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Chapter 13 - Capítulo 11

El niño pequeño pareció enfurecerse por las palabras de Bai Yingzu. Sin decir más se abalanzó al ataque tras liberar su poder de cultivo perteneciente a la etapa tardía del reino combatiente. Su velocidad fue casi imperceptible, pero gracias a su habilidad Bai Yingzu no necesitaba cuidarse de sus movimientos rápidos.

Con una sonrisa complaciente Bai Yingzu aumentó la gravedad de sus alrededores, como no sabía en que nivel de cultivo se encontraba aquel niño decidió solo incrementar la gravedad en 10 veces para estar seguro de poder inmovilizar a cualquiera que se acercara.

Evidentemente Bai Yingzu no podía enfrentarse cara a cara con un cultivador, no era un loco cegado por el orgullo así que no sentía vergüenza por sus acciones, solo tomó la oportunidad de hacer uso de su habilidad siempre que pudiera ser una opción. Después de todo ya sea un mortal común o un cultivador todos debían caer ante la gravedad, un elemento regente de la ley natural de cualquier mundo.

En el momento en el que el niño se acercó a Bai Yingzu con la intención de golpearlo, había entrado al área con la gravedad manipulada. La expresión del niño cambió al sentir el cambio en la velocidad de sus movimientos y aumento en su peso corporal. Inmediatamente trató de retroceder, pero fue demasiado tarde porque la gravedad volvió a aumentar haciendo que cayera al suelo.

Cuando Bai Yingzu vio que el pequeño niño todavía podía soportar la gravedad aumentada en 10 veces, no dudó en ningún momento para hacerla aumentar hasta 30 veces. Incluso se estaba preparando por si eso tampoco fuera suficiente, para que sin temor pudiera elevarla hasta 40 veces. Pero fue suficiente, con solo el aumento de 30 veces ya había ejercido una considerable presión en el cuerpo del niño haciéndolo caer al suelo estampando su cara en la tierra.

Viendo la misma escena frente a sus ojos, Bai Hui no pudo evitar llenarse de terror y ponerse a temblar nuevamente. Los dolorosos recuerdos sufridos volvieron a revivir su miedo, eran tan frescos que incluso podía sentir un poco de dolor en donde alguna vez se encontraron las heridas que ya habían sanado.

"Así que atreviendote a intimidar a un inofensivo mortal común". Bai Yingzu se acercó al caído Bai Feng que aún luchaba por levantarse. "No creas que por ser un bebé de piel lechosa y mejillas rosadas no me atreveré a golpearte como lo hice con fatty...". Bai Yingzu cortó en su última palabra pareciendo pensativo. "Sabes que. Me siento de buen humor, no te patearé de forma indiscriminada. Solo abofeteare tus mejillas rosadas". Dijo con una sonrisa maliciosa.

Bai Yingzu dio vuelta al cuerpo del pequeño niño que había quedado con la cara sobre el suelo. Ya que había quedado boca arriba Bai Yingzu se acercó para mirarlo más de cerca. Primero comenzó a tocar las mejillas rosadas del niño.

Pasó sus dedos sintiendo su suave piel, realmente se mostró tan sorprendido por la sensación tan suave. "Maldición. En verdad eres un bebé de piel lechosa. ¿Cómo diablos tienes la piel tan suave?... ¿Podría ser por el cultivo?". Sus últimas palabras fueron dichas entre murmullos.

Cuando Bai Feng escuchó las palabras de Bai Yingzu casi se atragantaba por la ira. Bai Hui y Bai Yi pusieron sus ojos en blanco dudando de lo que veían y escuchaban. Debido a las acciones de Bai Yingzu, en la mente de los jóvenes aparecieron pensamientos algo raros, lo que provocó que Bai Yingzu fuera mirado bajo una extraña luz.

Sin conocer lo que los jóvenes pensaban de él. Bai Yingzu continuó acariciando las mejillas rosadas del pequeño niño, tenía una sensación agradable algo así como tocar un pequeño y suave globo lleno de agua tibia, pero con la sensación de una acolchonada gamusa. Parecía tener las características de un buen material antiestrés.

"Bien, bien. Entonces prepárate para tu castigo". Bai Yingzu comenzó dando bofetadas de derecha a izquierda a las mejillas rosadas del niño por varios minutos. Se detuvo después de mirar que las mejillas de Bai Feng habían quedado tan rojas como el trasero de un babuino.

Se detuvo preguntándose si no se le había pasado un poco la mano. Pero después recordó que como un cultivador no importaba si solo fuera un bebé de piel lechosa, todavía podría resistir unos pocos golpes, o tal vez más. Después de todo Bai Yingzu solo era un mortal común, y lógicamente hablando no debía poder hacer un daño real a un cultivador.

Lo que Bai Yingzu ignoraba era que tanto Bai Hui y Bai Feng habían sido inmovilizados tras aumentar varias veces la gravedad de sus cuerpos de forma abrupta. Por tanto ellos debían centrarse en evitar morir aplastados por sus propios pesos, e ignoraban completamente el tratar de resistir los daños provocados por un mortal común. En pocas palabras bajaban toda sus defensas para poder centrar sus fuerzas en resistir el enorme peso extra que les había caído de forma tan repentina.

Eso no significaba que podrían morir por los golpes de un mortal común, pero si podían sentir mucho dolor por dejar sus defensas abiertas. Lo que explicaba el terror que tenía Bai Hui hacia Bai Yingzu.

Que Bai Hui hubiera resistido el abrupto aumento de gravedad en el primer momento, además del estrés que debía sentir al saber que no podía dejar de usar su poder de cultivo o de lo contrario sería aplastado hasta la muerte, era casi un tipo de milagro. La carga mental que debió soportar ante tales presiones lo llevaron hasta lo máximo de sus límites, por esa misma razón lloró al recuperarse con la pildora que le había dado Bai Yi.

El pequeño niño Bai Feng estaba completamente agitado y muy adolorido, además de que su respiración fue entrecortada. Sentía mucha vergüenza y ardor en las mejillas, no pudo hacer otra cosa más que desmayarse de la ira al pensar en lo que le había hecho Bai Yingzu.

Ignorando al desmayado Bai Feng, Bai Yingzu caminó en dirección a Bai Hui y Bai Yi. Cuando ambos miraron que Bai Yingzu se acercaba casi se desmayaban del susto, pero tratando de guardar la calma se prepararon para correr.

Antes de que hicieran eso, Bai Yingzu habló en una voz bastante seria. "No se les ocurra correr, de lo contrario terminarán peor que aquel bebé de piel lechosa. Si no crees en mis palabras puedes preguntárselo a fatty". Dijo esta última frase mirando a Bai Yi.

Bai Hui se detuvo en seco. Se giró en la dirección de Bai Yingzu y cayó de rodillas. "Jefe, perdona mis fallas. Yo no tenía la intención de tenderte una emboscada, yo... Yo te traje al bebé de piel lechosa y mejillas rosadas. Sí, quería traerlo hacia ti". Bai Hui sudaba de forma incontrolable mientras decía lo primero que se le venía a la mente.

Bai Yingzu y Bai Yi quedaron estupefactos ante la respuesta de Bai Hui. Bai Yingzu era el más confundido al no entender que es lo que Bai Hui quería decir. De una forma involuntaria vino a su cabeza un significado extraño de esas palabras. Su rostro mostró una expresión enojada. "Fatty, ¿Explica de qué estás hablando?. ¿Qué tratas de insinuar con esas palabras?". El tono de Bai Yingzu fue severo.

Bai Hui tembló al escucharlo, sabía que esta vez había hecho enojar a Bai Yingzu. Se preguntó si había malentendido sus acciones, pero poco después negó este pensamiento. Bai Hui pensó que era claro que este hecho no debía ser dicho de forma tan casual y en público, tal vez debía ser un secreto bien guardado.

Aunque Bai Hui no se sentía bien con esto, tuvo que disimular tal como quería Bai Yingzu en sus pensamientos. "No estoy insinuando nada. El bebé-. Digo. El hermano Feng tiene en su poder una reserva considerable de piedras espirituales, pensé que tal vez esto sería útil para el jefe".

Bai Yingzu ya estaba frente a Bai Hui mientras lo miraba con duda. Frunciendo el ceño dijo. "Así que a eso te refieres".

"Sí. No sé lo que el jefe pensó que trataba de decir". Respondió Bai Hui de forma temblorosa mientras el sudor escurría de su frente en gran cantidad.

Bai Yingzu siguió dudando, pero no quería perder más tiempo con esto. Pensó que en verdad las piedras espirituales del bebé de piel lechosa y mejillas rosadas le sería muy útiles para su cultivo. Ya había escuchado que se necesitarían demasiados recursos si quería alcanzar niveles más altos.

Bai Yingzu no tenía conocimiento de que varios meses atrás Ying Long volvió a visitar el clan Bai nuevamente. Sus intenciones eran acordar algunas cosas con el gran anciano Bai Yonger y de paso había entregado a Xia Yanyu una gran cantidad de recursos de cultivo. Todos estos recursos habían sido entregadas a ella para que las administrara y posteriormente las entregara en función del uso que le diera Bai Yingzu.

Como Xia Yanyu había visto que Bai Yingzu no cultivaba seriamente pensó que todavía no las requería, por esa misma razón tampoco había informado al respecto. Entonces Bai Yingzu creía que tendría que arreglárselas solo con los pocos recursos que el clan Bai entregaba a todos los miembros en general.

Mientras que Bai Yingzu se debatía entre tomar los recursos del inconsciente Bai Feng, Bai Hui había dado un suspiro de alivio al ver que nada le había sucedido.

"Bien, ya he tomado mi decisión". Bai Yingzu salió de sus pensamientos y dijo en voz alta. Volteó para mirar a ambos jóvenes y con una sonrisa les dijo. "Ustedes dos vayan y busquen todos los recursos que el pequeño bebé de piel lechosa tenga en sus manos".

Bai Hui y Bai Yi dudaron por un momento, pero luego se decidieron tras mirar las mejillas hinchadas de Bai Feng. Rápidamente se acercaron al inconsciente Bai Feng y sacaron todas sus posesiones en cada bolsillo que encontraron, por último sacaron el anillo que tenía puesto en su mano izquierda.

Casi tan rápidos como expertos ladrones Bai Hui y Bai Yi dejaron a Bai Feng sin ningún tipo de objeto de valor sobre su persona. Le entregaron todo a Bai Yingzu con sonrisas aduladoras, ambos fueron inteligentes y llegaron a un acuerdo mutuo casi inmediatamente. Bai Yingzu las recibió sin decir nada, pero sintió un poco de pena por Bai Feng.

De igual manera creía que se lo merecía por tratar de intimidar a alguien más débil que él. De no ser por la habilidad metafísica que Bai Yingzu poseía estaba muy seguro de que las cosas hubiesen terminado de forma diferente, por ejemplo el que estaría tirado inconsciente sería él mismo.

Bai Yingzu guardó todos los objetos de valor y asintió a los dos jóvenes. "Ahora ustedes son mis secuaces. Me seguirán a donde sea que vaya sin importar que, incluso si tengo que lanzarme desde una montaña ustedes irán conmigo". Cuando les echó un vistazo vio que ambos jóvenes parecían dudar. Entendió que tratarían de negarse, sonriendo maliciosamente les dijo. "No piensen en huir, de lo contrario sus fechorías saldrán a la luz a través de mi testimonio".

Bai Hui y Bai Yi entendieron que Bai Yingzu podría decir que ellos habían sido los que robaron las pertenencias de Bai Feng. Aún así no parecieron tan convencidos, creían que podían explicar los sucesos de llegar el momento. Pero entonces Bai Yingzu destruyó todo pensamiento de negarse con sus últimas palabras. "Si quieren sufrir el dolor en vida pueden negarse". Esta vez sus palabras enviaron escalofríos a los dos jóvenes.

Volteando para marcharse del lugar, Bai Yingzu les dejó dicho unas últimas palabras. "Mañana pueden ir a buscarme en el sector principal de residencias. Mi casa es la última del lado sur a un lado de la residencia del tercer anciano".

Los dos jóvenes se sorprendieron al escucharlo. Ellos sabían que en el sector principal de residencias solo vivían personas cercanas a figuras influyentes del clan, así como su hermano Feng quien era el nieto del cuarto anciano. Lo que más les sorprendía era que nunca habían visto a Bai Yingzu, pero si en verdad vivía en el sector principal de residencias no debía ser una figura pequeña.

"Hermano Hui. ¿En verdad iremos como él nos ha dicho?". Preguntó Bai Yi aún pensando que tenían alguna opción.

*Suspiro. "No tenemos otra opción. Si faltamos tal vez nos busque con la intención de hacernos pagar. Tal vez no sea tan malo, es más fuerte que el hermano Feng, y seguro nos brindará su protección al hacernos sus seguidores". Bai Hui se había resignado, pero todavía trató de ver el lado bueno de la situación.

"Eh... Tienes razón, veremos lo que sucede. Primero ayudemos al hermano Feng". Bai Yi dijo mirando el estado de Bai Feng, y dio un suspiro al ver que no era algo tan malo como lo que le había pasado a Bai Hui. Sacó una de sus píldoras y la metió en la boca de Bai Feng.

"Pero si nos llevamos al hermano Feng podemos encontrarlo en el camino". Bai Hui comentó con un poco de temor.

Bai Yi negó con la cabeza. "Recuerda lo que dijo el hermano Feng. Ese tipo pasea todas las mañanas hasta llegar al mercado de la ciudad, después de eso se sienta en un parque sosteniendo un libro hasta el medio día".

"Ahora lo recuerdo". Sintiéndose más tranquilo Bai Hui suspiro y ayudó a llevarse a Bai Feng hacía la residencia del cuarto anciano.

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