A Nicole no le importaba en lo más mínimo si Wendy se sentía avergonzada o no. Vio la pierna izquierda vendada de Wendy y le arranco la venda, a pesar del forcejeo de Wendy. De repente, la temperatura de la sala descendió instantáneamente a un punto escalofriante.
Nicole miro el rasguño en la pierna de Wendy y resoplo:
-Vaya, es tan grave que no sale ni siquiera una gota de sangre. Si hubiera venido un poco más tarde, me temo que tu herida se hubiera curado por completo.
- ¡Nicole! Tu… Eric, no es así… es que ahora me siento débil y me recuperare mejor con una transfusión de sangre… -Wendy se encontró con la oscura mirada del hombre. Su corazón temblaba mientras explicaba en pánico.
-Te lesionas 4 o 5 veces al mes. ¡Creo que estas tratando de drenarme la sangre! -la voz de Nicole era fría mientras continuaba: -Que lastima, no volverás a tener la oportunidad en el futuro. Conseguir que Eric se case con otra tonta para que sea tu nuevo banco de sangre ambulante.
Después de eso, Nicole hizo una mueca burlona y salió de la sala sin mirar atrás. En el momento en que Nicole cerró la puerta de la sala, se desplomo en un banco del pasillo. En ese momento, se sintió abatida como si el mundo entero la hubiera abandonado.
Nicole se sentía muy agraviada. Las lágrimas se deslizaban por el borde de sus ojos mientras sacaba su teléfono y reunía fuerzas para hacer una llamada. Su voz se ahogó por el cansancio.
-Hermano mayor…
La otra parte solo escucho su voz y suspiro en silencio. Su voz era indulgente:
- ¿Dónde estás? Te recogeré.
Unos minutos más tarde, un hombre noble y elegante al frente de un grupo de misteriosos hombres de negro saco a la mujer inconsciente del hospital y se marcharon en silencio.
Eric Ferguson arrastro al doctor que la atendía fuera de la sala, con una expresión sombría en su rostro. Sus ojos oscuros estaban llenos de ira.
- ¡¿Una lesión grave en la pierna?! ¿acaso era necesario una transfusión de sangre para ese rasguño? ¡¿es este el nivel de profesionalidad de este hospital?! -Eric transmitía un aura aterradora. Cuando pensaba en el débil estado de Nicole cada vez que donaba sangre, la culpa en su corazón se hacía más profunda y ahora ese extraño sentimiento en su corazón se hizo más intenso.
El doctor se estremeció y ya no se atrevió a ocultarle la verdad:
-Fue una orden de la señorita Quade. No tiene nada que ver con nuestro hospital. La señorita Quade dijo que usted estaba de acuerdo con las transfusiones de sangre. Cada vez que la señorita Nicole donaba sangre, usted también estaba allí, así que solo pensamos que seguíamos órdenes. Señor Ferguson, nunca nos atreveremos a hacer esto de nuevo…
Si este era el caso, Eric pensó que podría explicárselo. Aunque no sentía mucho afecto por su esposa, siempre había sido fiel a su matrimonio y estaba satisfecho con su estado actual. Por lo tanto, no le importaba vivir así el resto de sus vidas.
Al menos, nunca había pensado en divorciarse desde que se casaron. Si Nicole no estaba satisfecha con su relación con Wendy, él podría mantener cierta distancia de ella. Eric pensó que su matrimonio podría salvarse si resolvían ese pequeño problema.
Saco su teléfono para llamar a Nicole, pero el de ella estaba apagado. Eric frunció las cejas con fuerza mientras llamaba a su guardaespaldas, que estaba en la entrada. Unos minutos más tarde, el guardaespaldas estaba de pie frente a él, con miedo.
-Señor Ferguson, no podemos encontrar a la joven señora por ningún lado. Las imágenes de vigilancia del hospital fueron borradas de repente, hace 10 minutos. No podemos encontrar ninguna pista de adonde se dirigió la joven señora, incluso ya registramos todo el hospital.
Eric frunció el ceño y sus finos labios se apretaron en una línea tensa. Cuando recordó la forma en que Nicole no dudo en firmar su nombre en el acuerdo de divorcio, sintió que un sentimiento indescriptible surgía en su pecho. Sus profundos ojos oscuros parecían no tener fondo. Tenía una expresión incomprensible.
La idea de que ella se marchara tan bruscamente hacia más intenso ese sentimiento de molestia que lo perseguía constantemente. Su corazón se sentía extremadamente inquieto.
-Haz que alguien la busque y notifícame de inmediato cuando la hayas encontrado.
-Si, señor.
Eric no quería admitir que sentía una punzada de pánico por esa mujer que ya no era su esposa.
Los elegantes muebles italianos de edición limitada de la habitación lujosamente decorada le resultaban familiares a Nicole. En cuanto abrió los ojos y vio la elegante habitación que no había visto en mucho tiempo, sus lágrimas rodaron instantáneamente de su rostro.
- ¿Por qué lloras? Es solo un divorcio. ¿Crees que la familia Staton no puede apoyarte?
Una voz madura y fuerte sonó en sus oídos. Cuando Nicole miro, sintió que le dolían los ojos y lloro aún más. Floyd Staton, el legendario presidente de la Corporación Staton que podía hacer temblar a toda la Ciudad del Oeste de un solo pisotón, estaba en la habitación de Nicole luciendo imperioso y majestuoso.
-Papa…