El sonido característico de una regadera se podía escuchar en el ambiente además de esa turbiedad provocada por el vapor hacia que todas las ventanas del cuarto estuvieran empañadas, un cuarto lujoso del cual si alguien se atreviera a decir que un noble vivía ahí nadie podría contradecirlo, luciendo su hermoso piso y paredes color verde esmeralda con una serie de muebles finamente tallados por algún artesano de gran habilidad y nombre desconocido provocaría a cualquier persona el sentimiento de ser un invitado de gran importancia.
Raiko se encontraba en la regadera sintiendo el cálido flujo de agua por todo su cuerpo la cual una vez que recorría todo su camino y llegaba a la coladera terminaba de un tono grisáceo que aparentaría ser muy desagradable cosa que era bastante normal ya que apenas podía recordar cuando fue la ultima vez que tomó una ducha. Paso un tiempo largo y finalmente la puerta del baño se abrió dejando salir una cantidad considerable de vapor rebelando la figura de Raiko la cual era muy diferente comparada a la de hace unas horas, ahora su cabeza mostraba un llamativo cabello de color blanco el cual después de mucho tiempo de estar envuelto en capaz de suciedad finalmente podía mostrar relucir su belleza natural, lo mismo con sus cejas las cuales eran alargadas y gruesas dándole a su rostro un aspecto feroz e intimidante a pesar de tener una expresión de tranquilidad. Con una toalla amarrada a su cintura su cuerpo aún lucia flaco y con signos de desnutrición, pero debido a que Aeris le había estado dando comida y líquidos constantemente su condición no era tan grave como antes, al menos ya no sentía que estaba a punto de desmayarse lo cual lo hacía sentirse agradecido. A pesar de esto lo más llamativo de todo se encontraba en su espalda se trataba de un ostentoso tatuaje negro en forma del número "Cero", aquella marca característica de los "Maldecidos" cubría toda la espalda la cual había sido colocada en su piel desde joven, usualmente a los Omicron se les marcara un pequeño símbolo en alguna parte de su cuerpo, de hecho, se consideraba poco común que este tatuaje fuera más grande que una mano, pero por alguna razón la persona que lo hizo fue especialmente cruel en ese momento.
En un bote de basura cercano se podían apreciar aquellas ropas que había usado durante años, en este punto decirles trapos en realidad no sería algo equivocado mientras que en la cama un conjunto de ropas simples se encontraba ya listo para su uso, las ropas no eran lujosas de ninguna manera pero probablemente en los barrios más bajos de la ciudad sería considerada como de primer categoría; se trataba de un conjunto totalmente negro hecho de algodón el cual consistía en unos zapatos formales parecidos a los que usaban los mayordomos, un pantalón y una camisa de manga larga los cuales extrañamente una vez que se vistió con ellos le quedaban a la perfección, probablemente en el castillo habría algún sastre con una muy buena vista para medir tallas.
Lentamente Raiko se acercó a un espejo de cuerpo completo que se encontraba en una de las paredes de la habitación justo a lado de una ventana en la cual se podía ver toda la ciudad hasta donde el ojo era capaz de alcanzar y debido a la altura de la torre hacia que muchos de los edificios y construcciones se vieran minúsculos desde esa posición. Al observarse de arriba abajo Raiko no pudo evitar que sus labios se curvaran levemente aunque si uno ponía atención tenía más bien una expresión complicada en su joven rostro, al verse tan bien vestido después de mucho tiempo aún recordaba cuando era un niño sin preocupaciones y estaba rodeado de diversión y felicidad aunque poco a poco todo se fue haciendo más turbio a medida que pasaba el tiempo y su Plasma mutante no mostraba signos de manifestarse; por alguna extraña razón estaba consiente de que cuando fue vendido como esclavo cosas horribles le habían pasado pero no podía recordarlas aún así tenía este sentimiento dentro de él como si algo le estuviera diciendo "No intentes recordar", perdido en sus pensamientos se quedo parado una cantidad desconocida de tiempo observándose en aquel espejo hasta que finalmente su mirada cruzo la habitación exactamente a lado de la puerta donde se encontraba una campana amarrado a un hilo grueso que provenía de un pequeño agujero en el techo, según lo que le había dicho aquella criada que lo llevó a la habitación una vez que estuviera listo debería tocar la campana y alguien llegaría para guiarlo a ver a la consultora imperial. Pero en vez de caminar Raiko levanto su mano señalando con un dedo en dirección al objeto mencionado y rápidamente su dedo se cubrió de un líquido rojizo que probablemente saliera de los pequeños poros de su piel, pero extrañamente la sangre no goteaba en realidad era como un manto protector alrededor de la zona. Repentinamente una fina línea roja comenzó a salir del dedo, tan fino como un hilo llegó rápidamente en la campana envolviéndose en esta y con un poco de fuerza tiró de ella lo cual provoco que un sonido resonara en la habitación y tan rápido como apareció, de la misma forma aquella línea de sangre se contrajo hasta desaparecer junto con el tono rojizo en el dedo.
En algún momento cuando había despertado en las planicies de Oasis Raiko se había dado cuenta que una información nueva estaba impresa en su cerebro la cual era el uso de estos hilos rojos creados a partir de su sangre que se comportaba como una extensión de su cerebro si bien no podía manipular el líquido a su voluntad para que tomara otra forma y no solo la de hilos, aquellos hilos los dominaba como si se tratara de una extremidad de su cuerpo. Cabe decir que la sangre de la que estaban hechas aquellas finas líneas parecía extremadamente viscosa y esto provocaba que se comportara como algo sólido puesto que incluso al haber envuelto la campana no había dejado rastro sobre su brillante superficie.
10 minutos pasaron durante los cuales Raiko se dispuso a experimentar con su nueva habilidad, moviendo los muebles y objetos dentro de la habitación de un lado a otro de esto concluyo que podía crear hasta 10 hilos de sangre, uno en cada dedo, todos los hilos tenían el mismo grosor y por más que lo intento no pudo cambiar esta propiedad, en cuanto a la longitud una vez que los hilos alcanzaban 3 metros de distancia el control sobre ellos se veía afectado y comenzaban a perder su forma sólida y a gotear al suelo por ultimo en cuanto a fuerza cada hilo podía levantar individualmente un objeto de alrededor de 25kg pero para objetos más grandes y pesados como por ejemplo la cama necesitaba tres hilos para poder levantarla con trabajo y cuatro si quería moverla libremente. Aquellos diez minutos fueron muy significativos para él puesto que ya no sería aquel esclavo Omicron que no podía manifestar su habilidad, recordando cuando tenía una edad de 5 años en la ceremonia del despertar había tenido que colocar una gota de su sangre sobre "El cubo de prueba", un cubo hecho de algún extraño material que servía para analizar el tipo de plasma que una persona tenía además del potencial que este poseía. Para el plasma corporal el cubo se volvería traslucido se, mientras más claramente se pudiera ver a través de el mayor seria el potencial se decía que en el grado máximo de potencial el cubo se volvía invisible al ojo humano, para el plasma energético el cubo se calentaría, a mayor temperatura mayor potencial tendría una persona, según algunos los más fuertes con este tipo de plasma harían que el cubo generara tanto calor como para empezar un fuerte incendio a su alrededor, Para el plasma orgánico el cubo brillaría, a mayor intensidad mayor potencial; Raiko alguna vez escucho una historia de una joven princesa de un reino lejano que decía que su la luz que manifestó incluso había opacado el brillo del sol y finalmente para aquellas personas que tenían un plasma mutante el cubo se volvería polvo, pero para una persona con esta clase de plasma no se podía medir el potencial que tenía principalmente porque aún no había una persona que entendía todos los misterios por los que se regia el extraño plasma mutante pero algo era seguro y es que muchas de las existencias más fuertes a lo largo de la historia habían tenido plasma mutante obviamente también se conocían muchas potencias con otros tipos de plasma las cuales eran tan numerosas como aquellas con Plasma mutante pero si se considera que solo 1 de cada 100,000 personas nace con plasma mutante se podría dar una idea de lo destacable que era. Lamentablemente no todo era una vida de felicidad para las personas con este tipo de plasma pues su habilidad necesitaba ser despertada, los otros usuarios de plasma ya sea físico, energético u orgánico aprendían por naturaleza a manifestar sus habilidades pero aquellos con un origen mutante debían cumplir alguna condición para poder obtener su manifestación aunque para todos era diferente y muchas veces estaba asociado a su habilidad pero sin saber cual era simplemente era como saber cuáles son los números de lotería ganadores pero no saber donde esta el boleto con esos números. Los más suertudos despertarían su habilidad rápidamente mientras que los más desafortunados serían sometidos a toda clase de pruebas y experimentos esperando que por azar del destino se manifestará su habilidad antes de que murieran.
De un momento a otro la puerta de la habitación se abrió y aquella criada que lo había llevado hasta su habitación camino unos pasos mientras se inclinaba y con una voz tranquila dijo "Honorable invitado la Consultora Imperial y el Comandante Aeris lo recibirán ahora, sea tan amable de seguirme" Dicho esto se levanto se su saludo formal y al observar la habitación no pudo quedar un poco estupefacta pues todo estaba desacomodado o fuera de lugar parecía literalmente como si un tornado hubiera pasado por el lugar. Raiko podía adivinar los pensamientos de la criada así que no pudo evitar sonreír de forma irónica y decir "Estaba así cuando yo llegué, deberían hablar con la encargada de limpieza… Cof… Cof (Aclarándose la garganta) después de usted señorita" ante lo cual la criada no pudo evitar devolverle la sonrisa mientras lo comenzaba a guiar por los intrincados pasillos esmeraldas del castillo, después de caminar alrededor de 10 minutos sin parar finalmente llegaron a unas puertas enormes tan solo el tiempo que tardaron en llegar hasta aquí le daría una idea a cualquier persona de lo grande que era esta construcción, la criada se puso a un lado de la puerta indicándole con una expresión que podía entrar "La Consultora imperial lo recibirá ahora", tragando saliva el joven de negro no pudo evitar sentirse un poco nervioso y apretando fuertemente los puños avanzó y empujo las grandes puertas frente a él que median 50 metros al momento que todo pudo mirar dentro de aquel salón y fue sorprendido una vez más…