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Chapter 3 - Batalla en Oasis

Las campanas de batalla resonaron mientras todos los comerciantes del lugar guardaban sus cosas preparándose para lo peor y los mercenarios que se encontraban descansando en las tabernas salían con sus armas listas para la masacre, pues sabían que al ser una ciudad principalmente formada por comerciantes y caravanas que estaban de paso, esta no tenía la seguridad de una ciudad oficial, por decirlo de otra forma, no había ejercito o una entidad poderosa que resguardara el lugar, por lo que todas las personas que estaban presentes tenían dos opciones: pelear o escapar; aunque siendo realistas, nadie en su sano juicio tomaría una oportunidad de supervivencia en Infernatum, puesto que en días estarías muerto sin las provisiones suficientes, e incluso de esa forma podrías perderte con solo dar un paso en falso o bien, encontrarse algún depredador de los muchos que están presentes en el basto desierto y ser comido, o peor, se sabe que algunas especies de bestias son especialmente sádicas y son capaces de paralizar a una persona con su veneno y dejarle sus huevos dentro de su cuerpo, en ese caso solo te queda rezar para que te desmayes del dolor y mueras rápido mientras eclosionan y empiezan a devorarte lentamente. Con todo esto en mente, las personas sabían que solo había una opción válida y esta era pelear.

En las calles se veía todo tipo de personas corriendo hacia las murallas de la ciudad, viejos, madres con cuchillos en las mano llevando a sus hijos que también debían pelear, los vendedores de esclavos liberándolos para decirles que si sobreviven serán libres, pandillas de mercenarios discutiendo su plan de acción, incluso los pocos oficiales encargados de la seguridad de las murallas estaban corriendo de un lado a otro mientras la nube de polvo cada vez se hacía más grande y esto causaba que todas las personas estuvieran más y más nerviosas ¿Quién no estaría nervioso si supiera que en breves minutos estará enfrentando a la muerte?

El suelo empezaba a retumbar, a lo lejos se podía escuchar una especie de rugido, quejido o una serie de sonidos extraños que hacía que a las personas se les pusieran los pelos de punta y empezaban a sudar profundamente, incluso el agarre de sus armas se veía afectado por este sudor, pero, la voluntad de vivir es algo inquebrantable en la naturaleza humana así que muchas de las personas presentes solo apretaban los dientes y se preparaban para la batalla.

En una de las esquinas de la ciudad estaba un comerciante sucio y barbudo, con la cara pálida al ver el interminable ejército de esqueletos que se aproximaba, sus pupilas se hacían cada vez más pequeñas de la impresión al ver los gigantescos y extraños monstruos formados de hueso que se acercaban rápidamente en una embestida llena de locura y sed de sangre. El gordo tenía en su mano una ballesta que al darle una mirada podría decirse estaba hecha de materiales muy finos, probablemente era una de las mejores armas que tenía y en este momento no iba a escatimar gastos para intentar salvarse, lentamente apunto hacia la horda que se acercaba y en el momento que estaban a 500 metros de la ciudad como si todas las personas estuvieran perfectamente sincronizadas, una lluvia torrencial de proyectiles empezó a dispararse; arcos, ballestas, lanzas, cañones, incluso algunos proyectiles con ciertas propiedades mágicas o hechos de materiales extraños se podían apreciar, el sonido fue casi ensordecedor.

Una nube de distintos tipos de proyectiles fue disparada de la ciudad, se podían apreciar miles de estos, los cuales tenían un objetivo claro: Eliminar la mayor cantidad de enemigos posibles; no era necesario apuntar, ya que la horda era tan inmensa que definitivamente cualquier cosa disparada daría en el blanco…

Explosiones resonaron, nubes de humo se levantaron y huesos fueron triturados, cercenados, quemados parcial o totalmente salían volando desde la zona donde habían aterrizado; ciertos proyectiles los cuales dejaban detrás de sí un cráter, algunos pequeños del tamaño de una persona mientras que otros enormes del tamaño de una casa; se podía apreciar a algunos esqueletos de forma humana y animal que seguían atravesando la lluvia de disparos que no se detuvo en ningún momento, pero esto no importaba, el ejercito seguía su embestida letal aunque tuvieran flechas clavadas en su cabeza, pies, manos o cualquier extremidad les faltara, debido a un disparo certero esto no los detendría ya que su único objetivo era matar… matar… y matar.

Las puertas de la ciudad se abrieron y de estas una guarnición de miles de personas salió de forma desorganizada, no se le podría llamar ejército, más bien era una multitud de personas desesperadas por intentar ganar la batalla y salvar algo de su patrimonio; toda esta gente era aquella que no tenía forma de atacar a larga distancia. Los más adinerados tenían conjuntos completos de armadura con enormes escudos y afiladas armas, mientras que los más pobres y desafortunados solo estaban vestidos con ropas normales y armados con cuchillos pequeños o garrotes de madera, aunque en este momento todos tenían un mismo objetivo: Sobrevivir de alguna manera.

Al frente de la multitud se encontraba u hombre corpulento, con una impresionante armadura plateada que cubría todo su cuerpo y una alabarda que muchas personas no podrían pagar incluso si ahorraban toda su vida; este caballero era conocido por muchos como el gobernante de la ciudad, si bien no era algo oficial, todos sabían que era la persona con más influencia dentro de Oasis; al momento que salió, apretó fuertemente su alabarda señalando al ejército de muerte que se acercaba rápidamente y grito con una fuerza tal que incluso las personas más alejadas pudieron escuchar su grito de guerra claramente " ¡¡¡¡¡Quizá hoy sea el día que todos nosotros perezcamos, pero si sobrevivimos.. nuestro nombre resonará en la eternidad!!!!!" gritos se pudieron escuchar de todas las personas al momento que corrían salvajemente, el miedo se podía ver en los rostros de todos, pero las ganas de vivir podían verse en los ojos de todas las personas… De todas menos de un joven flaco y desnutrido que se había rezagado en la parte trasera de la multitud, apenas podía caminar mientras arrastraba una cuerda que estaba amarrada a su cuello, caminaba paso a paso armado con un hueso de pata de pollo con rastros de carne aun colgando de él; el joven de ojos rojos había sido liberado en algún momento por su nuevo dueño el cual lo veía más como una carga y quería que al menos sirviera como carne de cañón.

Su familia, que eran pobres en una lejana ciudad, se habían puesto sumamente contentos al enterarse que su hijo poseía sangre mutante en la ceremonia del "descubrimiento" que ocurre cuando cualquier humano cumple 5 años, puesto que es cuando condensa su primer gota de plasma en su cuerpo; esta ceremonia rebeló su 'talento', ante lo cual los padres decidieron hacer un sacrificio y darlo en adopción a los altos mandos de la ciudad, quienes de seguro le podrían dar los recursos necesarios para poder vivir una vida llena de logros y grandeza y a su vez ellos podrían obtener una cantidad considerable de Denarios que les permitirían un nuevo comienzo. Lo que no sabían era que mientras más crecía su hijo en manos de otras personas, peor era la situación para él, puesto que no había manifestado ninguna clase de poder o habilidad, cada vez intentaron métodos más y más extremos y horribles, pero ninguno funcionó. Al verlo como algo inservible decidieron venderlo como esclavo ya que nunca significo nada para ellos, solo lo cuidaban porque pensaron que se convertiría en alguien de gran poder… Al final recibieron una cuarta parte de lo que habían pagado en principio, cosa que ya era bastante decente, y así paso de dueño en dueño, todos intentando encontrar la manera de que manifestara su habilidad, usando métodos cada vez más y más oscuros, pero al final nada tuvo éxito.

Finalmente llegó a Oasis, donde en esta arenosa planicie se encontraba caminando lentamente, mirando a la nada con sus ojos carmesí que lo hacían destacar de la multitud. Paso a paso con sus pies descalzos ni siquiera el calor abrazador de la arena parecía molestarle, ya que, después de tanto dolor ¿Qué era un poco de calor en la planta de los pies? Su mirada estaba borrosa, no estaba seguro si era por el calor o porque estaba a punto de desmayarse por el hambre, quizá eran ambas, y a sus oídos llegaban toda clase de ruidos, desde gruñidos, gritos de desesperación, gente pidiendo clemencia hasta una serie de sonidos metálicos como cientos de espadas estuvieran chocando fuertemente contra escudos…. Pero de repente, todo quedó en silencio y aquel chico con ropas desgarradas de tantos años de uso se detuvo de golpe, miró a unos cuantos pasos de él algo que no olvidaría nunca, un esqueleto que tenía la forma de un humano pero era bastante más grande, medía alrededor de 3 metros de altura y tenía cuatro brazos, los cuales extrañamente no tenían manos, más bien eran púas de hueso puro que si uno ponía atención estas ya goteaban de sangre… demasiada incluso para ser de una sola persona; al estar a escasos metros de este monstruo, fue como si todo lo demás no existiera, a pesar de que estaba rodeado de personas y se encontraba en medio de una batalla caótica no podía escuchar o ver nada más que aquella criatura que se acercaba corriendo directamente hasta su posición, y mientras lo hacía, este agitaba esos horripilantes brazos de los cuales ante cada swing que hacían salpicaban más y más sangre en los alrededores, el joven de ojos rojos fue salpicado con ese rojo sangriento de una desafortunada persona en su rostro y fue como si despertara de un sueño… Quizá haya sido por todos los años de sufrimiento y desesperación, pero su cerebro, para proteger su cordura, entró en un estado de hibernación donde solo hacía de forma automática lo que le decían, sin ningún pensamiento propio o juicio de lo que ocurría a su alrededor, no obstante, justo en ese momento tuvo segundos de claridad; aún así fue demasiado tarde, aquel esqueleto humanoide ya estaba a escasos pasos del joven empujando con uno de sus miembros como una estocada, por lo que ante esta imagen frente a él solo tuvo un pensamiento , un pensamiento que nunca antes había tenido "Defiéndete", rápidamente levanto su mano donde estaba aquella pata de pollo a medio comer, pero fue inútil, aquella púa de hueso ignoro completamente sus acciones, quizá por ser muy lentas o quizá por no tener fuerza respaldándolas, pero el único resultado posible fue que el brazo del gigante de hueso le atravesó completamente el pecho, goteando sangre por todo el suelo, una vez hecho esto, el brazo fue agitado fuertemente, lo que provocó que el cuerpo de aquel esclavo de mirada perdida saliera disparado hacia un lugar desconocido, con sus ojos cerrados daba la sensación que estaba en calma total, como si la muerte fuera en realidad algo bueno para él. Finalmente, después de golpear contra el suelo la oscuridad lo invadió…

Con todo esto en mente las personas sabían que solo había una opción valida y esta era pelear, en las calles se veía todo tipo de personas corriendo hacia las murallas de la ciudad, viejos, madres con cuchillos en las mano llevando a sus hijos que también debían pelear, los vendedores de esclavos liberándolos para decirles que si sobreviven serán libres, pandillas de mercenarios discutiendo su plan de acción, incluso los pocos oficiales encargados de la seguridad de las murallas estaban corriendo de un lado a otro mientras la nube de polvo cada ves se hacia más grande y esto causaba que todas las personas estuvieran más y más nerviosas ¿Quién no estaría nervioso si supiera que en breves minutos estará enfrentando a la muerte?

El suelo empezaba a retumbar, a lo lejos se podía escuchar una especie de rugido, quejido o una serie de sonidos extraños que hacia que a las personas se les pusieran los pelos de punta y empezaban a sudar profundamente, incluso el agarre de sus armas se veía afectado por este sudor, pero, la voluntad de vivir es algo inquebrantable en la naturaleza humana así que muchas de las personas presentes solo apretaban los dientes y se preparaban para la batalla.

En una de las esquinas de la ciudad sobre la muralla estaba un comerciante sucio y barbudo, con la cara pálida al ver el interminable ejercito de esqueletos que se aproximaba, sus pupilas se hacían cada ves más pequeñas de la impresión al ver los gigantescos y extraños monstruos formados de hueso que se acercaban rápidamente en una embestida llena de locura y sed de sangre. El gordo tenía en su mano una ballesta que al darle una mirada podría decirse estaba hecha de materiales muy finos; probablemente era una de las mejores armas que tenía y en este momento no iba a escatimar gastos para intentar salvarse, lentamente apunto hacia la horda que se acercaba y en el momento que estaban a 500 metros de la ciudad como si todas las personas en la ciudad estuvieran perfectamente sincronizadas una lluvia torrencial de proyectiles empezó a dispararse; arcos, ballestas, lanzas, cañones, incluso algunos proyectiles con ciertas propiedades mágicas o hechos de materiales extraños se podían apreciar, el sonido fue casi ensordecedor.

Una nube de distintos tipos de proyectiles fue disparada de la ciudad, se podían apreciar miles de estos los cuales tenían un objetivo claro: Eliminar la mayor cantidad de enemigos posibles; no era necesario apuntar ya que la horda era tan inmensa que definitivamente cualquier cosa disparada daría en el blanco… Explosiones resonaron mientras nubes de humo se levantaban a lo lejos y huesos triturados, cercenados, quemados parcial o totalmente salían volando desde la zona donde habían aterrizado ciertos proyectiles los cuales dejaban detrás de sí un cráter, algunos pequeños del tamaño de una persona mientras que otros enormes del tamaño de una casa, se podía apreciar a algunos esqueletos de forma humana y animal que seguían atravesando la lluvia de disparos que no se detuvo en ningún momento pero esto no importaba, el ejercito seguía su embestida letal aunque tuvieran flechas clavadas en tu cabeza, pies, manos o cualquier extremidad les faltara debido a un disparo certero esto no los detendría ya que su único objetivo era matar… Matar….. Y matar.

Las puertas de la ciudad se abrieron y de estas una guarnición de miles de personas salió de una forma desorganizada, no se le podría llamar ejercito mas bien era una multitud de personas desesperadas por intentar ganar la batalla y salvar algo de su patrimonio; toda esta gente era aquella que no tenía forma de atacar a larga distancia, los más adinerados tenían conjuntos completos de armadura, con enormes escudos y afiladas armas mientras que los más pobres y desafortunados solo estaban vestidos con ropas normales y armados con cuchillos pequeños o garrotes de madera aunque en este momento todos tenían un mismo objetivo: Sobrevivir de alguna manera.

Al frente de la multitud se encontraba u hombre corpulento, con una impresionante armadura plateada que cubría todo su cuerpo y una alabarda que muchas personas no podrían pagar si ahorraran toda la vida, este caballero era conocido por muchos como el gobernante de la ciudad, si bien no era algo oficial todos sabían que era la persona con más influencia dentro de Oasis, al momento que salió apretó fuertemente su alabarda señalando al ejercito de muerte que se acercaba rápidamente y grito con una fuerza tal que incluso las personas más alejadas pudieron escuchar ese grito de guerra claramente " ¡¡¡¡¡Quizá hoy sea el día que todos nosotros perezcamos pero si sobrevivimos.. nuestro nombre resonará en la eternidad!!!!!" gritos se pudieron escuchar de todas las personas al momento que corrían salvajemente hacia su muerte el miedo se podía ver en los rostros de todos, pero las ganas de vivir podían notarse en los ojos de todas las personas… De todas menos de un joven desnutrido y flaco que se había rezagado a la parte trasera de la multitud, apenas podía caminar mientras arrastraba una cuerda que estaba amarrada a su cuello, caminaba paso a paso armado con un hueso de pata de pollo con rastros de carne; el joven de ojos rojos había sido liberado en algún momento por su nuevo dueño el cual lo veía más como una carga y lo había liberado para que al menos sirviera como carne de cañón.

Su familia que eran extremadamente pobres en una lejana ciudad se habían puesto sumamente contentos al enterarse que su hijo poseía sangre mutante en la ceremonia del "descubrimiento" que ocurre cuando cualquier humano cumple 5 años ya que es cuando se condensa la primer gota de plasma en el cuerpo; esta ceremonia dio como resultado que poseía la sangre mutante ante lo cual los padres decidieron hacer un sacrificio y darlo en adopción a los altos mandos de la ciudad quienes de seguro le podrían dar los recursos necesarios para poder vivir una vida llena de logros y grandeza y a su vez ellos podrían obtener una cantidad considerable de Denarios que les permitirían un nuevo comienzo. Lo que no sabían es que mientras más crecía su hijo en manos de otras personas peor era la situación para el, puesto que no había manifestado ninguna clase de poder o habilidad, cada ves intentaron métodos más extremos y horribles, pero ninguno funcionó, al verlo como algo inservible decidieron venderlo como esclavo ya que nunca significo nada para ellos, solo lo cuidaban porque pensaron que se convertiría en alguien de gran poder…. Al final recibieron la una cuarta parte de lo que habían pagado en principio cosa que ya era bastante decente… Y así paso de dueño en dueño todos intentando encontrar la manera de que manifestara su habilidad, usando métodos cada ves más y más oscuros, pero al final nada tuvo éxito.

Finalmente llego a Oasis donde en esta arenosa planicie se encontraba caminando lentamente mirando a la nada con esos ojos carmesí que lo hacían destacar, paso a paso con sus pies descalzos ni siquiera lo caliente de la arena parecía molestarle después de tanto dolor ¿Qué era un poco de calor en la planta de los pies? Su mirada estaba borrosa no era seguro si era por el calor o porque estaba a punto de desmayarse por el hambre, quizá ambas y a sus oídos llegaban toda clase de ruidos desde gruñidos, gritos de desesperación, gente pidiendo clemencia hasta una serie de sonidos metálicos como cientos de espadas estuvieran chocando fuertemente contra escudos…. Pero de repente todo quedo en silencio aquel chico con ropas desgarradas debido a tantos años de uso se detuvo de golpe y miro a unos cuantos pasos de él algo que no olvidaría nunca un esqueleto que tenía la forma de un humano pero esta bastante más grande media alrededor de 3 metros de altura y tenia cuatro brazos los cuales extrañamente no tenían una mano, más bien eran púas de hueso puro que si uno ponía atención ya goteaban de sangre… demasiada para ser de una sola persona; al estar a escasos metros de este monstruo fue como si todo lo demás no existiera, a pesar de que estaba rodeado de personas y se encontraba en medio de una batalla caótica no podía escuchar o ver nada mas que aquella criatura que se acercaba corriendo directamente hasta su posición y mientras lo hacia agitaba esos horripilantes brazos los cuales ante cada swing que hacían salpicaban más y más sangre en los alrededores el joven de ojos rojos fue salpicado con sangre de una desafortunada persona en su rostro y fue como si despertara de un sueño… Quizá haya sido por todos los años de sufrimiento y desesperación que su cerebro para proteger su cordura entro en un estado de hibernación donde solo hacía de forma autónoma lo que le decían, sin ningún pensamiento propio o juicio de lo que ocurría a su alrededor pero justo en ese momento tuvo segundos de claridad; pero fue demasiado tarde aquel esqueleto humanoide ya estaba a escasos pasos del joven empujando con uno de sus miembros a manera de estocada, por lo que ante esta imagen frente a él solo tuvo un pensamiento , un pensamiento que nunca antes había tenido "Defiéndete" rápidamente levanto su mano donde estaba aquella pata de pollo a medio comer pero fue inútil, aquella púa de hueso ignoro completamente sus acciones quizá por ser muy lentas o quizá por no tener fuerza respaldándolas pero el único resultado posible fue que el brazo del gigante de hueso le atravesó completamente el pecho goteando sangre por todo el suelo, una ves hecho esto el brazo fue agitado fuertemente lo que provocó que el cuerpo de aquel esclavo de mirada perdida saliera disparado hacia un lugar desconocido, con sus ojos cerrados parecía que estaba en calma total como si la muerte fuera en realidad algo bueno para él. Finalmente, después de golpear contra el suelo todo quedó en oscuridad total….

--- Vaya acaso ¿Será el final de aquel chico de ojos rojos? Una situación desesperada para la ciudad de Oasis, me preguntó si habrá algún sobreviviente hasta esta calamidad. recuerden que cada ciertos capítulos haré una sección de Q&A así que no olviden participar en los comentarios! Nos leemos pronto.