Hace ya 3 dias… Aunque ha pasado poco tiempo, pareciera una eternidad… Pero el recuerdo aún sigue vivo en mí… Dándome una sensación de ardor y pesar en todo mí ser… La luna era llena y las estrellas alumbraban el caos en llamas de mi pueblo natal, lo que antes fue un santuario para que humanos y dragones vivieran por igual.
Drakenshiel, un pueblo que… Nadie conoce… Excepto la gente que vive en el… Escondido entre las masivas montañas en la parte más al norte de Libria, difícil de llegar sin un transporte especial, por no decir que es casi imposible debido a las grandes barreras naturales que hay que pasar para llegar a tal recóndito lugar, tal vez si fuera caminando devuelta, tardaría una semana, pero ya es muy tarde para volver… Y aun mas ya que necesitas un dragón para pasar tales montañas, ¿Qué? ¿Crees que estoy delirando por la sangre que perdí contra aquel lobo?, si es así, no, no estoy mintiendo.
Mi pueblo era… Único, en muchas formas… Déjame contarte… Como llegue a estar en medio de esta bruma en primer lugar…
La noche se cernía sobre aquel prospero lugar… El rojo suave del atardecer se podía observar desde mi ventana… Creo que llevaba en ese entonces la misma ropa que uso ahora… La única diferencia es que mi gambesón de mangas cortas era de un azul reluciente, y no todas estas manchas de azul oscuro y sangre...
Observaba las casas con luces encendidas que se encontraban a lo largo del pueblo, mientras que las calles eran iluminadas casi como si fuese de día debido a la luz de las antorchas y gemas preciosas que la reflejaban…
El bullicio se hacía presente en las calles, ya que un gran flujo de personas peregrinaba a más adentro del pueblo, dirigiéndose a la plaza que hay al centro, ya que ese día era especial… Para mí al menos…
En el cielo, sombras de entre las nubes eran observables, seres revoloteaban en los cielos, manchas negras que tenían dos alas y cuatro patas, seres escamosos y hermosos capaces de enseñarnos y que aprenden de nosotros… Dragones sabios… Que a pesar de que en el mundo son perseguidos sin justificación debido al temor que les tienen… Estos seres son inteligentes, capaces de entendernos y no solamente eso, son pacíficos a menos que los provoques…
Desde que tengo memoria, ellos siempre han estado aquí, conviviendo en armonía con nosotros, como camaradas, como hermanos…
Momentos después de admirar las vistas a través del vidrio, escuche un golpeteo proveniente del suelo
—Archer ¡Ya es hora!—
Una voz femenina vino desde el piso de abajo… Cuyo tono era tan sereno como un arrullo… Pero con la capacidad de regañarte con la furia de un dragón hambriento…
—¡Ya voy!—
Exclamé, recuerdo sonreír de mejilla a mejilla, no había sentido tanta en desde mi cumpleaños, camine a paso raudo hacia la puerta de mi habitación, sin embargo, recuerdo voltear a contemplar la gran cantidad de recuerdos que tal lugar tenia guardados.
Aquella cama con sabanas azules, que desacomodaba siempre al dormir y que volvía a arreglar cada mañana… Aquellos dibujos que hice con papiros cuando era niño, ahora en marcos de madera barnizada… Unas pequeñas piedras de color azulado, las escamas que soltó Raciel por primera vez… Y aquella cometa de bebe dragón que hice con mi padre… Me pregunto… Si todo esto también se perdió en aquel entonces…
Salí al pasillo, cerrando la puerta en el proceso, mirando al fondo que se encontraba iluminado por las luces del piso de abajo, caminando lentamente a las escaleras, pasando el cuarto de mis padres, cuya puerta tenia adornos de escamas y algunos rayones de color que hice de niño, y pequeñas marcas que subían por el marco de la puerta… Mis ojos se ponen algo llorosos al recordar todos estos pequeños detalles que marcaban mi vida… Y mi progreso hasta cumplir los quince… Ese día lo espere, durante toda mi vida…
La casa era silenciosa, de pronto las luces que provenían de las escaleras se apagaron, mi ceja se alzó al ver esto, baje los escalones lentamente, la poca visión que había debido a la completa oscuridad era molesta, así como la niebla del bosque, y una vez puse un pie en el piso de abajo, las velas iluminaron el lugar de inmediato, deslumbrándome.
—¡Felicidades Archer!—
Tres voces al unísono exclamaron, acompañados de una ronda de aplausos que resonó a través de la habitación, al afianzar mis vista nuevamente, observe 3 rostros familiares, personas que conocía de hace mucho tiempo, si no es que toda mi vida...
La ovación cesó, y al cabo de unos segundos, una mujer de pelo negro como el mío, con ojos de color verde que se encontraban vidriosos por las pequeñas lágrimas que brotaban ellos, abrazándome al instante… Naturalmente devolví el abrazo… una calidez indescriptible que solo una madre puede dar… No puedo negar que extraño eso…
—Oh hijo mío… Mírate, y pensar que hasta hace poco y apenas sabias como montar a Raciel…—
Sentí como ella acariciaba suavemente mi cabello a pesar de la diferencia de altura, su tono de voz brindaba una serenidad a la emoción que sentía.
—Ma'… Eso fue hace 8 años…—
Dije entre risas, mi madre al oír esto lloró como una cascada, ella es una madre cariñosa… Siempre lo ha sido.
— Cada día te pareces más a tu padre de joven… ¿Solo trata de no estrellarte en los establos ok...?—
—¡No entrene todo este tiempo para caer de mi silla el primer día, será pan comido!—
Después de esa pequeña charla, vi como mi madre entre pequeñas lágrimas y una amplia sonrisa en su rostro se separaba de mí, poniendo ambas manos en mis mejillas, haciendo que baje levemente la cabeza, dándome un beso en la frente, me sonroje un poco por la vergüenza ya que habían dos personas más presentes.
Unos momentos pasaron antes de que mi madre diera pasos atrás, y las dos caras familiares que esperaban su turno para saludarme se pusieran enfrente de mí.
—Frente en alto Archer, ¡la promoción a jinete es solo una vez en la vida!—
El hombre que me superaba con algunos centímetros de altura exclamó, con una barba pronunciada y un pelo castaño al que se le asomaban unas pequeñas canas, aquellas palabras las había escuchado durante toda la semana anterior, hasta el punto en el que se tornaron algo molestas…
—Recuerdo cuando tu padre y yo nos volvimos jinetes…—
Y ahí va… Mirando al techo con sus ojos cerrados, inhalando profundamente antes de seguir hablando.
—Puede que los cielos de pueblo se vuelvan algo de todos los días, pero el sentir la brisa junto a tu dragón entre las nubes es gratificante—
El hombre puso su mano en mi hombro mirándome a los ojos con una gran sonrisa en su rostro
—Surca los cielos con orgullo y porta tu juramento con honor—
—Lo hare tío Kalum…—
Kalum es amigo de papa desde que eran pequeños, debido a que nuestras familias convivían bastante, terminé llamándolo tío, y en cuanto al chico al lado suyo que era un poco más pequeño que yo es…
—¡Felicidades, hermano mayor!—
Aquella voz infantil… No estamos relacionados por sangre… Pero es el a quien consideré como mi hermano pequeño, supongo que el sentimiento era mutuo…
—¡Kalem!—
Exclamé, para después ver al jovencito enfrente de mi con una ropa algo incomoda de ver, ya que llevaba un manto de abrigo bastante pesado, es otoño y hace algo de frio pero esto es demasiado…
—Vaya… Me compadezco, te ensillaron otra vez…—
—No es como que tenga opción, Archer… Se le va la olla a mi madre si voy afuera sin esto…—
Aquel comentario hizo que los 4 presentes soltáramos una risotada.
—¡Solo necesito aguantar tres años más y te alcanzaré!—
El chico tenia llamas en sus ojos, contagiándome su entusiasmo, haciendo que sonriese ampliamente
—¡Te estaré esperando entonces "pequeño newt"!—
Después de decir estas palabras, inmediatamente puse mi mano en la cabeza de Kalem, desarreglando su cabello por completo.
Recuerdo que por un rato, mi madre seguía contando algunas cosas vergonzosas de mi pasado, como la vez en que canté mal un conjuro de escama y me moje por completo de agua… O como la vez en que Raciel conjuro mal su gravedad y termino lastimándome la espalda por un mes…
Faltaba algo… Alguien… Muy importante…
—Ma'… ¿Dónde está pa'?—
Voltee a ver a mi madre después de preguntar, ella soltó un pequeño suspiro
—Tu padre está ocupado, salió disparado por qué Jusean intentó robar una oveja del rebaño…—
Bueno, alguien tiene que mantener en control a ese escamoso cascarrabias ya que papa es su jinete… Trabajando diligentemente todos los días del año para que nuestro pueblo sea prospero…
—¡P-pero no te preocupes! ¡Él te felicitara en la ceremonia, estoy segura!—
Ella cerró sus manos en pequeños puños y soltó un pequeño resoplido con la nariz, acompañado de una sonrisa afable.
De pronto, el sonido de una fanfarria se escuchó a lo lejos, haciendo que todos volteáramos a la ventana, el sol se escondía en el horizonte lentamente, y las estrellas del firmamento empezaban a aparecer
—¡Por los dioses dragón! ¡Mira qué hora es, tienes que correr!—
Mi madre se llevó la mano a la boca, su voz se encontraba algo temblorosa
—Raciel va a devorarme si llego tarde… ¡Voy corriendo!—
Raciel… Hace tanto que no lo veo…Solo espero que el este bien… Una mitad de mi ser no estaría completa sin el…
Recuerdo salir corriendo afuera, abriendo la puerta con rapidez, topándome con una iluminación vivida por las antorchas y lámparas que se encontraban a lo largo de los caminos de tal hermoso pueblo… Pasando a través de las personas que se encontraban transitando la zona, cada vez que veo aquel paisaje en mis sueños, recuerdos se desbordan en mi mente, con un pequeño añoro de volver a vivir aquellos días de paz… En donde pase casi toda mi vida… Mi pequeño mundo entre montañas, bosques y acantilados…
Drakenshiel…
Mi hogar…