El sol se había ocultado y la luna en todo su esplendor estaba reluciente y orgullosa en lo alto del cielo, iluminando el panorama, pero no era cualquier luna, no, esta noche era una luna pintada de rojo debido a la masacre que se acababa de dar en Oasis; una cuya devastación se llevó a cientos de miles de personas. En la planicie, frente a la silenciosa ciudad amurallada, se encontraba una escena de terror, cientos de bestias se encontraban en estos momentos dándose un festín que solo podría ocurrir una vez en su vida, tanto monstruos aéreos como terrestres, todos los carroñeros a kilómetros a la redonda se reunieron para este evento sin precedentes, incluso la arena ya no se podía ver en este momento, lo único que se podía observar era una delgada cada de líquido rojo que cubría todo el suelo y sobre este un sinfín de cuerpos, algunos cercenados, otros mutilados, aplastados, acuchillados, con miembros cortados y la mayoría de ellos con gran parte de su carne a medio comer y sus órganos desparramados a su alrededor.
Dentro de la ciudad, la escena no era diferente, en lo alto de las murallas había más cadáveres de los que una persona vería en toda su vida, incluso siendo un mercenario. Algunos de los cuerpos de gente bastante corpulenta, por no decir que daban la impresión de que al estar vivos habían sido personas de gran peso, pues en este momento tenían no menos de diez aves de rapiña cada uno, parecidas a cuervos pero con 3 ojos, que se encontraban con sus picos hundidos en su estómago, el cual hacia ruidos que a cualquiera que los escuchara les quitarían el apetito, ruidos que significaba que aquellas aves no podían esperar para comer más y más de las entrañas, entre ellos se encontraba aquel gordo comerciante, que murió con un rostro de miedo y desesperación; era bastante obvio que en sus últimos momentos presenció algo que probablemente lo mato solo del susto al enfrentarlo. En las calles se podía ver filas de muertos como si estuvieran yendo hacia las puertas del infierno, esperando su turno para entrar; aquellas personas que cuando vieron la calamidad que se avecinaba e intentaron huir, no pudieron llegar muy lejos, pues la mayoría sus cadáveres tenían heridas en la espalda, signo de que no dudaron dos veces en abandonar sus puestos y correr…. Correr y no mirar hacia atrás esperando ser lo suficientemente rápidos para salvarse, pero eso no ocurrió.
Y fue así como aquel ejercito imponente de miles y miles de monstruos de pesadilla hechos de hueso, se fueron sin dejar un solo rastro, tan rápido como aparecieron, no sin antes de cobrar la vida de miles de personas por razones desconocida para todos. Seguramente más de una persona se preguntó al momento de morir ¿Por qué? ¿Por qué yo y por qué ahora? Lamentablemente, nunca tendrían respuesta a su pregunta, ya que era algo que solo aquella mujer bella de ojos verde brillante y unas piernas blancas y largas que a cualquier hombre le darían las fantasías más pervertidas, sabía; aunque no se veía rastro de ella en ningún lugar, probablemente, una vez cumplido su objetivo, se fue de la ciudad, siendo tan misteriosa y hermosa como la luna roja en el cielo.
Volviendo a las planicies, una bestia parecida a un león de seis patas culla melena no estaba compuesta de pelo, sino de pequeños y húmedos tentáculos que daban una sensación de ser muy resbaladizos, que a cualquier persona le darían nauseas solo de mirarlos, se encontraba con su hocico hundido en la piscina de sangre que era el campo de batalla frente a Oasis. Era una de las bestias que más alejadas habían estado de esta zona, pero aun así había percibido el irresistible olor que lo atrajo hasta ese lugar, no obstante, al ser ya altas horas de la noche, los cientos de carroñeros hambrientos ya habían hecho su labor y tenían ya marcadas sus zonas de festín dentro de aquel mar de cuerpos, viseras y sangre en el que se encontraban. Aquella criatura en forma de león, a diferencia de lo que muchos pensarían, se encontraba en la parte baja de la cadena alimenticia en Infernatum, por lo que prefería no meterse en zonas dominadas por entidades más fuertes que él mismo, así que busco una zona un poco aislada donde ya hubieran pasado los depredadores principales y así comer lo que quedara, incluso los restos de este lugar lo podía considerar como semanas de comida en otro momento, ya que a final de cuentas, en un lugar tan desafiante como el desierto, la comida en abundancia era un lujo para la mayoría de las criaturas, sobre todo aquellas solitarias que no tenían una posición alta en la cadena alimenticia.
Aquella bestia se encontraba mordiendo los restos del cráneo de lo que se parecía a una persona, mientras que sus dientes roían la carne de la superficie resbaladiza y sus tentáculos en el cuello entraban por los orificios y sacaban restos de materia gris, sangre y otras asquerosidades, de repente sus ojos se posaron en algo que parecía un tesoro. Al momento que rápidamente dejaba caer aquel cráneo a medio comer y rápidamente avanzaba hasta otro cadáver que se encontraba a unos 10 metros de su posición, descubre es el cuerpo de un joven que estaba boca arriba con los ojos cerrados, con una mirada tranquila, si la bestia que se acercaba lentamente tuviera una inteligencia más alta, seguramente encontraría esto poco común, pero al momento lo único que se encontraba en su primitivo cerebro era comer aquel jugoso manjar que, si bien no tenía demasiada carne y mostraba un orificio enorme justo en medio de su pecho, era un cadáver prácticamente intacto; seguramente otras bestias lo omitieron debido a que el cuerpo no tenía una cantidad significativa de carne a comparación de los miles que se encontraban al alrededor. ¿Quién le haría caso a una almendra cuando se puede comer una manzana completa?
Spat…. Spat…. Spat... (Sonidos de salpicaduras) Con cada paso que daba y se acercaba más y más, el León salivaba y se excitaba más, su lengua recorría su rojo hocico de lado a lado y su saliva ya goteaba a los lados en señal de que había encontrado una suculenta comida que no podía esperar para probar, sin estar confiado totalmente debido a la tensa situación rápidamente dirigió una mirada a su alrededor, asegurándose de que nadie peleara por aquel manjar que estaba frente a él; al llegar a estar sobre aquel cadáver dio una rápida olfateada a su hueco en el pecho para asegurarse de que no hubiese alguna sustancia tóxica o contraproducente para su salud, probablemente gracias a aquella naturaleza tan cuidadosa fue que logro sobrevivir en este ambiente tan peligroso, pero justo cuando su nariz estaba a escasos centímetros de aquel agujero en el pecho del joven desnutrido, ocurrió algo que jamás hubiera previsto; un chorro de sangre salió justo de aquella zona y golpeo directamente en el rostro de la bestia la cual no pudo evitar retroceder unos pasos debido a la fuerza del impulso que aquel flujo de sangre tenía, sorprendido, el animal notó rápidamente que estaba en problemas, pues aunque no podía ver nada ya que aquel torrente de sangre había impactado su cara mientras aún tenía los ojos abiertos, podía sentir como rápidamente se empezaba a extender desde su cara hacia su cuello, pasando por sus tentáculos y empezando a llegar a las partes de su espalda y patas delanteras, aquella sangre parecía ser más viscosa de lo normal y a decir verdad parecía una criatura viva devorando una presa por cómo se movía tan rápidamente, para cuando el León empezó a restregarse en el suelo e intentar arañar con sus patas y tentáculos su propio cuerpo en un intento desesperado por liberarse de aquella inquietante situación, la sangre ya había cubierto la totalidad de su cuerpo, incluso la sangre del suelo de los alrededores parecía estar siendo lentamente succionada hacia aquella desesperada criatura la cual en cada momento que pasaba, veía su movimiento y respiración cada vez más reducida, después de que pasaran 5 respiraciones, el cuerpo de la bestia había desaparecido por completo y en su lugar se encontraba una especie de esfera totalmente hecha de sangre, sin movimiento alguno en su superficie, la cual daba la impresión de ser una estructura sólida en vez de líquida, momentáneamente todo quedó en calma hasta que hubo un ligero cambio, y aquella estructura de metro y medio de alto se hizo más y más pequeña hasta tener el tamaño de una bola de boliche; no se podía ver rastro de movimiento alguno de este curioso objeto, como si dentro de este no hubiese sido encerrado una bestia momentos antes, todo se mantuvo en silencio por unos segundos cuando, sobre la superficie aparentemente solida de la esfera, se podía apreciar dos círculos completamente negros, si una persona pusiera atención se daría cuenta que estos círculos tenían un extraño sentimiento de poder observar dentro de tu alma, como si estuvieras frente a un juez del inframundo esperando a tu veredicto, como si con solo una mirada pudiera revelar tus secretos más oscuros, unos ojos más negros que la noche misma, unos ojos más tenebrosos que aquellos que tienen los monstruos de pesadillas… Unos ojos que estaban mirando directamente a aquel joven esclavo que se encontraba inmóvil en medio del mar de sangre y cadáveres, lo observaba de una manera que parecía como si estuviera reflexionando algo profundamente.
La esfera de sangre en algún momento tuvo un cambio, comenzó a derretirse y desapareció como si nunca hubiera estado ahí en primer lugar, mientras que en la cercanía donde yacía el cadáver del joven de expresión tranquila, una escena que a muchos les parecería extraña empezó a ocurrir, toda la sangre de los alrededores comenzaba a fluir como si de un rio se tratara, convergiendo en un solo punto céntrico el cual era justamente aquella herida en el pecho del joven, el cual parecía ser un agujero negro sin límite mientras más y más sangre se vertía dentro de él; incluso las criaturas que estaban comiendo a kilómetros de distancia se sorprendieron, aquellas con menor inteligencia ignoraron este suceso por completo mientras que las existencias con una inteligencia cercana a la de los humanos decidieron ser cuidadosos al respecto y prefirieron no indagar al respecto alejándose poco a poco de la dirección de donde la sangre era succionada.
Pasó una cantidad desconocida de tiempo, después de haber sido empalado por aquella criatura con 4 púas en vez de brazos y lanzado hacia lo desconocido, el joven esclavo había perdido su conciencia, no pudo sentir dolor, tampoco tristeza o felicidad, no había nada, simplemente en su mente resonaba aquella última voluntad inútil…. "Defiéndete". En este momento se encontraba así mismo solo, rodeado de completa oscuridad, observando a su alrededor con aquellos ojos rojos que lo caracterizaban, buscando alguna pista que le indicara donde se encontraba "¿Será que estoy muerto?" Se preguntó, mientras caminaba lentamente, con cada paso que daba pudo notar que el piso estaba extremadamente mojado, pero debido a que era tal la oscuridad que lo envolvía, que le costaba ver sus manos incluso si las ponía delante de él, no podía saber la clase de líquido que estaba pisando…. Perdido y sin rumbo, estuvo moviéndose en una dirección aleatoria, había pasado bastante tiempo desde que había despertado en este misterioso lugar ¿Será que mi espíritu se perdió y ahora tengo que vagar en este lugar por la eternidad? Preocupado, comenzó una vez más a mirar por todos lados, para su sorpresa algo había cambiado y en algún momento a lo lejos pudo notar una luz carmesí que brillaba en este mar de oscuridad, sin pensarlo dos veces corrió a su máxima velocidad hacia la fuente de ese extraño fenómeno, temeroso de perder la oportunidad de averiguar lo que lo provocaba; después de todo nadie ignoraría una potencial salida de un lugar así.
Al llegar hasta la fuente de aquella luz, se quedó impresionado ante la escena que tenía enfrente, pues se trataba de una esfera de sangre la cual brillaba con una extraña luz carmesí y hacia que todo a su alrededor fuera de un color rojo intenso, aquel objeto flotaba a escasos centímetros del suelo. En su curiosidad, el joven de ropa desgarrada extendió su mano para tocar aquella esfera, como si algo lo estuviera llamando y justo en el momento en que la punta de sus dedos tocó la superficie viscosa, la forma circular de aquel objeto cambio tan rápidamente que si alguien parpadeara se lo perdería, dando lugar a una figura humanoide; extrañamente esta figura tenía los mismos rasgos físicos que aquel joven con la mano extendida, misma altura, mismo cabello desordenado, misma cuerpo flacucho y desnutrido… Todo era igual excepto por dos cosas: Todo su cuerpo que era completamente rojo, y sus ojos, esos ojos que no tenían pupilas, se notaba que eran completamente negros del vacío que representaban, dando una escena bastante escalofriante, y antes de que pudiera hacer cualquier cosa, aquella figura rojiza comenzó a hablar y su voz era como si se tratara de la de él, sus palabras resonaron en la mente del impactado joven "Estamos unidos por la sangre, yo soy tú y tú eres yo".
El sol estaba comenzando a salir en el horizonte, los primeros rayos de luz iluminaban la planicie frente a la ciudad comerciante de Oasis, en las afueras, una escena extraña se podía apreciar, miles de restos de cadáveres se encontraban en el suelo, en su mayoría todos eran solamente una pila de huesos con mínimos restos de carne aún pegados a ellos, incluso se podía apreciar algunos pequeños insectos hurgando entre aquellos huesos por pequeños restos de comida que pudieran encontrar, lo más extraño de todo fue que, aún con aquella terrorífica escena, muchos supondrían que debería haber restos de sangre en algún lugar pero aquel color rojizo tan característico no se podía apreciar por ningún lugar. En algún punto de la planicie se encontraba un joven de aspecto tranquilo, mirando hacia el cielo como si estuviera dormido, si cualquier persona lo observara pensaría que estaba teniendo un sueño muy feliz y tranquilo, pero, justo en ese momento sus ojos se abrieron de golpe, aquellos ojos rojos que un día anterior no habían tenido brillo alguno o voluntad de vivir ahora parecían que tenían un fuego carmesí que brillaba intensamente dentro de ellos, una mirada llena de voluntad.
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Gracias a todos por la recepción que ha tenido la novela, quizá no sea mucho pero yo aprecio las cientos de personas que se han tomado la molestia de leer mi trabajo,, gracias a todos no quiero ser solo un autor más, quiero ser más interactivo y darles la oportunidad de tener un granito de arena dentro d la novela así que no olviden que su opinión es muy importante.
Parece que las cosas empiezan a ponerse en marcha finalmente ¿Quién o qué habrá sido esa entidad sangrienta?¿Ese lugar oscuro tendrá algún significado?¿Que pasará a partir de ahora?
Yo también me lo pregunto