, su madre, entra a la oficina con expresión molesta. Se pasa la mano por la cara y luego mira a su madre, diciendo:
—¿Qué fue esta vez, mamá?
—¿De qué se trataba esta vez? ¡Simple, la profesora de piano de Malú renunció por teléfono! – revela Mary molesta.
— ¿Como asi? – pregunta Thiago, confundido. Luego mira a su madre, molesto — Mamá, irritaste a la maestra de Malú, ¿no? Molestaste a Jaqueline para que cediera a sus deseos, pero ella se cansó de tu presión y decidió dejar las clases, ¿no fue así?
—¡Estaba jugando a enseñar!" Esas canciones son... son...
—¿Demasiado moderno? – pregunta Thiago.
— Repugnante. – responde María con desdén — Si a Malú le interesa convertirse en músico, ten por seguro que no será con ese tipo de música. De todos modos, ahora tenemos que encontrar un profesor de música adecuado para Malú.
— Ya tengo uno en mente — comenta Thiago, sonriendo.
—¿Quién? Por favor, no seas como Jaqueline. - Pregúntale a María.
—Tu mamá. A partir de ahora, serás la profesora de piano de Malú.