La gran y robusta guerrera destrozaba armaduras alrededor con solo una espada hecha de un material cristalino grisáceo, angosta de no más de 30 cm de ancho y largo de casi 1 metro y su armadura color carmesí, pero solo consistía en el pecho, piernas, rodilleras y un casco distintivo de su país (cuál guerrera de algún juego RPG), a ella no le gustaba demasiada protección, la creía incomoda y su movilidad más lenta confiando únicamente en la destreza y fuerza que ejercía.
Momentos después de destrozar casi una legión inmóvil de armaduras puestas en muñecos de madera, descansó, clavó la punta de la espada en el suelo y exhaló tranquilamente para relajar su respiración mientras se secaba el sudor de la frente que había mojado su piel tersa y el cabello hasta los hombros de color gris con mechones rojos, los ojos negro azabache de mirada seria y expresión juguetona como si todo fuese algo gracioso para ella.
El día era lo más soleado que se podía estar en aquel reino, el coliseo en el que se encontraban era grande, casi al tamaño del coliseo romano (48,5 m (actual) pero hecho de metal, arena rojiza en el suelo y rocas, arriba flotando en el centro había un gran rombo de cristal celeste, servía como un proyector para la gente en las gradas alejadas hasta arriba de la arena justo como una gran pantalla sostenida por cables invisibles, el palco para invitados con su cupo para solo 8 personas, el sitio del rey encima de este como segundo piso, adornado para el rey y en el exterior listo para alguna lucha de demostración o alguna festividad, aunque ahora no había necesidad de ello ya que solo habían tres personas en la arena, dos mirando el desempeño de quien entrenaba como soporte, ayuda y la propia guerrera.
Ellos estaban con aquella guerrera, uno reconstruyendo desde su lugar las armaduras, el otro anotando cosas en un holograma que salía de un anillo en su dedo, mirando y esquivando las esquirlas metálicas que se desprendían al impacto de la espada de la guerrera, además del polvo y rocas que volaban cuando la dejaba caer de golpe, todo hasta que ella descansó y se detuvo, el que anotaba todo se acercó dándole una toalla para secar bien su sudor, ella lo tomo agradeciendo mientras calmaba su respiración.
— ¿Y? ¿Qué le paceré la espada? — Preguntó el sujeto—, el material que logramos fusionar al derretir y mezclar una Saints Row en perfecto estado a la muestra extraída de nuestro volcán ¿parece llenar las expectativas de su fuerza?
Vistiendo la bata larga hasta casi el suelo como una túnica una mirada cansada con el rostro como si no durmiera, de cabello morado, corto revuelto y de la edad de unos 20 estaba esperando la respuesta mientras sonreía de manera aterradora y como un acosador.
—La espada está bien, pero siento que aún me rechaza de ser quien el porte, no sé, como si en vez de que yo esperara algo del arma, está lo esperara de mí, ¿Seguro que no está maldita o algo?— dijo aquella guerrera mientras tomaba de un cántaro en su bolsillo agua clara, su voz impostada y su desconfianza denotaban que quería la respuesta más seria posible de quien le hablaba
El otro sujeto que no había hablado, saco de su mano energía que mando hacia las armaduras para rehacerlas sin lanzar alguna magia, mientras suspiraba para dar su respuesta.
—Eso es obvio— dijo al terminar muy rápido y de una voz muy gruesa—, las armas hechas para la realeza son de un material extraído del sagrado volcán Nikolskaya, justo donde duerme el Dragón de la estrella destructora "Vrishna" tomar parte del miasma (energía mágica) de aquel ser cuesta mucho trabajo, y como los dragones son orgullosos en el sentido de fuerza superior, esta parte está unida a ese pensamiento, pero debo decir que no sé si sea grosero tomar aun si eso para esto algo tan importante como esto
—Lo sé... pero no sería algo serio si no fuese necesario— dijo ella algo molesta—, las nuevas armas son muy adelantadas, nos estamos quedando atrás y es mi deber probar cada una para ver cuán peligrosa es... aunque debo decir que me divierto un poco y he catalogado cada una de las que tienen ahora nuestras fuerzas... sin embargo, esta me llama mucho la atención, no tiene vida pero siento un poco de voluntad en ella como para evitar mostrarme lo que realmente es... sería interesante encontrar a alguien en batalla para probarla aunque sea un poco, y siento que lo que está pasando ahora es buena oportunidad.
Los otros dos se quedaron en silencio, era obvia la razón.
— ¿Un festival en tiempos como estos? ¿Qué mente tan enferma y despreocupada hizo eso?, ¿o más bien provoco eso? — Dijo el mago con una obvia frustración
—Dicen que es un buen maestro, a nuestras filas le vendría bien una adición como esa—dijo el otro sujeto—, inclusive el hermano de ella que es un soldado fue hacia ahí para enfrentarlo y aun no vuelve, eso demuestra que puede valer la pena, ¿no creen?
De nuevo se hizo un silencio, ella se preparó tomando la espada nuevamente, esta se ilumino un poco reaccionando a su toque, solo una vez vio que se iluminaba más fuerte, pero ahora no, y quería saber la razón.
—Todo por un sujeto cualquiera— dijo al empuñarla y sacar un aura plateada—, pero mentiría si dijera que no estoy emocionado por ello
De nuevo empezó a entrenar de una manera salvaje y brusca, los otros dos se alejaron enseguida, solo que ellos hablaron entre los dos.
— ¿Podrías decir la verdad? — Pregunto el mago mirando a su compañero-
—No tengo nada que ocultar, ¿qué necesidad tendría si así fuera? — pregunto el doctor encogiendo los hombros tranquilo
—La necesidad de ser el investigador más importante del reino, además de que eres uno de los que descubrió las propiedades más importantes de las Saints Row
—Cierto... la verdad es que sentí un aura extremadamente fuerte no hace mucho, no sé qué fue, paso de la nada, algo fugas y venia de la misma dirección de donde esta ese lugar, las mediciones demostradas dieron el resultado que eran dos fuentes de energía, no vistas en mucho tiempo, una parecida a magia negra, la otra desconocida... dime, ¿no te daría curiosidad saber eso?, además la capitana está entrenando fuertemente, no tendrían la necesidad de pelear con ella sin que antes los matara, ¿o crees que alguien podría con semejante fuerza adicional?
El mago se quedó callado y miro a la capitana, ella era la más fuerte y primera en aceptar la petición del rey, sabia lo fuerte, salvaje y orgullosa de sí misma que era, no podría haber problema, así que solo siguió reconstruyendo las armaduras haciéndolas cada vez más resistentes.
«Sigo pensando que es mala idea... pero creo que no puede haber problema si habrá gente fuerte ahí... ¿cierto? » pensó para si
"Mientras tanto y aun lejos de la academia"
El carruaje paso moviéndose fuertemente por el camino, era uno color marrón, adornado de manera elegante, los bordes bañados en plata, las ruedas metálicas y los caballos pura sangre, de melena blanca y pelo gris, no demasiado en términos de nobleza, se veía que era importante, el movimiento por fuera era brusco, pero dentro no se podía sentir tanto el movimiento, tal vez era por la pequeña magia de vuelo que hacia como algunas aves al solo moverse todo menos el cuello y la cabeza manteniendo la posición, dentro estaban el rey de otro lugar, la reina, la princesa y el encargado de las preparaciones por parte del reino, Tarrasquel.
—Siento raro el no tomar nuestro carruaje preferido, pero tampoco que nos asalten— dijo la reina con un abanico en la mano derecha vistiendo un gran traje al estilo victoriano negro con líneas plateadas algunas joyas y una gran tela transparente que le tapaba el rostro—, espero y no se demore esto, quiero ver que harán todos en aquel festival, hace mucho tiempo que no voy a uno, ¿y tu querido?
—Me siento igual, pero solo vi unos cuantos de lejos, así que es interesante, Louise, espero y aprendas sobre lo que veremos
—Como sea
La princesa Louise de 18 años solo veía por fuera la ventana sin hacer caso a la plática de sus padres, tenía un vestido arrugado, algo sucio de igual color negro, pero con más tonos diferentes, entre el azul y verde en el pecho, de pelo azul claro con pocas líneas fuertes como si fuesen mechones, tez blanca, ojos tranquilos y color rubí.
—Fue una verdadera sorpresa el que los Reyes de Undyne vengan a este lugar, aunque aún no me queda claro que asuntos puede haber mientras todo aún se acomoda— pregunto el invitado— «además de no traer guardias ni guardaespaldas... ¿qué son suicidas? ¿Lo hacen a propósito? »
Claramente esto fue sin previo aviso, añadiendo más causas probables a algún conflicto si es que algo malo les pasa a ellos.
—Por tu mirada aparentemente tranquila se lo que piensas, solo vienen a ver a ese sujeto... Azrael, quieren ver que tan bueno y si es necesario— dijo la princesa sin mirarlo en un tono aburrido
Sus padres ni se inmutaron, más bien parecían darle la razón con su silencio, algo que tranquilizo un poco a Tarrasquel de cierta forma.
—Ya... ya veo— dijo el sujeto algo impresionado por ello y algo apenado por ser descubierto
—Valiery te he dicho que cuando hables dilo de frente, y ese tono no es de una princesa— dijo su madre como si nada, aun manteniendo la postura
—Sí, sí, lo que tú digas madre— dijo la princesa sin hacer realmente caso—, Odio cuando dices mi segundo nombre, lo sabes, ¿no?
Y ahora la discusión se trató sobre ella, pero seguía sin inmutarse en absoluto no decir nada.
«Que joyita tienen ahí, toda una adolescente rebelde en plena forma»
Repentinamente el carruaje se detuvo demasiado brusco. Todo mundo se quedó algo confundido, pero Tarrasquel presentía lo que venía, además de la princesa ya que se acomodó mejor quitando las manos de la ventanilla.
— ¿Eh?, ¿qué pasa? — pregunto el Rey dudoso y queriéndose levantar
Pero el invitado lo detuvo y saco una espada, la princesa se le quedo mirando, parecía no importarle si vivía o moría enseguida.
—Nunca es bueno cuando eso pasa— dijo Tarrasquel al tocar un poco la puerta
Abrió la puerta y vio algo que se podría decir se veía venir si vinieran en un carruaje así que hasta hizo suspirar a Tarrasquel, la princesa se volvió a acomodar colocando los antebrazos en la ventanilla.
Un gran grupo de bandidos harapientos con pocas armaduras puestas y espadas medio afiladas y pocas con filo estaban a los lados rodeando el carruaje.
—Los rumores de una fiesta que se hará han traído muchos invitados, debería saber que esto iba a pasar— dijo la princesa mirando como una mujer le tocaba el cabello como si nada
—Gracias por el dato— no pudo resistir a decir eso el invitado
Miro como una ladrona se acercó a ella, era alguien de casi la misma edad que Louise, quería decir algo pero era primero ocuparse del verdadero problema.
—Lavas bien tu cabello— dijo esa ladrona interesada en ello más que robar
Louise miro a otro lado.
—Realmente no... — dijo la princesa algo apenada
—El mío es mugroso... y muy sucio quisiera poder lavarlo para al menos ver si brilla— dijo la ladrona inocentemente mientras comparaba su cabello con el de la princesa
Estaban ajenas a lo que pasaba a lado suyo.
«La jurisdicción y seguridad del lugar aún están lejos, inclusive esas cosas tardarían un poco en llegar aquí... no puedo arriesgar a los reyes, podría provocar algo innecesario, podría hacer que todo esto se arruine y ¡volverían las cosas peor! » Pensó Tarrasquel en posición defensiva « inclusive si hiciera algo rápido, este problema podría crecer, estos tipos no pueden ser los únicos aquí, debe haber más »
La princesa y la ladrona seguían hablando como si nada, los reyes estaban dentro no salían por seguridad, ni se preocupaban por su hija.
— ¡Ho~ un carruaje! — Grito una voz por detrás del propio carruaje—, es raro que algo tan importante este aquí... y menos con ese tipo de estilo tan raro
Todos miraron al dueño de esa voz, era un adolescente en la espalda de un caballo negro, era como ver al zorro encima una pequeña colina en el horizonte y muy cliché por cierto, se acercó a paso lento a ellos con una sonrisa tranquila hasta que estuvo en medio de todos como si fueran compañeros.
— ¿No es amigo suyo? —pregunto la princesa a la ladrona señalándolo
—Pensé que era suyo— respondió ella
—Perdón, perdón, soy Azrael, fui a hacer algo a un lugar lejano— respondió como si nada—, algo que los mataría de gusto
—Soy Tarrasquel, administrador del rey de aquí, ¿podrías ayudarme?, la familia real de Undyne vienen a la escuela y estoy en apuros contra esos ladrones
—Pensé que eran gente que acompañaba al carruaje... Claro, claro, antes, déjame bajar de mi caballo... ¿cómo era?
Bajo con un salto sin importarle que se le doblar el tobillo, grito internamente, pero no lo expreso, miro a todo mundo con algo de curiosidad.
—Con que tú eres el famoso profesor Azrael... se dice mucho de ti— dijo uno de los ladrones—, entre ellos que puedes ser un no-muerto, además que nos has causado muchos problemas en cuanto nuestro trabajo y los de otros compañeros
—No he escuchado al respecto, solo hago mi trabajo, pero si es así, está bien, aunque investigare quien fue la lengua de víbora después... ¿así que, podrías por favor tú y los tuyos irse? Podrían ir y les invitaría algo del festival
El ladrón y unos cuantos más rieron, era algo demasiado falso su tono de voz y convicción.
— ¿Por qué perderíamos la oportunidad de no tomar todo y después irnos? — dijo una mujer ladrona entre el grupo
— ¡¿Es idiota?! — grito otro entre risas
Azrael solo apunto con su dedo al jefe y hablo.
—Bueno, hagamos algo ya que no quieren hacerlo, y claramente no obedecerán, ¿has visto de qué color son tus intestinos? Podrías cortarte tú mismo y ver
—Ho~ ¿eso es una amenaza? — pregunto el jefe mientras se impregnaba de un aura oscura alrededor listo para matar
—No, lo digo porque tienes el vientre abierto... aplausos—dijo Azrael
El ladrón no entendió, hasta que en todo su cuerpo sintió frio y sangre salió de su boca, después le golpeo un escalofrió brutal, miro hacia abajo y vio vapor salir de ahí, lo rosado del tejido, la sangre roja brotar y sus intestinos empezaron a escurrir hasta el suelo haciendo un sonido de algo salpicando seguido de otro viscoso, no alcanzo a gritar ya que se desmayó por el shock para no despertar más, los demás se les palidecieron los rostros, soltando las armas, corrieron despavoridos entre el camino y el bosque, el cuerpo del jefe desapareció con todo y la sangre en el suelo, como si se hubiese esfumado de ahí.
—Creo que me pase... bueno acabo de hablar con ella así que es obvio— murmuro Azrael—, y ustedes, no dejen a nadie vivo, no hay información que puedan darme, hagan lo que quieran con ellos
El aire, verdes pastos, árboles y arbustos se movieron al terminar de decir eso, los demás estaban igual de blancos del rostro, menos los reyes que seguían esperando a que les explicaran que estaba pasando.
—Q-que magia... ¿qué magia es esa? — Pregunto Tarrasquel al solar su espada y casi vomitar por lo que había visto—, ni siquiera sentí magia salir de sus manos... solo lo dijo... y ese sujeto se cortó a si mismo...-
—Magia de control mental... creo que mi habilidad no está muy refinada, solo responden una pregunta mía y puedo ordenarle lo que sea
Miro a la princesa, ella estaba siendo abrazada por la ladrona, ambas con una expresión de miedo y las caras más pálidas que los demás, Azrael se acercó a ellas como si nada.
— ¿No te iras? —pregunto Azrael como si nada ladeando un poco la cabeza
—mM... mi... MIS... Mis pi-piernas... no.... No... mUEVEN
Miro abajo, hasta se había orinado del miedo dejando húmeda la tierra
—Bien, hare que no vi nada
Después miro a la princesa, ella no dejaba de mirarlo con un miedo atroz, pero había algo más en ello.
—Padre... ¿pu... pu-edo pedirte un fa.... favor?... —pregunto la princesa con tartamudeo
—Aunque no sé qué paso, pero di lo que quieras hija— dijo el rey ignorante de lo que había pasado
—Que... quiero casarme con el
— ¡¿EH?!
—Yo no— dijo Azrael enseguida
Ella quiso hablar más, pero Azrael ya estaba encima su caballo otra vez
—Ya no habrá más problemas en todo el camino, avisare a la seguridad de ello y extenderé el perímetro, nos vemos en la escuela
Tarrasquel, se quedó en blanco, tanto como lo que había pasado como la respuesta de Azrael, la ladrona cayo de rodillas al suelo.
«Ese sujeto... es imposible que algo así exista... ¡¿y ella se quiere casar con él?!»
Mientras tanto Azrael seguía cabalgando, pensaba en lo que había hecho.
—Veo que mi señor es muy imponente hasta para los humanos~— dijo una pequeña voz junto a él
— ¿Crees que eso causara problemas? —pregunto Azrael
—Los suficientes como para hundir internamente dos reinos de un solo golpe~, como se esperaba de mi señor~ —la emoción se notaba en aquella voz que en un principio sonaba triste
—Cambiando el tema, me disculpo por traerte mientras hacías tus cosas en tu cuartel
—No importa mi señor~... hace mu~~cho tiempo que no he visto una de estas fiestas, además que es mi deber protegerlo ante todo~... aunque si me disculpa el preguntar~... ¿que planea hacer con lo que me dijo?
—Honestamente no tengo idea... solo quiero ser yo de una manera extrema como antes
—Y volver a todos en el caos~... si, realmente fue buena idea el que me lo haya pedido usted~
La pequeña voz se adelantó, era un hada, del tamaño de una muñeca de plástico, no vestida con armadura, sino con ropa normal y una capucha, las alas negras desprendían un polvo negro, pero este ya no hacia secar todo a su camino, tenía una sonrisa agradable, como ver una escultura hermosa antes de morir.
Chronique, uno de los 4 generales del rey demonio.
«No, solo quiero ser yo y disfrutar todo esto, pero aun necesito preparar más cosas... aunque si traigo a otro, o hubiese traído a los demás, ellos se volverían locos enseguida y Chronique es el más cuerdo de entre los 4... Sí, me encantan mis vacaciones... Y PUEDE QUE SEA SARCASMO, ¡NO LO SE REALMENTE! » pensó Azrael viendo la academia a lo lejos