Chereads / Malú / Chapter 26 - Capitulo 25

Chapter 26 - Capitulo 25

Thiago entra lentamente a la habitación de su madre y encuentra a la bella dama acostada en su cama con uno de sus brazos sobre su rostro. Camina hacia la cama, se sienta en el borde y toca levemente la mano de Maria Luísa, quien se acomoda en la cama mirando a su hijo:

—Escuché que estás indispuesta… — comenta Thiago.

— Si un poco. - admite María mirando fijamente a su hijo — ¿Me necesitas para algo?

—Quería presentarte a Aline, pero estoy bastante seguro de que tu indisposición tiene algo que ver con ella.

— En parte, sí. Deberías avisar de tu intención de traer a una completa extraña a mi casa.

—Crió a Malú junto a Anna. – explica Thiago — Y esta casa no es solo tuya, así que la traje para que se quede aquí indefinidamente.

—¿Que estás tratando de hacer' – pregunta María, molesta — ¿Estás tratando de castigarme por mis elecciones?

—No. Fue su conciencia culpable la que concluyó eso – responde Thiago.

—Yo no maté a tu Anna. – María reacciona — No me puedes culpar por eso.

—No mataste a Anna, pero mataste la oportunidad que teníamos de ser una familia feliz. Mataste todos nuestros sueños, eso es lo que hiciste. – Rebate Thiago tomándole la mano.

— Sepa que no me arrepiento de las decisiones que tomé. — confiesa María, haciendo que Thiago retire su mano de la de ella. Ella lo detiene y continúa: —Bueno, al menos tenía una vida con su hija.

— ¿Oyes lo que dice? – pregunta Thiago, irritado — ¿Qué vida tenía ella?

—Ella puede disfrutar el tiempo que pasó con su hija más de lo que podría si se quedara a tu lado. Y Malú está viva, así que no hay razón para arrepentirse de la elección que hice en el pasado.

—Te juro que trato de entenderte, mamá.

— Si te hubieras apoderado de Anna y Malú, estarían muertas. — revela María con seriedad.

—¿Y quién los mataría, mamá? – pregunta Thiago.

— Perdón por interrumpirlos a los dos – pregunta Vera en la puerta de la habitación — Thiago, tenemos que revisar tu agenda hoy, ya que tuvimos que cancelar muchas citas con patrocinadores importantes.

— Vera, ahora estoy ocupado. — responde Thiago.

—Será mejor que te vayas, hijo mío – pide María — Olvida las cosas que te dije, porque todo es pasado y los delirios de tu madre.

— Vamos, Thiago. — pide Vera.

—Hablamos de eso luego, mamá. — advierte Thiago, dándole un beso en la frente a su madre.

***

Malú se adelanta a Aline, a los tres cuartos se detiene en una puerta blanca. La joven le sonríe a Aline y luego abre la puerta mostrando la belleza de su habitación estampada en la expresión de admiración de su tía. Los dos entran y la joven se dirige hacia el muro secreto que se abre y muestra su biblioteca secreta.

—Este lugar es increíble. - alaba Aline, asombrada — Definitivamente compartiremos esta habitación.

"Alegro que te haya gustado"

—Sí, lo hice y a tu madre definitivamente también le gustaría. Así que para empezar, cenaremos abajo con toda esa buena gente – comenta Aline, con los ojos entrecerrados, indicando que está siendo irónica. —Mostrémosles que somos fuertes. ¿Todo bien?

"Sí" escribe Malú

—Bien —exclama Aline, levantándose — No quiero su habitación...

"Todo bien"

—¿Tu abuela está por aquí? -pregunta Aline, irritada.

"Sí".

—Otro en camino. - murmura Aline. Mira al resto de la habitación y pregunta mirando a Malú — ¿Dónde está el baño? Necesito bañarme.

"Te mostraré", escribe Malú, dirigiéndose hacia su tía, feliz, al menos un poco de normalidad en su vida.

***

Graziela inspecciona la mesa puesta por Adelaide, quiere que todo salga como esperaba, así que tal vez pueda calmar a Thiago. Sonríe a la criada, mientras le agradece:

—Gracias, Adelaide, puedes llamar a todos para comer ahora.

—Está bien. - responde Adelaide, saliendo del comedor.

Graziela respira hondo, sabe que está perdiendo el control de la situación y que casi extrañaría casarse con Thiago. Necesita reorganizarse, pero con la presencia de Aline en la casa, las cosas se complicarían un poco más. Tiene una idea, que si bien es arriesgada, es la única que le cuadra en ese momento. Toma tu teléfono y marca un número, presta atención a los tonos de llamada que pronto cesan, dando paso a una voz que dice:

—Sabía que me llamarías...

— Necesito ayuda. –Advierte a Graziela que escucha pasos que se acercan a ella. — Más adelante les paso los detalles. – Termina de colgar el teléfono y mira a la puerta con nerviosismo.

— Muy bien, hermanita. — alaba Vera entrando al comedor — Gran servicio.

— Como la próxima dama Almeida, necesito ser ejemplar en este tipo de recepciones. — replica Graziela, ácida.

—¿Incluso a tus enemigos? – pregunta Vera, curiosa.

—Especialmente para ellos. —responde Graziela jalando la silla para su hermana.

— Muy bien, vas por buen camino. - dice Vera sentándose.

— Muy bien. — elogia Thiago entrando en la habitación. Pasa junto a Graziela, rechazando el beso que intenta darle. Se sienta al final de la mesa y pregunta — ¿Dónde están Malú y Aline?

— Ya le pedí a Adelaide que los llamara, querido. — responde Graziela, sentándose al lado de Thiago.

No tarda mucho y Aline entra junto a Malú y no ocultan su disgusto al ver a las dos hermanas sentadas junto a Thiago. Mira a Vera y luego a Graziela y le pregunta:

— ¿Sería tan amable de ceder sus asientos a mi hija y Aline?

— ¿Cómo? – pregunta Graziela sorprendida — Siempre me siento a tu lado... ¿Por qué ahora?

— Necesito hablar de unos temas con ellas. -responde Thiago, serio.

—Por mí está bien. - responde Vera, poniéndose de pie y yendo a la silla junto a ella.

— Según las convenciones sociales… - Graziela comienza a explicar con una sonrisa nerviosa en los labios.

— Entonces quédate ahí. — interrumpe Thiago, yendo al otro extremo. Saca la silla para Malú que se sienta y luego para Aline, de mala gana, luego se sienta al otro lado de la mesa — Ya podemos cenar.

Graziela mira a Thiago, sorprendida. Después de un rato entiende que solo fue una forma de castigo por la discusión anterior. Él sonríe y sirve un poco de vino tinto, bebiendo su copa de un trago.

—Entonces, Aline. Cuéntame, ¿qué decidisteis hacer tú y Malú? – pregunta Thiago, mirando fijamente a la tía de Malú

— Mañana la llevaré a la escuela y también a la psicóloga, quiero ver qué tiene que decir sobre Malú y qué se puede hacer. Eso es todo por ahora. – responde Aline con un poco de nerviosismo. Mira la enorme mesa vacía y pregunta: —¿No debería haber más personas para cenar con nosotros?

—¿Como asi? – pregunta Thiago, confundido.

—Creo que la matriarca de la familia debería estar aquí, así como la Adelaide que nos invitó a cenar. Creo que los dos deberían estar aquí, con nosotros.

—No, querida - responde Vera sonriendo — La matriarca está indispuesta y por lo tanto no podrá asistir. Ahora sobre la criada, sepa que los sirvientes comen en la despensa y nosotros estamos aquí. Aunque estés en una línea muy fina...

— Gracias por aclararme esta duda… Cariño – responde Aline con su mejor sonrisa sarcástica — Pero no creo que te haya preguntado a ti, sino a la dueña de la casa.

—¡Adelaide! -Thiago llama en voz alta. Él mira a Aline, con leve irritación: —Si te molesta, ella cenará con nosotros esta noche.

—Cariño, a tu madre no le gustará. - interviene Graziela.

—Mi madre no está aquí. –replica Thiago. Se levanta y dice: —llamaré a Adelaide, disculpe a todos.

Graziela sigue a su prometido con la mirada, mientras Aline le sonríe a Malú. La novia de Thiago sonríe al invitada y advierte:

— Cuidado, no des un paso más grande que tu pierna.

—¿Que quieres decir con eso? -pregunta Aline con seriedad.

—Que si crees que puedes venir y hacer lo que quieras, debes saber que te cortaré las alas antes de que empieces a batirlas. –Responde Grazi imitando unas tijeras con los dedos.

— ¿Es esto una amenaza? – pregunta Aline sonriendo.

—No, eso es lo que llamamos conservar los buenos modales —responde Graziela, devolviéndole la sonrisa. — Pero tal vez María Luisa pueda enseñarte mejor.

—Gracioso, porque no me importan tus buenos modales y mucho menos me preocupa la Musaraña Mayor – responde Aline, sirviendo la comida.

—¿De verdad vas a insultar a la matriarca dentro de su casa? ¿Qué pretendes? ¿Declarar la guerra a esta familia? – pregunta Graziela, emocionada.

— La guerra se declaró hace 16 años. -Responde Aline sirviendo su copa de vino. — Solo estoy aquí para honrar a Malú ya mi amiga, cueste lo que cueste.

— Eso es lo que veremos — advierte Graziela, irritada.

— Eso es lo que veremos — repite Aline, levantando su copa hacia Graziela, sonriendo.

El resto de la cena transcurrió en silencio, nadie hizo ningún esfuerzo por iniciar un diálogo, haciendo que el ambiente de la comida fuera más pesado de lo habitual. Graziela sirve otra copa de vino, terminando la botella que solo ella bebió, bajo la mirada avergonzada de Thiago. Vera mantuvo su mirada pensativa todo el tiempo, como si estuviera tramando algo. Aline y Malú solo se sonríen. Adelaide solo juguetea con sus cubiertos, nerviosa y apresurada.

— Muchas gracias por la cena, Adelaide — gracias Aline, sonriendo — Tu comida es maravillosa.

— Gracias, doña Aline — responde orgullosa Adelaide.

—Solo Aline, por favor. –Corrige Aline. Mira a Thiago, seria —Me voy a ir, discúlpame.

— Adelaide ya te ha arreglado la habitación de invitados — advierte Thiago.

— Yo decidido que me quedo con Malú — informa Aline.

— No veo la necesidad de eso — replica Thiago. —Tenemos tantas habitaciones, además necesitas privacidad.

—Siempre compartimos la misma habitación, así que no veo ninguna razón para quedarme en otra. Además de estar aquí para estar con Malú. -Aline reacciona levantándose — ¿Nos vamos, Malú? – la joven se levanta de la mesa y camina hacia Aline quien le toca el hombro, saliendo juntas de la mesa.

— Me tengo que ir — advierte Vera, levantándose — Tengo que planear algunas cosas para la campaña. Pronto tendremos que iniciar nuestra caravana de la victoria.

— Nos vemos mañana — dice Thiago, poniéndose de pie.

—¿Vamos, hermana? – pregunta Vera mirando a Graziela que bebe su copa de vino.

— No… – Graziela se niega a dejar la taza sobre la mesa y luego señala a Thiago, borracho — Voy a dormir aquí… Con mi prometido.

—No pasa nada — responde Vera, dirigiéndose a Thiago— Es toda tuya.

Thiago se levanta de su asiento y camina hacia Graziela quien termina de beber su vaso. Él la toma del brazo, levantándola de la silla. Él pone los brazos de su novia alrededor de su cuello, luego la mira:

Te ayudaré a llevar a tu hermana a casa.

— Shhh… – Grazi poniendo sus dedos en los labios de Thiago — No quiero ir con ella… Quiero quedarme aquí contigo… – Mete la mano dentro del traje del novio, bajando muy lentamente — Pasar toda la noche contigo ... Sin dormir, por supuesto.

— Grazi, mejor vete a tu casa. Estás borracha – afirma Thiago.

— Eso nunca te detuvo antes — recuerda Grazi besando el cuello de Thiago.

— Grazi, eso no es cierto — niega Thiago, tomando las manos de Graziela — Vete a casa, por favor.

—Dicen que el sexo después de una pelea es lo mejor. – Argumenta Graziela haciendo pucheros.

—No voy a follarte hoy. No hay humor para eso, entiéndelo – explica Thiago, tomando el brazo de Graziela y llevándola hacia Vera. —Vete con tu hermana. Nos vemos mañana, gracias.

Graziela ve alejarse a Thiago, siente la desesperación de querer hacerse cargo de la situación, respira hondo y mira a su hermana que está fumando un cigarro.

— Tenemos que revertir la situación — comenta Graziela a su hermana — Y tú necesitas ayudarme.

— No te preocupes, ya tengo un plan – comenta Vera tomando aliento — Esta familia volverá a nuestras manos y estos dos volverán a donde vinieron, eso te lo garantizo .