El viaje fue silencioso, por primera vez no caí instantáneamente dormido después de tanto tiempo sin tomar un descanso, miraba de vez en cuando a mi conductora, quien se veía en sus propios pensamientos. Era correcto empezar una conversación con una total y completa extraña la cual prácticamente me recogió de la calle como si fuese un cachorro, aunque seguramente un cachorro tendría más dignidad que yo.
El sol empezaba a subir y alumbrar mejor el camino, nosotros nos alejamos de él empezando a entrar en un bosque, el camino se veía lo suficientemente transitado como para ser mantenido en un estado bastante bueno para los caballos, además que la mezcla que conformaba el suelo parecía no ser tan mala para estos.
La luz nos abandonó lo suficiente como para que mi cuerpo active un protocolo de 'Necesito dormir' y por esa razón caí profundamente dormido en aquel asiento, mientras que lo único que pude ver era como raíces empezaban a rodear nuestros asientos que antes estaban totalmente descubiertos, y que ahora tenía un pequeño techo que cubría encima de nosotros y nuestros costados.
Cerré mis ojos mientras que aprovechaba mi pequeño cuerpo para acostarme un poco en el asiento, con mi cabeza hacia el costado de mi salvadora y con un rostro que mostraba bastante tranquilidad en sí. Fue extraño, pero en mi cabeza apareció un recuerdo de uno de los viajes escolares dónde una chica me dijo "Te ves tierno al dormir". Mi respiración empezaba a ser más suave, el dolor de mis extremidades junto a un ardor de las mismas se calmaba poco a poco y mis ojos se cerraban en la tenue oscuridad que había junto al sonido de las pisadas que hacían como canción de cuna.
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Las horas habían pasado, y lo que anteriormente eran mis brazos ahora se sentían como una almohada cómoda, una parte de mi pensó en algo que era capaz de hacerme saltar lágrimas mientras que todo mi cuerpo empezaba a despertar, aunque con esas almohadas una sensación suave en mi rostro y mi cabello era notable, como un par de dedos que me acariciaban y jugaban conmigo. Por un segundo pensé que podría ser uno de mis gatos que por alguna extraña razón estaba buscando que me despierte de una forma bastante cariñosa.
Al abrir mis ojos todavía había bosque, sombra y unas cuerdas de un cuero negro que daban hacia los caballos, la almohada no había desaparecido, y al ver hacia arriba pude ver una sonrisa que pensé nunca ver en toda mi vida mortal, una sonrisa que mostraba un tierno cariño hacia un niño desconocido, incluso una suave risa que era muchas veces más tranquilizante que la de la maniática de cabello rojo que me secuestró. Al levantarme mis heridas estaban todavía allí, y no pude evitar soltar un quejido por haber dormido encima de mi brazo lastimado, aunque esto llevó a qué mi compañera de viaje analice mis heridas y con un suave movimiento de su mano que generó un sello en el aire me sentía poco a poco mejor.
"G-gracias" Solo pude tartamudear mientras que sentí un descanso por parte de mi cuerpo.
"¿Sabes hablar?" Dijo bastante sorprendida ante mis palabras. Terminó de curarme y prosiguió a decir "Yo Silvie (nombre bastante común para una elfo) de la casa 'Forjadores de estrellas' exijo una explicación"
Por mi mal estado, ropa desgastada y suciedad tuve que pensar una excusa, parecía que llamarme a mi mismo 'Campeon' simplemente me iba a matar, por lo que fui por algo simple.
"S-soy un esclavo, mientras que era transportado para ser entregado a mi amo mi padre decidió hacer una distracción para que yo pudiese escapar."
"Entonces... Entendido, aborrezco la esclavitud, y por lo tanto yo Silvie. Te otorgo la libertad." Afirmó totalmente segura aquella elfo que utilizaba un vestido de novia.
"¿Y tú? Que hacías en la noche en un carruaje sin ninguna protección"
"¡P-pues!... Escapar como tú. Teóricamente... Tendría que estar contrayendo matrimonio con uno de los hijos del líder de una tribu orco."
Y después de esa explicación, no pude evitar soltar una risa. Éramos dos prófugos y ninguno sabía qué hacer.