Nicole guardo su teléfono, reprimió el dolor en su corazón y la sensación de ardor en su cuerpo, luego se armó de valor y tomo un taxi hacia el ayuntamiento.
El tiempo transcurría de forma escruciante. Eric llamo a Nicole dos veces, pero ella no respondía, así que se rehusó a volver a llamarla.
Nicole, con un aspecto muy pálido, espero sentada en un banco. Una hora más tarde, Eric se acercó con un rostro severo e inexpresivo y la observo con su fría mirada.
- ¿Exactamente con que estas insatisfecha? Se que has donado más sangre de lo usual este mes, pero ya te he compensado.
-Solo divorciémonos. -Nicole levanto la cabeza y se encontró con su fría mirada. Su voz se escuchaba un poco baja y ya no quería hablar con Eric.
Igual, nunca lograban ponerse de acuerdo.
Nicole observo los rasgos prominentes del hombre que tenía enfrente. Era guapo y alto, lo que hizo que se enamorara de él, pero ni una sola vez él le sonrió de vuelta.
En el pasado, ella solía ser cautelosa para no molestarlo, pero ahora, al ver su rostro severo, se sentía perpleja.
Eric miraba a Nicole con una expresión sombría. Podía aguantar todas sus peticiones o exigencias, pero necesitaba una razón.
-Nicole no te arrepientas de tu decisión.
-De lo que más me arrepiento es de haberme casado contigo hace 3 años. -dijo Nicole con una sonrisa miserable. Por fin lo había pensado con detenimiento y su mente no podía estar más clara en ese momento.
Era casi el final del día, así que solo había unas pocas personas en la fila y ellos eran la última pareja.
Sus 3 años de matrimonio terminaron tan repentinamente, en cuestión de minutos.
En el momento en que Nicole sostuvo el certificado de divorcio, su corazón tembló un poco.
Eric no le suplico que se quedara, ni siquiera le dedico una mirada.
-Vamos al hospital.
No se había olvidado de usarla una última vez.
Nicole levanto ligeramente la cabeza y se rio de repente:
-Eric Ferguson, no importa si ella estuviera muriendo frente a mí en el futuro, no volveré a desperdiciar otra gota de sangre por ella.
Los ojos de Eric se volvieron repentinamente sombríos.
- ¿Cómo puedes maldecir así a Wendy cuando está enferma? No lo olvides, la condición de nuestro matrimonio en ese entonces es que donaras sangre en cualquier momento que ella lo necesitara.
En ese momento, Nicole sintió como si su corazón fuera apuñalado. Estaba abrumada por el dolor.
Sus ojos parpadearon mientras lo miraba, pero los ojos del hombre solo mostraban su habitual indiferencia.
La sonrisa de Nicole se amplió hasta que finalmente soltó una carcajada con frialdad desenfrenada.
- ¡Eric Ferguson, me importa un demonio ser tu esposa! No te preocupes, le donare mi sangre por última vez y saldaremos cuentas.
Ella sonrió enigmáticamente, luego miro a Eric y se dio la vuelta para marcharse.
Eric frunció ligeramente las cejas. Se sentía inexplicablemente molesto. Sentía que hoy había algo diferente en Nicole, pero no podía describir la sensación. Era como si ella estuviera fuera de su control.
En sus 3 años de matrimonio, él pensaba que ya la conocía bien. Ella era empalagosa y persistente antes de casarse, pero luego de eso se convirtió en una esposa dócil y obediente.
Recientemente, Wendy necesitaba más transfusiones de sangre. Él se sentía culpable por ello, pero Nicole nunca se había negado, así que se sintió más aliviado y pensó en comenzarla de otras formas.
Independientemente de sus intenciones iniciales de casarse con él, Nicole era una buena esposa. Que ella le pidiera de repente el divorcio le molesto, pero no le importo.
Los ojos oscuros de Eric se profundizaron mientras se deshacía de la molestia que sentía en el corazón.
Antes de que Eric pudiera decir algo, Nicole llamo un taxi desde la acera y se dirigió al hospital. Encontró la sala exclusiva de Wendy Quade y abrió la puerta de un empujón.
Unos cuantos doctores y enfermeras rodeaban a Wendy y preguntaban atentamente si la mujer sentía alguna molestia.
Cuando Wendy vio a Nicole, sus ojos parpadearon e inmediatamente se mostró encantada.
- ¡Nicole, por fin estas aquí! no estarás enfadada conmigo por molestarte siempre por mis problemas de salud, ¿verdad? Me preocupaba que tu cuerpo no pudiera soportarlo.
Nicole se acercó con una mirada fría y sombría.
-Tu enviaste ese mensaje, ¿cierto?
Fue directa al grano.
Antes de que Wendy pudiera responderle, Nicole le abofeteo con crueldad.
- ¡Ah! -Wendy grito y se cubrió la mejilla, sorprendida.