Bai Yingzu se encontraba dando su paseo matutino como todos los días. Había pasado un año completo desde su recuperación, teniendo en la actualidad 13 años. Se suponía que la mayoría de edad en el nuevo mundo era de 15 años, y teniendo esto presente sabía que debía darse prisa en cultivar porque llegando a esa edad el avance de cultivo sería más lento.
Una vez que completara las últimas piezas para mejorar su técnica de cultivo podría iniciar inmediatamente la práctica. Creía que podía lograrlo siempre y cuando combinara los conocimientos de su mundo original y el mundo de cultivo. A pesar de que poseían evidentes diferencias, ambos parecían regirse por leyes básicas muy similares.
Por ejemplo, las técnicas de cultivo eran muy parecidas a diagramas lógicos que seguían un tipo de patrón secuencial. Y las venas espirituales tenían la forma de un gran circuito, aparentemente con forma infinita porque la energía parecía atravesar un ciclo sin fin. Su punto de partida iniciaba del núcleo espiritual hasta terminar en los llamados puntos de concentración y posteriormente regresar nuevamente al núcleo para volver a repetir el ciclo.
Con sus conocimientos ya había separado varias partes de la técnica de cultivo, tras dividir cada parte en pequeños diagramas buscó el error que impedía seguirlo usando en un nivel más alto. Había podido identificar un total de 9 errores, logrando solucionar solo 5 de ellos.
Hundido en sus pensamientos, Bai Yingzu se distrajo y golpeó accidentalmente a otro joven que había atravesado su camino. El joven que había caído miró a Bai Yingzu un poco sorprendido, se había dado cuenta de que Bai Yingzu era delgado y no se veía como alguien fuerte. Aún así el que había caído en el choque había sido él.
La razón de esto era que durante los paseos matutinos Bai Yingzu aumentaba su propia gravedad duplicando su propio peso, por lo que debido al peso extra el joven no pudo moverlo y terminó cayendo al ser más ligero. Bai Yingzu solo le dio una mirada rápida al joven sin decir ni una palabra, miró en dirección de donde había salido y llegó a la conclusión de que había sido culpa de esa persona.
Sin tener motivos para disculparse, y viendo que la otra parte tampoco se disculparía por atravesarse en su camino volvió a reanudar su paso.
El joven frunció el ceño al mirar a Bai Yingzu irse sin decir nada. "¡Oye tú! ¿No tienes nada que decir?". El joven alcanzó a Bai Yingzu e intentó detenerlo tomándolo del hombro. Pero en vez de detenerlo, el joven fue arrastrado por Bai Yingzu y volvió a caer al suelo.
Cuando Bai Yingzu sintió que alguien había tocado su hombro, se dio la vuelta. Entonces vio en el suelo a la persona con la que se había topado anteriormente. Esta vez lo miró con mayor detenimiento y se dio cuenta de que aquella persona era de más o menos su misma edad, con la única diferencia de que era un poco regordete.
Con un ligero ceño fruncido Bai Yingzu preguntó. "¿Qué sucede?". Su voz trasmitió algo de molestia.
El joven regordete vio que Bai Yingzu parecía molesto, esto hizo que también él se molestara. Como la parte agraviada no podía estar más descontento por la actitud de Bai Yingzu. Rápidamente se levantó del suelo y se sacudió el polvo. "No te has disculpado. Disculpate en este momento".
Arqueando las cejas Bai Yingzu lo miró como si viera a un tonto. "¿Estás bromeando?. Fuiste tú quien se interpuso en mi camino y me estás pidiendo que me disculpe. Ya tienes la suficiente suerte para que no sea yo quien te exija esa disculpa".
"Disculpate en este momento, de lo contrario no me culpes por ser descortes". El joven regordete adoptó una postura de ataque algo graciosa. Liberó la presión de su cultivo, perteneciente al primer camino del reino mortal en la etapa tardía.
"¿Me estas amenazando?". La expresión de Bai Yingzu se oscureció. En la actualidad solo era un mortal común, por lo que estaba recibiendo amenazas de un cultivador. Algo para nada justo. "Antes de responder a las agresiones. Te diré que solo soy un mortal común, tú en cambio eres un cultivador. ¿Esto no te parece injusto?".
"Así que solo un mortal común. Debiste habértelo pensado antes de tener el atrevimiento para ofenderme". Tras escuchar las palabras de Bai Yingzu, el joven regordete pareció aumentar más su confianza.
Bai Yingzu no quería perder más el tiempo con esa persona. Con un movimiento de su mano activó su habilidad metafísica haciendo que la gravedad alrededor del joven regordete se incrementara varias veces.
Sin poder resistirse el joven cayó al suelo estampando su cara en la tierra. Trató de ponerse de pie, pero se dio cuenta de que era imposible.
"Asi que atreviendote a tirar amenazas a un inofensivo mortal común". Con estas palabras Bai Yingzu se acercó al joven regordete y comenzó a patearlo sin ninguna consideración. El joven regordete no pudo hacer otra cosa más que retorcerse de dolor. Parecía querer hablar, pero incluso eso era algo difícil.
Tras varios minutos de patadas indiscriminadas Bai Yingzu finalmente lo dejó. Regresó la gravedad a la normalidad y se marchó. Detrás solo había quedado el joven regordete con magulladuras en el cuerpo y escupiendo un poco de sangre. Bai Yingzu no pensó que esas heridas fueran fatales por lo que no les tomó mucha importancia, tenía entendido que los cultivadores eran muy resistentes.
...
Pasando una hora aproximadamente. Otro joven de exactamente la misma edad pero con una complexión moderadamente delgada pasó por el mismo lugar en donde había quedado el joven regordete con heridas. Cuando miró a la persona que era irreconocible por su rostro magullado, avanzó con cautela sintiendo algo de interés por ver de quien se trataba.
"Ah. Ah". El joven herido solo pudo soltar unos quejidos de dolor.
El otro joven pareció reconocer la voz del herido. "Hermano Hui. ¿Eres tú?". Preguntó cuando se acercó para ayudarlo.
El joven herido hizo todo su esfuerzo en asentir a la pregunta del recién llegado. "¿Pero qué te ha sucedido?. ¿Fuiste golpeado por Bai Chen otra vez?". El recién llegado metió una pildora de recuperación a la boca del joven herido. Entonces continuó hablando. "Debemos avisar al hermano Feng para que vuelva a darle una lección a Bai Chen".
El joven regordete se recuperó al instante tras consumir la pildora. Cuando miró al recién llegado se echó a llorar mientras lanzaba sus quejas. "Hermano Yi, no es nada de eso. Alguien que nunca he visto fue el culpable de dejarme en ese estado".
"¿Alguien que nunca has visto?". Bai Yi dudó de las palabras de Bai Hui. Lo miró sospechosamente. "¿Estás seguro de que Bai Chen no te amenazó para que no lo delataras?. Ya sabes, el hermano Feng puede ayudarnos siempre y cuando le digas todo lo que sucedió".
Bai Hui lloró aún más fuerte al ver que Bai Yi su mejor amigo pensaba que estaba mintiendo. "Hermano. Si fuera eso no hay duda de que no me mantendría callado". Dijo mientras sus mocos escurrían.
"Tienes razón". Bai Yi asintió a las palabras de Bai Hui, sintiendo un poco de lástima por el lamentable estado en el que lo había encontrado. "Pero debemos ir con el hermano Feng. Le pediremos que haga pagar al culpable de tus agravios". Bai Yi ayudó a Bai Hui a levantarse.
Bai Hui primero se limpió las lágrimas y mocos, después juntos fueron en dirección a la residencia de uno de los ancianos. Exactamente el cuarto anciano.
Llegando a la residencia del cuarto anciano, los jóvenes lo rodearon para llegar a la parte trasera. Allí vieron a un niño de 10 años que estaba de piernas cruzadas absorbiendo piedras espirituales. La atención del menor cayó sobre ambos jóvenes. "Hermano Hui. Hermano Yi. ¿A qué debo la visita?. ¿Acaso fueron molestados por Bai Chen otra vez?". El niño preguntó mientras guardaba las piedras espirituales.
Bai Hui cayó al suelo frente al niño. Con lágrimas y mocos se quejó por todos los agravios que había recibido por un extraño. Bai Yi sacó una piedra espiritual de su bolsillo, se la entregó al niño y dijo. "Hermano Feng. Por favor ayuda al hermano Hui".
El niño tomó la piedra espiritual y dijo. "No se preocupen, los ayudaré. Pero primero cuéntame acerca de esa persona".
Bai Hui describió a Bai Yingzu de la mejor manera posible. Bai Feng escuchó atentamente haciéndose una idea mental de la apariencia de Bai Yingzu. "Lo tengo. Les avisaré una vez que obtenga la suficiente información". El pequeño niño despidió a los jóvenes.
...
Había pasado una semana más sin problemas. En este tiempo Bai Yingzu fue capaz de acostumbrarse al uso constante de su habilidad metafísica gracias a sus paseos matutinos. Ahora ya no podía ser afectado por los efectos negativos, como el dolor de cabeza y el cansancio. Y finalmente solo necesitaba solucionar un único error en su técnica de cultivo.
Todo parecía estar a su favor. Se sintió de muy buen humor cada vez que pensaba en esto. Ya se había olvidado por completo del joven regordete al que había dado una paliza. Durante su paseo por las mañanas había continuado la misma ruta de siempre sin temor a volverselo a encontrar.
En esta ocasión pasó por el mismo lugar. Caminó sin preocupaciones aún hundido en sus pensamientos como la última vez.
"¡Oye tú!". Una voz lo llamó.
Bai Yingzu se detuvo sintiendo que estaba un poco familiarizado con la persona que había hablado. Dio la vuelta y miró al joven regordete acompañado de otro joven moderadamente delgado y un pequeño niño con piel lechosa y mejillas rosadas. Bai Yingzu se preguntó acerca de las intenciones de aquel chico regordete al traer a un tierno infante.
"Tiempo sin verte fatty". Bai Yingzu le dio un saludo informal. "Veo que trajiste a tus amigos. ¿Me pregunto por qué?". Dijo fijando sus ojos de forma interrogante.
Viendo la expresión de Bai Yingzu, Bai Hui sintió un escalofrío a su espalda, lo que hizo que retrocediera unos pasos hacia atrás de forma temblorosa. El temor de la experiencia pasada se había arraigado en su corazón, lo que hacía que con solo mirar a Bai Yingzu sintiera miedo por pensar que aquella escena se volvería a repetir.
Viendo la expresión temerosa de Bai Hui, Bai Yi se acercó para calmarlo. Palmeando su hombro dijo. "Hermano Hui no hay nada que temer. El hermano Feng le enseñará una lección, de la misma forma en que lo hizo cuando Bai Chen nos intimidaba". Escuchando esto Bai Hui se calmó.
Asintiendo dijo. "Tienes razón hermano Yi. Con el hermano Feng cerca no hay nada que temer". Su voz y expresión transmitieron seguridad. Avanzó los pasos que había retrocedido y miró a Bai Yingzu a los ojos de forma valiente.
Bai Yingzu se sorprendió un poco cuando escuchó la conversación de esos dos. Nunca pensó que se había convertido en el temor del joven regordete. Pero lo que más le sorprendió fue que confiaran tanto en aquel niño con piel lechosa y mejillas rosadas. A sus ojos solo parecía ser un tierno niño como de 9 o tal vez 10 años.
El joven moderadamente delgado y el joven regordete poseían una edad similar al de Bai Yingzu, por eso sintió que sería algo vergonzoso escudarse detrás de alguien más joven.
Sin embargo, pensándolo mejor dejó de lado el subestimar a las personas solo por la apariencia. Recordó que en cualquier mundo todos debían tener precaución en cuestión de las apariencias. Si aquellos jóvenes de su misma edad confiaban tanto en aquel infante, entonces debía prestar mucha atención a este último. De ser alguien peligroso tendría que atenderlo lo más rápido posible.
Bai Yingzu actuó indiferente en el exterior, mientras que internamente era cauteloso prestando total atención a cualquier tipo de movimiento que hiciera el pequeño niño. Sin esperar a que ellos hablaran, Bai Yingzu tomó la primera palabra. "¿A qué debo esta reunión?". Dijo con los ojos bien puestos sobre el pequeño niño.
Con una expresión un tanto arrogante, el pequeño niño de piel lechosa y mejillas rosadas dio un paso hacia adelante. "He venido a hacerte pagar por los agravios que le causaste al hermano Hui. Arrodillate en este momento o sufre las consecuencias".
Bai Yingzu sonrió amargamente al escuchar la voz infantil del niño. '¿He caído tan bajo como para ser amenazado por un bebé de piel lechosa y mejillas rosadas?'. Se preguntó sintiéndose algo insultado.
*Suspiro. "Antes de iniciar con hostilidades tengo que decir algo. Soy solo un mortal común y tú aparentemente eres un cultivador. Entonces, ¿Crees que es justo intimidar a los débiles?".
"¿De verdad quieres que crea que eres solo un mortal común?. Un mortal común no podría dañar al hermano Hui que posee un cultivo en la etapa tardía del reino mortal". Respondió el niño con evidente duda. De verdad no creía lo que había dicho Bai Yingzu.
"Bueno, no es como si pudiera cambiar tu opinión, pero las cosas son así". Dijo Bai Yingzu encogiendose de hombros.
"Basta de palabras sin sentido. Mortal común o cultivador, te haré pagar por lo que le hiciste al hermano Hui". El pequeño niño dijo adoptando una postura de combate.
Bai Yingzu se burló. "Puedes intentarlo pequeño bebé de piel lechosa".
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