Meses atrás.
En la Villa de la familia Domale Dapane.
En uno de los suburbios más lujosos se encontraba la Villa de unas de las familias más prestantes. El clima era caluroso, pero eso no impedía que se respirara un ambiente fresco en aquella villa. La servidumbre estaba alborotada con los arreglos de la cena que se iba a llevar a cabo. El invitado de honor seguía siendo una incógnita, según los empleados, quienes no paraban de murmurar unos a otros, especulando con el nombre de quien se trataba, todo para haber puesto aquella villa en un caos total. Para que los dueños y señores de la gran casa, que siempre se mantenían calmados y sonrientes, en ésta ocasión se encontraran muy ansiosos y nerviosos a la vez, tendría que tratarse de alguien muy especial. Se rumoraba que sería el hombre más importante y poderoso del país quien visitaría la gran villa de la familia Domale Dapane. Éstos eran algunos de los murmullos que corrían por toda la enorme y lujosa casa, pasando por cada uno de los muchos empleados.
....
En el gran estudio se encontraba una pareja de esposos, ansiosos y muy nerviosos. Eran el señor Mar Domale Dapane y su señora Alice. Ambos no dejaban de caminar de un lado a otro, sus mentes estaban hechas un caos, tratando de pensar cómo podrían resolver el problema que tenían encima.
–¿Dónde está Tanying? –preguntó de repente el hombre a su esposa, deteniendo sus pasos.
Alice, apenas escuchó la pregunta de su esposo, quedó en seco sin saber qué responder. Su hija había salido desde muy temprano sin haber dicho palabra alguna. Había estado intentando llamarla muchas veces al celular, pero siempre la mandaba al buzón.
–Ya sabes cómo es Tanying… –respondió a su esposo, mientras daba un largo suspiro.
El hombre, frunció el ceño. Claro, el mejor que nadie conocía a su traviesa hija; desde que había nacido lo único que le había traído eran muchos dolores de cabeza. No hubo día en el que no le hiciera salir más canas, pero el hombre era tan débil cuando se trataba de su bella hija, que no le importaba lo mucho que lo hiciera enfurecer, por lo que jamás se atrevería a ponerle una mano encima. Para sus ojos su hija era un tesoro muy preciado y muy raro, su actitud la hacía única.
El hombre no pudo evitar sentir un dolor agudo en su corazón cuando pensó en aquel contrato matrimonial de hacía ya varios años, cuando su padre aún vivía. Un nudo en la garganta pronto se le formó. Alice pronto notó el estado de su esposo, por lo que decidió acercarse y ayudarlo a tomar asiento. Una vez ambos estuvieron sentados, uno junto al otro , con sus manos entrelazadas, Alice no pudo evitar soltar un par de lágrimas; la situación se tornaba muy nublada para ellos.
Alice también se sentía muy triste en el fondo de su corazón. Ni siquiera podía imaginar una vida sin su bella hija alrededor de ellos . Y lo peor era la situación que a su hija le iba tocar vivir. Era algo que ella, tanto como su esposo, habían ocasionado años atrás. Y ahora su inocente hija le iba tocar pagar. Sus manos no demoraron en temblar, lo que inmediatamente fue percibido por su esposo, quien apretó con fuerzas las manos de su esposa en un intento de consolación .
...
En unos de los grandes y lujosos centros comerciales, en un gran estacionamiento subterráneo, se encontraba una joven mirando para todos lados infragante como un sigiloso ladrón , asegurándose de que nadie la viera. A simple vista, parecía una joven universitaria: su vestimenta era casual; pantalón y camiseta sencilla con unos tenis que combinaban con su blusa, lo que la hacía ver como cualquier otra chica. Sin embargo, si se detenían a ver sus rasgos faciales, cualquiera quedaría sin aliento y dudaría si aquella joven era real. Su belleza era única, su cabello largo, que había sido tinturado de color lila recientemente, le daban un toque especial.
A toda prisa, cuando se percató de que su objetivo estaba listo, se acercó con sigilo y empezó a pinchar cada una de sus llantas. Se trataba de un <
Pero fue inútil, apena salió el hombre, ni siquiera se voltio a mirarla mientras ella estaba replicándole. Frustrada de aquella situación, a la chica se le ocurrió darle una lección para que aquel hombre, en el resto de su vida, no volviese a ser tan arrogante y grosero. Cuando la última llanta del coche fue pinchada, sonrió victoriosa y se sintió orgullosa de su trabajo. Cuando estaba a punto de irse de el lugar del crimen, escuchó voces a lo lejos que gritaban:
–¡Hey!, ¡¿tú qué haces?!
Cuando vio que era aquel hombre quien había abierto la puerta, al arrogante hombre de unos minutos atrás, comenzó a correr como un animalito salvaje para llegar a su automóvil maldiciendo mentalmente: ¿"A qué persona se le ocurre entrar a un centro comercial ,tan solo por unos pocos minutos?". Apena estuvo dentro de su coche, se apresuró a encenderlo, y para cuando el asistente del hombre llegó junto al automóvil de la chica ya era muy tarde; la joven había sido rápida y se había dado a la fuga.
A una distancia prudente se encontraba el dueño del automóvil de los neumáticos desinflados. Aunque su rostro no mostraba expresión alguna, había logrado ver a la chica huyendo de la escena del pequeño crimen. Por un momento se había quedado impactado de la astucia que había tenido aquella joven para atreverse a hacer tal acto. ¿Acaso no sabía quién era él? ¿O simplemente lo había hecho con toda la intención de llamar su atención?, como había sido el caso de muchas otras mujeres que hacían muchas cosas para logra llamar su atención.
A lo lejos, parecía tratarse de una estudiante universitaria que tenía que tener entre 20 a 19 años . El hombre, pensando en la apariencia de la chica, pensó en la casualidad de que su futura esposa también tendría que ser una universitaria almenos tendría la misma edad de aquella chica , y a quien, por cierto, conocería en un par de horas. Pero dado que es proveniente de una familia adinerada, su futura esposa tendría que ser como todas las damas de alta sociedad: engreída, presumida y aburrida lo que le quitaba el interés de tratar o siquiera conocerla . Y aquella muchacha era todo lo opuesto a como una dama de la alta sociedad vestía.
El hombre pensó en su amarga situación al recordar aquel contrató matrimonial que su abuelo había echo , con su viejo amigo cuando eran jóvenes y aún tenían el dominio de la cuidad , dado que ambas familias habían tenido hijos varones el acuerdo pasó para sus nietos. La suerte no estuvo de su lado esta vez la familia Cash había tenido un varón como primogénito y nueves años después la familia Domale Dapane tuvo una niña de primogénita , el contrató quedo pactado aquel día , el mayor de la familia Domale Dapane ya había muerto solo quedaba su abuelo .
<< "¡ Encuentra a esa mujer"! , enséñale una lección para que aprenda a que nadie se mete conmigo sin salir ileso>> .dio instrucciones, con cierta furia en sus palabras, a su asistente mientras subía al otro automóvil que había llegado por él. Sacó al conductor del asiento para luego subirse él, cerró las puertas, puso en marcha el automóvil y arrancó, dejando a su asistente y al conductor abandonados.
En unas de las muchas calles cercanas del gran centro comercial exclusivo de la ciudad, Tanying no dejaba de sonreír alegremente mientras conducía su coche; realmente sí que se había salido con la suya: le había dado su merecido a aquel hombre arrogante.
Ahora , tenía que ver a donde compraría el obsequio que quería comprar en aquel centro comercial.