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Chapter 29 - Capitulo 17: Sinfónia de destrucción

Jezabel se había transportado hacia los terrenos celestiales entre las nubes, era algo como una gran esfera de realidad muy cercana a la normal, pero no vista por aquellos que no sean bendecidos por los dioses.

Ese espacio era parecido a ver sombras pasar rápido por el rabillo del ojo y pensar después que no hay nada, cuando si lo hay.

El lugar donde apareció fue la entrada principal a la sala de consejo, lugar donde cada uno de los dioses estaba reunido, desde el dios de la guerra, hasta el de la vida, desde el dios de la muerte, hasta el dios de la fertilidad, todos en un solo lugar, podían hacer cosas desde ahí, pero sus deberes y su forma de ser diferían de casi la responsabilidad en ellos, salvo cuando fueran casos de emergencia, y este caso de emergencia estaba de pie en pleno centro del área mas sagrada del lugar.

—Ni siquiera quieren remodelar el lugar... bueno, en primer lugar yo hice la mayoría de caos

Si tomáramos en cuenta en metros, seria comparada a un gran grupo de islas flotantes circulares parecidas a los archipielagos, pero doble de tamaño de las Galápagos (8010 km²), todas en una superficie llena de nubes blancas y brillosas, conectadas con caminos solo disponibles para ojos divinos hechas de líneas de luz doradas y de otros tantos colores, todas reunidas sobre la espalda de una tortuga gigante, siendo cargada por 2 elefantes de color negro y blanco de la mitad de tamaño de la tortuga cada uno.

Las islas rodeadas de diferentes tipos de auras, desde brumas doradas como niebla de mar, hasta lo que parecían ser insectos esqueléticos de diferentes formas y tamaños volaando alrededor de otra isla como si la protegiera, había una incluso rodeada de un remolino de agua cristalina mantenida en un espacio como si fuese un huevo de fabergé, ya que entre el movimiento se veía que era provocado por rocas brillantes y de diferentes colores como si fuesen aspas de alguna licuadora creando líneas luminosas, el más extraño de todos era otra isla en el que se mantenía un bosque verde, con árboles gigantes, lo extraño era que si uno entraba se daría cuenta que en realidad el lugar era más extenso de lo que se veía afuera, con animales de diversos tamaños y formas.

—Traje una vez a Delta y pensó si este mundo era un RPG... no entendí ese término, pero creo que significa algo que solo él entiende

En total eran 7 dioses viviendo en aquellas islas del mismo numero, pero sus lugares estaban resguardados por sus ecosistemas de diferentes seres, ya que ese lugar era el máximo sitio entre todo el mundo celestial, y Jezabel había pasado como si fuese su casa... o castillo en este caso, mirando alrededor y recordando su desastre la primera vez que vino ahí.

Y entre todas y en el centro había una gran mansión, un edificio gigante del cual no se podía ver el final si se miraba hacia arriba, imponente, majestuoso y con la mitad destruida, antes de ello tenía la figura de un ángel con armadura, un halo circular, las alas extendidas y sosteniendo con sus manos el lugar como si lo mostrara al aire, sus pies estaban sobre una gran plataforma de la cual salían cristales transparentes que brillaban como si fuesen diamantes, después de lo que paso en la guerra con el Rey demonio, el ángel fue partido a la mitad, una de sus alas cayó a tierra y termino siendo el castillo de Jezabel, la otra mitad fue remodelada para ser la nueva sede del consejo.

—Aquí vamos

Abrió la puerta sin tocarla y entro, solo con dar medio paso sintió las presencias, eran tan rápidas que apenas logro cubrirse con magia antes que le tocaran, pero hay que decirlo, aun estaba acostumbrado a eso.

»1 segundo tarde— dijo como si nada a sus atacantes

Quien le había atacado era una bruma brillosa sin forma alguna, pero su hostilidad era demasiado palpable hasta para el más inexperto guerrero, el arma de esta ni siquiera se podía describir su forma solo para el ojo común seria comparada con un disparo de vapor hacia Jezabel llena de poder y justicia al mismo tiempo.

—¿A qué has venido engendro maldito del infierno? — pregunto esa bruma con una voz distorsionada

—Oye, oye, ellos se molestaran si los metes conmigo, no te preocupes, solo vengo a verlos y me iré, no haré nada que sea contra lo que quedamos, en serio

La bruma retrajo su aparente arma sin forma, realmente quería hacer algo, pero el acuerdo de aparente paz con Jezabel era vigente hasta que una de las dos partes vea que el otro lo ha roto, era largo y tedioso para los dos, pero una de las condiciones era nada de armas ni derramamiento de sangre en terreno sagrado o del castillo de Jezabel si alguna decide hablar con el otro.

—Te estaré vigilando— dijo al desaparecer de ahí

«Cielos, no ha perdido el toque» pensó Jezabel al sacudir su manga derecha por el dolor

Siguió caminando mas adentro mientras su mirada era dirigida a la entrada, sintió presencias poderosas por la espalda, pero sabía que ellos ya habían sido avisados. El camino era algo largo, adornado de manera majestuosa, desde la forma de algunas estalactitas doradas que dejaban caer agua cristalina hacia pequeños platos, estos a su vez al llenarse dejaban correr el agua hacia una fuente debajo de ellas, la refracción de luz entre el agua podía formar un pequeño arcoíris de lado a lado de aquella fuente, algunas figuras de ángeles con espadas, escudos y un muestrario de armas de todo tipo, además de un gran muro de alas de plata colgadas como medallas, vendría siendo el muro del honor de ellos.

Camino un poco más y miro la entrada al consejo, sin esperar respuesta entró, era una gran sala con asientos más largos como si fuese un tribunal. Además de un gran espacio circular con una espada en el centro, era una que él quería ya que le perteneció antes, una de las más poderosas que tenia, aunque el recibió algo de ellos en el intercambio como garantía, pero eso ahora no era importante.

—¿Jezabel... a que... se debe... tú visita?- pregunto una bruma color verde con llamas rojizas saliendo de él como si fuese una flama extraña

El miro esa flama pero no respondió, miro alrededor las demás parecían haber quedado de acuerdo en ir al grano enseguida, parecían que igual querían tanto provocarlo como correrlo de ahí. Ninguna tenía una voz definida, solo se podían escuchar distorsionadas y de diferentes frecuencias, graves y agudas.

—Ya que no habrá saludo amistoso voy a lo que vine, ¿Alguno de ustedes sabe que es esto?

Dijo al sacar algo de su caja de ítems, todos se colocaron en guardia, era típico de ahí si querían ya empezar de nuevo para exterminarse entre los dos bandos.

»No, no es nada peligroso, no quiero romper el tratado... aun... solo quiero respuestas— dijo Jezabel sin perder la calma

Aun así se mantuvieron en guardia, el saco una gran Saints Row y la mostro a todo mundo presente, hubo una aura que hizo como si se levantara del asiento.

—¿Un Saints Row? — pregunto una bruma—, ¿cómo es que tú la tienes?- parecía alterado por la repentina muestra de ello

Jezabel miro a quien había preguntado, las demás brumas parecían igual alteradas por la pregunta que parecía revelar algo enseguida y sin reservas.

—Ha, ¿diosa Misteltyn, tú conoces de donde los humanos y demi-humanos sacaron esto?

—Sí, pero pensé que ese mineral había sido totalmente extraído cuando hicimos el lugar, ¿dices que los humanos lo tienen? — pregunto esa bruma

Era la única que podía decir si tenía ropa interior negra de encaje sin reservas si es que fuese mujer, la bruma era de color negro, salían flamas azules de sus bordes, era la diosa de la guerra y verdad, además de la inteligencia, así que era su naturaleza.

—Sí, aunque no hace mucho conseguí esto, pude investigar que están tratando de refinarla a su modo

—¿Refinarla? ¿Dices que hacen armas y muchas cosas con nuestro mineral? — pregunto otra voz

La bruma purpura de flamas rojas parecía exaltada, era el dios de la hambruna, guerra, muerte y mala suerte

—Alguien o algo lo ha encontrado, alguien o algo descifró solo una parte de cómo hacerlo, pero quien iba a decirlo, su mineral cayó en manos humanas, ¿no se supone que ustedes debían guardar el secreto? De lo que me vengo enterando— Jezabel quería reír, pero se resistió eso solo arruinaría la seriedad del asunto—, Si, los humanos la encontraron y pidieron ayuda a los Demi-humanos para investigarla, al parecer no hay muchos registros sobre ello, así que, ¿quién dio el pitazo?

—¿Por qué deberíamos de decírtelo?, ese mineral nos pertenece y lo recuperaremos sin tener que interferir con los habitantes del mundo

Quien habló era una bruma blanca con flamas negras saliéndole de su aparente forma, pero esta tenía una forma más definida como solo un rostro al aire.

—Vamos Arudeban, ¿no te molesta que tu precioso mineral sea extraído por los humanos que cuidas?

—Ese mineral si nos pertenece... pero no podemos conseguir más del que ya tenemos— volvió a hablar Arudeban—, nuestras reservas no están escasas, además que si tomamos más de ello podrían afectar el mundo y traer repercusiones

—Las Saints Row son cúmulos de magia que se guardan en rocas, es un proceso tardado y necesario para el mundo, son como baterías que ayudan a la propia tierra y seres vivos, creo que sabes sobre su cualidad básica de reunir energía blanca y negra, nosotros la reunimos ya que los cúmulos sirven para mantener el equilibrio entre los dos lados, si nos llevaremos demasiados o el infierno también lo hace, se crearía una reacción en cadena y la magia sería afectada totalmente de formas desconocidos aún para nosotros— explicó Misteltyn

Jezabel no comprendía aun así, pero entendía que no importando lo que pasaría, si alguno de los dos lados hace algo o mucho con estas rocas el mundo estaría jodido.

—Entonces, hagamos algo, sé que aquí el tiempo no tiene definición, pero han pasado 40 años desde que fue descubierto eso, así que, ¿por qué no sellan los lugares? sería más conveniente el cerrar la tienda ya cuando ven que esta por quebrar por regalar lo que venden

—¿Sellarlo? — pregunto una bruma azul con flamas Grises—, eso no estaría bien, y aunque lo hiciéramos, ya han tomado mucho de ello, y...

—Déjenlo así— interrumpió Jezabel

Por primera vez los dioses no hablaron, y hasta lo que no habían dicho nada se quedaron en blanco.

»Digo ¿Para qué molestarse en dejarles eso?, además, como pueden ver yo poseo algunas partes de ello y se cómo destruirlo, así que no importa lo que pase, me encargare... pero en serio, ¿son tan irresponsables que nunca pensaron en que podría pasar esto...? ¿o acaso quieren que lo tome de nuevo contra ustedes? Podría tomarlo como una amenaza y ya que viene de ustedes el problema, pues tengo la hipótesis que la van a querer usar contra mi en algún momento (Aunque ya lo han hecho)

La pregunta era seria, sabían lo que podía hacer y él sabía lo que ellos podrían hacerle, era un juego de ver quien movía la pieza primero o daba el paso en falso.

—Entiendo lo dejaremos así, pero tenemos que decir que fue tu decisión el hacer esto, lo que pase de aquí en adelante por los minerales o las minas de donde lo extraen quedaran selladas permanentemente, pero mi condición es que si abren otra mina, los dejaras— dijo Arudebaran

Él sabía que eso era un juego de trampa, podía cerrar la herida, pero no toda y ellos no se meterían ya en ello, mas sin embargo se sentía algo satisfecho, el simple hecho de conocer que ellos no sabían de ello daba mucho de qué hablar.

—Hagan lo que quieran, pero si descubro que hay más de dos minas no selladas, vendré aquí y no les gustara, ya saben, aquí no pasa el tiempo, puede ser mañana, puede ser de aquí a un año... para ustedes pasara un momento, para mí una preparación eterna... así como sé que uno de ustedes fue el responsable de que los santuarios de invocación fuesen destruidos

Nadie hablo, pero de la nada todos se alteraron aumentando sus auras hasta hacer tembalr el suelo y todo el consejo junto con los animales que les sostenian.

—¡Eso es una blasfemia! — grito uno

—¡Nuestra diosa mensajera aun esta en servicio!—alardeo otro—, ¡ella ha estado buscando nuevos héroes para vencerte! No creas que pasare esta ofensa por ello

—¡Es mentira, sabemos que tú fuiste el responsable!

Jezabel solo lo miro atentamente y se dio media vuelta.

—¡Silencio!

Eso los tomo por sorpresa a todos ya que resonó aún más fuerte que el de ellos ya que logro derribar un poco la estructura del lugar.

»Todos aquí saben que este mismo lugar, esta misma habitación fue creada por ustedes y por mi cuando hicimos el tratado, el mismo lugar que no te deja mentir, que es el último lugar que tiene la última palabra al sentir que es correcto, lo que dije no es mentira, o ya hubiese sido eliminado de este lugar

Todos parecían recordarlo, nadie siguió gritando, este asunto era mas serio que el anterior ya que todos guardaron silencio y parecían tener una máxima atención a lo que el dijo.

—Entonces, si podemos preguntar a este lugar, quien de aquí es el responsable de destruir o al menos de inducir a algún demi-humano o alguno normal de destruir los santuarios de invocación, porque seamos sinceros, nadie en su más sano juicio destruiría aquello que permite al mundo renovarse y evolucionar, porque los propios héroes dejan su grano de arena, es cosa de los que viven aquí si deciden seguir adelante o quedarse... así que, quiero terminar con esto rápido, y como tengo derecho preguntare, ¿quién fue?

Cada uno de los siete dijo "Yo no" el lugar no reacciono en absoluto

—Pero... Migerant sigue reportando que no ha encontrado héroes

—¿Y eso no se te hacia raro Sidari?

La bruma blanca de llamas café negó, parecía preocupada por ello era lo que se podría decir, administradora y jefa de los angeles de cualquier tipo. Jezabel solo miro a todos por última vez y se fue sin despedirse ya que era señal que podría no tardar en regresar por otros fines, al salir de la puerta escucho gritos, escucho discusiones y arrojaderos de culpa unos a otros por sus acciones, en parte quería hacerlo y en parte eso dejaba claro que ellos no estaban coludidos con lo que pasaba.

Mientras regresaba a la entrada se quedó pensando en muchas cosas por lo ocurrido. Al final se transportó de nuevo a un pasillo de la escuela sin que nadie le viese, volviendo a su forma de Azrael, para después suspirar.

—Ni siquiera ellos saben ello... ni el consejo sabe si alguien miente o dice la verdad... es extraño... pero más que eso, mis sentidos dicen que alguien de aquí es el responsable... no importa lo que hayamos hecho, no importa lo que haya pasado, alguien de aquí no es un dios y está a la vez usando el poder de uno... o tal vez me estoy volviendo muy paranoico... como sea, necesito ver cómo van los preparativos tanto para el festival como para lo que hare, eso me calmara al menos un poco, mejor me guardo lo de Ritsumary para después, no es bueno revelar todo y menos ahora que provoque todo... eh...

Azrael no quería mirar, sabía que algo había pasado por alto con respecto a los catalizadores o esos tatuajes extraños en Ritsumary y Tarrasquel, pero no era sobre lo que pensaba, era algo mucho pero mucho peor, miro hacia atrás y lo vio, un chico de su misma altura y aparente edad, cabello, corto color verde oscuro con una cadena como corona en la cabeza, una especie de toga color negro con azul en los bordes y sandalias rojas, las mangas igual con cadenas delgadas que colgaban de sus brazos casi llegando al suelo, de metal de platino de un lado y dorado del otro, una mirada sin pupilas ni corneas solo blanco puro, una tez morena de piel delgada y una sonrisa tan normal que hizo sentir escalofríos a Jezabel, cosa que no pasaba en bastante tiempo.

—Misteltyn... sabes que me mataran y los matare, es más, mataran a todo mundo solo por esto y eso no sería productivo para nadie...

—¿Lo dice quien toma el lugar de instructor en una escuela del reino humano sin seguir su lugar y deber en el mundo?

Eso dejo a Jezabel ahora sin palabras, si fuese humano se vería como tragaría saliva, había tomado todas las precauciones posibles y que tenia a la mano para hacer lo que había hecho, inclusive pensó que ni ellos podrían saberlo, salvo quien estaba frente a el mostrándole que no era así.

—¿Lo sabias?

El niño solo sonrió, no era una sonrisa tranquila, era una que si decía más podría empezar y que mejor lo dejara así en un empate invisible, su saña era tan grande que podría empezar todo por simple capricho sin importarle todo lo que conllevara ese mismo capricho.

—Dejare que hagas lo que quieras... y tu dejaras que yo haga lo que quiera... y todos ganamos ¿es simple, no? hasta alguien como tu debe comprenderlo

«Creo que lo paranoico me va bien» pensó Azrael sintendose derrotado «demasiado bien»